🍁6🍁
El martes desperté con mi autoestima por el suelo, me encontraba muy mal y no sabía el motivo.
- ¿Loco, qué te pasa? - insistió mi amigo por tercera vez aunque ya le aclaré que no tenía nada.
- Richard, estoy bién, solo estoy triste y decaído por alguna razón que no conozco, no te preocupes.
- Pero se te nota triste, Broh - colocó su mano en mi hombro - Cuéntas conmigo para todo, lo sabes, ¿No?
- Sí Richard, gracias - le dí una simple sonrisa.
En el receso fuí directo al patio, me senté en una de las bancas, jugaba con mis pies mientras los miraba, no entendía porqué estaba tan decaído.
- Hola - levanté mi mirada con una idea de quién era, y acerté.
- Hola.
- ¿Cómo estas? - se sentó a mi lado.
- Bién, ¿Tú?
- También.
- ¿Qué cuentas?
- Números - respondió con una sonrisa, la cuál se me contagió al instante.
- Qué gracioso - usé un tono sarcástico.
- Si no lo fuera no estarías sonriendo - tocó mi mejilla. Mi piél se erizó ante ese pequeño tacto.
- No es un buén chiste, pero tampoco quiero que te rías solo - llevó una mano a su pecho dolido.
- Yo soy súper gracioso, Christopher.
- Claro, Erick, claro.
- Ay cállate - golpeó mi hombro suavemente. Lo miré y noté como sonreía, sin duda alguna, tenía una sonrisa muy hermosa, la misma sonrisa que lograba una gran variedad de cosas en mí.
En medio de la última clase, Richard me observó detenidamente, me incomodaba mucho su mirada, parecía que analizaba hasta mi alma.
- ¿Ya estás mejor? - preguntó.
- Ehh...creo que sí, ¿Por?
- Ya estás más contento, lo estás desde que llegamos del primer receso - sonreí instantaneamente al recordar con quién estuve durante esos 15 minutos.
- Ah, sí - comencé a jugar con mis dedos - Quizás alguien me ayudó.
- Pues, no sé quién sea ese alguien, pero te hace bién.
- Gracias - dí una leve risa.
Me acerqué a su casillero, noté otra nota verde desde lejos en este, apenas me acerqué la tomé y coloqué la que escribí minutos atrás.
"Si no puedes decírme quién eres, dame pistas"
Sonreí y tomé un lapicero de uno de los bolsillos de mi chaqueta, por suerte lo traía ahí.
Escribí una pista a un costado de la nota y me alejé.
Esta ves no miré su reacción, sabía que miraría a su alrededor para encontrar personas que coincidan con la pista, por lo cuál me quedé hasta ver de reojo como guardaba sus cosas, ahí me fuí.
"Amo la manera en
la que tú sonrisa
destruye mí tristeza"
-Cabello castaño.
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