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Impostor

Algo que se me ocurrió ^_^

Espero que les guste~

Oswald va a visitar a su hermano como suele hacer de vez en cuando pero, cuando el ratón se voltea al notarlo, gritando un entusiasta "¡Hola Oswald!", algo en su interior se remueve y hacen sonar las alarmas en su cabeza pero se mantiene tranquilo, sonriendo ligeramente pero tenso, esperando a que el ratón esté libre antes de enfrentarlo. Así que espera con toda la paciencia del mundo, agarrandolo del brazo apneas lo ve desocupado y solo, arrastrándolo hacia el camerino de Mickey, obligandolo a entrar y cerrando la puerta por seguridad.

-¡Oye!- el ratón se queja, frotándose ligeramente el brazo apenas el conejo lo soltó.

-¿Quien eres?- frunció el ceño, cruzándose de brazos.

-¡Soy Mickey! ¡Mickey Mouse!- respondió sin dudar y a pesar de la seguridad en su voz, se ve tenso, la fina cola moviéndose de un lado al otro.

-No, no lo eres- golpeó ligeramente el suelo con su pie con rapidez, molesto por la mentira. -Te doy otra oportunidad para responder...- grupo, sacando su fiel control del bolsillo de su pantalón y apuntando hacia el ratón, quien abrió grande los ojos con miedo y nerviosismo. -...¿Quien eres?- su rozo el botón rojo, dispuesto a precionarlo en cualquier momento. Se mitsron entre ellos por unos segundos, un tenso silencio llenando el pequeño lugar en el que estaban, hasta que uno perdió la paciencia.

-¡Maldito seas, orejón!- gruñó de repente, luciendo molesto, el ceño fruncido lleno de enojo luciendo algo extraña en el rostro tan parecido a Mickey. -¡Eres un maldito metiche, tu no eras mi maldito problema hace unos años!- gruñó, obviamente estresado. -¡No siquiera deberías estar aquí, orejón!- él apodo le suena familiar.

-¿Donald?- bajo el control, confundido.

-No, soy el maldito rey de Roma- bufo con sarcasmo. -¡Por supuesto que soy Donald!-

-¿Como es que...?- señaló, curioso por la apariencia ajena, guardando su control en su bolsillo.

-Es un hechizo, Mickey lo hizo- suspiro, sentándose una silla cercana, luciendo de repente muy cansado.

-¿Por qué?- la curiosidad sólo es más grande ante aquello.

-Contrario a la creencia popular, Mickey no siempre está de buen estado de ánimo para soportar todo a su alrededor todo el año. A veces, se siente tan cansado que...no quiere moverse- Oswald sabia eso, su hermano le había dicho que había días en los que simplemente quería dormir y no ver a nadie, días en los que solo quería abrazar a su perro o cruzar el espejo para poder hundirse entre sus muchos y adorables sobrinos para poder dormir rodeado de ellos y sus ronroneos. -Me ofrecía a tomar su lugar después de que encontró u hechizo para cambiarme. Así que cada vez que se siente así, solo me avisa, me transforma y el se esconde mientras yo hago su trabajo. Minnie, Daisy y Goofy lo saben pero nadie más presta real atención...- levanto la vista para mirar al mayor, enarcando una ceja. -...aunque no conté contigo este año- dejó escapar un largo y pesado suspiro. -¿Como supiste?-

-Mi nombre- sonrió ante la expresión de confusión ajena. -Mickey no me llama por mi nombre, no desde que Ortencia le dio los privilegios del apodo- Río, recordando la gran sonrisa en el rostro de su hermano cuando su esposa le dijo "Llámalo Ozzie, cariño".

-Ese maldito apodo...rayos,sabia que olvidaba algo- Donald todo los ojos, divertido.

-Mickey no estaba en casa- recordó de repente, él venía de allí.

-Esta en la mía- respondió a la pregunta no dicha. -Mis sobrinos están con el tío Scrooge, así que lo deje quedarse allí con la puerta cerrada y todo-

-¿Te importa si yo...?- hizo un pequeño gesto, sonriendo ligeramente.

-Ve y cuídalo, yo me encargaré de todo aquí- saco unas llaves del bolsillo de su pantalón y se las tiro al rey, quien las agarro con algo de torpeza. -Oye Oswald...- Donald hablo con seriedad. -...creo que esta de más decírtelo pero no puedes contarle a nadie de esto...- señaló su apariencia. -...di los jefes se enteran, nos metería en muchos problemas y le podrían sacar el libro de magia a Mickey- y eso sería horrible porque Mickey adoraba con todo su corazón ese libro de magia, estaría muy triste si se lo sacaban.

-No le diré a nadie- no dudo en decirlo, no le diría a nadie si eso significaba que su hermano y su amigo estuvieran bien. Ambos se sonrieron y salieron, uno de ellos volviendo a fingir ser el famoso ratón y el otro caminando a paso rápido para poder ver a su hermano.

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