5 meses antes.

La primera campana del nuevo semestre sonó en los largos y estrechos pasillos. Nayeon se encogió ante el sonido cuando cientos de personas pasaron junto a su casillero, cada una saludándola. Sus compañeros la amaban. Era paciente y amable, a diferencia de la mayoría de los estudiantes ricos que residían aquí.

Riqueza. Seoul National High School se estaba dividiendo en las costuras con la riqueza. Una comunidad semi pequeña con aproximadamente 20,000 personas, era lo suficientemente grande como para que hubiera un sinfín de cosas que hacer, pero lo suficientemente pequeña como para que incluso todos se conocieran.

Nayeon agarró sus libros y suspiró mientras miraba el mini espejo que colgaba al costado de la puerta del casillero. Estaba contenta con el progreso que estaba haciendo con sus hábitos de sueño últimamente, así como con los efectos de un buen descanso nocturno. Sus ojos volvieron a brillar y su piel comenzaba a recuperar su brillo. Una sonrisa satisfecha jugó en sus labios.

La vida era normal otra vez.

De repente su casillero se cerró frente a su cara. Saltando hacia atrás, dejó caer sus libros al suelo. Cuando los recogió, miró al culpable, "¿En serio Momo? Hemos regresado por cinco segundos y ya estás tratando de darme un ataque al corazón".

Momo, la mejor amiga de Nayeon se rió de la escena frente a ella. Ella era increíblemente hermosa. Sus rasgos eran únicos y la distinguían de todas las demás chicas de la escuela. Sus labios carnosos funcionaban perfectamente en su cara de felpa. Sus ojos de un café hipnotizante. A veces, Nayeon se encontraba asombrada, celosa de su belleza natural y de su alta confianza en sí misma.

Momo se encogió de hombros mientras ayudaba a Nayeon a levantarse, "¿Qué más esperabas?"

"Bueno, usualmente haces conexiones con extraños para que muera un poco por dentro en una fiesta trágica, pero este es un cambio agradable. Inesperado, pero agradable", admitió Nayeon, alisando sus jeans ajustados.

"Sí, bueno, no te acostumbres". Momo advirtió mientras agarraba a Nayeon por el brazo y la arrastraba por el pasillo interminable.

Momo ha vivido toda su vida de la manera lujosa. Pero, la vida lujosa viene con muchas responsabilidades ocultas. Momo vive con ellas. Su padre, Mitashi, estaba casado con su madre, Senghee, una modelo / actriz retirada. Aunque solo ha estado en una película, que fue un cortometraje, y fue la única actriz que se presentó a la audición. 

Al estar tan alto en la cadena, las personas mantienen a los demás con un cierto estándar. Lo que solo hizo que Momo se rebelara. Era escandalosa, siempre queriendo que la gente hablara. Y definitivamente no tenía miedo de decir lo que pensaba sobre todo. Era como si no tuviera filtro. Momo siempre fue promiscua también, y no le importó tener su vida sexual abierta al público. Nayeon era exactamente lo contrario. Pero de alguna manera, en medio de todas sus diferencias, hicieron clic.

"Entonces realmente, ¿cómo has estado?" Momo se acercó a Nayeon un poco más mientras caminaban hacia química. Aunque no pasaban un día sin hablar o verse, Momo sabía que Nayeon necesitaba a alguien con quien hablar más que nunca.

Nayeon miró a su hermosa amiga, "Está bien", sus palabras se fueron apagando, "Confía en mí, las cosas han mejorado mucho".

Momo frunció el ceño, sabiendo que a Nayeon le gustaba ocultar cosas, especialmente cuando se trataba de sus emociones, "¿Estás segura?"

Nayeon sonrió, separándose de Momo cuando entraron en el laboratorio de química casi lleno. Los sobres de mesa negros y estériles y el acero inoxidable cubrían la mayor parte de la habitación, "Nunca he sido más positiva en mi lamentable vida".

Momo asintió con una sonrisa complaciente en su rostro. Ella dejó su bolso Burken y se dejó caer en el taburete. Nayeon se rió ante el hecho de que alguien trajera un bolso de $ 20,000 dólares a la escuela. Ella se sentó al lado de Momo mientras esperaban que la profesora honrara con su presencia.

Irene, una bonita pelinegra se rió entre dientes detrás de ellas, "Hola Nayeon", dice mientras se inclina sobre el tablero de la mesa, permitiendo que su camisa exponga más de su pecho ya expuesto. Ella levantó una ceja y sonrió a medias, lamiéndose los dientes. Todo el tiempo golpeando el hombro de la chica a su lado, llamando su atención.

La amiga de Irene miró a Nayeon, demasiado divertida: "Apuesto a que estos uniformes nuevos van a abrazar todos los lugares correctos".

Al abrir la boca, Irene bajó los ojos, "Puedo pensar en una persona en particular que quiero que me vea", sus palabras fueron burlonas.

Momo, que estaba ocupada con su teléfono, escuchó el parloteo y miró a una malhumorada Nayeon. Esa era otra cosa sobre ella, nunca dejaría que nadie se saliera con la suya hablando mierda. Entonces, sacó un espejo de su bolso, se examinó a sí misma, luego se volvió hacia las dos chicas que ahora también estaban concentradas en sus teléfonos.

"Hola gemelas de plástico", las dos chicas miraron a Momo , "¿Y pensar que de 100000 espermatozoides ustedes dos fueron las más rápidas? Por favor, señoras, aprendan de los errores de sus padres, usen anticonceptivos ". Momo detuvo sus insultos y se dio la vuelta, levantando el espejo nuevamente. Sacó su lápiz de ojos y comenzó a aplicarlo, "¿Les gustaría agregar algo más?" Preguntó a las chicas ahora tranquilas a través del espejo: "Si no, ¿por qué no se callan y le dan a ese agujero en sus caras la oportunidad de sanar?".

Irene cruzó los brazos, "Aw, ¿por qué?", ​​Presionó, mirando a la parte posterior de la cabeza de Nayeon, "¿Se está poniendo celosa la pobre Nayeon?"

Nayeon volvió la cabeza levemente, "Celosa de qué exactamente", preguntó, girando su cuerpo por completo para mirar a Irene, "Porque francamente, no puedo sentir celos de una puta que ya está celosa de lo que tengo". La señorita Minatozaki, la profesora de química, entró a clase, afortunadamente rompiendo cualquier pelea de gatos que pudiera haber comenzado.

La profesora Sana no era la maestra promedio de la carrera. Era el cliché, alta y guapa. Sin mencionar su cuerpo perfecto. Momo se lamió los labios justo cuando Nayeon le dio un codazo, "¿Qué?" Ella preguntó, sin vergüenza, "Está jodidamente caliente. Yo me quitaría los calzones". Momo chilló de emoción cuando se empolvó la cara.

"Buenos días clase", la señorita Minatozaki dejó su maletín y escribió la lección del día en la pizarra, "Vamos a hacer bastantes laboratorios este semestre, pero primero lo primero, tenemos que hacer parejas. "

Inmediatamente, antes de que pudiera terminar su declaración, se movieron las sillas, se revolvieron los pies y todos estaban ahora en diferentes lugares de la habitación.

Todos excepto Momo y Nayeon, que parecían satisfechas en su propia sociedad.

Sin embargo, emparejarse no fue una decisión sabia por parte de Nayeon. Lo más cercano que Momo ha hecho a esforzarse fue escribir su nombre en el trabajo. E incluso eso fue una lucha.

La señorita Minatozaki se echó a reír y sacó un portapapeles, "Para eso sí son rápidos", dijo mientras movía la lengua, "Perdón por decírselo, chicos, pero ya los he emparejado". La clase respondió con gemidos descontentos.

"Joder", soltó Momo.

La señorita Minatozaki no había levantado la vista de la lista, ya consciente de la estudiante que pronunció la palabra, "Lenguaje señorita Hirai. Tratemos de crear un nuevo camino, libre de palabrotas e insultos". La amiga de Irene se aclaró la garganta desde el otro lado de la habitación. Recordando a Momo y Nayeon de sus palabras no tan agradables hace unos minutos.

Momo sonrió con su sonrisa brillante, "Sí, señorita Minatozaki, por supuesto, señorita Minatozaki, tu deseo es mi orden, señorita Minatozaki", se rió y guiñó un ojo para cerrar el trato.

La hermosa maestra la miró con una ceja levantada, "Camina suavemente señorita Hirai, no queremos que se repita lo del año pasado".

Nayeon bajó la cabeza avergonzada por las acciones de su amiga, ya que algunos de sus compañeros de clase miraron por encima de sus hombros a Momo, "Algún día te meterás en una mierda profunda. Sabes que ya te denunció en la oficina por acoso sexual, " Nayeon puso dos dedos en la cara de Momo," Dos veces ".

Momo se encogió de hombros y comenzó a apilar sus libros. "Parece que voy a ver el interior de la oficina del alcaide más a menudo entonces. No hay promesas de que no lo follaré también".

La señorita Minatozaki comenzó a nombrar a los estudiantes que eligió emparejar. Y por los gemidos, parecía que a nadie le gustaban sus elecciones. Momo fue colocada en el fondo de la habitación con un chico que usaba su inhalador cada dos minutos. Era el epítome del nerd.

Quedaba una mesa y el nombre de Nayeon aún no se había llamado, "Señorita Im, usted está aquí a mi derecha", Nayeon puso los ojos en blanco mientras caminaba hacia su escritorio en el frente de la clase.

"Encantador", se quejó para sí misma, mirando alrededor de la habitación mientras se sentaba con un ruido sordo, "¿Dónde está mi compañero?"

Y como si fuera una especie de película cliché, un pequeño golpe vino de la puerta de madera cerrada. Cuando se abrió, Nayeon pensó que estaría atrapada con algún friki, inteligente o no, y que tendría que vivir el resto del semestre drogándose con los humos del inhalador. Pero cuando la misteriosa invitada entró en la habitación, sus pensamientos cambiaron de inmediato.

Su altura solo la hacía atractiva. Pero había muchas otras características para mirar. Como sus jeans colgaban bonitos y cómodos en sus caderas. Había algo atractivo en su tono de piel extremadamente claro que adornaba su rostro y sus labios que se presentaban con la máxima belleza.

Un fuerte sonido proveniente de detrás de la oreja de Nayeon la sacó de su rastro, "Tierra a Nayeon ", dijo Minatozaki, aclarándose la garganta. Nayeon la miró sorprendida, "Como decía, la señorita Sharon es una estudiante de intercambio transferida aquí y pensé que qué mejor persona para hacerla sentir bienvenida que tú".

La señorita Minatozaki le dirigió una sonrisa amistosa de "puedes hacerlo", y Nayeon, siendo la alumna complaciente que era, le devolvió una sonrisa nerviosa.

La chica caminó hacia la mesa, todo el tiempo estuvo ocupada explorando el aula. La mayoría de las chicas se arreglaron, ya sea su cabello o empujándose hacia afuera para parecer más aplicadas. Rozó a la señorita Minatozaki para sentarse en su incómodo taburete, junto a Nayeon.

"Es Mina", dijo rotundamente. La señorita Minatozaki frunció el ceño, odiaba cuando se equivocaban de nombre.

Nayeon aún no había dejado de mirar cuando Mina comenzó a ponerse cómoda, arrojando su mochila sobre su hombro. Pero una vez que giró la cabeza lentamente hacia ella, ya no sintió la necesidad de mirarla. Sus ojos estaban completamente dedicados al frente del tablero. Por el rabillo del ojo podía ver a Mina mirándola fijamente.

Una realización incómoda vino a su mente; ella la estaba estudiando, cada centímetro de su cara y cuerpo. Cuando sus ojos pasaron de un lado a otro de la habitación, podría haber jurado, vio una pequeña sonrisa jugar en sus labios regordetes.

Con un movimiento sin esfuerzo, se inclinó en su dirección mientras su sonrisa se ensanchaba, mostrando sus dientes perfectamente blancos, su hombro rozó el de ella mientras susurraba: "Te tengo".