Capítulo 5.
Casi llegando a ese bar del que me había librado por un pequeño fin de semana.
Ahora mismo estaba abierto, en mi lugar estaba una chica llamada Jessica, era un poco mayor que yo y hacía todas las horas que yo no hacía.
-¿En el bar hay Wi-Fi gratis?- preguntó de repente.
-Sí- respondí cortante.
¿Para qué mierda quiere Wi-Fi?
-Te invitaré a agua con Wi-Fi.
Yo reí por su tonto comentario.
-¿Tus padres todavían no te han devuelto la gracia?- pregunté en broma.
Él me miró por el rabillo del ojo mientras conducía.
-Llegamos- dijo al aparcar frente al bar.
-¿Tienes ganas de conocer a mi jefe, Jason?- le dije al tomar su mano cuando ya estabamos entrando.
Mi jefe estaba mirando hacia nosotros, como si hubiera estado mirando la puerta todo el rato.
¿Por qué se esmeraba tanto en que yo saliera con su sobrino?
-Katherine, te estaba esperando- dijo mi jefe acercándose a nosotros.- Podéis sentaros, ¿qué queréis tomar?
Drew quería hablar, pero antes de que lo hiciera le tapé la boca. Sabía que iba a decir esa frase ridícula que dijo en el coche.
-¿No me dejas pedir un zumo de naranja? Eres una mala persona- dijo Drew al quitar mi mano de su boca.
-No, tenías una mosca y quería matarla- le mentí haciendo que me mire achinando sus ojos.
-¡Jessica! ¡Un zumo de naranja!- le mandó a Jessica para que le lleve la bebida a Drew.
Mi jefe se sentó frente a nosotros y yo me puse algo neviosa.
-Entonces, ¿cuánto tiempo lleváis?- preguntó curioso.
-Cerca de dos meses- dije antes de que Drew hablara.
-¿Trabajas en algo, Jason?- dijo sonando más como una encuesta que por querer conocerle.
-No, estoy estudiando aún- dijo lógico.
-Es una pena, mi sobrino Ed tiene un gran trabajo como mánager y gana lo suficiente como para mantener una chica como Katherine- dijo haciendo hartarme un poco con el tema de su sobrino.
-Sí, su futura novia será muy afortunada- intenté cambiar sus ideas.
-Hacéis buena pareja, él te quiere y tú le tratas con cariño siempre en el trabajo- dijo intentando que Drew, bueno, Jason se enfade conmigo.
-Es por el trabajo, ya sabe, eso de hacer sentir cómodo a los clientes- dije recordando lo que me dijo el primer día de trabajo.
-Pero yo veo que es diferente, le hablas con cariño y se nota que debéis estar juntos.
O sea, es diferente porque le hablo con cariño pero, no sé ni quién es.
-Eh, ¿tú de qué vas? ¿No te has enterado que mi novia no quiere estar con el tarado de tu sobrino? Ella no tiene ni idea de quién es, y tu andas diciendo esas estupideces a mi novia delante de mí ¿no te da vergüenza? no sé ni como aguanta ella esto, acabo de conocerte y ya estás diciendo esas cosas. Eres increíble- escupió con desprecio a mi jefe.
Yo rezaba por que no me echasen por culpa de Drew. Mejor dicho, rezaba por salir viva de ahí.
-Mira, ¿sábes qué? A la mierda todo, no volveré a este trabajo, si todos los problemas que tengo es por tu mierda de culpa, ya prefiero que me despidas a seguir callando y aguantando lo que a tí te da la gana- dije ya sin ganas de seguir así por él.
-Pero no lo entiendes, ¡debes estar con él! ¡Me prometió una limusina privada si hacía que tu salieras con é!
Estupendo, esto lo hacía por una mierda de limusina, cada vez me quedaba más sorprendida.
Entonces tomé del brazo a Drew y ambos salimos de ese sitio.
-Kat, no pagé el zumo- advertió.
Yo lo mire con ojos como platos y andé mas rápido hacia el coche.
-Vamos corre- dije.
Él abrió su coche y entramos en él.
-¿Qué quieres hacer ahora?- dijo dándose cuenta de que no había nada que hacer ahora.
Miré al cielo del coche para pensar algo.
-¿Qué tal ir al parque?- propuse.
-No está mal- dijo, después arrancó el coche y fuimos al parque más cercano.
Salimos del coche los dos y entramos en un parque. Era muy amplio y tenía muchas flores, árboles y césped.
Un camino de tierra conducía a un círculo de tierra donde habían bancos y una fuente en el centro.
Luego de eso habían otros caminos que se dividían en ese círculo.
Unas pequeñas piedras dividían la tierra con el verde césped.
Era bastante bonito y nunca he entrando en ese parque, pero sí que pase por su lado.
Drew y yo decidimos caminar por todo ese parque.
-¿Por qué decidiste venir aquí una semana?- le pregunté curiosa dándole un mordisco a mi Twix que compré en un pequeño kiosco de madera que había en el parque.
-Hechaba de menos esto, igual que mi madre. Maddie me dijo que Tiffany la invitó a una fiesta, por lo que vino conmigo- contestó después de tomar un poco de su bebida.
Yo asentí con la cabeza.
-Hecho de menos ver a tu madre, tengo muy buenos recuerdos con ella- dije mirando al cielo para poder recordar momentos.
Sí, para recordar o inspirarme miraba hacia arriba y cuando me frustraba o me enfadaba miraba hacia abajo.
Esa era una de mis manías.
-Ella sospechaba sobre si estabamos juntos- comentó haciéndome dar un pequeño escalofrío. Yo simplemente reí.
-¿Te imaginas que no te hubieras ido nunca a Londres?- le pregunté.
-Sería extraño- se rascó su barbilla.-Oye, ¿qué tal si nos sentamos?
Yo me encogí de hombros y andé hasta un banco. Antes de sentarme lo pensé dos veces, miré al césped y me tiré callendo en la sombra que hacía un árbol.
Hacía mucho sol y calor, así que un poco de sombra no venía mal.
-Ven aquí Drew- demandé.
El hizo lo que yo hice, al final quedamos los dos tumbados en la sombra y mirando al cielo.
-Esa nube parece un perro- dijo Drew.
-No hay nubes, idiota- le dije extrañada.
Este chico es tonto.
-Lo sé- rió. Se giró hacia mí.- ¿Quieres ir al cine esta noche?
Yo le miré ilusionada, tenía muchas ganas de ir al cine, había una película que amaba y estaba en cartelera.
Además, ir con él sería mejor que ir sola.
-Estará bi...- me interrumpió el sonido del móvil de Drew.
Oh, su tono de llamada era una canción de K-pop. Creo que era una de Super Junior.
Él contestó a la llamada.
-¿Qué pasa Emily?- dijo, creo que era su novia o algo así.-¿Estás aquí?- dijo extrañado.-Vale cariño, allí estaré. Yo también te quiero- finalizó.
Guardó su móvil en su bolsillo.
-Supongo que era tu novia- le dije.
-Sí, me gustaría presentártela algún día- dijo sonriéndome.-Oye, siento decirte que hoy no podemos quedar para el cine. ¿Te parece mañana?
-Vale, no importa- respondí.
-Perfecto, bueno, mañana nos vemos Kat- me dió un beso en la mejilla.- Me espera Emily en la parada.
Después de decir eso se levantó.
-Hasta mañana- concluí.
Entonces se fue por la puerta en la que él había entrado. Yo iba a salir por la otra que tenía a mi lado, ya que ese era el camino más cercano a mi casa, pero escuché una voz diciendo mi nombre.
Miré hacia todos lados pero no había nadie.
Luego mire hacia el frente pensando que estaba loca, pero la cara de Brittany me hizo saltar de un susto.
Ella rió.
-No me des esos sustos, estúpida- le advertí.
-¿Qué hacías con Drew aquí?- preguntó cruzando sus delgados brazos y arqueando una ceja.
-No pienses que me gusta porque tiene novia, eso lo primero- expliqué.
-Eso no tiene que ver con que no te guste- me respondió.
-Brit, ¿recuerdas ese chico rubio de ojos marrones que estaba con nosotros en el colegio? Ese que era mi único amigo antes de que tú fueras mi amiga- dije para que ella se diese cuenta de todo.
-¿Quién, Drew?- dijo, luego se dió cuenta.- ¡Oh Drew!- gritó llevándose las manos a la cabeza.
-Exacto, pero hazme un favor, no grites mas- le aconsejé.
-Vale- agachó su cabeza sin cerebro- ¿Vienes a dar una vuelta? Estaba aburrida y no sabía que hacer.
-Claro, Drew me dejó porque su novia había llegado aquí- dije.
-Pobrecita, te han abandonado por otra- dijo acariciando lentamente mi pelo.
Yo le aparté la mano.
-No soy tu perra- al decir esto Brit empezó a reír como una tonta que era.
Sí, ella se reía por cualquier tontería. Pero es una chica feliz.
-Has dicho perra- dijo sonando como una niña pequeña.
-Y pensar que tienes 16 años-suspiré mirando al cielo- no encontré el manicomio.
-No estoy loca, enserio. Odio que me llamen loca.
Es verdad, ella odiaba que le llamasen así, ya que su tía está loca y ve cosas extrañas.
-Lo siento, casi lo olvido- dije abrazándola.
-A tí te lo perdono, porque no eres una cualquiera- me dijo haciendo que me sienta bien.
-¿Gracias?- respondí sin saber que responder.
Ella rió levemente.
-Bueno, salgamos de este parque antes de que te coman las hormigas- dijo señalando mi pié. En el que habían varias hormigas correteando y saltando la comba.
-Gracias por avisarme tarde cariño- le agradecí con sarcasmo.
Me quité las hormigas de mi pié, bueno, al menos lo intenté.
-Anda vámonos- me dijo largándose.
Nos fuimos del parque y nos encontramos a Maddie.
Pero se veía extraña, fijándome mejor pude ver como ella estaba llorando.
-¿Maddie?- le llamé.
Ella salió corriendo en nuestra dirección.
-¿Qué pasa, Maddie?- preguntó Brit.
-Es Mike, mi novio- comenzó y se secó algunas lágrimas.
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