Capítulo 7.

Estaba muriendo de emoción, lo que acababa de pasar enfrente de nosotros era la declaración de amor más romántica que alguna vez podré ver.

Cole estaba justo alado mío, con celular en mano, ignorando completamente el momento.

— Ellos terminaran juntos en cualquier momento. — Susurré.
— ¿Qué dijiste Maggie?
— Yo... Nada, olvídalo.

— Te toca Cole — Tom le dio un golpe en el hombro a mi novio y él confundido se paró.

Dijo la canción que cantaría y volvió a caminar por el escenario.

La melodía de un ukulele rompió el silencio.

Elvis Presley era uno de mis cantantes favoritos, mi piel se volvió chinita al escuchar al chico del que estaba enamorada cantando con una voz grave una de las mejores canciones creadas.

Can't help fallin' in love cantada por Cole era como estar en el mismo cielo.

No podía mirarlo sin que mis mejillas se tornaran rojas, en verdad lo amaba.

Estaba completamente segura de que lo amaba, era el primer chico al que amaba e iba a decírselo, solamente que tenía que ser en un lugar especial... más especial que un simple karaoke nuevo en la cuidad.

Cuando la canción terminó, todos aplaudimos, fui la primera en levantarme para recibirlo y abrazarlo. Todas mis inseguridades desaparecieron en ese momento, estaba segura de que él me quería y eso era algo que no cambiaría de la noche a la mañana.

Rápidamente busqué mi celular y la canción que iba a cantar, se la dejé a mi amiga y la miré con esperanza. No necesitábamos palabras para entendernos.

Corrí a la cabina de música y le di el hombre de la canción que iba a cantar.

En lo que el chico buscaba la versión en karaoke, tomé el micrófono y miré directamente a la mesa en donde todos estaban sentados.

— Bien esta es una canción en español, la cual habla de todos los sentimientos por los que estoy pasando en estos momentos y se llama ''Si tú quieres''.

Al terminar a canción mis amigos aplaudieron, bajé los escalones y caminé hacia ellos.

— Bien, pensé que cantarías peor. — Tom fue el primero en hablar y.... exponer su opinión.
— Cállate. — Silenció Montse para luego voltearme a ver. — Niña, tú estás más que enamorada, le di el celular a Cole para que pudiera entender tu declaración de amor.

Miré a mi novio, quien tenía mi celular en sus manos y una sonrisa en su cara.

— ¿Te gustó? — Pregunté avergonzada.
— ¿Enserio sientes todo eso?
— Claro que sí.

Agaché la cabeza sonrojada para luego sentir como Cole con ambas manos tomaba mi cara y depositaba un beso en mi frente.

La noche pasó con tranquilidad, volvimos a cantar varias canciones nosotros cuatro, ya que las demás personas se divertían con las tonterías que hacíamos.

Terminamos pagando todo y despidiéndonos del chico que ponía las canciones (del cual nos hicimos amigos). Antes de cruzar la puerta, vi una cabellera rubia sentada sola en una de las mesas del fondo, por un momento imaginé que era Bridget, la chica que nos cambió por las amigas de Montse, pero luego recapacité, pensando que lo más seguro era que ellas tenían mejores planes que ir a un karaoke.

Tom acompañó a Montse a su casa y Cole a la mía, nos despedimos de todos, ahora lo que importaba era llegar a casa y hacer las maletas del viaje sorpresa a mi bello país.

— ¿No quieres quedarte a ver una película antes de irte? — Le pregunté a Cole antes de entrar a mi casa.
— En realidad debo volver a mi casa para hacer las maletas para el lunes. — Contestó poco convencido.
— Oye, ¿Estas bien? Desde que llegaste al karaoke siento que te pasa algo, sabes que puedes contarme cualquier cosa.

Cole se quedó callado unos segundos antes de mirarme a los ojos y decirme.

— Claro que estoy bien, sólo que tuve una pequeña pelea con mis papás, pero todo está bien.
— Bien... yo... te quiero mucho. — Lo rodeé con mis brazos y me paré de puntitas para poder alcanzar su mejilla. — Descansa.
— Descansa. —Fue lo último que dijo.

Usualmente cuando te despiertas a la una de la mañana lo que menos tienes, es buen humor, pero esta vez era completamente diferente, en menos de 24 horas llegaría a mi país natal, la emoción me consumía por dentro.

Mi madre me llevó a la escuela, el punto exacto en donde nos reuniríamos todos. Luego de la despedida y la lista de cosas que debía de traer, me dirigí al camión rojo en donde Montse, Tom, Cole y yo quedamos en irnos juntos.

Busqué con la mirada a mis amigos y parecía que ninguno de ellos estaba cerca, aprovechando el tiempo, fui al costado del camión para poder dejar mis maletas grandes. En la fila, saqué el celular para avisarles de mi llegada.

Atrás de mí escuché una voz grave llamándome.

— Maggie.

Me giré y vi a mi novio con una sudadera larga y su cabello despeinado.

— Cole, pensé que aún no habían llegado, espera, sólo dejo la maleta y ahorita subimos, no puede ser, estoy tan emocionada, ¡Vamos a ir a México! Les mostraré tantas cosas...
— Maggie, espera.
—... Al fin entenderás mi obsesión con que las salsas de este país no son ni la mitad de allá...
— Hey, tenemos que hablar.
—... Tengo todo... ¿Qué?
— Deja tus maletas, necesito... necesito hablar contigo.

Mi corazón se encogió, ¿Y si le pasó algo malo? Maldita sea.

Dejé como pude mis cosas y ambos caminamos hacia la parte trasera del autobús.

— Maggie... sabes que... por mucho tiempo fuiste la chica de mis sueños. Que hubiera hecho cualquier cosa para verte sonreír... pero de un tiempo para acá... ya no es lo mismo. Yo... conocí a alguien.
— ¿Qué?
— Quiero que sepas que esto no es tu culpa, fui yo quien... quien se alejó... No quiero quitarte más el tiempo así que... espero que encuentres a alguien que te quiera más de lo que yo alguna vez lo hice.

Sin decir otra palabra, besó mi frente y se fue.

No sabía cómo me sentía, yo... nunca lo pensé...

Subí al autobús y caminé hasta la penúltima fila, no había mucha gente así que mi presencia era invisible. Tomé mi mochila en donde tenía la comida que íbamos a compartir. Me senté a lado de la ventana, con los ojos llorosos, vi como el chico que amaba se subía de la mano de alguien a otro camión.

Sentí una presión en el pecho insoportable, ¿A caso conocía a la chica por la que terminó conmigo?

Las lágrimas saladas bajaron por mis mejillas, no podía y no quería detenerlas.

¿Cómo el mejor día de mi vida se convirtió a esto?

Sentí como alguien se sentó a lado mío, traté de ignorarlo y limpiar mis lágrimas para que no las pudiera ver.

— ¿Mag'? — La voz del hermano de Montse retumbó en mis oídos.

Esto no podía ser peor.

— ¿Estás llorando? — Preguntó.
— No. — Fue lo único que pude contestar sin que mi voz me delatara.

Pero para él no fue suficiente, ya que tomó mi cara y me obligó a mirarlo.

— ¿Por qué estás llorando?
— No es... no te importa.

Nunca había entablado una conversación de más de 10 palabras con Timothée. Nunca se había presentado la oportunidad, supongo.

— ¿Fue Cole?
— Yo... he...

Oír su nombre hacía que mi corazón doliera.

— ¿Pelearon?
— N, bueno, él... él terminó conmigo.

Tenía que decirlo, en algún momento toda la escuela se enteraría.

Sin esperarlo, Timothée me rodeó con sus brazos. A lo que yo, sin pensarlo imité.

— ¿Te dijo por qué?
— Él... conoció a alguien más... dijo que... ya no sentía lo mismo...

Las lágrimas caían una tras otra. En mi mente sólo se repetía el momento en donde los ojos verdes de Cole me decían que ya no me quería.

— Nadie puede ser tan idiota como para tenerte como novia y fijarse en alguien más. —Su comentario por alguna razón me hizo reír. — ¡Ves! Tú mejor que nadie lo sabe.
— Él fue el primer chico que realmente amé... y ahora, cuando tenía tantos planes, tantas cosas que quería hacer junto a él, simplemente decidió que yo no era suficientemente buena... y sólo se fue.
— O él no era lo suficientemente bueno para ti.
— Era el chico de mis sueños... yo...
— Él sólo es un chico idiota que perdió la oportunidad de su vida sólo por otra persona.

Levanté la mirada y vi la sonrisa de lástima que Timothée me dedicaba. Regresé a mi realidad y me solté rápidamente.

— Perdón... no quería aburrirte con mis... lo siento.
— Tú jamás me aburrirías.
— Creo que ya deberías de regresar a tu lugar, el camión va a arrancar en unos minutos.
— Ya estoy en mi lugar.
— ¿Qué?
— A menos que te moleste mi presencia.
— No, no quise insinuar eso, yo... es que creí que en un viaje tan importante quisieras ir con tus amigos y....
— A ellos no les importará que no me siente con ellos. Aparte... creo que puedo ser más útil aquí.

Lo miré desconcentrada por lo surrealista de la situación. A lo que él me volvió a responder con una sonrisa.

Miré mi celular, en el que se podía leer claramente el apodo de Tom.

''Holland de Montse''

Fue en ese momento en el que me di cuenta de que separé al grupo... ya no seríamos los mismos 4 chicos que salían a todos lados haciendo cualquier tontería que se les ocurriese sin miedo al que dirán...

Puse mi celular en modo ''No molestar'', para olvidarme un poco de todo esto.

— Bien... Montse me había dicho que tú eras de México... ¿Qué es lo que nos espera allá?
— Uy no sé, ¿Por dónde empezar? Es el lugar más precioso que te puedas imaginar. Nos vamos a instalar en un hotel enfrente de la playa y....
— ¿Qué pasó?
— Nada sólo que... Tenía planeado todo el viaje para que Cole y yo...
— Pues... si tú quieres podemos hacerlo juntos.