extra
---Entra Norman, ahora es mi turno.
Norman baja la mirada y se resigna a dejarla pasar a su oficina.
Emma entra, camina hasta la silla frente a su escritorio y toma asiento. Norman la imita y toma asiento en su silla, del otro lado del escritorio.
Ahí mantienen un duelo de miradas, la de ella no refleja nada, ni tristeza, ni furia, ni resentimiento; mientas que la suya, solo muestra algo de vergüenza por lo sucedido.
---¿No preguntarás nada sobre tu hija? ---cuestiona, ahora buscando algo en su bolso.
Norman parece salirse de su trance.
---¿Eh? ---pasa sus manos por su rostro--- ¿Es... una niña?
Emma pone sus ojos en blanco y deja escapar el aire de sus pulmones.
---Sí... Ni siquiera me ponías atención cuando te hablaba ---murmura, colocando una hoja sobre el escritorio---. Creo que hice bien en traer esto.
Norman la mira confundido y desliza la hoja hacia él.
---Quiero que nos divorciamos, Norman.
Él alcanza a ver una lágrima caer por su mejilla, sin embargo, rápidamente se la quita.
---Pero, Emma ---él suspira, lee sin mucha concentración lo que la hoja redacta---, ¿Crees que está es la mejor forma de arreglar las cosas?
Le parece tan patético lo que sale de su boca, que no contiene las ganas y suelta una sonora carcajada.
---¿Crees que la mejor solución, cuando ya no amas a tu esposa, es engañarla con tu secretaria? ---pregunta ella, mirándolo sarcástica.
Norman baja la mirada.
---Eso pensé... ---musita ella---. Yo considere muchas ideas... Sin embargo, nuestro matrimonio no tiene arreglo, es lo mejor para todos.
Emma posa sus manos sobre su vientre abultado y dirige su mirada a él sin culpa de verlo tan abatido, en menos de una hora su mundo de fantasía se había derrumbado.
Y después de todo lo que hizo, lo estaba disfrutando. Estaba disfrutando su frustración.
Norman suspira, contiene ciertas lágrimas que amenazan con salir.
---Si nos... Divorciamos, ¿Que pasará con nuestra hija?
Emma lo mira, con detenimiento. El énfasis en la palabra 'nuestra' hizo que algo dentro de ella se revolviera y definitivamente esa sensación no fue su bebé. Sintió cierta presión en su pecho y el nudo en su garganta se agudizó, entonces decidió soltar el aire contenido de forma temblorosa, aliviando las ganas de llorar.
---Será mejor que viva conmigo... Más ahora, ella será una bebé inofensiva, me necesita ---pasa una de sus manos por su cabello anaranjado, tal cual un atardecer de verano---. Podrías visitarla los fines de semana y... a medida que pase el tiempo definiremos más cosas que sean necesarias.
Norman frunció los labios y se resignó a asentí.
---Bien ---susurra---. Quédate con la hoja, luego me la entregas con tu firma.
Ella se levanta y por primera vez en su vida, Norman le presta un poco más de atención.
Nota cuánto a crecido su vientre desde la última vez que se fijó en eso, nota que su cabello es más largo que antes, nota que sus ojos están más apagados y se culpa por ello.
Por primera vez en este rato, se percata del gran error que cometió.
Ya no puede hacer nada.
Está completamente acabado.
Camina fuera del edificio, el gélido aire golpea su rostro y siente el frío en sus piernas por el vestido que decidió usar. Se suponía que hacía calor.
Se maldijo a si misma por no ser más precavida.
De la nada, los recuerdos sobre lo hablado con Norman cayeron como cataratas en su mente. Sin embargo, lo peor de aquello fue pensar que, quizás, Norman nunca la amó.
Y las lágrimas comienzas a hacer presión en sus ojos.
Ya no puede contenerse.
---Emma.
Cuando por fin deja salir sus lágrimas y ya no puede detenerlas, una voz la llama desde la penumbra y allí ve a Bárbara, quien se encontraba recargada sobre una de las paredes del edificio.
Rápidamente trata de quitarse las lágrimas del rostro.
---Bárbara... Pensé que ya no estabas aquí ---confiesa con una sonrisa nerviosa.
Ella niega con la cabeza.
---Uhm... ¿Estás bien? ---pregunta algo preocupada.
Emma muestra su mejor sonrisa, como siempre y niega con la cabeza mientras quita algunas de las gotas que aún recorren su rostro.
---Sí... No te preocupes por mí.
Bárbara asiente, desconfiada.
---No sé si sea el mejor momento para decirte esto, pero... Lo siento mucho, Emma, realmente estoy arrepentida...
Los ojitos de Emma la miran, estos son iluminados por la luz de la luna, y parecen que en mucho tiempo vuelven a tener una pizca de vida. Sus labios se curvan y siente que, en mucho tiempo, puede volver a creer que alguien se está disculpando sinceramente con ella.
---Me alegra que te hayas dado cuenta de tu error... ---dice ella, colocando una mano en el hombro de Bárbara---. Y Gracias.
Ella inclina la cabeza y la mira con confusión.
---¿Gracias?
Emma asiente varias veces.
---Sí... Mi matrimonio con Norman no iba bien desde hace mucho tiempo, y creo que tú me diste ese empujón que necesitaba para separarme de él ---agradece Emma.
Recuerdan vagamente la conversación que tuvieron aquella tarde, de hace aproximadamente dos meses atrás, en la que le confesó todo sobre su aventura con Norman. Cuándo, cómo, dónde y porqué, le dijo todo. Fue difícil para Emma comprender toda la situación, más allá de saber la verdad, muy en el fondo aún no quería darse cuenta de con quién estaba casada. Recuerda que Bárbara le dijo, que ella valía más, que merecía mucho más que andar mendigando un poco de amor de ese hombre.
---No sé si debas agradecerme por eso... ¡Arruiné tu matrimonio!
Emma ríe sutilmente.
---Tarde o temprano se arruinaría.
Le sonríe y unos segundos más tarde ella le devuelve el gestó.
Bárbara se balancea sobre sus talones, mientras ve como ella revisa la hora en su reloj.
---Son las diez... ---musita Emma.
---Es algo tarde... ---Bárbara juega con sus dedos, nerviosa.---. ¿Quieres que... te acompañe?
Rápidamente levanta su mirada y su rostro esboza una bonita sonrisa de oreja a oreja.
---Eso sería genial ---exclama ella, comenzado a caminar en una dirección.
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1018 palabras
[💌] by koemi...
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