Espero que les guste~

Después de un descanso y de sentirse mucho mejor, Ink se dispuso a seguir a buscar a sus amigos Se concentro lo mejor posible, el portal tardando mucho más que el anterior en aparecer justo frente a ellos para su sorpresa. Entraron, solo para caer de cara al suelo cuando llegaron al otro lado, tropezando con quien sabe que cosa.

-Auch...- Félix se levanto con una mueca.

-Maldición...- suspiro Oswald, levantándose también.

-¡Estoy mejorando!- sonrío Ink enormemente, levantándose de un salto, ignorando el ligero dolor en su rostro. Miro a su alrededor, estaban en lo que parecía ser una ciudad muy concurrida y ruidosa, el cielo opaco y pintando con diferentes tonos de rojo, una luna rojiza y con una extraña estrella dibujada en lo más alto de todo, un ambiente algo sofocante presente que los hacia sentir incomodos. -Ya se donde estamos...- se sonrojo con vergüenza al notar algo que no debía. -¡V-Vámonos!- chillo con pánico al notar a la pareja haciendo cosas indecentes en un callejón, agarrando las manos ajenas y corriendo por la vereda, con ambos siguiéndola con confusión y curiosidad. Caminaron, sintiéndose observados por los seres de aspecto extraño a su alrededor, hasta que llegaron a un gran edificio apartado de todos los demás. Era alto y luciendo como un hotel, con un cartel brillante y llamativo en la parte de arriba que decía "Hazbin Hotel".

-¿Es seguro entrar allí?- pregunto el rey sin mucha confianza, había visto a unos cuantos seres pelearse en el camino y no parecía que el lugar fuera pacifico.

-Lo prefiero- y el felino avanzo, incomodo y tenso por ser constantemente observado. Tocaron y la puerta se abrió al instante, la punta de una lanza de aspecto afilada apuntando hacia ellos de repente. Alzaron la vista, viendo a quien parecía ser una chica de cabello blanco largo que los miraba con molestia.

-Venimos en son de paz- sonrío la coneja, alzando la mano y rompiendo la lanza sin mucho problemas, arrogando la punta por sobre su hombro y lejos de todos ellos, ganándose una mirada de muerte de parte de la dueña de aquella lanza. -Solo estamos buscando a un demonio en particular...- una voz la interrumpió.

-¡Chicos!- Bendy apareció por detrás de la chica, pasando por su lado para acercarse a ellos y abrazarlos con fuerza, los tres recién llegados aliviados de ver a su amigo bien. -Este lugar es extraño pero genial...- sonrío, emocionado, empezando a arrastrar a sus amigos hacia dentro del edificio. -...conocí a la hija de Lucifer y déjenme decirles que heredo su parte angelical por completo porque es super agradable y...- y lo dejaron divagan lleno de emoción, sentándose en los cómodos sillones del lugar y aceptando algo de comer por parte de Charlie, la dueña, dispuesto a esperar unos minutos antes de continuar.