20 de octubre de 1975

Ya habían pasado unos días desde mi charla con James, y ahora me encontraba yendo hacia mi última clase del día. Pociones, no era algo que me fascinara, al menos no en estos momentos, pero bueno, solo sería un rato y después sería libre. 

Seguramente me encerraría en mi cuarto y estaría leyendo como solía hacer últimamente. No es que estuviera enfadada con mis amistades, simplemente quería estar sola y hacer cosas sola. Después de todo no había nada malo en ello.

Salí de mi última clase sin esperar a nadie, además los demás estaban hablando de no sé qué fiesta, algo que no estaba en mis planes, así que me fui sin llamar la atención.

En todo el camino hasta mi habitación estuve pensando en todo lo que haría, e incluso debía inventarme algunas excusas para evitar salir de mi escondite, aunque también tendría que buscar algún lugar que nadie supiera para poder estar sola. 

Porque, por mucho que quisiera utilizar la Sala de los Menesteres, todo el mundo, o al menos casi todos mis amigos, sabían de ella, así que la idea quedaba descartada. Tal vez podría usarla una vez que pensaran que ese no era mi lugar. 

Solté un pequeño suspiro, ¿por qué me sentía así?

Sabía perfectamente que no había motivos para sentirme de esta forma, pero no podía evitarlo. Me sentía sola, podía estar rodeada de muchas personas, pero igualmente era una sensación desagradable. Porque por mucho que lo intentara, siempre volvía a lo mismo.

Siempre volvía a cerrarme, no sé, era algo raro y ni siquiera yo sabía como sentirme la mayoría de las veces. A veces podía estar demasiado bien, y podía ser lo suficiente amigable con todo el mundo, y otras veces solo quería esconderme de todo el mundo.

Era tan frustrante y tal vez a todos mis amigos les cansaba demasiado mi actitud, y era algo que quería evitar, porque no quería que se sintieran mal. Ni tampoco quería dañarles con mi actitud, pero era algo inevitable. 

Qué horrible todo. 

¿Cómo podía arreglar todo este remolino de emociones? Ni siquiera era capaz de organizar mis ideas. 

Negué ligeramente y entré en la Sala Común para ir corriendo hacia mi habitación, seguramente me haría una pequeña mochila con las cosas que necesitaría para el día de hoy.

Ni siquiera sabía por qué hacía todo esto, pero necesitaba paz y soledad por unas horas. 

Mientras estaba haciendo la mochila, la puerta se abrió dejándome ver a Marlene que tenía una gran sonrisa en el rostro, pero se le borró cuando me vio haciendo lo que estaba haciendo. Me mantuve callada y dejé la pequeña mochila en la cama esperando que dijera algo, que esperaba que no hiciera.

—¿Qué haces mi querida pelirroja? —cerró la puerta y se acercó preocupada hacia mí, lo que menos quería. 

Tampoco quería preocuparles con todo ese revuelto de sentimientos que tenía y menos a Marlene, que desde el primer momento había sido un gran apoyo para mí y había estado en las buenas y en las malas desde que nos conocimos. 

Jamás me juzgó y siempre estaría demasiado agradecida con ella.

Y pensar que cuando nos conocimos creí que sería más amiga de Lily que de mí, pero me llevé una agradable sorpresa. Eso no quería decir que Lily no mereciera tener amigas, al contrario. Después de todo lo que había sufrido, merecía tener todo lo bueno del mundo.

—No te preocupes Marlene, estoy bien —susurré agarrando la mochila y ella me la arrebató con cuidado dejándola en el suelo. Colocó sus dos manos en mis hombros y la miré callada.

—Sé que algo te pasa, y sabes muy bien que no voy a insistir con el tema, porque prefiero que me lo cuentes tú cuando estés lista. Pero también quiero que sepas que Dorcas y yo siempre estaremos para ti sin importar nada, somos una pequeña familia Dhalia —susurró ella—. No tienes que sufrir sola y lo sabes. Es verdad que a veces necesitamos desconectar por un momento, pero Dorcas y yo nos hemos fijado en que algo anda mal contigo y queremos que sepas que ahí vamos a estar para ti sin importar nada. Es cierto que todo puede abrumador y cuando crees que estás bien, hay algo que te hace retroceder, pero eso no tiene nada de malo. 

Me mantuve callada.

—No sé exactamente lo que te pasa, pero si es por James, créeme, él no merece tus lágrimas, sé que no te ha hecho nada y que estás sufriendo porque prefieres eso antes de confesarte, aunque también entiendo que no quieras hacerlo porque él anda de pesado con Lily. El caso es que puedes contarme lo que sea que yo jamás voy a juzgarte e intentaré ayudarte en todo lo que pueda Dhalia —solté un pequeño suspiro cansada. 

Debía reconocer que también solía ser agotador amar a alguien que nunca te amaría de la misma manera, y por mucho que intentará dejarlo atrás, era algo demasiado imposible.

—No es por eso...

—Creo que tiene algo que ver, a pesar de todo, eso también te afecta y no tiene nada de malo, pero quiero que sepas una cosa. Nadie puede morir de un corazón roto y sé que te va a costar mucho trabajo, quitarte ese sentimiento, pero también sé que podrás hacerlo. Obvio que con tiempo, pero lo vas a lograr Dhalia. Nada es imposible si te lo propones y con lo demás, no debes preocuparte porque ya lo arreglaremos, pero no desperdicies tus años de Hogwarts escondiéndote. Disfruta del momento, porque tal vez en unos años te arrepientas de no poder hacerlo —la miré—. Hay una guerra a la vuelta de la esquina y no sabremos lo que nos deparara el futuro, así que como lo veo, o te quedas sufriendo todos estos años que te quedan de Hogwarts, o vives tu vida tal y como siempre has soñado. Ya no queda nada Dhalia, y en nada saldremos y nos enfrentaremos a la realidad. Así que hoy Dorcas, tú y yo haremos una tarde de chicas y disfrutaremos de lo que queda de día. Y ya mañana pensaremos como arreglar todo, ¿vale? —me regaló una pequeña sonrisa.

—¿Por qué no te rindes conmigo? —susurré.

—Porque no quiero hacerlo, eres mi hermana, y tendrás que aguantarme por muchos años más. Además, no pienso verte muriendo lentamente. Así que haré todo lo que pueda para ayudarte y para intentar que vuelvas a ser tú. No podrías hacer nunca que me cansé de mi mejor amiga. Por mucho que hagas esto, siempre voy a estar a tu lado por si me necesitas. Siempre voy a apoyarte cada estupidez que se te ocurra y si debo pegar a James por idiota lo haré encantada.

Solté una pequeña risa.

—Gracias por todo Marls, eres la mejor amiga más maravillosa que tengo y estoy demasiado agradecida por todo lo que me has brindado, aunque también admito que casi nunca te lo digo, pero estoy muy feliz de tenerte en mi vida, de tenerlos a todos —murmuré y ella tiró suavemente de mí para abrazarme con todas sus fuerzas.

—No agradezcas Lia, siempre estaré para ti sin importar nada —sonreí abrazándola de la misma manera.

—Yo también voy a estar siempre para ti Marls.

Tenía mucha suerte de tenerla como mejor amiga.

NOTA DE AUTORA

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Dhalia me duele demasiado.

Os amo demasiado y gracias por todo el apoyo. Ya sabéis que podéis seguirme en tiktok para ver todos los edits de mis historias. La cuenta es lvprongs también hay un Hashtag por si queréis hacer edits de la historia yo encantada de verlos #theotherwomanwattpad ❤

Os amo❤