Muy bien, "Concrete Genie" es un juego de PS4 relativamente viejo (debe tener dos o tres años por lo menos) que salió gratis en PS Plus hace unos meses. Lo jugué completo recientemente y debo decir que, a pesar de ser corto, me gusto

Debo admitir que el hecho de que el personaje valla por allí con un pincel mágico para pintar el pequeño pueblo, me hizo pensar un poco en Mickey. Así que esto se me ocurrió ^_^

Espero que les guste~

Mickey miro fijamente la hoja que flotaba a centímetros del suelo. Podía reconocer que era del dibujo más reciente que había hecho antes de que esos brabucones rompieran su cuaderno, era de una sonriente coneja pintada con colores brillantes a quien había decidido llamar "Ink". Dio un paso adelante y de repente, la hoja se elevo, alejándose. El ratón frunció el ceño con confusión, no podía sentir ningún tipo de brisa que pudiera hacer eso pero a pesar de eso, no dudo en correr, siguiendo su dibujo. Fue por un camino que lo llevo hasta un pequeño porto, trepándolo después de dudar un poco y acercándose a paso lento a las grandes puertas del faro, que lucia viejo y algo abandonado. Las puertas estaban ligeramente abiertas, así que simplemente las empujo lo suficiente como para agrandar un poco más la apertura hasta que fuera lo suficiente para que él pasara.

-Wow...- murmuro al entrar. El lugar era más grande de lo que esperaba, con as escaleras y las ventanas de lo alto rotos pero a pesar de eso, lucia extrañamente bonito. Noto su dibujo flotando en medio de todo y se acerco, viendo con curiosidad como la hoja simplemente se fue por lo que parecía ser un gran agujero en el suelo de madera. Bajo con cuidado, llegando a lo que parecía ser un especie de sótano. Camino un poco y allí vio su dibujo, saltando rápidamente para atraparlo. -¡Te tengo!- agarro la hoja con suavidad, sentándose lentamente en el suelo. La miro, suspirando con tristeza mientras se removía para sacarse la mochila de la espalda, sacando lo que antes había sido su amado cuaderno pero que hora solo eran dos trozos rectangulares de cartón. Dejo suavemente eso en el suelo, abrazándose las rodillas con tristeza. Todos sus dibujos, aquellos que había echo con tanto cariño, ya no estaban. Antes de que pudiera hundirse en su tristeza, el brillo emanando de su dibujo llamo su atención. Vio con los ojos bien abiertos como una esfera brillante salía de la hoja, yendo directamente hacia la pared que tenía en frente y entonces, ella apareció. Era la misma coneja de colores brillantes que había dibujado, bostezando, estirándose como si se estuviera despertando de una siesta. Aun era un dibujo en la pared pero parecía viva de alguna manera. Y entonces, ella lo miro, sonriendo enormemente.

-¡Hola!- rio alegremente. Su voz sonaba tal y como se lo había imaginado, con un toque risueño.

-¿Ink?- ella asintió con entusiasmo y él solo pudo quedarse tieso en su lugar, sin poder creerlo. Ink sonrío con cariño e hizo una gesto con las manos, el dibujo y los trozos de cartón flotando frente a ella. Mickey vio con los ojos bien abiertos como unas hojas más venían flotando de quien sabe donde, acercándose a ella, quien parecía tener un brillo mágico a su alrededor. Las hojas quedaron entres la tapa y contratapa, la coneja juntando las manos y con un pequeño destello de luz, ahí estaba su cuaderno nuevamente. El ratón se acerco, agarrando el cuaderno que descendía, abriéndolo con cuidad y sonriendo enormemente. Las hojas con sus dibujos parecían flotar entre la tapa y contratapa pero sin irse más allá, como si fueran sostenidos por un hilo invisible o algo así. -Gracias...- la miro, realmente agradecido. Ella sonrío, empezando a caminar por la pared y él simplemente la siguió. Sobre un mesa, brillando de un suave color azulado, había un pincel. Se acerco para agarrarlo cuando ella le hizo una seña, mirándolo con asombro. Era más grande que el que solía usar y podía sentir una extraña sensación mientras lo sostenía. Volio a arriba con ella, quien le enseño a usar el pincel y le presento un pequeño ser de rojo que apareció de repente sobre la tela de su mochila, podía escucharlo aplaudir y chillar con alegría. Sus dibujos en la pared parecían cobrar vida y los genios que podía crear parecían alegres, con corazones brillantes a su alrededor mientras sonreían enormemente.

-¡Ven!- la coneja le hizo una seña de que la siguiera, yendo por la pared mientras reían con diversión y él la siguió. Trepo con algo de dificultad las escaleras rotas, corriendo para alcanzarla y sonriendo al llegar a la sima de todo. Podía ver su pequeño pueblo completo desde allí pero también podía ver aquellas extrañas cosas negras con detalles violetas se esparcían aun más por el pueblo.

-¿Crees que pueda devolver la luz a todo eso?- la miro con curiosidad, recibiendo un entusiasta asentimiento de parte de la coneja. -Hare lo mejor que pueda...lo prometo- sonrío con confianza y ella rio alegremente, luciendo encantada. Miro hacia su pueblo nuevamente y respiro profundo, lo salvaría. En serio lo haría.