Algo cortito que se me ocurrió XD

Espero que les guste~

Bendy, vestido ahora con ropa de abrigo, una bufanda suave que le tapaba la boca y un sombrero que cubría sus cuernos, miro con ojos brillantes y llenos de asombro el paisaje blanco que tenía frente a él. El suelo, arbustos, la copa de los arboles e incluso el techo de la casa en la Inkwell de algo blanco que, si mal no recordaba, uno de sus amigos llamo nieve. Se agacho y acuno entre sus dos manos aquella cosa, apretándola ligeramente.

-Tan frio...- se estremeció ante la fría sensación. Levanto la vista al escuchar risas y gritos, viendo como el par de conejos, el ratón y los mucho niños del rey se lanzaban bolas de nieve entre ellos. No pudo evitar ladear ligeramente la cabeza, estaba confundido pero termino por sonreír, contento de ver a sus amigos divertirse.

-¿Bendy?- miro a su lado, encontrándose con Mug. -¿Que estas haciendo?- pregunto con curiosidad.

-Solo...- soltó la nieve que tenia entre sus manos y se levanto, sonriendo. -Solo estaba mirando- se encogió de hombros.

-¿Nunca has visto la nieve antes?- Cup también se acerco y enarco una ceja.

-Nop- negó y miro a sus  amigos jugar con una sonrisa, sin notar la mirada de sorpresa con la que los hermanos lo miraban. -Es muy bonita~-

-¡Y puede ser muy divertida!- el demonio se sobresalto cuando el de azul empujo una bola de nieve a sus manos.

-¿Qué se supone que debo hacer?- miro la bola y a sus amigos con confusión.

-Lánzala- sonrío el de rojo. Bendy enarco una ceja pero se encogió de hombros y obedeció, encogiéndose un poco en su lugar al ver que su bola de nieve se estampo contra la nuca del rey.

-¡Oye!- Oswald se volteo a verlos, mirándolos con diversión.

-¡Fue él!- señalo el demonio al de rojo, quien se sobresalto y empezó a negar rápidamente.

-¡Espera, yo no...!- una bola estampada contra su rostro impidió que Cup siguiera hablando. Bendy no pudo evitar reír a carcajadas, callándose cuando una bola golpeo esta vez su rostro. Esta vez, Mug se rio de ambos. Cup y Bendy se limpiaron, mirándose entre si con una sonrisa. Agarraron nieve y se la tiraron a Mug, quien chillo y cayo de sentón ante el repentino ataque.

-¡A la guerra!- y así empezó a una guerra de nieve de todos contra todos. Al final, terminaron acurrucados entre un montón de mantas en la sala del castillo, temblando de frio y tomando chocolates caliente pero todos con grandes sonrisas en sus rostros.