Luego de aquella ardua misión, James y Ruth se encontraban reunidos con el presidente del MACUSA, en su oficina.

—Hicieron un gran trabajo, muchachos, gracias por ayudar en esta misión.

—No es nada, señor Presidente.

—Ya me hacía falta un poco de acción, para ser sincera. — dijo Ruth, con un tono alegre.

—¿Qué tienen planeado hacer después de esto? — preguntó el presidente.

—Volver a casa, señor. — contestó James, quien miró a Ruth después. —o eso planeo yo. ¿Ruth?

La pelirroja no disimulaba su enfado con el hombre sentado a su lado, pues no lo miraba fijamente.

—No sé, quizá averiguar quiénes me mienten y quiénes no. — soltó ferozmente.

—¿Qué dicen si les ofrezco empleo?

Ambos miraron al presidente, Ruth no tenía palabras.

—Lo siento señor, pero me retiré de esto hace poco y no quiero volver por ahora. Pero Ruth es una grande peleadora, creo que debería tomar esa oportunidad.

La chica seguía sin decir nada, el presidente la miraba con una sonrisa.

—¿Qué dices? — le preguntó.

—Yo… no lo sé. No lo haría tan bien sin ti, James.

—Apuesto a que lo harías mejor, sabes que si.

—¿Cuándo empezaría? — preguntó la mujer.

—Hoy mismo, tengo un par de misiones perfectamente para ti.

James se levantó del asiento, estrechó la mano del presidente y agregó unas palabras.

—Un placer trabajar con ustedes. Quizá nos veamos en un futuro.

—Gracias, señor Sawyer.

El hombre se despidió de Ruth acariciando su cabeza y luego se dirigió hacia la salida.

—Tío James, alto. — dijo la mujer. James se quedó perplejo. ¿Acaso Ruth había escuchado la conversación de hace unas horas?

El hombre se giró, recibiendo un abrazo de su sobrina, el cual correspondió.

» Gracias, por todo.

—No lo agradezcas, pequeña. Haz un gran trabajo.

—Lo haré.

Y sin más que agregar, James se retiró.

Había anochecido, el hombre pelirrojo se encontraba empacando su maleta en el pequeño departamento que se encontraba para salir al día siguiente hacia Inglaterra. Al fondo de la maleta, se encontró un objeto particular, con forma circular. Comenzó a sacar toda la ropa para visualizar mejor el objeto, lo tomó con sus manos y comenzó a leer la nota que traía pegada.

“Querido Sawyer:

Me enteré de tu misión, te entrego este regalo que hice hace un tiempo, creo que era momento de usarlo. Úsalo con sabiduría, aunque sé que sabiduría es tu segundo nombre.

Atte: Thargot.”

—Ay niño, estás loco. — dijo James, con una sonrisa.

De repente, una mujer comenzó a gritar a las afueras del departamento, pero alguien la calló de un golpe. James se puso en guardia, estaba listo para salir a ver que pasaba, hasta que escuchó un disparo, una bala había reventado la ventana de su departamento y se había incrustado en su hombro, cayó al suelo del fuerte impacto.

—¡Mierda! — susurró.

Se levantó del suelo y se dirigió agachado hasta la ventana, se asomó un poco y se volvió a agachar rápidamente al notar la ráfaga de balas que estaba recibiendo. Comenzó a correr para evitar que otra bala entrara en su cuerpo. Tras esconderse en una pared, gracias a su oído desarrollado escuchó que el tirador se había quedado sin balas y luego comenzó a correr.

James se ajustó aquel objeto que le habían regalado, sintiendo un calor cálido en su brazo y comenzó a correr tras el hombre. Rompía las paredes con el escudo para llegar más rápido hasta él, saltó por una ventana y cayó sobre el techo donde estaba el tirador, quien seguía corriendo. James rápidamente tomó el escudo y se lo lanzó al hombre, quien se giró y lo detuvo con su mano.

—¿Quién eres? — le preguntó el pelirrojo.

—Tú perdición. — le contestó, para luego lanzarle el escudo a su dueño. James lo atrapó con dificultad, tras hacerlo, dirigió su mirada al frente y se percató que aquel hombre había desaparecido.

En el MACUSA, Ruth se encontraba reunida con el presidente y el jefe de aurores, platicando sobre su nueva misión.

—Ahora que Blake está bajo arresto, las demás mafias muggles intentarán hacerse con sus territorios. Ahora que sabemos que habían magos mafiosos unidos a él, es posible que hayan otros en otras mafias. Lo que tienes que hacer es infiltrarte en el complejo de esta banda y robar información sobre su próximo ataque, cuando lo hagas nos comunicarás e inmediatamente enviaremos a la policía muggle.

—¿En cuanto salgo? — preguntó Ruth.

—Te daremos un par de horas para prepararte, sales a media noche.

La chica se sentía entusiasmada y nerviosa al mismo tiempo, pero estaba lista.