Espero que les guste~

Aterrizaron en un montón en el suelo, gimiendo todos al mismo tiempo de dolor y cansancio, abriendo lentamente los ojos para ver donde aterrizaron. Estaban en una sala, pequeña y hogareña, con algunos fotos colgadas en las paredes y sillones de aspecto cómodo.

-¿Donde estamos ahora?- pregunto Bendy, el primero en poder de salir del motón.

-Ni idea- negó Félix, luchando para salir del montón, quejándose en el proceso. Los demás se movieron, logrando todos sentarse por su cuenta en el suelo luego de un poco de lucha.

-En mi casa- levantaron la vista, viendo al alto conejo sin ropa y de pelaje gris con blanco parado en la puerta que llevaba a otra habitación por lo que podían ver.

-¡Bugs!- Oswald e Ink lo reconocieron al instante. Detrás del conejo, apareció un ratón bajito muy familiar.

-¡Chicos!- Mickey sonrío enormemente al ver a todos sus amigos, pasando por al lado del conejo para acercarse a ellos.

-¡Mickey!- se levantaron, aliviados de verlo a salvo, todos abrazándose entre ellos con fuerza y alivio de estar juntos, aliviados de estar en un lugar seguro.

-Que alivio que...- voltearon a ver a la coneja, quien se estaba tambaleando en su lugar, bajando las orejas. -..que...todos estén...bien-

-¡Ink!- Mug logro atraparla, abrazándola contra su pecho, preocupado.

-Se ve cansada- comento Cup, notando entonces las ojeras oscuras que ahora estaban bien marcadas bajo los ojos ajenos.

-Es parte de su nuevo poder- el rey hizo una mueca, viendo como su amigo dejaba a la coneja suavemente en el sofá más cercano. -Le quita mucho e hizo muchos portales en solo unas horas-

-Entonces...- miraron a Bugs Bunny, quien tenía una zanahoria en mano y le estaba dando un mordisco. -...¿Qué les paso a todos ustedes, viejos? Porque déjenme decirles que se ven horribles- era la verdad, los que tenía pelaje estaba despeina y los hermanos con cabeza de copa se veían algo sucios, aunque todos ellos se veían cansados.

-¿Están bien?- el ratón miro a sus amigos con preocupación.

-Es...una larga historia- todos dejaron escapar un largo suspiro, cada quien dejándose caer en su lugar con cansancio.