La vida puede ser difícil a veces, tienes que pelear muy duro cada día para sobresalir.

—¡Quítate cuatro ojos! —Nóvikov me empuja para salir a toda prisa del aula escolar.

Ruedo los ojos y vuelvo mi atención hacia lo que estaba haciendo antes de que él apareciera como un tornado.

—Phoenix, ¿te vas a casa en autobús? —pregunta Kiara, mi mejor amiga.

—No, papá viene por mí... puedes irte con nosotros si quieres —ofrezco.

—Claro que sí, no quiero subirme a ese ciclón de mala vibra —dice, sonriendo.

Termino de guardar mis cosas y me cuelgo la mochila al hombro, mientras tomo la carpeta de trabajos en mis manos.

—Me alegra saber que estamos a nada de concluir con el año escolar, ¿ya te han respondido las universidades? —pregunta, mientras caminamos a la par.

—No, pero papá dice que no debo desesperarme.

—Fácil para tu padre decirlo —se queja.

—Ya sé. Aunque también he de decir que no me preocupa mucho, he conseguido trabajo en un restaurante.

—¿Enserio? —pregunta, sorprendida.

—Sí. Mi hermano me ha ayudado a conseguir el puesto de ayudante del chef en el restaurante del club donde trabaja.

—Eso es increíble Nix. ¿Crees que Ethan pueda conseguirme un trabajo? —pregunta, mientras bajamos las escaleras—. No me importaría que fuese en el área de limpieza, necesito el dinero.

—Habría que preguntarle —digo.

Para cuando salimos al exterior, el Focus 2008 de mi padre se encuentra estacionado frente a la escuela.

Escucho la risa burlona de Nóvikov detrás de mí y resoplo con fastidio, intentando ignorarlo a él y su grupo de amigos.

—Al menos podrías comprarte un par de lentes para que te fijes por dónde caminas —exclamo, agachándome para recoger mi mochila.

Él solo sonríe y se sube al increíble Mercedes Benz, dándome una mirada de superioridad que me irrita al máximo.

Cómo lo odio.

—Algún día —murmuro bajo mi aliento.

Lo único que me consuela es saber que pronto me iré a la universidad; mi padre, mi hermano, yo y Kiara, nos mudaremos apenas termine el ciclo escolar y me gradúe de la preparatoria.

Jamás volveré a ver a Treyton Nóvikov.

👩‍🍳🏈

Sonrío mientras leo el mensaje de correo de acaba de llegarme.

¡Lo hice! He logrado entrar a la universidad por méritos propios, sin tener que utilizar los contactos de mi familia.

Ahora solo me queda esperar la entrega de calificaciones, la ceremonia de clausura y podré montarme al Jeep para ir en busca de mis sueños.

No ha sido fácil sobresalir en este país, pero desde que mis padres se mudaron a Estados Unidos, no me ha quedado de otra más que adaptarme a los cambios.

—¡Nóvikov! —grita el coach, atrayendo mi atención.

—Coach —exhalo, quitándome el casco.

—Supongo que te has enterado de la buena noticia —dice, mientras pasa el brazo por mis hombros y me sonríe.

—¿Se refiere a lo de la aceptación en la universidad? —pregunto, devolviéndole la sonrisa.

—Así es —dice, orgulloso—. Me ha llamado el director de deportes para darme la gran noticia —informa.

Abro los ojos sorprendido.

—Tu familia debe estar orgullosa, has sido aceptado por méritos propios, dando tu mayor esfuerzo.

—Mis padres aún no lo saben —digo, tomando una botella de gatorade.

—Deberías decírselos, estoy seguro de que se alegrarán.

Asiento, pero no estoy seguro de que a mis padres les vaya a gustar la noticia, sobre todo, teniendo en cuenta la profesión que he elegido.

Me ducho y me cambio rápido para ir a mi clase, estoy seguro de que la señorita Dillion me espera pacientemente con su sermón de siempre por llegar tarde a su clase.

No es que no me guste la física, es solo que no es lo mío.

Apenas cruzo la puerta y me topo de frente con el cerebrito de la escuela; Phoenix Blake. La pelirroja curvilínea a la que le encanta fastidiarme la vida.

Su hermano puede ser una leyenda y el ser más amigable, pero ella definitivamente es la persona más antipática en el mundo.