
PRÓLOGO
LA PROCLAMACIÓN
Reino de Auradon
EL PRÍNCIPE BEN está en sus aposentos, o mejor dicho, tomando medidas para su atuendo del día de la coronación. Pero mientras su estilista hace este trabajo, su cabeza da vueltas en otra cosa; la isla de los perdidos, que tanto mira desde la ventana de su castillo.
Se enfrentaría a su padre y a su madre para hablar de su más reciente proclamación, quería darle la oportunidad a los hijos de los villanos. Y tal vez, esta idea sólo tenga ese sentido en su cabeza...
-No puedo creer que vayas a ser coronado rey el próximo mes...- Su padre y su madre entran juntos, desviando su atención de la ventana. - ¡Es sólo un bebé!
- Él ya va a cumplir 16 años. - Bella respondé.
- ¡Hola papá! - Ben exclamó, mirando a los mayores.
- ¿Dieciséis? ¡Es demasiado joven para ser rey! Sólo tomé buenas decisiones después de los 42. - murmuró, haciendo que Bella lo mire indignada.
- ¡Oh! - suspiró. - Decidiste cansarte conmigo cuando tenías 28 años. - Bella dice, sintiéndose ofendida con su marido cuando se da cuenta de que, en pocas palabras dijo, que casarse con ella no fue una "buena decisión".
- Fue sólo para deshacerse de una taza de té. - Adam le guiñó un ojo a Ben, quien se rió al ver la cara de su madre. - ¡Estoy bromeando! - le dice a su esposa.
- Mamá, papá... - los llama Ben listo para bajar del compartimento de arriba. Pero el estilista lo reprende para que baje. - Ya he elegido mi primera proclamación.
Al decir esto, Bella y Adam se miran con orgullo con sólo expectativas de cuál podría ser la proclamación de su hijo.
- Decide que los niños de la Isla de los Perdidos deberían tener la oportunidad de vivir en Auradon. - dice sereno y confiado.
Adam y Bella cambian sus expresiones al escuchar lo dicho, la mayor deja caer el abrigo que sostenía al suelo y Adam simplemente permanece en shock. Y el estilista dejó de medirlo cuando lo escuchó también.
- ¡Cada vez que los miro siento que fueron abandonados! - esta vez bajó del compartimento acercándose a sus padres, quienes permanecieron en silencio.
- ¿Los hijos de nuestros enemigos que viviendo aquí? - Adam señaló la dirección de la isla acercándose a su hijo.
- Empezaremos sólo por algunos de ellos, los que más lo necesitan. - continúa diciendo Ben y Bella lo mira atentamente. - Ya los elegí.
- ¿Elegiste? - Adam da otro paso adelante con una expresión que no es buena para su hijo.
- Tiene razón, te di una segunda oportunidad. - Bella pone su mano sobre el hombro de su marido para calmarlo. - ¿Quiénes son los padres? - ella preguntó.
- Cruella de Vil... - mientras decía lo primero, Bella tomó la mano de Adam y miraron más de cerca al futuro rey. - Jafar, la Reina Malvada y... - ko pensó dos veces antes de hablar. - Maléfica y Hades.
Al decir los apellidos, el estilista soltó un pequeño grito, dejando caer sus notas al suelo y saliendo de la habitación junto con los guardias que se encontraban en la puerta.
- ¡¿Hades?! ¡¿Maléfica?! ¡Son los peores villanos de todos los tiempos! - Adam le gritó nerviosamente
- Papá, escúchame hasta el final... - intentó Ben, pero fue interrumpido.
- ¡No quiero saberlo! - Adam señaló con el dedo a Ben. - ¡Son culpables de muchos crímenes!
- ¡Pero los hijos son inocentes! ¿No merecen una oportunidad de llevar una vida normal? - Ben mira profundamente a los ojos de su padre esperando una respuesta. - ¿Padre?
- ¡Hades tiene una hija con Perséfone, Ben! - grita Adam, todavía luchando con la idea de su hijo. - Literalmente, traer una Diosa aquí podría literalmente ponernos a todos en riesgo, ¡no sabemos cómo fue su crianza! ¡Especialmente de la hija de dos dioses del inframundo!
- Exactamente, no sabemos cómo fueron criados. ¡Merecen tener una vida, una educación mejor que la que recibieron allí! - le responde Ben. - Los hijos no tienen la culpa de nada, y si lo ven pueden ser mejores con nuestras enseñanzas y pueden ser mejores personas aquí.
Adam y Bella se miraron antes de darle una respuesta plausible a su hijo, que podría ser buena, pero al mismo tiempo, una locura. ¿Cómo reaccionaría la gente ante esto? No lo sabían, pero también coinciden en que Ben no se equivoca.
- Me imagino que son inocentes. - dijo Adam, coincidiendo con la proclamación de su hijo y retrocedió unos pasos, dejando que Bella se acercara a él.
- Bueno... - acarició los hombros de su hijo. - Está bien, felicidades. - sonrió, tomando el brazo del Rey Adán mientras este salía de la habitación. - Vamos.
Ben regresó a la ventana mirando la gran barrera que rodea la isla, se alisó el anillo en el dedo viendo que todo podía salir bien.
O tal vez se equivoque.
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