Capítulo 4.
Me quedé extrañada, ¿qué hacía mirando mi cicatriz y preguntado si yo soy yo?
¡Pues claro que soy yo! ¿Qué pregunta era esa? ¿Tenía algún tipo de truco?
-Sí Drew, soy yo, te debió afectar los chupitos- suspiré. Tampoco estaba tan ebrio.
-Sube de nuevo, debo enseñarte una cosa, no tardaré- dijo y yo acepté subiendo de nuevo a su coche.
Cerré la puerta al estar completamente dentro, entonces Drew comenzó a conducir.
Llegamos a una casa nada lejos de la mía, me sonaba bastante y me extrañé al ver como Drew aparcaba frente a ella.
-Espera aquí un momento- dijo antes de bajarse e ir directamente hacia la puerta y abrirla para poder entrar en la casa.
Yo mientras desbloqueé mi móvil para ver las notificaciones de Instagram.
Era increíble, la foto de Bryan había llegado a los 200 likes. Para mí era sorprendente, ya que yo nunca recibía más de 100. Leí los comentarios y empecé a reír como una estúpida al leerlos, todos eran diferentes y me hacían reír, todos menos esa amenaza de muerte que me mandó Bryan.
Pero lo dijo en broma seguramente.
Dejé de reír cuando ví a Drew acercarse y enseñarme una carta con un sobre en el que podía verse las palabras de una niña pequeña que había escrito para Drew.
Abrí la carta llena de curiosidad y empecé a leerla hasta que paré al comprenderlo todo.
Ahora podía compender porqué Drew, su casa y esa carta hecha por mí me resultara familiar.
-Entonces, ¿tú eres Drew?- dije sin creer, pero finalmente me dí cuenta al encajar piezas, él asintió.- ¿Por qué no respondiste mi carta?
-Sí la respondí, te mandé algo sobre que quería volverte a ver pero no podía y cuando pudiera volvería para casarme contigo- rió en eso último que dijo con algo de vergüenza.- Eran tonterías que se dicen de chico, ahora todo ha cambiado ¿no?
Yo asentí sonriente, la verdad que eso de querernos de pequeño sin saberlo hasta ahora me hacía sentir nostálgica, ahora no le quería de la misma manera, ahora sólo le quiero como un buen y único amigo que fue.
-Nunca recibí esa carta- dije extrañada.
-Seguramente el cartero se demoró- dijo diciendo que los dos soltemos una pequeña risa.
-Bueno debo ir a mi casa, ¿me llevas o qué?- le mandé.
-Oh, casi lo olvidé- dijo riendo nervioso.
Se volvió a montar en el coche para llevarme a casa finalmente, tenía mucho sueño pero todo eso de la carta me hizo desvelarme algo.
En el camino estuvimos hablando sobre todo lo que había cambiado nuestras vidas. Él tenía una nueva novia y yo me alegré por ello, ver que era feliz me hacía sentir bien. Yo le dije como empecé a conocer gente diferente a él, ya que antes no me hablaba con nadie.
-Bueno, ¿esta era tu casa, no?- dijo al llegar a la puerta.
-Sí, gracias por traerme, que descanses- dije y salí de su coche. Justo cuando iba a cerrar la puerta de su coche recordé una cosa.- Ah, que no se te olvide despertarte temprano para mañana. Aunque, será mejor que yo llegue a tu casa, así que iré a tu casa a las nueve y media- dije señalando y cerré la puerta.
Me dirigí a mi casa y abrí la puerta con una llave que guardaba mi madre de emergencia bajo una maceta.
Entré y subí las escaleras después de cerrar la puerta. Sin quitar mi maquillaje ni mi ropa me tiré en mi cómoda cama y puse una alarma para despertar a las nueve, entonces tiré mi móvil sin preocupación y dormí plácidamente.
Horas después escuché mi alarma, se escuchaba como si algo estuviera tapando el altavoz.
Miré en dirección donde tiré mi móvil por última vez.
No estaba ahí, pero se escuchaba bajo un montón de ropa. Y, de verdad, esa ropa no la tiré yo.
Me levanté de mi cama con algo de esfuerzo y andé hacia ese montón de ropa.
Quité un poco del montón de ropa para poder ver mi móvil, pero al quitar la ropa toqué algo peludo lo que me hizo saltar de miedo.
Me senté de nuevo en mi cama y observé ese pelo que había tocado, era grisáceo y parecía como si fuera, ¿un gato?
Me acerqué otra vez y quité la ropa que tapaba eso.
Entonces me asusté al ver que corrió hacia una de mis esquinas.
Era un gato pero, ¿qué tenía en la boca?
¡No! Ese gato tenía mi móvil en su boca. Perfecto, ahora lo había llenado todo de su saliva.
Pero era tan pequeñito, era muy adorable.
Me acerqué lentamente intentando que no se asustase por mí. Al final empecé a tocarlo lentamente.
Atrapé mi móvil y paré esa alarma que, seguramente, causaba cáncer de oído escucharla.
Pobre gato, pobre Fluffy. Sí, Fluffy es un gran nombre para este gato, definitivamente.
Mira, se me ocurrió un trabalenguas en inglés.
There is a cat with Kat watching cuts.
Es un poco, ¿extraño?
Más bien es siniestro.
Bueno, debía darme una ducha y quitar todo este maquillaje.
Yo puse mi ropa encima de mi cama y, con pañuelos, empecé a lavar mi rostro lleno de maquillaje.
Al terminar me puse un moño para ir a la ducha, pero escuché el sonido de mi puerta y yo estaba totalmente sola en casa, por lo que no había nadie más quien pudiera abrirle.
Qué lástima, no hay nadie quien pueda abrir.
Esa persona empezó a llamar a mi timbre mil veces. Pensé en pasar de ella pero iba a quemar mi timbre, ¿era estúpida o qué?
Decidí ir hacia ella y gritarle en la cara que si seguía haciendo eso le partiría su cabeza en dos con una katana.
Bajé y abrí la puerta, pero al ver que era Drew sentí pena por gritarle eso.
-¿Qué mierda haces? ¿Quiéres acaso quemar mi timbre pedazo de idiota?- por eso le grité otra cosa.
-Te desperté ¿verdad? Por eso despertaste mal, querías despertarme tú pero no pudiste- dijo con aire de superioridad.
Yo bufé.
-Llevo media hora despierta, so capullo- le dije al mirar la hora.
-Ah- se limitó a decir- ¿nos vamos?
-No puedo, ahora iba a ducharme pero tu sonido irritante molestándome me lo impidió- dije.
-Vale, pues si te molesto tanto buscate otro Jason- dijo marchándose de mi puerta, yo le atrapé del brazo y lo estiré hasta mí haciendo que quedemos frente a frente.
Me puse algo tensa al poder verle tan cerca y estaba a punto de derretirme viendo sus preciosos ojos canela.
Entonces Fluffy vino a maullar y tocar mis piernas con su suave pelo.
Yo me separé y me agaché para atrapar entre mis brazos a Fluffy.
-Mira, este es Fluffy, dile hola- acerqué a Fluffy hacia la cara de Drew. Pero Fluffy le arañó la cara y yo no pude evitar reírme.
-Mierda de gato imbécil- dijo insultando a mi Fluffy mientras se tocaba arriba de la nariz, donde había una raja.
Solté a Fluffy al suelo y observé a Drew.
-Iré a por pañuelos- me fui y tomé unos pañuelos.-Aquí tienes.
Le entregué los pañuelos e inmediatamente se los puso sobre su erida.
Ahora sí, there is a cat with Kat watching a cut.
Reí mentalmente ante mi estupidez intensa.
-Siéntate, me iré a duchar y bajo enseguida- le mandé, cosa que correspondió.
Yo subí con Fluffy en brazos y lo bajé al suelo de mi habitación.
-No te muevas de aquí- dije señalándole. Sólo recibí un maullido de su parte.
Cerré la puerta y la ventana para ir con la ropa en dirección a mi cuarto de baño.
Me duché, me vestí con un chaleco blanco azulado y unos jeans, luego, me cepillé el pelo y los dientes.
Al salir me puse mis botines y bajé las escaleras.
Miré en dirección a Drew, lo que me hizo soltar un sonido que yo siempre hacía cuando veía algo adorable.
Estaba Drew sentado en el sillón con Fluffy encima de sus piernas acariciándolo mientras descansaba.
-Tenemos que irnos- dije haciendo que mirara en mi dirección.
Miré el corte que tenía en la cara, la sangre ya estaba seca ya que no era profundo ni muy grande, pero le llegaba desde la mejilla hasta por encima de la ceja.
Se levantó dejando a un lado al gato y dirigiéndose a mí.
-Vámonos- mandó.
-Te hiciste amigo de Fluffy al final ¿eh?- le sonreí.
-Tenemos mucho en común en el fondo- dijo pensativo, así se le veía bastante adorable.
-Sí, la diferencia es que el sabe abrir la puerta de mi habitación- dije riendo y recordando que había cerrado la puerta de mi habitación.
También recordé cuando él se le olvidó abrir la puerta de mi cuarto una vez al salir corriendo, se estampó contra ella.
-¿Te acuerdas de esas cosas pero no recuerdas quién era yo?- negó con la cabeza de brazos cruzados.
Realmente era cierto, únicamente recuerdo cosas en las que él hacía el tonto.
Sí, recordaba todos los días con él.
Yo reí por lo que Drew dijo.
-Puede ser- dije encogiendo mis hombros.
-¿Sábes qué? Sin maquillaje te ves más linda- enseguida me sonrojé, nunca me dijeron algo parecido.
-Gracias, tu también te ves bien cuando te peinas- le dije refiriéndome a que ayer no se peinó, bueno, al menos no lo parecía.
-Me hice un peinado y quedó bastante bien- dijo tocándose el pelo.
-Venga, vámonos, ni sé a la hora que tenía que estar ahí- dije tomando su mano para sacarle hacia fuera.
Abrí la puerta y dejé de tomar su mano para cerrar la puerta con mi llave dejando solo a Fluffy.
Ahora, si no le mentía correctamente a mi jefe tendría que irme con su sobrino o me despedirá.
Creo que aquí cerca buscaban empleados ¿no?
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