Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cansado #1

Me saque el gusto ^_^

Espero que les guste~

Nota: Para este One-short me base en el mundo de BABTQFTIM, en donde Felix es un escritor aventurero y Oswald es un viudo que cuida a sus hijos

Nota-2: Si quieren una segunda parte, solo escribanlo en los comentarios. Y si quieren que pase algo en especial, no duden en decírmelo ^_^

Nota-3: Como siempre, les recuerdo que no todos los capítulos en este libro se relacionan ante sí. A menos que en el título tengan números XD

Felix esta cansado, realmente cansado. Su última aventura duró más de lo esperado y se había enfrentado a muchos peligros prácticamente con muy poco tiempo para descansar pero por lo menos había conseguido una buena historia para su siguiente libro. Así que se siente cansado y adolorido, lo único que quiere es dormir por unos días y comer de todo antes de empezar otra locura.

-Agh...- se levanta con cansancio y sale de lugar en donde estaba comiendo, dispuesto a buscar un lugar con una cómoda cama para descansar. Bosteza ampliamente y se rasca tras una de sus orejas antes de ponerse su gorro.

-¿Señor Felix?- se voltea rápidamente, una pequeña sonrisa dibujandose en su rostro al ver al pequeño conejo de pelaje celeste acercarse con pequeños saltos y las orejas en alto.

-Hola dulzura~- se agacha para alzar al menor, ignorando por completo el dolor de su cuerpo. Hya algo en esos pequeños conejos que lo hacen feliz cada vez que los ve, sin importar cuando agotado se siente. -¿Qué haces por aquí?- no es de noche todavía pero es tarde para que el pequeño ande solo.

-Perdí a papá- hace una mueca, luciendo como si estuviera a punto de llorar.

-Awwww, no te preocupes- sonríe con cariño, logrando tranquilizar un poco al menor. -Estoy seguro que tu papá debe estar muy cerca- mira a su alrededor pero el conejo mayor no estaba a la vista. -Te llevaré con él dulzura, no te preocupes-

-¡Gracias señor Felix!- chilla con emoción, abrazando con sus cortos brazos al felino y ronroneando ligeramente, haciendo que la sonrisa de Felix se agrande. Lo acomoda en sus brazos y empezó a caminar por donde el menor había venido, bastante seguro que lo encontrarán pronto.

... ... ... ...

Oswald están totalmente desesperado. Había estado contando a sus hijos cuando noto que uno de ellos faltaba y así empezó la locura. Prácticamente dio vueltas todo en la casa pero su hijo no estaba por ningún lado. Sin siquiera dudarlo, deja a Donald a cargo de los menores y sale corriendo para revisar al pueblo, su corazón latiendo rápidamente por el pánico cuando los minutos pasar y aún no lo encuentra. Está a punto de llamarlo a gritos otra vez pero una voz de le adelanta.

-¡Señor Oswald!- se voltea rápidamente, viendo a un familiar felino vestido de aventurero acercarse con algo en brazos.

-¡Papá!- los ojos del conejo se abren enormemente al ver a su hijo, justo a quien estaba buscando.

-¡Mi bebé!- corre hacia ellos para acortar rápidamente la distancia y abriendo sus brazos para recibir a su hijo, quien chilla de emoción y salta de los brazo ajenos. Oswald abraza a su bebé con fuerza, besando su frente con cariño y sintiéndose aliviado. Levanta la vista para mirar a Felix, quien los miraba en silencio y con una sonrisa. -Gracias- sonrió sin poder evitarlo.

-¡Gracias señor Felix!- sonrío el el menor. -¡Usted es el mejor!-

-No hay problema~- esta demasiado cansado como para sonrojarse y ponerse nervioso ante su "crush". -Tu hijo me encontró y no podía no ayudar a esta dulzura- estiro la mano para acariciar ligeramente la mejilla del conejito, quien ronroneo sonoramente. Se aparta y se tapa la boca para bostezar, parpadeando con cansancio.

-¿Señor Felix?- el pequeño lo ve con preocupación al ver como el felino se tambaleaba un poco.

-¿Estás bien?- pregunta Oswald con preocupación. Ahora que esta más tranquilo, puede notar lo agotado que se ve el felino con la ropa algo sucia y los ojos opacos, también está bastante seguro que el sombrero ajeno está algo roto. -Te ves...- no quiere terminar esa frase.

-...horrible- termina su hijo sin vergüenza alguna. Oswald lo regaña en voz baja y vuelve a mirar al gato, frunciendo el ceño con preocupación al notar que se tambalea un poco. Su hijo se trepa para estar en su hombro, dejando sus manos libres mientras se acerca al gato con lentitud.

-¿Señor Felix?- llama, logrando que lo mirara. Felix lo mira con confusión y con una sonrisa perezosa en su rostro. Se miran en silencio por unos segundos solo para que luego los ojos del gato se cierren y simplemente se caiga. El conejo jadea y se lanza a atraparlo, cayendo de rodillas con el felino inconsciente entre sus brazos. Siente algo de pánico. Recuerdos de los primeros días de enfermedad de su adorada esposa se le vienen a la mente pero los aparta lo más rápido posible, debe concentrarse. No hay tinta visible y tampoco está tosiendo tinta, así que no tiene esa horrible enfermedad y saber eso lo hace suspirar, aliviado. El felino respira con normalidad, un poco jadeante para su guste, también se ve realmente agotado y, a juzgar por la pequeña mueca en su rostro, muy adolorido. Se inclina un poco para apoyar sus labios contra la frente ajena, tal y como ha echo con sus hijos para verificar un poco su temperatura. Tiene algo de fiebre pero no está ardiendo por suerte.

-¿Papá?- le presta atención a si hijo en su hombro, viendo la preocupación brillando en sus adorables ojos. -¿El señor Felix estará bien?- pregunta en voz baja, luciendo algo asustado.

-Estará bien, no te preocupes- sonrió con cariño. -Lo cuidaremos y se pondrá mejor muy pronto-

-¡Si!- asintiendo con entusiasmos. -¡El señor Felix se quedará un tiempo con nosotros y podremos jugar, dibujar, también podemos peinarnos y cocinar cosas muy ricas, también...!- Oswald sonríe al escuchar a su hijo dibujar con alegría. Acomoda mejor el brazo que tiene tras los hombros del felino, pasando su otro brazo por debajo de sus pierna y, una vez que siente que tiene un buen agarre, lo levanta. Es más liviano de lo que parecía. Felix se queja un poco pero de acomoda rápidamente, su cabeza cayendo en el hombro del conejo. El sombrero cae al suelo ante el movimiento pero el conejito es rápido en saltar para agarrarlo y luego trepar para estar sobre el hombro de su padre otra vez. Empieza a caminar hacia su casa, ignorando las moradas curiosas de todos a su alrededor y sonriendo ante las palabras emocionadas de su hijo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro