- Amor, mira - fuí hasta la voz de mi novio, entré al cuarto y caminé hasta él.

- ¿Qué es eso? - pregunté.

- ¿Cómo que qué es?

- Y si no la abres no sé.

- Ah, tienes razón - rió - Perdón.

- Idiota - reí.

- Mira - la abrió, quitó su contenido y lo acomodó sobre la cama - ¿Recuerdas?

- ¿Son las notas? - me senté a su lado en la cama leyéndo una por una en silencio.

- Síp, son un hermoso recuerdo - dejó un beso en mi mejilla - Nunca te agradecí.

- Yo no tengo nada que me hayas dado hace dos años.

- Tú porque eres Idiota.

- Sí, sí. ¿Cuál es tú favorita?

- Todas.

- No, una.

- T-O-D-A-S.

- ¿Por qué?

- Porque todas las escribiste tú - besó mi cabello - Te amo, ¿Lo sabías?

- Sí, yo también te amo - se colocó detrás de mí, se arrodilló y me abrazó.

- Eres hermoso - dejó repetidos besos en mi mejilla.

- Tú también - tomó mis mejillas y giro un poco mi rostro hacia la izquierda para darme un beso.

- ¿Tú tienes una favorita? - preguntó mientras aplastaba mis mejillas con una de sus manos.

- Mis favoritas son todas por la persona a las cuales se las escribía.

- ¿Y quién es esa persona? - volvió a aplastar mis mejillas - Amo tus labios.

- Espera - quité su mano de mis mejillas - Esa persona es mi pareja y lo amo con todo mi corazón.

- Ay que dulce - se safó de mi agarré y volvió a aplastar mis mejillas - QUÉ BONITOS LABIOS QUE TIENES - comencé a reír, se sentó adelante mío y me miró - ERES HERMOSO PINCHE PENDEJO.

- Erick no grites - pedí entre pequeñas risas.

- No puedo.

- Claro que puedes, no estás gritando.

- No puedo mirarte y no querer besarte - antes de que dijera algo, se sentó sobre mí dejando sus piernas a mis costados y con sus manos en mi mejillas comenzó a besarme.