Capítulo 2
No sé si exageraba un poco con lo de que me iba a despedir, pero mi jefe me tenía tanto odio que podía llegar a despedirme por tonterías así.
Yo me quedé paralizada mientras mi sangre estaba saliendo sin parar.
—Katherine Emily Anderson— me miraba intimidante.
Yo tragué saliba fuertemente.
—Dígalo, estoy despedida— continué con su frase.
—No, pero te descontaré de tu paga el vaso que acabas de romper, y por favor, limpia este desastre— me contradijo.
Después de decir eso se fue cerrando la puerta de un golpe.
Yo salí de ahí para bendarme e intentar que mi mano deje de sangrar, dejando a Sophie sola, ni sabía porque estaba ella ahí.
Eché un poco de alcohol en mi mano y la bendé con unas bendas que habían en un maletín guardado en el cuarto de baño para empleados.
Salí y fui a la cocina para barrer y limpiar un poco el suelo, ya que había miles de pequeños trozos de vidrio y algo de sangre derramada.
Me asusté al ver que había derramado tanta sangre, quizás debo comer algo.
Busqué algo para comer y encontré unas galletas que ponen para acompañar al café de regalo a los clientes.
Al estar todo preparado en el bar abrimos las puertas para que la gente pudiera entrar.
Yo solo deseaba irme de aquí para tener un fin de semana tranquila. Aún no sé cual sería la "sorpresa" de mi jefe, me asustaba pensar que mi jefe tenía una sorpresa para mí y encima dejar que me fuera a las ocho.
Quizás quiere llevarse bien conmigo porque se ha dado cuenta de todo lo que hago por él y quiere recompersármelo de alguna forma o quizás su sorpresa es una trampa para hacerme la vida más basura de lo que ya es.
Veo más lógica a lo último que a lo primero, sinceramente.
Entraron los primeros clientes, por lo que yo rápidamente los tendría que atender.
—¿Qué desean tomar?— dije sonriéndoles con una de mis mejores sonrisas.
Me dijeron lo que querían tomar y lo apunté todo en una libreta. Luego, al tomar sus pedidos se los entregué a cada uno de ellos.
Así a lo largo de el día, las horas se me hacían eternas y yo estaba bastante cansada.
Ya quedaban cinco minutos para que sean las ocho. Mi jefe se acercó a mí y me dió mi paga en un sobre, ya que yo no tenía una cuenta bancaria.
—Gracias— le agradecí.
—¿Recuerdas la buena noticia que te iba a dar?— me recordó, yo asentí con felicidad.—Pues te diré, sé que nunca has tenido novio así que para que no estés todos los días amargada cada vez que vienes aquí, yo personalmente he encontrado uno para tí.
—Muchas gracias jefe pero, no quiero— reprimí mis ganas de gritarle: Jefe estúpido, gracias pero no necesito ni un poco de tu ayuda para encontrar un novio bastardo que me amarge más que venir aquí, y la única razón por la que vengo amargada aquí es porque no quiero ver tu mierda de cara todos los días, ¿no te das cuenta de que siempre que es hora de irnos se me quita la cara de asco? Al contrario que tú porque tus creadores investigadores de cosas feas te crearon así cariño.
—Es una pena que no quieras porque tienen mucho dinero.
—Muy bien por él pero ¿no te enteras aún? No quiero novio— dije algo alterada.
—Es muy guapo y alto con el pelo castaño y ojos verdes— intentó convencerme.
—Lo siento, pero no quiero nada— traté de tranquilizarme, él me sacaba de quicio.
—Muy bien señorita, se trata de mi sobrino y está muy enamorado de tí, si no tomas al menos un mes saliendo con él estás despedida.
—Oye, ¿qué culpa tengo de no querer a nadie en mi vida? Eso no es un motivo razonable para despedirme— me negué.
—Katherine, por favor, será un mes nada más— me dijo, ya casi me daba pena verlo suplicar de esa manera.
—Está bien, siento decirte que ya tengo novio— respondí diciendo la primera escusa que apareció en mi mente.
—Si eso es verdad llama a tu "novio" y dile que venga, si es cierto te dejaré ir, por el contrario te quedarás dos meses por mentirme o estarás despedida— dijo.
—De acuerdo, lo llamaré— dije sacando mi móvil y llamando a Brit.
—¿Hola?— contestó.
—Hola Jason, eh, necesito que vengas al bar, mi jefe quiere conocerte.
—Kat, ¿qué dices de Jason? Yo soy Brit cariño te has equivocado.
—Oh, ¿en el hospital visitando a tu madre? ¿Te han dicho ya cuando se recuperará?
—¿De qué hablas? Me estás dando miedo.
—Ah, y ¿cuándo volverás?
—¿Volver de qué? Joder Kat, deja de comer esas galletas que te hizo tu abuela, quizás le habrá echado veneno sin querer.
—Mañana por la mañana, perfecto, bueno pues ya te presentaré a mi jefe, es una gran persona.
—Pero si ya lo conozco, me dijiste que te trataba como la mierda.
—Sí, yo también te quiero Jason, hasta luego— dije, después de eso terminé con la llamada.
La pobre se ha quedado extrañada con mis palabras.
—Mañana por la mañana más te vale estar aquí con tu novio, que tengas un buen día— se despidió.
Yo solté un suspiro al irme. Imagínense, yo con el sobrino de este hombre, sería como una versión de él en pequeño, ¡qué horror!
Fui a mi casa para arreglarme, tenía ganas de ir a la fiesta de esta noche.
Tenía dos horas, una me sobraba completamente. Y, por cierto, tengo que encontrar un Jason.
¿Quién quiere ser mi Jason? ¿Jason Derulo?
Reí mentalmente.
Ahora enserio, debo encontrar a un Jason.
Llegué a mi casa y elegí la ropa que me pondría para esta noche.
Entre montones y montones de ropa no sabía decidirme, pensé en una falda con un chaleco, porque no tenía vestidos, más bien, no me gustan llevarlos.
Toda la ropa tenía alguna pega para no querer ponérmela y las que me gustaban más no quedaban bien conjuntarlas.
Oye, ¿por qué no le quito alguna ropa de mi madre? Ella también me lo hace mucho.
Fui a su armario y ví alguna ropa que yo perdí, ¿qué mierda hacían aquí?
Que estúpida mi pregunta ¿verdad?
Elegí un chaleco que amaba de un color negro, era de manga corta y quedaba por encima de la cintura. La conjugué con una falda pegada al cuerpo rosa fuscia y me tapaba el ombligo.
Me gustaba el color de mi falda, ya que hacía juego con mi pelo.
Me lo llevé al cuarto de baño junto con unos tacones negros.
Me duché, me vestí y me peiné.
Me recogí una cola dejando dos pequeños mechones largos de mi flechillo, a continuación me hice unos pequeños rizos en ellos.
Me pinté con eyeliner y me puse un poco de brillo en los labios.
Ya estaba lista y todabía eran las nueve y cuarto. La mayoría de tiempo me lo pasé buscando mi ropa.
Encendí mi móvil para matar el tiempo y me hice fotos, no tenía ganas de leer ahora y, ya que estaba arreglada podía hacerme fotos.
Recibí un mensaje de Tiffany en el que ponía: Si puedes venir a las nueve y media me harías un favor.
No tenía ninguna escusa, es más, me alegraba la idea de pasar el tiempo con ella y no sola.
Fui a su casa, no quedaba tan lejos de la mía, aunque tampoco tan cerca.
Al tiempo llegué a su casa, eran exactamente y media.
Se abrió la puerta dejándome ver a Tiffany.
—Vaya, tú y tu puntualidad— dijo no muy extrañada.
—¿No me conoces ya Tiffany?— hice una pregunta retórica.
Las dos reímos y Tiffany me dejó paso para poder entrar. Cerró la puerta y se sentó en el sillón ante una caja donde había maquillaje, mucho maquillaje.
Hizo una seña para que yo me sentara a su lado.
Yo le correspondí sentándome a su lado.
—Más te vale que ordenes todo esto, la fiesta es dentro de media hora— dije ordenando la mesa.
Tiffany me paró.
—No Kat, esto era una estrategia porque sabía que no ibas a arreglarte lo suficiente— dijo.
—Tiffany no quiero arreglarme mucho para solo una noche.
—Exacto, por lo menos esta noche, déjame por favor— respondió haciendo puchero, yo era muy comprensible y ella lo sabía, por lo que tuve que aceptar.
—Está bien, maquíllame como a los monos de feria— acepté haciendo que Tiffany diera un pequeño aplauso ridículo de felicidad.
—Muy bien, primero te quitaré eso que has hecho con tu rostro.
—Ya aprenderé ¿vale?— dije.
Ella tomó una brocha y la aplicó sobre mi cara haciendo sombras, luego tomo una barra, la puso abajo de mis ojos y la extendió.
También lo aplicó alrededor de mis cejas, después con una brocha pequeña pintó sobre mis cejas, me extrañé al ver que esa caja ponía "maquillaje para cejas" ¿enserio eso existía?
Luego puso sombras rosadas y claras sobre mis ojos y continuó con un eyeliner. Más tarde tomo un lápiz de ojos rosa y lo aplicó en el párpado bajo. Me puso máscara de pestañas y, por último, puso brillo de labios rosa.
—Woah, estás perfecta, mírate— dijo dándome un espejo para que me viera.
Lo tomé y me asusté.
—Creí que quedaría peor pero, ¿cuándo aprendiste a maquillar de esa manera?— me extrañé.
—Siempre maquillo así, ¿no lo sabías?— se alabó tirando un mechón de su pelo hacia atrás como una diva.
Reí ante su expresión.
Miró su reloj y se extrañó.
—Quedan cinco minutos para que empiecen a llegar la gente- al decir eso empezó a recogerlo todo y poner platos con comida de la cocina al salón.
Yo le ayudé con eso y algunas otras cosas.
Al terminar eran justo las diez, entonces Tiffany y yo nos tiramos al sofá.
Tiffany se comió una patata del plato.
—¡Eh!— le grité.
—¿Qué?¿Acaso lo has pagado tú?— preguntó con toda la razón.
—Yo soy la invitada, me dejé maquillar— me escusé.
—Toma una patata— dijo dándome una patata.
—Oh, están bastante buenas, ¿de qué son?— le pregunté.
—Mierda de conejo— respondió, yo le miré con cara de "¿quiéres que me lo crea?". Ella rió.— Está bien, es sabor a pizza.
—Pues están bastante buenas— le dije.
Al instante nuesta profunda e interesante conversación fue interrumpida al escuchar el timbre.
—¡Voy!— gritó Tiffany.-Esa debe ser Brit.
Yo estube sentada esperando a que los invitados pasen.
Se escuchó la puerta abrirse y despues de eso solo escuché murmullos. Luego escuché pasos acercándose cada vez más a mí.
—Hola... ¿Kat?— dijo Brit mirando en mi dirección.
—Hola... ¿Brit?— la imité.
—¿Te gusta como la he maquillado?— preguntó Tiffany entusiasmada.
—Parece otra persona, ¡está increíble!
-Vaya, tampoco es para tanto-dije sorprendida por todo lo que exageraban.
La verdad es que si nunca me maquillo así es porque sé que dirían cosas de este tipo. No sé si solo soy yo, pero odio que digan cosas como "estás muy linda" o "pareces otra persona". Ese tipo de frases me hace sentir fea, ¿sólo puedo verme guapa cuando llevo maquillaje? No me gusta eso.
-Cambiando de tema, le dije a Chris, antes de yo llegar, que viniera pronto y me dijo que ya estaba preparado- interrumpió Brit.
-¿Y qué? Parece que te gusta Chris, siempre lo metes en alguna conversación aunque no tenga sentido- dijo con toda la razón Tiffany.
-N-no me gusta- disimuló Brit nerviosa. Tiffany no sabía nada de que a ella le gustaba Chris, porque sabemos que enseguida se lo diría a otra persona.
-No le gusta, solo que son muy amigos, ¿de verdad pensabas que a Brit le gustaba Chris?- bufé.
Pues claro que no le gustaba, lo amaba.
-No sé, creí que le gustaba y...-se quedó callada. Se escuchó golpear la puerta suavemente.-Yo abro.
Se fue corriendo hacia la puerta y se escuchó abrir. Después de eso escuché un grito de parte de Tiffany, yo solo rezaba por la persona que estubiera a su lado.
Ojalá salga con vida.
Después solo escuché como conversaban, lo hacían con un tono agudo. Tiffany ponía esa voz cuando veía algo que le gustaba o cuando hacía tiempo que no veía a alguna persona.
Claramente, en este caso, era lo segundo.
Las voces se iban acercando cada vez más.
-Mira, te presento a mis amigas. Esta es Brittany, aunque le puedes llamar Brit. Brit, esta es Maddie- presentó Tiffany.
-Encantada- dijo Maddie dando a Brit dos besos.
-Oye, a mi novia no la toques ¿eh?- dije en broma.
Todas rieron a la vez que yo.
-¿Cómo que novia? ¿Me has estado engañando, Brit?- se escuchó la voz de Chris acercándose.
-Por favor, yo no estoy contigo- dijo Brit siguiendo la broma.
-Bueno, y este es el tonto de Chris- interrumpió Tiffany.
-Encantada, soy Maddie- dijo ella.
-Por último ella es Kat- me presentó Tiffany.
Me miró extrañada.
-Tu nombre me suena bastante- me dijo Maddie.
-Siento no poder decir lo mismo de tí.
-Cambiando de tema, ¿tu primo iba a venir?- preguntó Tiffany de repente.
-Sí, lo que pasa que se quedó dormido y yo no quise esperarle, digo yo que ya estará acabado- explicó Maddie.
Busqué a Brit con la mirada para decirle que era como ella pero no estaba ni ella ni Chris.
-¿Dónde está Brit?- pregunté, al darme la vuelta me encontré a ella y Chris comiendo patatas.
Típico de Brit.
-¿Por cuánto tiempo te quedarás al final?- preguntó Tiffany.
-Una semana, estaremos mi primo Drew, sus padres y yo, ya que mis padres se fueron de viaje.
-Drew, ese nombre si me suena- dije con un tono alto.
-Quizás será por él que me suenas- dijo riendo un poco.
-Puede ser.
La puerta sonó y se escuchaba tras ella un murmullo.
Tiffany la abrió y llegaron mucha gente del instituto que yo solo conocía de vista.
Pero una persona me sonaba bastante.
-Menos mal Drew, ¡despertaste!- agradeció Maddie a Dios.
-Estaba despierto antes de que te fueras- dijo el chico que tanto me sonaba.
¿Por qué me sonaba tanto su voz, su nombre y, Concretamente, él?
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