
Capítulo 12: Viejo Amigo.
[Nueva York, 21:30 PM]
Carter se encontraba camino a unas bodegas al norte de Brooklyn donde se escondían los miembros de una mafia rusa los cuales trabajaban para el hombre de cabello largo, al llegar, le permitieron la entrada y se reunió con el líder de los mafiosos y algunos de sus miembros.
—Señor Carter, lo veo bien. — dijo el hombre calvo mientras caminaba hacia su visita.
—Las apariencias engañan aunque no a todos… ¿Qué tal? — contestó Carter.
—Hay unos asuntos pendientes de los que debemos hablar, por favor, sígame.
El calvo caminó hasta una pequeña sala donde había sillas y una mesa algo pequeña.
—Cuénteme. ¿Qué asuntos?
—El… hombre de traje nos ofreció una nueva forma de seguir con nuestros negocios sin depender mucho de otras personas, como usted, por ejemplo.
—Estuvimos hablando algo similar, me parece… continúe.
—Nos abrió los ojos, como sabrá, él es un hombre bastante visualizador, se concentra mucho en el futuro. — continúo el tipo para luego sacar un cuchillo de su bolsillo muy disimuladamente. —Lo que quiero decir, señor Carter, es que me parece que no necesitaremos más de sus servicios para continuar con nuestro negocio.
Carter simplemente miró al hombre frente a él y luego asintió con su cabeza.
—La cláusula que firmamos dice que el negocio se terminará cuando ambas partes estén de acuerdo… me parece que yo no lo estoy.
—Eso ya no nos interesa, señor Carter, el hombre de traje firmó por usted. ¿Creyó que era su aliado? Lo manipuló para traerlo hasta acá y que nosotros por fin nos deshicieramos de usted, lo traicionó.
El hombre de cabello largo miraba con algo de rabia al calvo frente a él, sin decir una palabra se levantó de su asiento con dirección a la salida.
—Señor…
—Que no escape, vamos.
Todos los hombres de la mafia presentes en el lugar se dirigían tras Carter.
[Hell's Kitchen]
Loly se encontraba en su oficina junto a Bells, ambas mujeres trataban de atar cabos para encontrar más información sobre la gente que los perseguía.
—En mi vida se me había hecho tan complicada una maldita investigación. — dijo la pelinegra mientras se servía un vaso de whisky escocés.
—Tenía tiempo de no verte tan frustrada por eso, desde la vez que te quitaron el caso del pueblo raro en…
—Sí, sí, no me lo recuerdes.
—¿Por qué no seguiste en ese caso? — preguntó la rubia.
—Sí no se lo hubieran dado a quien se lo dieron entonces por mi cuenta hubiera seguido investigando. — contestó la pelinegra de forma seca.
Bells se quedó en silencio observando un pequeño documento que tenía sobre la mesa, comenzó a verlo de arriba a abajo notando un rastro de magia en él.
—Loly, este papel…
—Es sobre el certificado de la hija de Tessa, no había nada relevante, te lo dije.
—Sí, lo recuerdo, pero esto está modificado con magia. — contestó la rubia quien sacó su varita para apuntar al papel y conjurar un encantamiento. Luego de eso, las escrituras del papel comenzaron a cambiar mostrando más información en él.
—Mierda… — susurró la pelinegra mientras se levantaba rápidamente de su silla.
—“Por este medio, se hace oficial el registro de apellido sobre la señorita Rosemary Blake dando por entendido que obtendrá el apellido de su madre oficialmente, Tessa Whitney, convirtiéndose en la única heredera de sus dos familias hasta el día en que sus padres fallezcan.”
—No es un certificado de adopción, es un registro de apellidos. — dijo Loly quien después comenzó a buscar entre sus archivos algunos papeles.
—Sabemos que su madre es Tessa, pero… ¿Quién es su padre?
—Liam Blake. — dijo una voz en la ventana del edificio.
—¡Mierda! — se exaltó Bells.
Andrew escuchaba todo desde la ventana con su traje rojo puesto, el hombre abrió la ventana y entró a la oficina de la pelinegra.
—Sí vuelves a hacer eso te voy a tirar desde el séptimo piso… pero tiene razón, es Liam Blake.
—¿El tipo que intentó asesinar a James y Abril? Ese maldito está metido en todo…
—Controlaba la mayor parte de Nueva York, todos sus departamentos, todos sus políticos, toda la policía. Además de que hacía tratos con gente poderosa del mundo mágico, ahí pudo conocer a esa tal Tessa.
—Lo único que no me cuadra es… ¿Qué tiene que ver todo esto con esto imbéciles que nos persiguen?
—Quizá puedan preguntarle ustedes mismos… acá viene su dirección actualizada, Queens. — contestó Bells mientras leía el papel.
—Iremos ahora, prepárate. — dijo Loly quién tomó su bufanda y salió de su departamento. Andrew se quedó en el departamento por unos segundos recostado sobre la pared, Loly volvió a entrar. —Necesito esto… — agregó la pelinegra tomando el papel con la dirección de Rosemary.
—Sí, lo sabía. — contestó Andrew para después salir por la ventana del lugar.
—Yo… les haré apoyo moral desde aquí, porque no… — susurró la rubia mientras se recostaba sobre la silla.
Los rusos habían seguido a Carter muy sigilosamente hasta la salida, sin embargo, uno de los guardias le ordenó frenarse a unos metros de la puerta.
—Señor Carter, no puede irse, órdenes del hombre de traje. — dijo el tipo corpulento.
—Dile a Spooner que se vaya a la mierda, ahora muévete. — contestó Carter quien intentó escabullirse por un lado pero el guardia se movió rápidamente impidiendolo.
—¡Señor, rastreamos a Carter! — exclamó un hombre con vestidura militar.
—¡Vayan por él, maten a todo el que se interponga en su camino, la extracción debe ser exitosa cueste lo que cueste!
Un grupo de paramilitares se preparó para sacar a Carter de aquellas bodegas.
—No puedes irte, Carter, ya no. — dijo el líder de los mafiosos a las espaldas del hombre pelilargo.
Los demás miembros de la banda se hicieron presentes en el lugar cerrandole el paso a Carter para no salir del lugar.
—Sí en serio quieren esto… — dijo el hombre.
Rápidamente recibió un golpe del hombre a sus espaldas dejandolo algo aturdido.
—Perdiste tú habilidad muy fácilmente, no tienes acción hace muchos años… te llegó tu fin.
El líder apuntó a Carter en su cabeza con un arma pesada y estaba a punto de dispararle.
—¡Idiotas! — exclamó alguien cerca de los hombres. —Él es mío. — agregó para después sacar un par de metralletas y comenzar a dispararles a los hombres con un grito de coraje.
Carter aprovechó el momento para golpear al hombre que lo tenía sujetado y asesinarlo fríamente con un disparo en la cabeza. El resto de la mafia se escondió en paredes y comenzó a dispararle a ambos hombres quienes decidieron usar un auto como escondite.
—¿Qué mierda haces aquí? — preguntó Carter mientras revisaba el cargador de su arma para contar las balas.
Payton se quedó callado, el hombre se levantó de su escondite para sacarse una especie de túnica que llegaba hasta sus rodillas dejando ver un chaleco antibalas con una calavera blanca en medio. Sacó un par de armas y con ellas comenzó a dispararle a los miembros de la mafia rusa.
Carter comenzó a disparar también tratando de buscar una salida, el hombre se abrió paso por un pasillo para llegar a una especie de museo donde la banda había robado obras de arte y las exponían en una sala para su propia apreciación mientras Payton se había deshecho de la mayoría de mafiosos que se encontraban en esa sala.
De repente, aquellos paramilitares entraron al lugar botando las puertas encontrandose con varios cuerpos en el suelo.
—Hay múltiples muertos y heridos, cambio.
—Copiado, encuentren a Carter y salgan de ahí.
Payton se había escondido para no ser visto por los hombres.
Del otro lado de la sala, Carter había eliminado a muchos hombres con sus técnicas de combate y disparo, había sido herido en su mano por un cuchillo que le habían enterrado, sin embargo, el hombre seguía de pie disparando a todos aquellos que se movían, tras minutos de intensa pelea el hombre salió victorioso de su lucha y se dirigió en busca del líder de la mafia hasta la terraza del edificio.
—El sospechoso no se encuentra, cambio. — habló uno de los paramilitares mientras apuntaba con su arma al frente.
Un grupo armado se dirigía en fila hasta el segundo piso del lugar mientras otro pequeño grupo despejaba el primer piso, algo que Payton aprovechó para tomar por la espalda a uno de los hombres y asesinarlo muy sigilosamente. El hombre se fue deshaciendo de todos y cada uno de los paramilitares con sus habilidades aprendidas en el ejército hasta quedar con el último hombre al cual le realizó dos cortes en sus piernas para inmovilizarlo.
Tras algunos segundos de silencio el hombre observó hacia su izquierda para darse cuenta que había acabado con todos.
—¡Carter! — exclamó el hombre con rabia.
Billy y Jack se encontraban vigilando un almacén de drogas donde una pista los había guiado, los dos hombres vigilaban desde afuera como varias personas que trabajaban dentro importaban y exportaban ingredientes para la realización de las drogas.
—Sí tu amiga tiene razón, esta gente tiene algo que ver con lo que está sucediendo. — dijo Jack.
—¿Sabes qué? Me da mucha flojera seguir esperando, hay que entrar y averiguarlo ahora. — soltó Billy.
Jack miró con cara de sorpresa a su amigo quien no acostumbraba a ser así de agresivo.
—Ordenen el lugar, pronto vendrán por una carga. — dijo un hombre de tez oscura dentro de aquel almacén.
De repente, se comenzó a escuchar fuertes estruendos en el lugar llamando la atención de todas las personas dentro, el hombre de tez oscura quién parecía ser el líder desenfundó su arma y se dirigió hasta el lugar de donde provenía el sonido junto a cuatro personas más.
Todos estaban en guardia, sin embargo, perdieron sus posiciones de defensa una vez que la puerta de metal fue derribada por el puño brillante de Jack.
—Buenas noches… — soltó el rubio luego de eso.
—¡Disparenles! — exclamó el hombre a cargo, sus hombres comenzaron a abrir fuego sin pensarlo comenzando una pelea entre los dos justicieros y los demás tipos armados.
Loly y Andrew se habían encontrado en la dirección del hogar de Rosemary, el hombre se había sacado su traje de héroe y caminaba junto a la pelinegra con su apariencia normal.
—Aquí es… — susurró la pelinegra.
—Te noto nerviosa. — dijo Andrew.
—Estamos a punto de hablar con la hija de una maldita loca que quiso conquistar nuestro mundo y que asesinó a miles de magos y brujas en ese momento, amigos incluidos…
—Se oye fatal.
Loly tocó el timbre y esperó unos segundos a que alguien abriera, sin embargo, nadie lo hizo.
—A la mierda, estoy harta de esperar. — soltó la chica para después romper la cerradura y entrar por la fuerza.
Andrew no había detectado a nadie dentro del departamento por lo que ambos muchachos comenzaron a buscar algo que los ayudara en su investigación.
—Hey, mira esto. — dijo Loly mientras tomaba unos certificados dentro de un archivero. — Oh disculpa, olvidé que no puedes ver. — agregó después con una sonrisa.
—¿Y el chiste viene aparte? — preguntó el hombre pelinegro observando a la mujer seriamente.
—Qué delicado, Wilson. Son certificados de graduación, esta chica estudió en Hogwarts al parecer… graduada con honores, generación mil novecientos setenta y ocho.
—Dos años después de Londres. — contestó Andrew.
—Así es, aquí no hay nada más que sea interesante o que nos ayude en algo… quizá la chica sea muy distinta a su madre, como Giah con su padre.
—¿Quién es Giah? — preguntó Andrew mientras caminaba por el lugar tocando la mayoría de cosas que podía.
—Es una chica que llegó al departamento Patenger luego de que se enteró que nosotros asesinamos a su padre.
—¿Lo de Balton Wagner? Escuché algo de eso.
—Sí, Abril Wood lo terminó por matar y Giah se unió a nosotros en agradecimiento, la pobre chica era casi rehén de ese maldito desgraciado, era muy fanática de James Sawyer, cuando quiso llegar a agradecerle él ya estaba bajo el hielo.
—¿Bajo el hielo? — preguntó el hombre.
—Sí, James fue congelado en un mar canadiense por su hermana Erin en el sesenta y tres, se salió de control cuando no pudo manipular la mutación rúnica. — contestó Loly mientras buscaba más cosas en la habitación.
Andrew comenzó a sentir una presencia extraña en el lugar, algo que no había sentido antes.
—¿Todo bien? — preguntó Loly.
—No, hay algo acá… — contestó el pelinegro.
—Maldita sea, Andrew. ¿Con quién estás hablando hace rato? — preguntó Loly a las espaldas del chico.
Andrew se confundió por unos segundos, sin embargo, al sentir las vibraciones de ambas mujeres en el lugar se dio cuenta de quién era la verdadera Loly Diggory.
—¡Cuidado! — exclamó el chico tirándose sobre su amiga y cayendo al suelo con ella.
—Mierda, es una ilusión.
—¡Están invadiendo mi propiedad! ¿Quiénes son? — se escuchó una voz femenina.
—Sólo queremos hablar, muéstrate. — dijo Loly.
Ambos se pusieron de pie rápidamente tratando de buscar a la mujer que recién estaba hablando pero ninguno lograba verla.
—Me harté de esto. — soltó la pelinegra para después dar un fuerte golpe al suelo con todas sus fuerzas causando una onda expansiva que lanzó a Andrew y a la otra mujer por los aires. — Te encontré. — dijo después.
La mujer se acercó hasta la muchacha en el suelo, su cabello rubio natural y su piel blanca resaltaban en el lugar.
—¡Boom! — exclamó la muchacha quien fingía estar inconsciente, apuntó rápidamente a Loly y la dejó aturdida con un encantamiento haciendo que cayera al suelo golpeándose su cabeza.
Rápidamente Andrew se acercó a la escena, comenzó a esquivar todos los encantamientos de la rubia con sus clásicas volteretas y acrobacias hasta acercarse lo suficiente y arrebatarle la varita de una patada.
—Se acabó el juego. — dijo el pelinegro mientras le aplicaba una llave a la joven mujer.
—¿Quién mierda son? — preguntó.
—No vinimos a pelear con nadie, sólo queremos hablar. — contestó Andrew. — Voy a soltarte, no hagas nada estúpido. — agregó.
—Está bien… — contestó la chica.
Andrew soltó a la chica quien se quedó quieta por algunos segundos pero después, con una rápida maniobra se abalanzó al suelo para tomar su varita y lanzarle un hechizo al pelinegro.
—¡Expulso! — exclamó la muchacha mientras le apuntaba al hombre frente a ella.
El encantamiento se dirigía con rapidez hacia Andrew pero el muchacho se cubrió con su brazo izquierdo logrando que un aura de fuego se apareciera a su alrededor repeliendo el encantamiento por completo.
—¡Ya quédate en el suelo! — exclamó Loly quién apareció dando un salto e impactando un golpe tan fuerte a la chica que la dejó totalmente inconsciente en el suelo.
—Pensé que comenzabas a soñar con tus amigos justicieros.
—¿Cómo hiciste eso del fuego? — preguntó la pelinegra mientras se acomodaba su cabello.
—Tú eres investigadora profesional, averígualo tú misma. — contestó el hombre mientras se alejaba del lugar.
—Pensé que la del mal humor aquí era yo… — susurró la pelinegra para sí misma para después llevarse el cuerpo inconsciente de la rubia en el suelo.
Jack y Billy aún se encontraban luchando con los hombres en el almacén, en algún momento de la pelea se encontraron rodeados por todos los sujetos armados.
—¿Algún plan? — preguntó Jack mientras miraba a su alrededor a todas las personas frente a él.
—Sí, golpéame. — dijo Billy.
—¿Qué?
—La onda expansiva que causamos juntos ayudará, solo hazlo. — contestó el hombre de tez oscura mientras acomodaba sus manos para que Jack impactara con su puño en ellas.
—Bien, si tu lo dices, allá vamos.
El rubio encendió su puño e impactó fuertemente en las manos de su amigo causando lo que habían predicho, la onda expansiva envió al suelo a sus enemigos terminando por completo la pelea.
—Mierda, pensé que saldría volando yo también. — dijo Billy entre risas.
—Sí así lo quieres se va a cumplir. — dijo un hombre apuntando a Billy con una bazooka mientras otro apuntaba a Jack con un arma.
—¿Acaso no se cansan? — preguntó Jack mientras miraba a Billy.
Rápidamente, el hombre más alto tomó a Jack de su espalda y lo lanzó hacia ambos sujetos recibiendo un golpe y una patada del rubio que los dejó en el suelo.
—No me cansaré de esa técnica. — dijo el rubio.
—¡Jack, cuidado! — exclamó Billy pues un anciano se acercó amenazante al chico, con un rápido movimiento logró derrotar a Jack y por último se encargó de Billy.
—Era tan sencillo como eso, manada de idiotas, ahora llevenselos. — soltó el anciano.
Un grupo de hombres tomó a Billy y a Jack inconscientes y se los llevó del lugar.
Carter había subido hasta la terraza del edificio, sin embargo, era suficientemente tarde pues el líder de la mafia rusa había escapado en un helicóptero.
—Hijo de perra… — susurró el hombre de cabello largo, al darse la vuelta, notó la presencia de un hombre a sus espaldas.
Ryan Payton observaba a su antiguo compañero con rabia.
—¿Por qué lo hiciste? — preguntó el hombre con la calavera en su chaleco.
—Larga historia, Payton, no es momento. — contestó Carter mientras se daba la vuelta.
—Vas a pagarlo. — soltó Payton mientras tomaba su arma de su chaleco.
Ambos hombres se miraron fijamente a punto de comenzar una pelea.
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