Andrew se había dirigido a aquella dirección que el detective Stewart le había indicado, se encontraba en el techo del edificio escuchando la conversación de varios sujetos dentro poco interesante.

Decidió entrar para averiguar más de cerca lo que sea que estuvieran haciendo en el lugar, sigilosamente entró por el techo y con cuidado comenzó a bajar hasta el suelo.

—Oye Temple, ayúdame con esta mierda. — dijo uno de los sujetos en el lugar.

—Yo te daré una mano. — soltó Andrew a las espaldas del hombre para después tomarlo por el hombro y empujarlo hasta el suelo.

—¡Hey, es él, está acá! — exclamó el hombre en el suelo.

—Maldición, ya era hora, avísale a Zhou. — contestó otro de los tipos.

Andrew se quedó pensativo pero sin bajar la guardia, sospechó que había caído en una trampa.

A unas cuantas cuadras del lugar, Malcolm Carter seguía escondido en aquel departamento, el hombre de cabello largo tenía sobre la mesa un maletín repleto de armas las cuales estaba cargando luego de limpiarlas.

—¿Vas a algún lado? — preguntó una voz en la oscuridad.

Carter tomó rápidamente una de las armas y apuntó hacia dónde venía la voz.

—Debo huir, no me queda mucho tiempo antes de que me encuentren esos bastardos.

Payton salía de entre las sombras mostrando sus manos para indicarle a Carter que no venía armado.

—Necesito algo antes de que te largues, baja esa mierda.

El pelilargo bajó el arma y la colocó nuevamente en el maletín.

—¿Qué quieres?

—Todo lo que tengas sobre La Disidencia.

—Claro, no me sorprende… irás tras ellos. Debes saber que no será sencillo y menos si lo harás sólo.

—¿Y quién dijo que iría solo? Vamos, dame lo que tengas, me lo debes, se lo debes a mi familia.

Carter se levantó lentamente de su silla y se dirigió hasta una caja fuerte, al abrirla tomó una carpeta y se la entregó a Payton.

—Acá tienes todo, sus crímenes desde que estoy con ellos, lo que planean hacer a futuro, lo de tu familia…

Payton tomó la carpeta sin quitar la mirada de Carter.

—Espero que huyas largo porque si encuentro en esos documentos que tú mataste a uno de ellos con tus propias manos, iré por ti.

—Despreocúpate por mí, Ryan. — contestó Carter con algo de arrepentimiento.

Sin más, Ryan se retiró del lugar con información en sus manos.

Loly se encontraba en un bar tomando algunos tragos, la mujer se encontraba pensativa sobre lo que podría suceder en veinticuatro horas o menos.

—Otro, por favor. —dijo la pelinegra tras acabarse el trago.

—Sabes, es mucho alcohol para una mujer tan pequeña. — dijo Billy sentándose al lado de Loly.

—No me invitan mucho las primeras citas… ¿Qué haces aquí? — preguntó.

—Conseguí algo, quizá nos sirva.

—¿Y qué es?

—Conozco a un tipo que está retirado del MACUSA pero se encontró con una de las guaridas de esta gente hace algunos años. Tenían mapas con cada punto que atacarán en todo el mundo y el que sigue es Nueva York.

—Supongo que decomisaron los mapas y todo lo que había ahí.

—No son necesarios, sé dónde estarán. — dijo Billy.

Jack se encontraba en el dojo de su amiga Jia Li, la mujer había prestado el lugar a Jack pues se encontraba de viaje en su país natal. El rubio trataba de concentrarse para guardar reposo y poder descansar pues llevaba varias noches que no lograba conciliar el sueño, sin embargo, se sentó sobre la cama tratando de asimilar lo que Mónica le había mostrado la noche anterior.

—¿No puedes dormir? — preguntó una voz femenina. —Algo me dice que estabas pensando en mí.

Jack de inmediato se puso de pie y observó a Mónica en la puerta de la habitación con una espada en su mano derecha.

—¿Qué haces aquí? — preguntó el rubio.

—Me enviaron por ti, Black… ¿Por qué te sorprende?

El muchacho miró a los ojos a la pelinegra dándose cuenta que estaba bajo un control mental.

—Puedo ayudarte. — dijo.

—Todos dicen lo mismo pero solo me quieren usar como una maldita arma.

—Puedo llevarte con James… —mintió el rubio. —… Sé que recibirías ayuda de él.

—¿Del hombre que me dejó morir? No, no lo creo.

Tras esas palabras, Mónica se abalanzó sobre Jack para comenzar una pelea.

Como lo sospechaba, Andrew había caído en una trampa de La Disidencia, varios hombres rodeaban al enmascarado preparados para intentar acabar con él.

—¡Matenlo! — exclamó el hombre a cargo.

Sin pensarlo corrieron hasta el hombre de traje comenzando una pelea entre el grupo y el justiciero.

Fue fácil para Andrew derrotar a los hombres, sin embargo, el hombre a cargo era el único que quedaba en pie y decidió batirse en un duelo personal contra el enmascarado llegando a superar su nivel de pelea. Golpes iban y venían en el lugar, Andrew intentaba esquivarlos con sus clásicas volteretas pero uno que otro golpe era impactado con éxito en el cuerpo del enmascarado.

—Si sales con vida de esta espero que le adviertas a tus amiguitos a lo que están por enfrentar. — dijo aquel hombre japonés mientras sometía a Andrew en el suelo.

—Se los diré cuando los aniquilemos. — contestó el pelinegro para sacarse a su rival de encima de una patada, se levantó rápidamente y comenzó a golpear al hombre con furia para después terminar la pelea con una patada en la cara del sujeto causando que cayera por un barandal hasta el último piso del edificio.

Andrew se acercó al barandal para observar a su rival inconsciente en el suelo pero inmediatamente se retiró tras escuchar que más hombres se acercaban.

La pelea entre Jack y Mónica se mantenía vigente, la pelinegra había empujado a Jack por la ventana llevando el combate al exterior.

—¿Cuál es su plan y por qué me quieren a mi? — preguntó el rubio luego de impactar algunos golpes en la mujer.

—Los queremos a todos… intervienen en la misión. — contestó Mónica para después intentar clavar la espada en el abdomen de Jack, sin embargo, el rubio logró esquivarlo.

—No tienes que hacer esto. — dijo el muchacho bajando la guardia.

—Sí, sí debo. — contestó la pelinegra para después impactar una patada en el pecho de Jack que lo tumbó al suelo. —Lo lamento. — añadió antes de clavar aquella espada.

—¡Alto, policía! — exclamó un oficial a las espaldas de Mónica. —Baje el arma lentamente.

Jack aprovechó la distracción y envió a Mónica al suelo con una patada en sus piernas, rápidamente la mujer se arrastró por el suelo para escapar por las alcantarillas.

—¡Sí se vuelve a mover le dispararé! — exclamó el oficial apuntando a Jack.

—Dios… — susurró el rubio quien disimuladamente sacó su varita, apuntó al oficial y lo dejó inconsciente con un encantamiento. —… Lo siento oficial pero no me dejó otra opción. — agregó para luego seguir a Mónica por el alcantarillado.

Al llegar al fondo, Jack intentó seguirle el rastro a la pelinegra, el hombre corría siguiendo las huellas frescas de la chica hasta llegar a división donde las huellas habían desaparecido.

» ¿Dónde estás…? — se preguntó.

A su derecha apareció la mujer realizando un pequeño corte en el pecho del rubio.

—No pierdas la guardia. — soltó la pelinegra.

Jack, con algo de rabia se concentró para encender su puño y de un impacto envió a volar a la mujer por los aires.

Había amanecido, Loly había vuelto a su departamento junto a Billy para tratar de unir la información que tenía el hombre con las pistas que la chica había conseguido durante las últimas semanas. La investigación fue interrumpida por alguien que tocó la puerta, Billy se encargó de abrirla y al otro lado se encontraba Payton con un archivo en su mano.

—Conseguí esto. — soltó al entrar al departamento.

—¿Qué es? — preguntó Loly, curiosa.

—Todo lo que pude conseguir de esos idiotas. — contestó el hombre.

—¿Y cómo lo conseguiste? — preguntó Billy acercándose a la conversación.

—No importa cómo lo conseguí si no lo que viene adentro, hay que abrirlo.

Loly tomó el archivo y comenzó a inspeccionar lo que había dentro.

—Son órdenes de compra, facturas, trámites de banco…

—¿Qué? Maldición… — susurró Payton.

—Espera, creo que está manipulado. — dijo Loly para después tomar su varita y conjurar algunos encantamientos mientras apuntaba a los documentos.

Las letras de los archivos comenzaban a acomodarse dejando ver su verdadero contenido.

—Mierda, esto es algo más grave de lo que pensaba. — dijo Billy observando.

Payton se acercó a los archivos con curiosidad.

—¿Cómo hiciste eso? — preguntó.

—Estos idiotas quieren apoderarse de las instituciones mágicas del mundo usando a personas como armas. — dijo Loly ignorando la pregunta de Payton.

—¿Cómo? — cuestionó Billy.

—Usando la mutación rúnica, al parecer crearon una especie de máquina o una mierda así… Bill, sí será donde tu contacto te dijo.

—¿Dónde? — preguntó Payton.

—El edificio Blake. — contestó Andrew entrando por la puerta con su traje de abogado y su herramienta para ciegos.

—Carajo…

—¿Avisaremos al MACUSA? — preguntó Billy.

—No creo que sea buena idea involucrar a más personas. — contestó Payton mientras colocaba sus manos sobre la cintura.

—Tiene razón, entre menos sepan, mejor. Esto lo tenemos que resolver entre nosotros para evitar que alguien más salga herido.

La conversación fue interrumpida por un fuerte estruendo en medio de la sala, Jack se había aparecido justo frente al escritorio de Loly con algo de sangre en su pecho.

—Tiene que ser una broma… — susurró Payton tratando de analizar lo que acababa de pasar.

—Jack ¿Qué te sucedió? — preguntó Loly algo preocupada.

—Mónica apareció en el dojo, nos peleamos y me hizo esto… dijo que La Disidencia nos quiere a todos.

—Y así es, sabemos lo que traman y donde. — contestó la pelinegra enseñándole los documentos en su escritorio.

Jack comenzó a leer lo que había en la carpeta con la misma preocupación que sentían los demás.

—Loly, esto es algo muy grande, debes reunir a los Patengers, necesitamos a Elías, James, Abril…

—No, lo haremos nosotros, Jack. Sé que esto es aterrador y más para nosotros tres que tenemos este don rúnico pero no podemos exponer a más gente.

—Si lo hacemos juntos quizá podamos vencerlos. — añadió Andrew tratando de animar a los demás.

—Rojo tiene razón, vamos a armar un plan basándonos en estos datos, tenemos todo lo que harán, posiciones de sus hombres, zonas de ataque y de defensa… En Los Marines esto es una gran ventaja. — dijo Payton.

—Bien, traigan el whisky, planeo mejor estando medio ebria. — agregó Loly a la conversación mientras se sentaba sobre su silla.