¡Hola mi gente!

Tenía ganas de escribir algo de ellos, así que aquí esta~

Espero que les guste~

-¿Mickey?- Julius esta sorprendido cuando, al entrar a la cocina del castillo para buscar comida, se encuentra con Mickey. Esta confundido, se suponía que el ratón no debería estar tendría, tendría que estar trabajando como loco durante un tiempo y no podría ir de visita hasta terminar lo que tenía que hacer. Le esta dando la espalda, haciendo algo sobre la mesada. -¿Qué haces?- se le acerca con curiosidad y no puede evitar hacer una mueca al verlo mejor: se veía pálido y muy cansado, con unas ojeras oscuras bajo los ojos. -Te ves horrible-

-...café...- murmura, mirando casi de manera ausente la cafetera vacía. No parece siquiera haber escuchado el comentario del gato.

-No creo que necesites café- negó, arqueando una ceja con algo de diversión. Era extraño ver al usual activo ratón famosos como un zombi en busca de cafeína.

-...café...- vuelve a murmurar, más dormido que despierto.

-Siii, no lo creo hermano- apoya sus manos en los hombros ajenos, sonriendo ligeramente. -No necesitas café...- lo aleja un poco de la cafetera. -...necesitas dormir-

-¿Dormir?- lo mira con confusión, sus ojos nublados con el cansancio. -Suena...bien- una perezosa sonrisa se dibuja en su rostro. -...dormir...- cierra los ojos, su cabeza inclinándose ligeramente hacia adelante.

-¡Mickey!- Julius frunce el ceño al ver que su hermano esta dispuesto a dormir de pie. El menor se sobresalta al escuchar su nombre, parpadeando lentamente y mirando al gato con curiosidad. -En tu cama, no aquí de pie- hablo lentamente, para que el desorientado ratón entienda.

-Ho...- parpadea lentamente, pareciendo entender. Extendió sus brazos hacia el mayor, sin dar señales de que fuera a caminar por su cuenta.

-No voy a llevarte hasta ahí- frunció el ceño pero Mickey se mantuvo en la misma posición, mirándolo con cansancio. -Eres un abusivo- suspira y se acerca. Logra alzarlo de alguna manera y empieza su camino al dormitorio ajeno, agradeciendo que su hermano era relativamente liviano. Sube las escaleras con algo de torpeza y, aprovechando que la puerta del cuarto ya estaba entreabierta, la termina de abrir con una ligera patada. Corre las sabanas con algo de dificultad y deja caer al ratón con un ligero suspiro, sacándole los zapatos y dejándolos a un lado, sonriendo al verlo acomodarse en su lugar. -Duerme bien, hermano- murmura, tapándolo con las sabanas. Esta por darse la vuelta para irse pero se detiene al notar que Mickey abría un poco los ojos.

-Gracias...Juls- lo miro con una suave sonrisa, bostezando y cerrando los ojos. Julius simplemente acaricia la cabeza de su hermano con cariño, para después salir de la habitación y arrimar la puerta, dejando al ratón dormir tranquilamente.