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OO7 | FINAL

Habían pasado todo el día juntos, hasta salieron a cenar, Taehyung mostrándose tan alegre como hacía tanto tiempo no pasaba, sin dejar de enseñar aquella particular sonrisa cuadrada que hacía que su madre no pudiera evitar sonreír al verlo de esa manera, con sus ojos brillando, como si hubiera ansiado poder pasar el tiempo con sus padres. Algo quizás sorprendente, es que aquella mujer no era la única que parecía feliz de ver a su hijo de esa forma, ya que Jungkook por momentos sonreía, escondiéndola detrás de sus manos que tenían los dedos entrelazados.

La familia no dejaba de conversar animadamente, logrando que cualquier tensión que existiera anteriormente, se disipara, mostrándose como una familia feliz como en el pasado no lo lograron. Y, mientras tanto, Hazel endurecía sus facciones observándolos a los tres, sintiéndose invisible, hasta que su mejor amigo intentaba integrarla por momentos en los cuales debía sonreír falsamente, como también fingir estar bien con la situación aunque eso estuviera en realidad desesperándola.

Una vez en la casa de Jungkook, había ordenado a Hanna a prepararles café mientras ellos tomaban asiento en los sofás, Taehyung y Hazel juntos al igual que Jungkook y Eunsoo, aunque ellos manteniendo distancia, algo que la mujer hizo al tomar asiento en una esquina. La joven estaba atenta a todo, a cada mirada de ellos, siendo realmente consciente de que Eunsoo parecía intentar pasar de él lo más posible, lo cual se lo ponía difícil.

—Fue toda una sorpresa encontrarte aquí, Hazel —mencionó la mujer—. Agradable, por supuesto.

—Con el descanso decidí pasar algo de tiempo con Taehyung, ya que hacía bastante tiempo no nos veíamos, y el señor Jeon fue tan amable que me permitió quedarme aquí —asintió con una pequeña sonrisa falsa, conectando la mirada con la de Jungkook, el cual no pudo evitar tensarse ante la mirada de Eunsoo. Ella alzó una ceja mientras pasaba los dedos por las hebras de su corto cabello, asintiendo, para luego volver a ver con una pequeña sonrisa a Hazel.

—Sí, fue una sorpresa que papá accediera, pero se lo agradezco.

—Me alegro de que lo haya hecho. Sé que la extrañabas demasiado...

—¡Por cierto! —exclamó con sus mejillas sonrosadas y algo incómodo, interrumpiendo a su madre que se sobresaltó—. Ya elegí una carrera universitaria.

—¿En serio? —preguntó asombrada, mirando por un momento al hombre que estaba a su lado con los brazos cruzados—. Creí que te tomarías un año para estar realmente seguro.

—No se lo permití —comentó con voz profunda, Jungkook, provocando que las comisuras de Eunsoo se elevaran en una pequeña sonrisa.

—Ya lo veo.

—Bien, elegí Ingeniería Industrial —continuó con una sonrisa satisfecha.

—Oh, eso es magnífico, hijo.

—Papá está contento, ¿verdad? —lo observó con una pequeña sonrisa y con sus ojos que se reflejaba la ilusión.

—Demasiado —aseguró con una pequeña sonrisa.

Eunsoo al ver cómo la sonrisa de su hijo se ensanchaba antes la palabra de su padre, provocó que la suya también lo hiciera. Pues, sabía cuánto Taehyung intentaba hacer sentir satisfecho a Jungkook, por lo que le aliviaba notar que él no parecía actuar tan frío con ellos como había esperado, sino que parecía mostrarse interesado en llevar una mejor relación, como si ahora él buscara tener su atención y satisfacerlos.

—Ya sabes que si te das cuenta de que no te gusta...

—Eso no va a pasar —la interrumpió, Jungkook—. Esta tiene que ser la definitiva. Además, su única obligación es estudiar.

—No empieces...

—No —intervino Taehyung—. Papá tiene razón. Además, no volveré a decepcionarlos. Daré lo mejor de mí.

—Mmm... Está bien.

Taehyung realmente esperaba que al comenzar, no acabara dándose cuenta de que nuevamente se había equivocado, ya que quería seguir manteniendo satisfecho a su padre.

En ese momento en que comenzó a sentir cómo una tensión aparecía siendo algo provocado por sus padres, haciéndolo sobrar, bostezó mientras se levantaba, ganándose toda la atención de su mejor que fruncía el ceño.

—Bien, es mejor que me vaya a descansar. Estoy agotado —mencionó acercándose a su madre para inclinarse hacia ella, pasando los brazos alrededor para abrazarla—. Gracias por haber venido, mamá. Me hiciste muy feliz.

—No podía no estar en tu día —murmuró antes de dejar un beso en su frente—. Descansa bien. Te amo.

—Yo más —musitó con una pequeña sonrisa—. Buenas noches.

Taehyung se inclinó hacia Jungkook, sorprendiéndolo al también recibir un abrazo de su parte, ya que esperaba que lo hiciera con su madre porque siempre eran demasiado cariñosos el uno con el otro, pero creyó que ya se había dado por vencido con él. Sus ojos estaban abiertos de par en par, mirando por un momento a Eunsoo que le indicó que le correspondiera, por lo que, no muy convencido, llevó una de las manos a su espalda.

—Gracias por el regalo y por este día, papá. Prometo ser responsable.

—Ya sabes que un coche no es un juguete, así que voy a confiar en ti —aseguró palmeando levemente su espalda—. Ahora ve a descansar.

Taehyung se separó y reincorporó con una sonrisa, rodeando el sofá para voltear a ver a Hazel, esperándola, la cual acomodaba su vestido mostrándose tensa.

—Yo también me iré a descansar. Fue un placer volver a verla, señora.

—Lo mismo digo, cariño.

Hazel ensanchó su falsa sonrisa al ver la cariñosa de la mujer, para luego observar al hombre que estaba a su lado.

—Buenas noches, señor Jeon.

Jungkook tenía su mirada oscurecida e intensa puesta en la joven mientras sus facciones se endurecían, como si quisiera hacerle notar que estaba molesto con ella, y más al tan solo asentir con la cabeza.

Hazel tragó con dificultad, volviendo la mirada a Eunsoo que había fijado la suya en Jungkook, mostrando algo de confusión, por lo que ante aquella tensión que parecía aumentar, decidió apresurar su paso para acercarse a su mejor amigo y comenzar a dirigirse hacia las escaleras.

Siguió a su mejor amigo, el cual la invitó a ver una película, y al saber que esa noche no podría dormir ante todas las sensaciones que la estaban invadiendo intensamente, no dudó en aceptar, entrando con él a su habitación. Taehyung comenzó a buscar una película, preguntándole cuál género le gustaría ver esa noche, siendo algo ignorado por ella que acabó diciéndole que eligiera él, pero que no fuera romántica, ya que sabía que era el favorito de él, algo que cuando lo conoció le sorprendió bastante. Pues, se le hacía algo extraño encontrar a un hombre que le gustara esa clase de películas, pero ya no debía sorprenderle de Taehyung que lo había visto hasta llorar en alguna que otra escena haciéndola reír a carcajadas.

Su mejor amigo terminó optando por poner una de terror, recostándose al lado de ella, mirándola por momentos al ser completamente consciente de que a pesar de que tuviera su mirada puesta en la televisión, no estaba mirándola para nada porque era demasiado evidente que estaba perdida en sus pensamientos.

—¿Qué sucede? —se atrevió a preguntar luego de unos minutos al no poder seguir soportando la curiosidad.

—¿Huh?

—Te noto distraída. Anda, dime en qué piensas.

—Nada importante. Solo... tengo curiosidad por algo.

—¿Y eso qué es?

—Tus padres.

—Ajá...—asintió mientras las comisuras de sus labios se elevaban en una pequeña sonrisa—. ¿Cuál es la curiosidad por ellos, Hazel?

—Solo me pregunto... ¿Por qué se divorciaron? —frunció el ceño—. Nunca me lo dijiste.

—Porque no lo entendí en su momento —recalcó ladeando la cabeza.

—¿Y ya lo entendiste? —indagó curiosa, deseando que pudiera decir que sí.

—Algo. Supongo que fue un cúmulo de cosas. Eso dijo mi madre en su momento.

Taehyung tenía la mirada puesta en la pantalla, observando a la protagonista correr desesperada en la oscuridad, mostrándose completamente desinteresado, por lo que Hazel se preguntaba si era por la película o por la conversación. Y es por más que tenía más seguridad de que fuera por el tema de conversación, iba a pasar de eso, porque su curiosidad podía mucho más y eso era gracias a que pudo notar el interés y los sentimientos de Jungkook por esa mujer.

—¿Y puedes decírmelos?

—Vaya, tienes mucho interés, ¿no crees?

Taehyung giró su cabeza a verla alzando una ceja con una sonrisa amarga, lo que hizo que ella mordiera el interior de su mejilla mientras se tensaba.

—¿Y eso está mal? —cuestionó frunciendo el ceño—. Eres mi mejor amigo, así que está bien que quiera saber sobre lo que llegó a afectarte tanto en algún momento. Tú lo sabes todo de mí.

—Sí, más de lo que me gustaría —murmuró llamando su atención.

—¿A qué te refieres? —lo tomó del brazo.

—A absolutamente nada —respondió volviendo a conectar sus miradas, dejando notar sus facciones que parecían ir endureciéndose.

—Taehyung...—musitó tensa.

—Ya sabes que él nunca fue un padre atento.

—Lo era un poco.

—No sé qué recuerdos tengas tú, pero los míos son como el de aquel día cuando tenía siete, mi madre se fue y quedamos a cargo de mi papá que se fue durante todo el día dejándonos sin comer, por lo que me corté intentando hacernos de comer y mi mamá enloqueció —mencionó haciendo una mueca—. Discutieron toda la noche, pero gracias a eso mamá contrató a Hanna.

Hazel bajó la cabeza mientras mordía el interior de su mejilla, pensando que Taehyung podía tener toda la razón, pero la verdad es que ella se centraba en aquellos recuerdos buenos que tenía de aquel hombre, como esa tarde en que Taehyung insistía en andar en bicicleta y Jungkook por orden de Eunsoo que estaba con Astrid tomando una taza de café, tuvo que hacerse cargo de ellos.

«¡Papá, mírame! ¡Papá, lo hago con una mano! ¡Mírame!»

El Taehyung de seis años había gritado emocionado, intentando llamar la atención de su padre que tenía un cigarrillo entre sus labios mientras su concentración estaba en el mensaje que había recibido de su Jefe de la organización, pero ante los gritos de su hijo, frustrado fijó su mirada en él que levantaba la mano libre para saludarlo.

«¡Eso es! ¡Muy bien campeón!»

Exclamó asintiendo cuando sacó el cigarrillo de sus labios, expulsando el humo y queriendo volver la atención al mensaje, pero Hazel que también estaba con su bicicleta rosada —regalo de sus siete años hecho por Eunsoo—, al notar la sonrisa de aquel hombre, la atención que le daba a su hijo provocó que ella también la anhelara, así que decidió intentar algo que nunca antes había hecho.

«¡Míreme a mí, señor Jeon! ¡Lo hago sin manos!»

Jungkook que había vuelto su atención a su celular, cerró los ojos con fuerza por un momento, detestando lo chillones que parecían estar aquella tarde. Pero al escuchar el sonido de un golpe, cómo su hijo gritaba el nombre de su amiga y un sollozo desconsolado, levantó rápidamente la mirada encontrándose con la pequeña en la acera y la bicicleta a un lado de ella que se tomaba la rodilla ensangrentada.

Jungkook soltó maldiciones entre dientes mientras apresuraba el paso para acercarse a la pequeña, la cual estaba siendo abrazada por su hijo.

«Hazte a un lado, Taehyung»

El niño obedeció rápidamente, observando preocupado a su mejor amiga hasta que vio a su padre inclinarse hacia adelante, tomándola por debajo de las axilas para así cargarla mientras seguía sollozando.

Aquello sentía que había sido un error porque podía escucharla llorar en su oreja, aferrándose a sus anchos hombros, lo que hacía que sintiera que se le iban a reventar los tímpanos. No tenía paciencia alguna, mucho menos con aquella niña que no era su hija y muchas veces se le hacía insoportable porque el "señor Jeon" no dejaba de escapar de su boca cuando estaba presente.

Entró a la casa llamando la atención de ambas mujeres que salieron rápidamente preocupadas de la cocina, observando cómo Jungkook dejaba a la niña en el sofá grande, colocándose en cuclillas frente a ella mientras le ordenaba a su hijo traerle el botiquín de primeros auxilios.

«¡¿Qué diablos sucedió, Jungkook?!» preguntó histérica su mujer.

«¡Oh, Dios! ¡¿Qué te sucedió, hija?! ¡¿Estás bien?!»

«¡Me caí de la bicicleta!»

«¡¿Cómo...?! ¡Jungkook! ¡¿No te dije que los cuidaras?!» cuestionó enfada, Eunsoo.

«¡¿Y yo qué demonios iba a saber que de un momento a otro se le iba a ocurrir andar sin manos?!»

El escucharlo alzar la voz y hablar entre dientes tan solo logró que el llanto de la niña se intensificara.

«Dios, lo siento, Astrid. Debí estar más atento...»

«Oh, no, no. No tienes que disculparte. Hazel a veces hace cosas que no debería. Además, de todas maneras, hasta haces más que el estúpido de su padre»

Astrid había hecho ese comentario soltando una risa amarga, lo que hizo que Eunsoo la mirase algo incómoda y luego a su esposo que carraspeó la garganta mientras se concentraba en buscar lo necesario en el botiquín que acababa de entregarle su hijo.

«¡Me duele, me duele!» chillaba la pequeña mientras Jungkook intentaba mantener la calma, desinfectándole la herida.

«¡Hazel, cálmate! ¡¿Qué te he dicho sobre los berrinches?!» preguntó dándole una mirada de advertencia a su hija, la cual sollozó bajando la cabeza, sintiendo cómo su amigo la tomaba de la mano.

«Ya está. Pronto dejará de doler» habló calmado, colocándole sobre la herida unas banditas adhesivas que eran coloridas y con dibujos.

La niña sorbió su nariz mientras observaba su rodilla ahora con las dos banditas adhesivas cruzadas, para luego jadear y levantar la cabeza encontrándose con la mirada del hombre, lo que provocó que ante la intimidación buscara rápidamente la mirada de su madre que estaba cruzada de brazos y con una ceja alzada.

«¿Qué se dice, Hazel?»

«Astrid...»

«Muchas gracias, señor Jeon» interrumpió a Eunsoo, para luego sorber nuevamente la nariz, preocupándose ante el semblante serio del hombre.

«Está bien»

«Lamento haber llorado. No se enoje conmigo...»

«Hazel...»

Jungkook levanto la cabeza, notando como Astrid tenía la intención de acercarse, pareciendo molesta con el comportamiento de su hija, por lo que suspiró volviendo a observar a la niña que tenía sus mejillas y nariz sonrosadas por el intenso llanto. Ella estaba haciendo puchero y sus lágrimas volviendo a brotar al no soportar la idea de que estuviera molesto por su culpa.

«Hey, no pasa nada. No estoy molesto contigo» aseguró relajado, limpiando delicadamente con el pulgar una de sus lágrimas mientras la niña lo observaba ilusionada.

«¿En verdad, señor Jeon?»

«Taehyung, llévala a ver la televisión»

Su hijo rápidamente obedeció la orden de su padre, ayudándola a bajar con cuidado del sofá para comenzar a caminar con cuidado, alejándose de los adultos, aunque ella no podía evitar voltear a ver a aquel hombre que se reincorporaba mientras las mujeres se acercaban a él, Astrid negando con la cabeza en modo de desaprobación por la actitud de su hija.

«Lo siento. Mi hija suele ser algo intensa con los hombres...»

Hazel volvió a la realidad, tragando con dificultad, detestando de cierta manera darse cuenta de cuánto pudo afectarle el abandono de su padre. Pues, quizás, inconscientemente, desde niña comenzó a buscar la atención de los hombres, buscando aquel amor paternal, y al ir constantemente a la casa de Taehyung hizo que quisiera recibirlo por parte de Jungkook, llegando a afectarle muchas veces su frialdad. Y peor aún, llegando a afectarle demasiado cuando Eunsoo y Taehyung se fueron de su lado, porque eso provocó que ella también dejara de verlo y tuviera que buscar esa atención y afecto en otros hombres, haciendo enfadar a su madre que siempre le aclaraba que su padre las había abandonado a ambas y tenía que aceptar que no lo tenía. Pero, claramente, a pesar de que pasaron años, siguió buscando cómo llenar ese vacío.

—Bueno, es que... siempre lo comparé con mi padre —explicó nerviosa.

—¿Y ahora? —alzó una ceja.

—¿Qué?

—Ya no lo comparas con él, ¿verdad?

—Claro que no. Antes era una niña...

—Claro, en cambio ahora los hombres de su edad son los que te gustan, ¿no? —examinó con una sonrisa cínica.

—¿Qué? ¿Qué carajos te sucede, Taehyung? —cuestionó histérica—. Solo te hice una pregunta. No entiendo porqué me sales con esto.

Él tan solo se encogió de hombros, volviendo la mirada hacia la televisión mientras se mordía el interior de la mejilla, por lo que ella se levantó rápidamente.

—¿Sabes qué? Ya se me quitaron las ganas de ver la película, así que me iré a descansar y espero que mañana no sigas actuando así de idiota —habló molesta, comenzando a caminar hacia la puerta mientras Taehyung seguía con su mirada fija en la televisión.


















(...)
















Hazel no podía dormir, se preguntaba, ¿qué podía hacer con la ansiedad que sentía? ¿Qué podía hacer con aquel malestar? Tan solo esperaba como una reina en soledad en su cama, deseando poder recibir algún llamado de aquel hombre o que al menos se atreviera a buscarla en su habitación, dándole seguridad de que era realmente especial para él, que podía obtener su amor y que Eunsoo ya no significaba lo que ella cada minuto creía con más certeza.

Pero los minutos seguían pasando, desesperándola al punto de creer que estaba cerca de perder la cabeza si no hacía algo al respecto, por lo que terminó saliendo de la habitación.

Al llegar a las escaleras las bajaba cautelosamente, observando que nadie estuviera ahí, lo que le hizo fruncir el ceño, pero al escuchar música, agudizó su oído para saber de dónde provenía.

Caminaba en puntillas de pies, los cuales estaban descalzos, dirigiéndose hacia donde estaba el despacho de Jungkook que era de dónde provenía la música que pudo reconocer como Jazz. Sentía sus latidos acelerarse a medida que se acercaba y más al ver la puerta entreabierta, dándose cuenta de que lucía más oscuro de lo normal, ya que tan solo estaba encendida la luz de una lámpara colgante.

—¿Recuerdas esa canción? —escuchó la voz profunda de Jungkook—. Sonó el día de nuestra boda.

—¿Por eso acabas de colocar ese vinilo? ¿Quieres que recuerde ese día? —cuestionó cínica.

Hazel asomó un poco su cabeza, pudiendo observar a Jungkook que estaba apoyado a un costado de su escritorio, tomando el borde con una de las manos mientras con la libre sostenía un vaso de whisky y Eunsoo estaba sentada en el sofá también con un vaso de whisky en una de sus manos.

—No está mal recordarlo ahora que nos volvemos a ver luego de varios años, ¿no crees?

—¿Por qué querría hacerlo?

—Nunca vas a perdonarme, ¿verdad?

—¿Tú acaso lo hiciste?

—Te rogué por un tiempo y ahora... ¿Acaso no es obvio que nunca estuve enojado contigo?

—¿Y a nuestro hijo lo perdonaste, Jungkook?

—Eso es completamente distinto —masculló frustrado—. A Taehyung solo lo descuidé un poco, pero contigo... Carajo, a ti te fallé como hombre. Te fallé de maneras que... hasta día de hoy no puedo perdonarme.

Eunsoo soltó una risa cínica, acercando el vaso a sus labios pintados de rojo.

—Y si tú no puedes perdonarte, entonces... ¿Cómo se supone que yo lo haga?

—Tú te distanciaste de mí al saber la verdad. No me dejabas acercarme...

—¡Me ocultaste la mierda en la que estabas metido!

—¡Si lo hice fue porque justamente no quería que cambiara la manera en la que me veías! Además, admite que si no fuera así, no hubiera podido salvar a nuestro hijo del problema que se metió con una de esas bandas.

—En eso tienes razón. Cuando sucedió, yo... me sentí aliviada en parte, pero eso no quita tus engaños. Tú realmente me engañaste, Jungkook —masculló levantándose.

—Las pocas veces que estaba... tú ni siquiera parecías estar cómoda con que durmiera en la misma cama, no me dejabas acercarme a ti —replicó dolido—. ¡No solo se trataba del poco tiempo que estaba con ustedes, sino que tú me alejabas más! ¡No supe cómo manejarlo y el alcohol esa noche me llevó a caer en la tentación!

—No me vengas con tus estúpidas excusas.

—Eunsoo, juro por Dios que yo jamás te hubiera engañado de esa manera si no fuera por todo lo que estaba pasando, por haber bebido de esa manera —aseguró desesperado, acercándose a ella—. Necesitaba volver a sentir un poco de calor...

—Cállate —exigió entre dientes con sus ojos cristalinos.

—Y sé que eso solo me llevó a perderte por completo.

—¿Qué esperabas? ¿Eh? ¿Que al ver los rastros que quedaron en ti después de estar con otra, te perdonara absolutamente todo y fuéramos una familia feliz? —cuestionó cínica—. Tú nos empujaste a que tomáramos la decisión de irnos de tu lado.

—¡Me abandonaron! ¡Me dejaron completamente solo como si no fueran mi familia! —alzó la voz—. Siempre estuve completamente solo, así que la familia que éramos... Eso era todo para mí porque jamás creí que podría llegar a tenerla. Ustedes eran mi vida, Eunsoo.

Eunsoo soltó una risa amarga mientras negaba repetidamente con la cabeza, y Jungkook la observaba con sus facciones endurecidas y empuñando las manos con fuerza sintiendo su sangre hervir ante los recuerdos. El tiempo que vivió en la calle por no poder seguir soportando a su padre alcohólico y la violencia que ejercía en él, sintió que estaba completamente perdido, que ya no había oportunidad alguna de poder tener un buen futuro, pues su única salida fue recurrir a robar para poder comer, hasta que Jaekwang llegó a su vida. Así fue como tuvo un lugar para dormir, comenzando a golpear, vender drogas y ganando cada vez más dinero a medida que iban ganando cada vez más territorio. Se había dedicado a la organización, pero detestaba sentir cómo esa vida estaba devorándolo porque era algo que jamás quiso para él, hasta que Jaekwang le dio la oportunidad de continuar también con sus estudios al notar su necesidad.

Había sido difícil para el tener que dedicarse a la organización, pero sin descuidar sus estudios, y más lo fue cuando en una cafetería conoció a Eunsoo. Jungkook se había rendido ante la idea de llevar una vida normal, de poder formar una familia y sentir por primera vez aquella calidez que pudiera llenar el vacío con el que cargaba desde que tenía conciencia, pero para su sorpresa se había ganado el corazón de esa joven que lo volvió completamente loco desde la primera vez que la vio.

Eunsoo era el gran amor de su vida y más por el hecho de que fue quién le dio vida a su hijo, haciéndole llorar de emoción al saber que había logrado lo que tanto deseó. Y ella al venir de una familia adinerada, tan solo ayudó al estatus de Jeon Jungkook, el cual buscaba la manera de poder seguir ocultando su doble vida, temiendo cada día que pasaba que su familia pudiera descubrirlo y decidiera abandonarlo.

—Necesito que me permitas remediar mis errores —mencionó con la voz ahogada, cayendo de rodillas frente a ella que tenía sus ojos cristalinos, sintiendo cómo Jungkook la tomaba con suavidad de las manos, apoyando la cabeza en su abdomen—. No tienes ni una idea de lo arrepentido que estoy por mis engaños.

—Ya no sigas con esto...

—Te amo, carajo. Te amo con locura —aseguró levantando la cabeza, permitiéndole que viera cómo sus lágrimas brotaban—. ¿No te das cuenta, Eunsoo? No me importa en absoluto el haber conseguido este estatus, tener esta mansión, todo el maldito dinero, porque al no tenerte solo siento un vacío —su voz se quebró y bajó la cabeza mientras ahogaba un sollozo—. Sin ti solo soy... un hombre miserable.

Jungkook sollozaba, cerrando los ojos con fuerza, sin importarle en absoluto que después de años volviera a verlo completamente roto por ella, porque jamás le había molestado mostrarle su debilidad. Pues, esa debilidad era tan solamente esa mujer que tenía en frente, que lloraba silenciosamente, tomando con fuerza sus muñecas haciendo que se reincorporara.

El hombre sorbió su nariz mientras ella acunaba su rostro observando sus ojos enrojecidos donde se reflejaba, y cómo sus lágrimas brotaban sin parar. Volvía a verlo tan vulnerable, que solamente lograba que su corazón se encogiera.

Hazel observaba aquella situación con sus ojos cristalinos y su labio inferior temblando, hasta que al ver cómo Eunsoo juntaba sus labios en un beso pasional mientras Jungkook pasaba los brazos por su cintura, apegándola a su cuerpo, se alejó torpemente de la puerta.

Quería huir de ahí, pero su visión se había tornado nublada y su corazón golpeaba con fuerza contra su cuerpo, lo que hizo que se deslizara por la pared a un lado de un mueble que la cubría. Había roto en un llanto silencioso, ayudándose con la mano que cubría su boca, escuchando los gemidos de aquella mujer y los gruñidos de Jungkook. En ese momento se sentía tan masoquista, pero se le hacía imposible moverse.




















(...)




























El interés de Jungkook parecía haberse apagado como una vela en la brisa, dejando a Hazel en la oscuridad de la incertidumbre. Y es que en tan poco tiempo había manipulado sus emociones como un titiritero a sus marionetas, sabiendo con gran facilidad que la tenía a su merced, lo cual era lo que quería. Poder tener el control en sus manos mientras que ella se entregaba a sus juegos, a pesar de que estaba lastimándola. Pero quizás era su culpa por tener la ilusión de creer en su buen sentir, por creer que estaba logrando que sintiera lo mismo que ella y ahora estaba llena de confusión y dolor.

Subía las escaleras torpemente mientras su llanto era imposible de detener, preguntándose cómo pudo haber sido tan idiota por haberlo esperado por horas cuando él estaba rogando por el perdón y amor Eunsoo, por volver a formar su familia, donde ella no era parte.

No sabía qué hacer con todo el dolor que estaba sintiendo, llevándose una sorpresa cuando al estar en el pasillo la puerta de la habitación de Taehyung se abrió. Estaba con su cabello castaño y ondulado desordenado, refregando uno de sus ojos, haciendo notar que estaba desorientado por recién haber despertado.

—¿Hazie? ¿Qué rayos sucede? —su voz salió profunda—. ¿Por qué estás llorando?

Los sollozos seguían escapando de su garganta, imposibilitando su hablar, por lo que él soltó un jadeo sorpresa cuando la joven se abalanzó a sus brazos, escondiendo el rostro en su cuello mientras su llanto se intensificaba.

Taehyung estaba completamente desconcertado, pero pasó uno de los brazos por su cintura, dando pasos hacia atrás para poder cerrar la puerta con su mano libre y así poder abrazarla mejor.

—¿Qué sucede, Hazie? —frunció el ceño, acariciando su espalda—. Me tienes preocupado.

Ella levantó la cabeza, enseñándole su rostro algo enrojecido por el llanto y empapado de lágrimas, lo que hizo que él lo acunara, limpiándolas con delicadeza con los pulgares mientras su frente se arrugaba levemente mirándola consternado.

—Dime...

—Me duele el corazón, Taehyung —sollozó—. ¡Soy una estúpida!

Él no decía absolutamente nada, hasta sus facciones parecían haberse endurecido. Tan solo la miraba, todavía limpiando las lágrimas que seguían brotando, notando cierta desesperación en los ojos verdes de la fémina.

—Taehyung...

Empuñó su camiseta negra mientras que él fruncía el ceño, teniendo sus labios entreabiertos como si quisiera decir algo al respecto, pero Hazel lo sorprendió por completo al estampar los labios contra los suyos. Ni siquiera parecía capaz de reaccionar mientras ella ejercía algo de presión al mover los labios, deseando que pudiera corresponderle, pero terminó siendo tomada por los hombros para separarla.

La observaba con los ojos abiertos a la par, intentando reaccionar a lo que acababa de hacer.

—Taehyung, por favor...—lloriqueó—, no quiero seguir sintiéndome así. Ayúdame. Yo... No puedo...

La verdad era que, siquiera debía pedírselo, porque Taehyung la tomó del rostro besándola con un hambre voraz que le arrebató el aliento. Y es que llevaba deseándola tanto tiempo que su manera de reaccionar hizo que Hazel pudiera saberlo al ser empujada a la cama, teniéndolo sobre ella mientras sus lenguas luchaban por el dominio, sintiendo cómo sus grandes manos iban recorriendo su cuerpo.

Besaba su cuello recorriéndolo con su lengua, haciéndola estremecer mientras soltaba un pequeño jadeo. Eso pareció encender aún más a su mejor amigo, el cual levantó la cabeza mirándola con una pequeña sonrisa a la vez que sus manos se dirigían a la espalda de ella, bajando el cierre de su vestido.

Al deshacerse de este, Hazel no pudo evitar sonrojarse al notar cómo miraba sus grandes senos, inclinándose rápidamente hacia adelante para comenzar a pasar la lengua por sus pezones. Aquello la hizo gemir, llevando la mano a su cabello para empuñarlo mientras él se turnaba para darle atención a sus pezones.

Cuando lo hizo separar, llevó las manos a su camiseta, quitándosela, observando lo delgado que era, pero cómo a la misma vez sus músculos se marcaban ligeramente. Le gustaba eso.

Una vez que él se encontraba en bóxers, pudo sentir lo duro que se encontraba, su miembro palpitaba y ella buscaba la fricción, haciendo que se sintiera morir de las ganas que le tenía, por lo que Taehyung se encargó de deshacerse de lo que restaba.

—T-Taehyung, espera...

Había intentado hablar, pero el hecho de sentir cómo llegaba a morder la piel de su cuello mientras hundía el glande en su interior, se lo dificultaba nublándole los sentidos.

—Oye...

Quizás, él estaba temiendo que se arrepintiera, lo cual le hizo actuar impulsivamente, tomándola fuertemente de las nalgas, apretándola de golpe para abajo para así enterrarse por completo en ella haciéndola chillar mientras arqueaba la espalda y su cabeza se inclinaba hacia atrás.

La habitación estaba inundada de sus gemidos, Taehyung disfrutando cada segundo del hecho de que al fin sus cuerpos se hayan convertido en uno como había imaginado tantas noches. La velocidad e intensidad iban aumentando mientras él gruñía y gemía en su oído.

—No tienes una idea de cuántas veces imaginé esto —murmuró con voz profunda en su oído, aferrándose a su cuerpo—. No tienes idea de cuantas veces he acabado gimiendo tu nombre, deseando tenerte así. Estar enterrado en ti...

Hazel cerró los ojos con fuerza, inclinando la cabeza hacia atrás mientras sus lágrimas brotaban, sintiendo cómo el placer que había estado sintiendo iba esfumándose con cada segundo un poco más. Había creído ingenuamente que entregarse al hijo del hombre que la destrozó anteriormente, la haría olvidarse de todo, que lo disfrutaría, pero al contrario estaba llorando y el dolor tan solo parecía haberse intensificado, dificultándole hasta el respirar.

—E-espera.

Taehyung sentía cómo enterraba los dedos en sus brazos, por lo que levantó un poco la cabeza sintiendo cómo su mejilla se humedecía al rozarse con la sien de ella, permitiéndole saber que estaba llorando.

—Taehyung, detente —pidió con un hilo de voz.

—Concéntrate en mí —ordenó por lo bajo, rozando sus labios y sin detener los movimientos.

—No...

—Deja de pensar en él. No lo necesitas. Concéntrate solo en esto, en mí...

—¡Que te detengas, carajo! —exigió empujándolo bruscamente, provocando que Taehyung se saliera de su interior y quedara de rodillas.

—¿Qué carajos...?

Hazel se levantó con algo de dificultad mientras sollozaba, comenzando a buscar sus bragas y vestido mientras él la miraba desconcertado.

—¡¿Qué rayos sucede contigo?!

—¡Te dije que te detuvieras, así que no me disculparé contigo!

Taehyung la observaba con el rostro arrugado, intentando procesar la situación y saber qué decir, pero Hazel se apresuró a salir de la habitación hecha un caos mientras intentaba subir el cierre de su vestido.




















(...)






























Hazel no había bajado a desayunar ni tampoco a almorzar, pero es que el hecho de que Hanna le informara que solamente estaba Taehyung, no sabía si lo empeoraba porque no estaba lista para enfrentarlo. Y mientras las horas pasaban, seguía sintiendo una opresión en el hecho que la hacía llorar, volviéndose cada instante más difícil porque el recuerdo de Jungkook durante la medianoche era como una puñalada para su corazón. Por momentos deseaba que regresara, que le diera alguna explicación y esperanzas, pero sabía que todo eso era una estupidez porque, de todas maneras, ya había tomado una decisión y no podía dar marcha atrás.

Hazel caminaba por la casa, preguntándose si es que Taehyung no se encontraba ahí, lo que le hacía aliviarse al no soportar más seguir estando encerrada en la habitación esperando que se hiciera la hora. Pero en eso, pudo escuchar la puerta cerrarse a sus espaldas, lo que hizo que se paralizara mientras sus latidos se aceleraban, rogando que no fuera ninguno de los Jeon.

—Vaya, hasta que te atreves a salir de la habitación...—comentó aquella voz profunda, provocando que ella tragara con dificultad.

Empuñando las manos, tomó la valentía suficiente para voltear, sorprendiéndose de encontrarse con su mejor amigo llevando ropa de deporte y su piel bronceada brillosa por el sudor.

—Salí a correr para despejar un poco la cabeza y poder seguir dándote tu espacio.

Aquello no la ayudaba para nada, detestaba que siempre actuara de esa manera con ella. Pues, a pesar de que Taehyung siempre había demostrado tener cierta inmadurez en algunas cosas, cuando se trataba de Hazel siempre llegaba a sorprenderla, muchas veces llenándola de culpa al hacerle sentir que la amaba más de lo que ella lo amaba a él. Y ahora comenzaba a entender que quizás lo había reprimido, pero siempre había sabido porqué su amor parecía ser más fuerte que el que ella sentía por él, y eso era porque Taehyung la amaba más que como una amiga, algo que podía notarlo con gran facilidad en la manera en que la miraba en ese momento, hasta con sus mejillas sonrosadas.

—Taehyung...

—Te amo —la interrumpió acercándose más a ella que lo observaba con los ojos abiertos de par en par.

—C-como amigos...

—Sabes que no es así —negó rápidamente, demostrando la angustia en su mirada—. La verdad es que... Los sentimientos pueden evolucionar, y eso es algo que pasó con los míos hace más de cinco años, pero jamás he tenido el coraje de confesártelo por temor a perderte porque tú eres de las personas más importantes para mí —expresó dando otro paso hacia adelante, por lo que ella quiso retroceder mientras lo miraba consternada, pero acabó chocando contra el mueble que estaba detrás, tragando con dificultad al ver que él daba otro paso hacia adelante—. No importa cuánto lo intente, ninguna mujer me hace tan feliz como tú cuando estamos juntos, es por eso que... Por favor, te pido que olvides a ese hombre del momento que no te merece y del que te aburrirás pronto. Yo he estado a tu lado desde pequeños, yo he sido tu primer beso, sé que he sido el que te ha arrancado todas las risas verdaderas, él único que ama cada parte de ti, él que puede darte todo lo que necesitas y no va a aburrirte. Piensa en todos los años que llevamos juntos y que, aunque sea solo como amistad, jamás te has aburrido de mí, hasta soy al que buscas cuando estás mal porque sabes que te conozco tanto que... sé cómo hacerte sentir bien y que olvides aquel vacío. Yo puedo llenar tus vacíos como tú llenas los míos —aseguró tomándola del mentón, observando sus ojos cristalinos—. Por favor, elígeme a mí, Hazie.

No lo amaba y, por más que lo intentara, iba a terminar siendo en vano. Podía sonar cruel, pero era así. Pues, no podía engañarse a sí misma cuando su corazón murmuraba el nombre del padre de aquel joven. Jungkook.

Ahora se daba cuenta de su grave error la anterior noche, pero el rencor hacia el hombre que la hirió, el egoísmo y ganas de sentirse deseada y amada por un momento, la dominaron, llevando a ilusionarlo y ahora tener que romperle el corazón al rechazarlo. Estaba envidiando todo ese amor que Taehyung tenía para darle, que se notaba tan puro, porque ella ni siquiera era capaz de amarse de esa forma a sí misma.

Sabía perfectamente que las personas rotas llegan a lastimar, y reconocía que estaba rota desde niña, pero que en ese preciso momento lo estaba muchísimo más, y a pesar de amar que la amen, no estaba dispuesta a lastimar a Taehyung.

En ese preciso momento solo deseaba poder volver el tiempo atrás e impedir lo que sucedió entre ellos la noche anterior para poder ahorrarse tener que rechazarlo y romper su corazón, pero ya era muy tarde y estaba llena de culpa.

—Buenas tardes.

Aquella voz masculina provocó que la fémina sintiera cómo se estremecía, abriendo los ojos de par en par al encontrarse con aquel hombre que llevaba su cabello echado hacia atrás, camisa azul que enseñaba un poco su pecho y las mangas dobladas hasta sus antebrazos, pantalones negros y zapatos del mismo color.

Taehyung apartó su mano, volteando a ver a su padre mientras medio sonreía.

—Hola, papá. ¿Dónde estabas?

—Tuve una cita importante.

—Oh, bueno —asintió, volteando su mirada hacia la fémina, notando cómo su rostro estaba sonrosado y no sabía hacia dónde mirar—. Me daré una ducha y hablaremos, Hazie.

—Yo necesito hablar contigo de algo importante, Taehyung.

—Déjame dar una ducha, papá.

—Está bien.

Taehyung le dedicó una última mirada con las facciones endurecidas a Hazel que tragó con dificultad, volviendo a bajar la cabeza. Volteó para comenzar a dirigirse rápidamente hacia las escaleras, girando por momentos la cabeza para ver a su padre, el cual al notarlo volteó para caminar hacia su despacho, lo que hizo que frunciera el ceño, pero de cierta manera se relajara.

Y quizás aquel joven se descuidó de más, porque cuando desapareció de la vista de su padre, este volteó rápidamente, fijando su intensa mirada en la fémina que parecía querer hacerse más pequeña de lo que era posible hasta desaparecerse por completo de su vista.

—Ven conmigo ahora mismo, Hazel.

Aquella manera de hablarle, su mirada antes de voltear para comenzar a caminar, hicieron que un escalofrío recorriera su espina dorsal al hacerla sentir segura de que si no obedecía acabaría arrepintiéndose.

No muy convencida lo siguió, pasando por su lado para entrar al despacho mientras se abrazaba a sí misma con una opresión en su pecho que le dificultaba hasta el respirar, llegando a cerrar los ojos con fuerza al escuchar cómo cerraba la puerta y luego sus pasos acercándose.

Al levantar la mirada encontrándose con sus grandes ojos oscuros, sus facciones como siempre duras, volvía a sentir aquel cosquilleo en su vientre, porque aunque podía tenerle miedo, también le gustaba esa sensación.

—Tienes que irte... hoy mismo —habló sorprendiéndola—. Es más, yo puedo conseguirte un boleto si es necesario.

—¿Qué...? —su voz salió casi inaudible mientras su garganta parecía cerrarse.

—No creo necesario repetirlo —volteó dándole la espalda mientras se frotaba la barbilla—, observando hacia la ventana—. Dime a dónde piensas irte. ¿Con tu madre?

—¿P-por qué no me quiere aquí? Es por ella, ¿no? —interrogó histérica, acercándose—. ¡Es por su exmujer!

—Sí —respondió volteando a verla con sus facciones endurecidas.

—¡Pero dijo que mientras yo estuviera aquí, lo intentaríamos!

—¡Por Dios, todo eso ya acabó!

—¡No! ¡¿Por qué me hace esto?! ¡Estábamos bien juntos! ¡Sé que estaba logrando enamorarlo!

—¡¿Cómo puedes ser tan estúpida, Hazel?! —cuestionó sobresaltándola—. ¿No te das cuenta de cómo son realmente las cosas? ¡No estás enamorada de mí y yo no iba a poder enamorarme de ti!

—No, no, no...—negó repetidamente con la cabeza mientras sus ojos ardían por las lágrimas retenidas—. ¡Desde que era una niña que usted era especial para mí...!

—¡Cállate! ¡No seas enferma! —reprochó frustrado.

Jungkook no quería escuchar para nada lo que tuviera para decir respecto a eso, ni siquiera se lo había esperado, pero el tan solo pensar que podría llegar a decir algo de lo que estaba cruzando por su cabeza, llegaba a sentir rechazo mientras que Hazel estaba desesperándose e intentaba contener el llanto para poder seguir hablando. Necesitaba evitar que se alejara de ella si es que había oportunidad, olvidándose por completo de sus planes, pero es que al tenerlo frente a ella, poder sentir el aroma a su colonia, hacía que se sintiera incapaz de estar sin él.

—¡No! ¡En ese momento solamente quería que me tuviera en cuenta, pero ahora que lo volví a ver es distinto! ¡Todo lo que sentía por usted, evolucionó! ¡Estoy enamorada de usted, señor Jeon!

—¡Carajo! ¡Y sigues insistiendo con esa mierda! —escupió acercándose a ella mientras su rostro parecía estar enrojeciéndose y una vena se marcaba en su frente—. ¡¿Cómo vas a enamorarte de un hombre de cuarenta y cinco años?! ¡Te doblo la edad! ¡Eres tan joven, hermosa, tienes toda una vida por delante todavía! ¡Mereces algo que yo ya no puedo ofrecerte!

—¡Cállese! ¡Yo solo lo quiero a usted! ¡No necesito nada más!

—Pues, yo no te quiero a ti —masculló acercándose más a ella—. Ya tengo a la familia que amo con mi vida y tú solo vas a estorbar, así que lárgate de mi casa.

Hazel estaba negada a aceptar aquellas palabras, por lo que negaba repetidamente con la cabeza mientras su mirada estaba perdida y sus lágrimas brotaban, provocando que Jungkook comenzara a perder la paciencia como si esa situación no se le hubiera hecho difícil de por sí.

—¿No me escuchas? Quiero que te lar...

—¡Ámeme! ¡Por favor, ámeme! ¡Ámeme! —comenzó a gritar mientras Jungkook la observaba entre sorprendido y espantado.

—¡¿Qué carajos...?!

—¡Necesito que me ame! ¡Ámeme! ¡Carajo, ámeme! —exigía mientras las lágrimas brotaban y comenzaba a golpearlo, provocando que él tuviera que cubrirse con los brazos.

—¡Relájate! ¡Estás loca! ¡Detente!

—¡Yo lo amo! ¡Ámeme! ¡Ámeme!

—¡Detente!

Hazel seguía golpeándolo con sus manos abiertas, impactándolas contra sus brazos que cubrían su rostro, pero cada vez sus gritos y golpes parecían ir intensificándose más. Tenía su rostro enrojecido y empapado de lágrimas, sintiéndose perder la cabeza ante la idea de que no sintiera absolutamente nada por ella y no la quisiera más en su vida.

Hazel siempre había sido fuerte en las relaciones con los demás hombres, era ella la que sabía poner final, pero por primera vez parecía no serlo. No podía aceptarlo.

—¡Que te detengas, mierda!

Jungkook había logrado hacerla voltear, pasando sus brazos por su pecho, impidiendo que moviera sus brazos, apegando la espalda de ella contra su pecho. Sentía cómo el de ella subía y bajaba violentamente, cómo se le dificultaba respirar y temblaba, pero al menos se había dado por vencida.

—Relájate. Está bien —murmuró con la respiración pesada en su oído—. Está bien, Hazel.

Al escucharlo tan solo rompió en llanto, inclinando su cabeza hacia atrás, apoyándola en su hombro, sintiendo cómo la respiración de Jungkook chocaba contra la piel de su cuello y parecía también estar relajándose. No lo comprendía para nada, pero él se quedó así, abrazándola permitiéndole terminar de romperse en sus brazos, como si eso no fuera mucho más doloroso para ella.

—Lo nuestro solo ha sido sexo —aseguro rozando la nariz contra la piel de su cuello, aspirando su aroma.

—No...—negó repetidamente con la cabeza, su voz saliendo más aguda de lo normal por el llanto.

—Nuestros encuentros solo eran sexuales, nunca hubo sentimientos de por medio.

Hazel seguía negando repetidamente con la cabeza, sin poder evitar preguntarse por todo lo que estaba sintiendo, si aquel remolino de sentimientos en realidad era pura ficción. ¿O acaso Jungkook podía estar invalidando sus sentimientos para poder deshacerse de ella de una vez?

—¡No me haga esto! —sollozó.

Ella giró un poco la cabeza buscando su contacto, sus labios, notando cómo parecía mirarla suplicando que no hiciera eso mientras ella suplicaba por un beso, anhelante de que con eso pudiera demostrarle que algo mínimo de su parte pudo haber, que no estaba loca, así que anhelaba su sinceridad, pero eso era algo que a su boca podía quedarle grande la verdad porque eso podría dificultar más que ella se diera por vencida y lo obedeciera.

—Entiende que no puedo seguir con este juego. Estoy recuperando a mi familia y no puedo perderla por nadie más, ni siquiera por ti —murmuró tomando con fuerza sus brazos—. Ahora dejemos esto por la paz. No me hagas tener que deshacerme de ti por las malas. Vete de una vez de nuestras vidas.

Jungkook se separó mientras ella volteaba a verlo dolida, pero él tan solo comenzó a dirigirse a la puerta para abrirla.

—Largo.

Hazel comenzó a caminar hacia la puerta, pero antes de salir, se detuvo a mirarlo, cómo sus facciones estaban endurecidas y su manera de mirarla parecía obligarla a que desapareciera de su vista de una vez. Sentía su corazón pesado y roto a la vez por donde parecía estar fugándose los sentimientos mientras sus lágrimas seguían brotando silenciosamente. Estaba temblando, con la respiración irregular y el vacío incrementándose, preguntándose si acaso para él era justo lo que estaba haciéndole.

—Sé que no fue solo eso, ni siquiera para usted...

Jungkook soltó una risa amarga mientras negaba con la cabeza.

—Estoy arreglando la relación con mi hijo, así que hazme el favor de desaparecer también de su vida.

Aquello hizo que ella tuviera que presionar los labios para contener el sollozo que quería escapar de su garganta porque sentía que Jungkook estaba acabando con ella.

—Largo, Hazel.

Empuñando las manos, salió ahogando un sollozo mientras él daba un portazo.
























(...)




















































Jungkook caminaba por el jardín delantero junto a su hijo, llevando minutos conversando profundamente como siempre había evitado, en parte porque no sabía cómo hacerlo y en otra por el rencor que intentaba reprimir. Pero ahora que finalmente lo hacían, sentía que estaba quitándose un gran peso de encima y estaba bien con eso, más al notar como su hijo parecía esforzarse por entenderlo y no abrumarlo.

—Sé que quizás debí pensar en ti, pero también estaba dolido porque parecía no importante un poco mientras que mamá siempre fue... mamá —explicó haciendo una mueca, deteniéndose para girar a verlo—. Lamento haberte dejado solo y no haber contestado tus llamadas durante ese tiempo, pero es que... todo estaba siendo demasiado y no sabía...

—Ven aquí, hijo.

Su padre lo sorprendió al envolverlo entre sus brazos, siendo la primera vez que lo abrazaba luego de tantos años, por lo que Taehyung no dudó en corresponderle, aferrándose a él, lo cual hizo medio sonreír a Jungkook, preguntándose cómo pudo haber sido tan idiota por haberse dejado llevar por aquella pasión que despertó Hazel en él, arriesgando la relación con su hijo que de por sí pendía de un hilo. Pues, estaba seguro de que algo mínimo que hiciera mal podría haberlo hecho explotar y darse cuenta de que se había equivocado en estar en Seúl con él, que no valía la pena intentar arreglar su relación, remediar su error, así que estaba realmente agradecido de que su hijo no haya ni siquiera llegado a sospechar de ellos.

Pero ¿era realmente así?

—Yo no tengo nada que perdonarte, al contrario, soy yo el que busca tu perdón —aclaró separándose—. Sé que cometí muchos errores como padre, aunque tampoco es que tuve un gran ejemplo, pero ahora quiero que me permitas remediarlos. Prometo ser un mejor padre, Taehyung.

—Yo te ayudaré a que lo seas, papá —aseguró con una sonrisa, provocando la de él.

Taehyung volvió a abrazarlo con fuerza mientras su sonrisa desaparecía cerraba los ojos con fuerza, deseando poder desaparecer aquella ira que lo invadía haciéndole arder el pecho porque él, en realidad, lo sabía todo. Se preguntaba cómo pudieron ser capaces estando él allí, reprimiendo sus sentimientos hacia su mejor amiga, pero que eran evidentes para ambos. Cada día que pasaba fue sintiéndose más impotente y más al notar sus miradas cuando comían, pero al no querer explotar porque estaba seguro de que saldría perdiendo, decidió usar la debilidad de su padre. Su madre.

Y aunque pudiera llegar a ser rechazado por Hazel, conservaría cierto gusto a triunfo al haber logrado romper con lo que tenían su padre y su mejor amiga. Ahora solamente necesitaba encontrar la forma de desaparecer aquel dolor y rencor, porque para él era mucho más importante poder tener a su padre actuando finalmente como uno como siempre deseó, eliminando aquel vacío que le provocó el no recibir amor de su parte.

Estaban compartiendo un momento demasiado agradable, Jungkook llenándose de alivio mientras que Taehyung de emoción, pero en eso el joven giró a ver hacia la entrada de la casa, abriendo los ojos a la par al ver cómo su mejor amiga salía junto a Kyesang que se dirigía al coche que estaba en frente para meter la maleta en la cajuela.

—¿Hazel? —murmuró llamando la atención de su padre.

—Taehyung...—intentó tomarlo del brazo, pero este apresuró su paso para acercarse a la joven.

—¡¿Qué haces?! ¡¿En verdad vas a irte así?!

Estaba frente a ella que desvió la mirada, detestando el hecho de que ni el maquillaje la haya ayudado porque seguía notándose sus ojos hinchados y enrojecidos.

—Es lo mejor.

—Entonces, ¿eso significa que no sientes absolutamente nada por mí, a pesar de que tú fuiste la primera en dar ese paso? —cuestionó mientras en su mirada podía reflejarse cierto dolor y más al no recibir respuesta alguna—. ¿Esto también acabó con nuestra amistad, Hazel?

Ella mordió su labio inferior que había empezado a temblar porque no quería para nada tener que acabar con su amistad cuando Taehyung era de las personas más importantes para ella, pero podía sentir la intensa mirada de Jungkook que le recordaba aquella advertencia que no había esperado para nada y le hacía temer.

A unos pocos metros se encontraba Jungkook, observando toda la situación con atención, hasta que su mirada fue hacia la entrada donde la reja se encontraba abierta.

—¡Gihyuk!

El hombre que estaba con sus manos juntas a un costado de la casa, se acercó rápidamente a él.

—¿Sí, señor?

—Encárgate de la maleta y déjala a mi habitación. Dile a Hanna que se encargue de desempacar y dejar todo como a mi mujer le gusta.

—Por supuesto.

Gihyuk obedeció rápidamente, acercándose a Eunsoo para encargarse de su maleta, por lo cual ella accedió mientras él hacía una reverencia, para luego comenzar a caminar hacia la casa.

Jungkook se acercaba a ella con una gran sonrisa, sintiendo cómo si estuviera en uno de los tantos sueños donde volvía a recuperar a su familia, lo cual al saber que ahora se trataba de una realidad, lo hacía emocionar. Eunsoo era realmente la mujer de su vida, por lo que se colocó de rodillas, tomando su mano para depositar un beso en el dorso, sorprendiéndola al aferrarse a su cintura mientras le agradecía por esa nueva oportunidad. Pues, en esas que habían pasado desde que se juntaron a almorzar, había temido que cuando ella volviera a la casa de su madre —quien lo odiaba, aunque solo sabía de su infidelidad—, la hiciera cambiar de opinión.

—Levántate, Jungkook —ordenó con una pequeña sonrisa, ya que disfrutaba de alguna manera el saber el poder que tenía en él.

Rápidamente obedeció, girando a ver a Taehyung que los observaba sorprendido.

—¡Ven aquí, hijo!

—¡Mamá! —exclamó corriendo hacia ella mientras la emoción lo invadía a tal punto de pasar por completo de la importante conversación que estaba teniendo con Hazel.

La joven observaba aquella situación sintiendo una opresión en la garganta, estómago y en el corazón. El dolor parecía querer convertirse en líquido y huir, pero no podía porque sería vista, así que se acumulaba en su garganta, agrandando el nudo con el que cargaba.

No se le hacía para nada justo que Jungkook la hiciera presenciar eso, como si ella hubiera sacado boleto para el primer asiento de su actuación. Y es que él siempre lo supo. Siempre supo que Hazel en aquel reencuentro perdió la cabeza por él, obsesionándose con el hecho de algún día poder estar entre sus brazos.

Ahora tan solo lo observaba abrazar a Eunsoo y a su hijo mientras los recuerdos llegaban a ella, cómo esperaba por él en la soledad de su habitación, hasta llegar al momento en que se entregaba a Jungkook con un amor que la enloquecía haciéndola perder en su piel, escuchándolo gemir su nombre a la vez que sus cuerpos se fundían en una pasión incomprensible.

No se le hacía nada justa su decisión, aquellas palabras que soltó como si nada, dañándola y haciendo sangrar su corazón cuando ella lo había perdonado y aceptado de cualquier manera. Pues, siempre había notado que había algo oscuro en él, pero esa oscuridad no le molestaba, incluso cuando la hizo llorar. Sentía que amaba hasta su oscuridad, aunque él dijera que solo era un encantamiento.

Y a pesar de ahora ver cómo dejaba un beso en los labios de Eunsoo, estrechando entre sus fuertes brazo a aquella mujer y a su hijo, encontrándose con su mirada, dándose cuenta de que tan solo se había enamorado de unos ojos mentirosos, lo que ahora la tenía temblando con la respiración irregular, llorando silenciosamente, hasta que Kyesang la sacó de su trance.

—¿Nos vamos, señorita?

Asintió escuchando cómo le abría la puerta trasera, por lo que se acercó con la intención de subirse, pero parecía haberse vuelto demasiado masoquista gracias a Jungkook, porque antes de subir, giró a ver nuevamente la escena familiar, la manera en la que él sonreía y ahora se encontraba con sus ojos cerrados.

Hazel podía jurar que hubo un momento en que sintió que lo tuvieron absolutamente todo, pero eso fue tan efímero que ni siquiera llegó a disfrutarlo. Consideraba que Jeon Jungkook había sido su mejor mala decisión, aun cuando la había llenado de caos, ansiedades, convirtiéndola en la otra mujer hasta que Eunsoo regresara a su lado.

¡Hola!

¿Les gustó que al final sí se le diera por un momento a Taehyung con Hazel? ¿Qué les pareció la decisión que tomaron Jungkook y Hazel? ¿Creen que fue lo mejor lo que ella decidió hacer? ¿Qué les pareció el final?

Quiero dedicarle este capítulo a -sxftiemin, espero que te haya gustado y gracias por todo el apoyo que le has dado, amé que la hayas leído en un día y todos los lindos comentarios. Siempre es un placer tenerte en mis historias.

De todas maneras, nuevamente gracias por permitirme dedicarte esta historia JoyceGP y espero que te haya gustado. Te adoro y te admiro, cielo ♡

Muchísimas gracias por todo el apoyo que le han dado, espero que hayan disfrutado de la lectura tanto como yo disfruté escribirla jujuu

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