OO6 | PERDIDAMENTE ENAMORADO
Dos días pasaron desde esa noche donde Hazel se llenó de ilusiones, decidiendo entregarse por completo a aquel hombre que la volvía loca. Todavía se le dificultaba creer que él haya aceptado estar solamente con ella, y permitirle que lo fuera conociendo el tiempo que se quedara en su casa. Pero eso a la misma vez la volvía a hacer sentirse una adolescente viviendo su primer amor, porque era la misma emoción, solamente, que no podía gritarlo a los cuatro vientos porque no era correcto.
Era algo sumamente difícil para ella tener que callar lo que estaba viviendo con él, tener que fingir que nada pasaba cuando Taehyung estaba presente. Y es que comenzaba a temer que él pudiera saberlo, cómo podría actuar, porque no era para nada una buena mentirosa y su mejor amigo comenzaba a sospechar que algo escondía, lo cual negaba. En esos momentos detestaba profundamente que él pudiera conocerla tanto, pero debía mantener aquel secreto porque sabía que si Taehyung lo descubría, podría provocar un caos y que Jungkook decidiera sacarla de su vida. No estaba dispuesta a eso cuando recién lograba tenerlo.
Ahora se encontraban en el coche de Jungkook, el cual aquella tarde decidió encargarse de todo, lo que sorprendió a Taehyung porque creía que era algo imposible que Gihyuk pudiera despegarse de su padre. Pero él condujo hacia la Universidad mientras escuchaban música, y Taehyung hablaba sin parar, siendo escuchado por su padre que en algunos momentos también hablaba. Hazel iba en el asiento trasero, manteniendo una pequeña sonrisa al darse cuenta de que la relación de ambos parecía estar mejorando, preguntándose si acaso el hablar de cuánto su mejor amigo lo necesitaba, de cierta manera, había ayudado a que Jungkook no siguiera actuando tan frío con él.
—Bien, llegamos —comentó aparcando el coche.
—Mmm... ¿Cómo dijiste que se llama la Directora? —preguntó girando su cabeza para ver a su padre mientras se quitaba el cinturón.
—Kim Dooshim.
—Bien. Vamos, Hazel.
—No.
Al escuchar la voz de su padre mientras bajaba del coche, volteó a verlo con el ceño fruncido por el desconcierto.
—¿Por qué...?
—¿Crees que se verá bien? —cuestionó alzando una ceja—. Ya eres lo suficientemente grande. No necesitas de compañías para saber qué quieres hacer de tu vida. Solo conversa con Dooshim y vuelve con buenas noticias para mí.
Taehyung que estaba inclinado hacia adelante, giró a ver la puerta trasera que estuvo a punto de abrir Hazel, antes de escuchar a Jungkook. Mordió el interior de su mejilla mientras asentía bajo la atenta mirada de su padre.
La verdad era que quería decir algo, ser acompañado aunque sea por Hazel, pero no quería hacer enfadar a su padre cuando parecía estar más relajado con él y tenía la esperanza de que su relación estuviera mejorando.
—Está bien. Vendré con buenas noticias para ti, papá.
—Entonces, ve y no la hagas esperar más. Nosotros estaremos aquí esperándote.
Taehyung volvió a asentir, para luego cerrar la puerta y voltear para comenzar a caminar hacia la entrada de la Universidad, sintiendo cómo los nervios y la ansiedad iban invadiéndolo cada vez más.
Mientras tanto, en aquel coche comenzaba a aparecer cierta tensión, Jungkook con su vista hacia el frente y Hazel mordiendo levemente la uña de su dedo meñique.
—¿Señor Jeon...?
—¿Qué sucede?
—¿De dónde conoce a Kim Dooshim? —se atrevió a preguntar, ya que las dudas atacaban su cabeza.
—¿Eso importa? —cuestionó mirándola por el espejo retrovisor, lo que hizo que ella mordiera el interior de su mejilla al sentir que podría equivocarse al responder. Pero su curiosidad podía más.
—Quiero saber.
—Solo concéntrate en nuestro presente, Hazel.
Eso fue suficiente para que ella pudiera comprender de qué manera la conocía, por lo que volvió a morder el interior de sus mejillas mientras empuñaba las manos. Se decía que Jungkook tenía razón, que debía concentrarse en que ahora él era suyo, que solamente estaba con ella y no le interesaba para nada las demás mujeres con las que alguna vez pudo estar, pero comenzaba a odiar su pasado. Estaba llenándose de inseguridades por más que no quisiera, sintiéndose nuevamente una más.
Al volver a la realidad, pudo ver cómo aquel hombre sacaba de su chaqueta negra la cajetilla de cigarrillos.
—¡No!
Rápidamente tomó su bolso, para luego bajarse del coche, llamando la atención de Jungkook que observaba con el cigarrillo entre sus labios, cómo ella se subía al asiento del copiloto donde anteriormente estuvo Taehyung.
—No va a fumar —dijo arrebatándole el cigarrillo.
—¿Qué haces...? —frunció el ceño, observando cómo lo dejaba en su pequeño bolso negro y le enseñaba una paleta a la cual comenzó a sacarle el envoltorio.
—Esto va a ayudarle —sonrió acercándola a sus labios—. Es de fresa.
—¿Qué carajos, Hazel?
Ella volvió a acercarlo a sus labios, por lo que él rodando los ojos al pensar que era demasiado insistente, abrió su boca para permitir que lo metiera en esta, por lo que comenzó a saborearlo.
—Fuma demasiado, y ya sabe que no me gusta. Le compraré más paletas para que deje un poco ese vicio.
No quería seguir escuchándola hablar sobre eso, le frustraba el pensar tener que dejar de fumar solo porque le disgustaba, cuando él sentía que le ayudaba a relajarse en algunos momentos. Por esa razón, giró a ver cómo ella ahora tenía una pequeña sonrisa y su mirada estaba hacia el frente, como si el ambiente fuera agradable para ella por más que se mantuvieran en silencio.
No la comprendía, lo que llegaba a estresarle, pero se decía que al menos ya había vuelto a tener el control en sus manos, claro que mientras tuviera una buena relación con ella. No quería que las cosas volvieran a estar mal y perder nuevamente ese control, porque eso hacía que se volviera loco.
Al acercar la paleta húmeda a los labios de la fémina, notó cómo ella abría los ojos a la par y giraba a verlo frunciendo levemente la frente.
—¿Qué?
—Chúpalo.
Jungkook se inclinó hacia ella, notando cómo parecía desconcertarse más.
—P-pero es para usted...
—Quiero verte saborearlo como si fuera mi pene. Saca la lengua, Hazel —ordenó acercando sus rostros, pasando la paleta húmeda por su labio inferior.
Algo insegura, ella decidió obedecer, sacando la lengua mientras él la miraba intensamente. Jungkook comenzó a pasar la paleta sobre su lengua mientras ella cerraba la boca con la intención de saborearlo, pero acabó casi ahogándose al sentir cómo él lo llevaba a su garganta, llegando a rozar su campanilla.
Aquello hizo que las comisuras de sus labios se elevaran, notando cómo su rostro se había enrojecido, pero aun así, saboreaba la paleta.
—Mmm... No sabes las ganas que me dan de que sea mi pene el que se entierre en tu garganta —gruñó—. Pero eso sería peligroso aquí.
Jungkook sacó la paleta provocando que quedara colgando un hilillo de saliva, pero de todas maneras se acercó más a ella, observando su boca entreabierta, aquellos húmedos labios esponjosos. Se inclinó más hacia ella, sacando la lengua para lamerlos, sintiendo cómo ella sacaba la suya y hacía que sus lenguas llegaran a acariciarse.
—Quítate las bragas.
—¿Qué?
—Quítatelas si no quieres que te las arranque —advirtió rozando sus labios.
Jungkook volvió a llevar la paleta a su boca mientras observaba cómo ella tragaba con dificultad, y no muy convencida, levantaba su falda blanca, tomando los bordes de sus bragas del mismo color. Sus mejillas se teñían de un rosado a la vez que se las quitaba, tomándolas con una mano.
—Muy bien —sonrió satisfecho, tomándolas para llevarlas al bolsillo de su chaqueta.
Se quitó la paleta de la boca, tomando con la mano libre el mentón de la fémina. Rápidamente la lengua del hombre se apoderó de la boca de ella, haciéndole soltar un pequeño gemido mientras él se dedicaba a saborear su lengua.
Por un momento, Hazel se sorprendió cuando él rompió el beso para llevarse la paleta a la boca, sacándola luego más humedecida de lo normal, haciendo que un hilillo de saliva quedara colgando, hasta que volvió a juntar sus labios. Le correspondió rápidamente, llevando la mano a su nuca para profundizar más el beso, haciendo un sonido involuntario con la garganta al sentir cómo algo húmedo y pegajoso pasaba por su feminidad, acariciando su clítoris.
—¿Q-qué hace...? —preguntó desconcertada entre besos.
—Shh... Concéntrate en mí —ordenó volviendo a besarla.
Cerró los ojos con fuerza, empuñando el cabello de Jungkook que invadía su cavidad bucal con la lengua mientras se concentraba en mover la paleta, haciendo movimientos circulares sobre su clítoris. La respiración de Hazel iba volviéndose más pesada, intentando mantener el control, pero no podía evitar reaccionar ante el placer que estaba invadiéndola.
Jungkook rompió el beso húmedo, llevándose la paleta a la boca, saboreándola bajo la atenta mirada de Hazel que sentía su rostro arder a la vez que se le dificultaba respirar.
—Así sabe mejor —comentó con una pequeña sonrisa, luego de sacarse la paleta.
—S-señor Jeon...
Él no la dejó hablar al llevarla a sus labios, obligándola a tomarla, por lo que ella obedeció.
—Sé lo que quieres, y te lo daré.
Comenzó a repartir besos en el cuello de la joven, sintiendo cómo se estremecía cuando su dedo se frotó contra su hinchado clítoris. Su dedo estaba empapándose de su excitación, y ella luchaba por no cerrar las piernas ante el placer, soltando gemidos suaves y bajos, hasta que sus dedos se dirigieron a su interior, introduciéndose con facilidad.
—Oh, ¡me encanta, señor Jeon!
Hazel ya no era capaz de detener sus gemidos altos, pues Jungkook ya tenía tres dedos en su interior, y al escucharla así, sonrió mientras lamía su cuello, pensando que ni siquiera debía aclarárselo porque era demasiado obvio por la manera en la su vagina succionaba sus dedos, los cuales llegaban a curvarse haciéndola chillar.
Por un momento, decidió detenerse, mordiendo la piel de su cuello mientras ella soltaba un quejido.
—No se detenga —reprochó moviendo inconscientemente sus caderas.
—Muévete tú —ordenó notando cómo fruncía el ceño por el desconcierto—. Fóllate con mis dedos.
Ella lo observaba con sus ojos abiertos a la par, sus labios húmedos por la saliva a causa de la paleta que llevaba todavía en su boca. Al encontrarse con sus ojos grandes y oscuros, tragó con dificultad, pensando en que realmente no pensaba seguir moviendo sus dedos.
Sintiendo su rostro enrojecerse, comenzó a mover sus caderas, intentando contener los gemidos, pero estos terminaban escapando de su garganta, ya que Jungkook llegaba a curvar los dedos ante los movimientos de ella. La observaba con intensidad mientras gruñía por lo bajo al sentir cómo su erección comenzaba a dolerle.
La tomó del mentón, húmedo por su saliva, escuchando su respiración pesada al estar agotándose por lo incómodo que era hacerlo en el coche, pero necesitaba saciar su deseo. Jungkook pasó la lengua por su mentón, subiendo a sus labios, convirtiéndolo en un beso torpe, descuidado y húmedo mientras sentía cómo su interior comenzaba a apretar sus dedos.
—Córrete de una vez antes de que mi hijo llegue. No quieres que vea dónde su padre tiene la mano, ¿verdad? —preguntó ronco en su oído.
Hazel gimió agudo, inclinando la cabeza hacia atrás mientras cerraba los ojos con fuerza y se movía con más velocidad, sintiendo cómo Jungkook la ayudaba, golpeando la palma de su mano contra su clítoris, provocando que sus paredes se contrajeran y su cuerpo se llenara de espasmos ante el orgasmo que la invadía. Chillando arqueó su espalda mientras Jungkook pasaba la lengua por su cuello, subiendo hasta el lóbulo de su oreja, dándole una pequeña mordida.
—Vas a convertirte en mi nuevo vicio, Hazel —murmuró quitándole la paleta para llevarla a su boca.
Hazel intentaba recuperar el aliento, pero Jungkook sacó los dedos de su interior, llevándolos a sus labios.
—Chupa mejor esto.
Decidió obedecer, dejando que metiera los dedos húmedos por sus fluidos en su boca, comenzando a saborearlos mientras él gruñía observándola con intensidad.
—En verdad me encantas...—expresó por lo bajo, sorprendiéndola, pero él tenía la mirada fija en la ventanilla—. Viene mi hijo. Acomódate bien.
Hazel sintiendo cómo sus latidos comenzaban a acelerarse, acomodó su falda, recordando que Jungkook tenía sus bragas en el bolsillo de su chaqueta, pero no tenía tiempo alguno de pedírselas y colocárselas antes de que Taehyung llegara al coche. Estaba demasiado nerviosa, preguntándose si acaso estaba hasta sudando de los nervios mientras su cuerpo parecía hervir, y más cuando sintió su presencia al inclinarse a la ventanilla.
—¿Qué haces aquí adelante, Hazie? —preguntó desconcertado, arrugando levemente la frente.
—Yo se lo pedí. Estaba aburrido y quería conversar un poco —respondió simple, Jungkook, luego de quitarse la paleta—. ¿Acaso está mal que quiera conversar un poco con tu mejor amiga, hijo?
—Huh... N-no, creo que no —murmuró no muy convencido—. Oh, quiero una —observó la paleta, provocando que las comisuras de los labios de su padre se elevaran en una pequeña sonrisa con una pizca de picardía.
—¿Tienes otra para mi hijo, Hazel?
Al escuchar con la picardía con la que decía su nombre, la fémina no pudo evitar sentir estremecerse, sumado a la intensidad con la que la miraba su mejor amigo, por más que ella tuviera su cabeza gacha, cubriéndose el rostro con su largo cabello. Era la misma mirada que le dedicaba su padre, por lo que estaba detestándola al notar que tenía casi el mismo poder en ella.
—N-no, lo siento. Era la única.
—Bueno, ya escuchaste. Siéntate atrás así nos vamos, Taehyung —ordenó antes de volver a meterse la paleta en la boca.
Taehyung tenía su ceño fruncido, pero de todas maneras acabo obedeciendo, subiéndose en el asiento trasero mientras sentía cómo una inquietud comenzaba a instalarse en su pecho sin entender el porqué.
—¿Quieren que vayamos a un restaurante a almorzar? —preguntó animado, Jungkook.
(...)
—Gracias —habló antes de cerrar la puerta, apoyando con la otra mano la bandeja de desayuno en el mueble que estaba a su lado.
Jungkook llevaba su bata negra, enseñando su pecho, su cabello oscuro y desordenado cayendo por su frente. Volteó a ver hacia su cama, observando el cabello miel de la fémina y su espalda desnuda mientras la sábana negra cubría sus piernas y trasero. Mordiendo ligeramente su labio inferior, comenzó a acercarse hacia la cama, corriendo lentamente la sábana, para luego colocarse de rodillas sobre el colchón, apoyando también las manos en este. Depositaba besos húmedos en sus piernas, escuchándola soltar un quejido a la vez que llevaba una de las manos a sus ojos, refregándolos.
—¿Señor Jeon? —habló adormilada.
—Hasta que despiertas...
Hazel soltó un jadeo al sentir cómo depositaba besos húmedos por sus nalgas, enterrando sus dedos, subiendo por su espalda, nuca, hasta llegar al lóbulo de su oreja, el cual succionó mientras ella se estremecía. Con una mano, se tomó la erección, haciéndola rozar su feminidad mientras la observaba morderse ligeramente el labio inferior y su respiración iba volviéndose pesada.
—¿Dormiste bien, Hazel? —preguntó con voz profunda, acercando nuevamente los labios a su oreja mientras una de las manos se dirigía a su vientre.
—Sí —musitó haciendo un sonido involuntario con la garganta al sentir cómo la grande mano de él bajaba por su feminidad.
Pasó el dedo índice por sus pliegues, sintiendo su humedad, lo que hizo que sonriera mientras comenzaba a hacer movimientos circulares por su clítoris. Ella gimió por lo bajo y levantó su trasero, provocando la fricción entre sus sexos.
—¿Por qué estás húmeda? ¿Apenas te despiertas y ya estás deseándome? —preguntó con una pizca de diversión, para luego darle una leve mordida al lóbulo de su oreja—. ¿Qué debería hacer?
Ella volvió a gemir, enterrando el rostro en la almohada mientras sentía cómo Jungkook se restregaba, llegando a introducir el glande en su húmeda entrada, pero acababa sacándolo.
—Dime, ¿qué debería hacer? —repitió gruñendo—. ¿Debería meterlo? ¿Lo quieres, Hazel?
—Hágalo. Lo... Lo necesito —gimoteó levantando nuevamente el trasero.
Jungkook no dudó ni un segundo en introducirse en su interior, sintiendo cómo parecía succionarlo. Hazel enterró los dedos en la almohada mientras soltaba un gemido ahogado e inclinaba la cabeza hacia adelante, apoyando la frente en la almohada mientras un hilillo de saliva escapaba de su labio inferior, el cual estaba enrojecido por haberlo mordido anteriormente con fuerza.
No podía evitar estremecerse al sentir cómo su miembro golpeaba aquel punto suave que él parecía conocer tan bien. Sabía que no estaba bien, pero cada vez que él se salía de su interior, lo succionaba con ímpetu, mientras que de sus labios no dejaban de salir gemidos, rogando porque aumentara la velocidad a la vez que las lágrimas comenzaban a escapar.
—¿Lo sientes? ¿Sientes cómo tu vagina no quiere soltar mi pene y tan solo pide más? —gruñó en su oído—. Esta es una buena manera de despertar, ¿no crees?
Hazel jadeó sintiendo cómo depositaba besos húmedos en su mejilla, llegando hasta las comisuras de sus labios.
—Bésame, Hazel.
Ella giró un poco más la cabeza, dándole la accesibilidad para poder besarla, robándole el aliento por lo intenso que era, introduciendo rápidamente la lengua a su cavidad bucal mientras aumentaba los movimientos de su pelvis. Hazel rompió el beso soltando un gemido liberador, haciéndole sentir el orgasmo sobre su miembro que era apretado, por lo que gruñó sacándolo rápidamente de su interior, llevando la mano a este para bombearlo a la vez que se corría sobre el trasero redondo y pálido de la fémina que jadeada ante la sensación de aquel caliente líquido.
La fémina había caído rendida mientras él intentaba recuperar el aliento, con su pecho subiendo y bajando.
—Voy a limpiarte. Espérame.
Ella tan solo soltó un "Mhm", hasta que con los segundos y el sentir cómo era cierto, ya que Jungkook se encontraba pasando un papel sobre sus nalgas, no pudo evitar sorprenderse.
—Está gustándome despertar contigo —murmuró depositando besos sobre su espalda, haciéndola estremecer—. Debes tener hambre. Vamos a desayunar.
Intentaba asimilar toda la situación mientras volteaba, observando cómo Jungkook tomaba la bandeja que estaba sobre el mueble y volvía a acercarse a la cama. Ella se aferraba a la sábana para cubrirse el cuerpo desnudo a la vez que él dejaba la bandeja en la cama, entre medio de los dos.
Lo observaba con sus mejillas sonrosadas al notar su bata más abierta de lo normal, enseñando hasta sus pectorales mientras su cabello estaba desordenado. Estaba demasiado desprolijo a cómo ella acostumbraba a verlo, pero eso no quitaba que se viera más ardiente.
—Hoy... Hoy es el cumpleaños de Taehyung.
—Lo sé. Come —ordenó tomando la taza de café, para luego darle un sorbo.
—Debería ir a prepararme. Él va a despertar, y...
—Sí, tienes razón, pero bebe un poco de jugo aunque sea.
Él le extendió el jugo de naranja, por lo que ella tomó el vaso para llevarlo a sus labios y darle un pequeño sorbo bajo la atenta mirada del hombre que provocó que sintiera su rostro arder.
Así terminó decidiendo buscar su ropa para vestirse, todavía ardiendo al seguir teniendo la intensa mirada del hombre sobre ella, que antes de marcharse, la sorprendió cuando la tomó del brazo y juntó sus labios en un suave beso.
Jungkook no acabó de desayunar, fue darse una ducha, y una vez que estaba listo, vistiendo un suéter café que estaba dentro de sus pantalones negros con cinturón y zapatos oscuros, salió de la habitación. Hanna le había entregado el desayuno, por lo que caminó con cuidado hacia la habitación donde le dio unos toques.
—¡Pase! —exclamó con la voz más profunda.
Entró observando cómo su hijo seguía recostado y soltando un gruñido volteaba, sorprendiéndose de ver a su padre. Taehyung tenía su cabello desordenado, sus ojos hinchados, lo que hizo que Jungkook soltara una ligera risa al darse cuenta de que acababa de despertar gracias a él.
—Feliz cumpleaños, hijo.
El castaño seguía observándolo asombrado mientras su padre depositaba la bandeja con el desayuno en la cama.
—Sopla la vela.
Intentando asimilar la situación, Taehyung sopló la pequeña vela blanca con líneas rojas que estaba ubicada en el cupcake.
—Es de chocolate con fresas, así que va a gustarte.
—Lo recuerdas...
—Sé más de ti de lo que piensas —aseguró acercándose más a él, revolviendo su desordenado cabello—. Desayuna, ve a darte una ducha y baja a almorzar. Tu regalo está en camino.
—¿Regalo? —preguntó asombrado, levantando la cabeza para ver ilusionado a su padre que soltó una ligera risa mientras asentía.
—Te esperaré abajo. Desayuna.
—Sí, papá.
Lo vio asentir rápidamente para quitarle la vela al cupcake y darle una mordida, manchando hasta las comisuras de sus labios con la crema, provocando que Jungkook sonriera al pensar que se veía como un niño, pero aun así volteó para salir de la habitación.
(...)
Una dulce melodía había llamado por completo la atención de la fémina que bajaba tranquilamente las escaleras, por lo que comenzó a buscar de dónde provenía, hasta que al encontrarla, se sorprendió de darse cuenta de que se trataba de Jungkook que estaba tocando el piano. Se acercó de manera cautelosa mientras las comisuras de sus labios se elevaban en una pequeña sonrisa, y una vez que estuvo lo suficientemente cerca, pasó las manos por los hombros de él sintiendo cómo se sobresaltaba.
Jungkook levantó y giró un poco la cabeza, sorprendiéndose al verla, mientras la sonrisa de ella se ensanchaba al ver cómo su cabello caía por su frente, dándole un aspecto más relajado, y encontrarse con sus grandes ojos oscuros y sus labios entreabiertos.
—Me gusta como toca —comentó decidiendo tomar asiento a su lado, bajo su atenta mirada—. Continúe.
Hazel veía los largos dedos de una de sus manos que estaban ubicados sobre las teclas, por lo que esperaba atenta a que continuara, pero fue sorprendida cuando con su otra mano la tomó del mentón, acercando sus rostros.
—Ahora solamente puedo concentrarme en ti.
Jungkook observaba su cabello miel y liso cayendo a los lados, la piel de su rostro pálido bañada de pecas, sus pestañas largas arqueadas, sus grandes ojos verdes que brillaban dejando notar lo encantada que parecía estar por él, sus labios esponjosos y rosados entreabiertos, aquel vestido celeste que llevaba donde resaltaba sus grandes senos. No podía dejar de verla mientras se daba cuenta de que parecía ser insaciable al tratarse de ella, lo que estaba llegando a frustrarlo porque invadía sus pensamientos.
Rozó sus narices por un momento, notando cómo parecía inclinarse más hacia él, hasta que juntó sus labios con una suavidad que llegaba a sorprenderlo de sí mismo. Pasó la lengua sobre sus labios llegando a saborear su brillo labial, pero en eso una risa hizo que ambos se sobresaltaran y se separaran rápidamente para levantarse.
Jungkook pasó el dorso de la mano por sus labios al pensar que quizás le había quedado restos de su brillo labial mientras que Hazel se acomodaba el vestido, sintiendo cómo los latidos de su corazón estaban acelerados por los nervios.
Taehyung se encontraba bajando rápidamente las escaleras mientras llevaba el celular en la mano.
—Hijo, ¿qué...?
Él no continuó hablando al verlo correr emocionado hacia la puerta, al contrario, frunció el ceño mientras que Hazel también lo observaba desconcertada, hasta que él abrió la puerta.
—¡Mamá, sí viniste!
—Claro que sí, mi niño.
Jungkook al escuchar esa voz, sintió cómo se estremecía a la vez que sus ojos se abrían de par en par.
—¡Feliz cumpleaños, Taehyung!
Hazel observaba sorprendida a la mujer que entraba todavía abrazando a su hijo, cómo su cabello castaño ahora estaba corto hasta el cuello. La mujer llevaba un traje sastre color crema que resaltaba las curvas de su delgado cuerpo.
El sonido de los tacones blancos resonaban mientras ella se acercaba a donde ambos se encontraban, provocando que Hazel no pudiera evitar tensarse y más al darse cuenta de que la atención de aquella mujer estaba fija en aquel hombre que estaba boquiabierto.
—Espero que no te moleste que haya venido sin avisar a ver a nuestro hijo, Jungkook.
Hazel observaba con suma atención la situación, sintiéndose completamente invisible en ese momento que Jungkook tomó la mano de aquella mujer, inclinándose hacia adelante para dejar un delicado beso en el dorso de su mano.
—Ya te he dicho que esta sigue siendo tu casa aunque ya no vivas aquí. Y, al contrario, estoy feliz de volver a verte, Eunsoo.
Y es que, aquellas palabras eran tan sinceras, algo que la fémina podía notar con gran facilidad por la manera en la que su mirada se había iluminado y cómo las comisuras de sus labios se elevaban en una sonrisa que enseñaba hasta su dentadura. Si algo podría saberse con gran facilidad y aunque provocara que el corazón de Hazel diera un vuelco, es que Jeon Jungkook seguía perdidamente enamorado de su exmujer.
¡Hola!
¿Será que Jungkook sí está sintiendo algo más por Hazel? ¿Creen que ahora con la llegada de la madre de Taehyung todo se vaya al carajo entre ellos? ¿Qué creen que provoque la llegada de esa mujer?
Capítulo dedicado a honeymooniii2, muchísimas gracias por siempre dejarme tus lindas palabras sobre esta historia en el grupo. Sin dudas fue de gran motivación para poder traer este capítulo hoy, así que espero que te haya gustado, cielito
Si les gustó, no se olviden de votar y comentar
¡Nos leemos en el capítulo final!
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