¡Todos nuestros Toons han cambiado de cuerpo!

Lo dividiré en 3 capítulos para que se me haga más sencillo XD

Hoy: Oswald esta en el cuerpo de Mickey

Mickey esta en el cuerpo de Oswald

Nota: Imaginen que cada uno de los personajes aun conservan su voz, incluso en el cuerpo ajeno

Nota-2: Creo que esto me quedo muy bien ^_^

Petición de: Mya_Chan1

Oswald debía admitir que el mundo era muy diferente a lo que podía recordar. Estaba lleno de colores, con muchos personajes distintos yendo de un lado al otro. Camino con aire ausente, saludando con algo de nerviosismo a la gente que lo notaba y lo saludaban con entusiasmo, sintiéndose algo abrumado. Se detuvo frente a una estatua muy familiar, donde su padre y su hermano estaban ahí. 

-Esto me gusta...- pensó, llevando ambas manos al pecho y sintiendo los latidos de su corazón, una sensación cálida llenándolo.

-¡Mickey!- se sobresalto ante la repentina voz a su lado, volteándose enseguida. Por un breve momento, se olvido que estaba en el cuerpo del ratón. -Te estuve buscando durando horas- frente a él estaba una ratona con vestido rojo con lunares blancos, zapatos de tacón amarillo y un gran moño sobre su cabeza que combinaba con su vestido, un cuaderno del mismo diseño entre sus manos. 

-Ho...lo siento...- sonrío, nervioso, esperando que ella no notara que su voz era diferente. -Estaba un poco...distraído- murmuro. -Lo siento Minnie- no pudo evitar sonreír, aliviado al poder recordar su nombre

-Esta bien, por lo menos te encontré- ella sonrío. -¿Estás listo?-

-¡Por supuesto!- sonrío enormemente, siguiéndola cuando Minnie empezó a caminar. Estaba totalmente confiado en que podría con todas las tareas de su hermano.

... ... ... ...

Mickey piensa que se adapto bastante bien en estar en el cuerpo de su hermano. Es raro no tener zapatos, extraña su cola, no sentir sus latidos de su corazón le trae malos recuerdos, las orejas son algo difíciles de controlar pero, dentro de la situación, todo esta bastante bien.

Se mantuvo entretenido con su montón de sobrinos (con muchos de ellos riéndose a carcajadas ante el cambio y muchos otros llamándolo papa" por error), hasta que ellos decidieron ir a la cocina para buscar comida. Mickey no pudo evitar mirarlos con una leve sonrisa, para después caminar hacia el espejo mágico, mirándolo con expresión pensativa y sin darse cuenta, bajando las orejas. Ortencia se le acerco, parándose a su lado.

-Ozz...- se callo al instante, agitando ligeramente la cabeza. Estaba tan acostumbrada a llamar así a su marido, que a veces se le olvidaba que ahora el famoso ratón estaba en su cuerpo. -Digo...Mickey, ¿estás bien?-

-Si...solo algo...nervioso...creo- murmuro. -Ozz no ha estado ahí fuera en...mucho tiempo...- hizo una mueca. -...no conoce a nadie y...¿y si las cosas salen mal?-

-Todo esta bien- ella lo interrumpió antes de que pudiera decir algo más. -Ten un poco de fe en él, estoy muy segura de que le esta yendo muy bien y, que si se encuentra en problemas, encontrara un rápida solución-

-Si...tienes razón- suspiro, relajando un poco.

-¿Quiere ornear algo conmigo?- pregunto Ortencia después de unos segundos de silencio.

-¿En serio?- la miro con curiosidad. -¡Me encantaría~!- sonrío enormemente al verla asentir, alzando las orejas con ánimo.

-¡Genial!- ella le devolvió la sonrisa. -¡Vamos!- empezó a caminar hacia la cocina.

-Espero que le este yendo bien...- Mickey miro por última vez el espejo, para después seguir a la felina, escuchándola repasar muchas recetas en voz alta con una sonrisa.

... ... ... ...

Oswald se dejo caer como una muñeca en la silla del camerino de su hermano, agotado. Ya pasaba un poco del medio día y ni siquiera había cumplido con la mitad de las tareas que le asignaron. Las tareas lo agotaron y tener que interactuar con tanta gente que no conocía lo incomodaba. Se había equivocado muchas veces con los nombres y, a pesar de intentar arreglar sus errores, estaba bastante seguro que muchos ya sospechaba que el no era realmente Mickey Mouse.

-¿Como Mickey hace esto todos los días?- se pregunto en voz alta.

-Con varios litros de café y mucho esfuerzo- se sobresalto y se sentó enseguida, volteándose para ver al pato de plumas blancas y traje de marinero azul entrando al camerino. -Ya sabía yo que había algo raro hoy- cerro la puerta, suspirando.

-¿Donald?- se le quedo mirando, sin poder evitar compararlo con la versión animatronica de su mundo. Ambos hablaban igual de raro.

-Ese soy yo...- asintió, acercándose a paso lento. -...y debes ser Oswald, ¿cierto?-

-¿Como...?- parpadeo, sorprendido, su fina cola moviéndose con algo de nerviosismo.

-Mickey habla de ti todo el tiempo, le gusta presumir que tiene un hermano mayor- Donald sonrío, luciendo divertido ante sus propias palabras. -¿Qué fue lo que paso?- lo señalo, mirándolo con curiosidad.

-Un...accidente en el laboratorio del Doctor Loco- termino por suspirar. -Mickey esta en mi cuerpo haya en el Páramo y yo aquí en el suyo para cumplir con sus horarios...- hizo una mueca. -...aunque no espere que tuviera tantas cosas que hacer- el pato se cruzo de brazos, luciendo pensativa.

-Muy bien, levántate- Donald le hizo una seña, Oswald mirándolo con confusión. -Aun tienes una larga lista que completar, te ayudare en lo que pueda hasta que vuelvas a la normalidad y para que Mickey no se meta en problemas-

-Gracias- no pudo evitar suspirar de alivio y sonrío, su hermano tenía buenos amigos.