No hace mucho me llego por correo anónimo el siguiente diario cuyo contenido me sigue causando un sin fin de preguntas.

Al principio pensé que se trataba de una broma, pero la persona que dejó el diario en la oficina de correos solicitó que se enviara a esta dirección el día 24 de febrero del 2022.

Lo raro es que aquella persona anónima dejó el diario en las oficinas el día 25 de enero de 1996.

¿Extraño no es así?

Este diario es la razón por la que acepte investigar las anomalías de la ciudad empezando por aquel hospital.

Así es... La curiosidad mato al gato.

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El diario contiene lo siguiente:

Octubre 31 de 1995

Hoy es Halloween y los niños se divierten recorriendo las casas pidiendo dulces como siempre, pero yo no puedo unirme a la diversión, puesto que hoy me operan por una enfermedad en el riñón.

¿Cómo pudo terminar así?

No es justo. Lo único bueno de todo esto es que no soy el único que espera ser operado, es muy malo de mi parte pensar de esta manera, pero de otra forma me sentiría más deprimido.

Estoy recostado en la camilla mientras los enfermeros me llevan hacia la sala de operación en el sexto piso y mi familia está esperando en el primer piso.

Aunque todo esto termine de todas maneras debo esperar un tiempo para recuperarme antes de poder salir de nuevo, pero el Halloween ya habrá terminado.

Tengo 15 años, pero aun así me gusta salir a pedir dulces con mi pequeño hermano quien tampoco puede salir son nadie que lo cuidé... Ósea yo.

Estos enfermeros no dicen ni una sola palabra entre ellos y subimos piso tras piso usando el elevador para llegar a la sala de operación.

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12:00 a.m
Interior del quirófano en el sexto piso

Finalmente, llegamos a la sala de operación, pero no soy el único aquí dentro pues hay otras tres personas esperando.

Entre ellas un señor de por lo menos 70 años de edad o eso creo porque se ve muy viejo. Otro de ellos es un hombre tan obeso que parece que la camilla se romperá en cualquier momento.

El último de ellos es una mujer embarazada apuntó de dar a luz, pero me hace preguntar la razón por la cual estamos reunidos aquí.

¿Acaso nos van a operar al mismo tiempo?

No... sería bastante difícil para ellos, además no pienso que haya suficiente personal así que talvez lo hagan uno por uno en fila.

Soy la última camilla cerca de la puerta y a diferencia del resto que esta más al fondo, pero por alguna razón no puedo moverme.

¿Será la anestesia? Los demás también dejaron de moverse después de un rato, pero todavía pueden hablar un poco entre ellos a diferencia mía que ya no puedo hablar.

Estoy aburrido de tanto esperar, solo quiero que esto termine y regrese a casa tan pronto me recupere de la operación.

Justo en Halloween me tuvo que pasar esto y no sé cómo me disculparé con mi hermano.

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3:00 a.m
Interior del quirófano en el sexto piso.

Ya pasó mucho tiempo y nadie viene, además me dormí por un rato. Esto ya me tiene harto y aún debo esperar a que las primeras personas en fila sean atendidas.

Finalmente, después de 2 minutos entraron los enfermeros junto con el doctor encargado de las operaciones.

Este hospital es el único en la ciudad que realiza operaciones tan tarde en la noche, pero no tengo idea de porque lo hacen.

El primer paciente es el señor ya viejo, es extraño los enfermeros lo rodean mientras el doctor se prepara para operación.

Parecen examinar el cuerpo antes de empezar, aunque no veo que le apliquen anestesia o algo parecido.

-Bien empezamos con esta persona y tenemos toda la noche así que no tengan prisa por terminar muchachos-Dijo el doctor recorriendo con su mano la cabeza del señor viejo.

Podía escuchar el altavoz del pasillo llamando a varios doctores y enfermeros para que se fueran a sus salas de cirugía.

"Se solicita al doctor Ernesto de inmediato a la sala 04 del segundo piso"

"El paciente es Miguel Enrique"

Espera... ese es mi nombre ¿por qué?
¿Sala 04 del segundo piso? Yo no estoy en esa sala.

Si ese se supone que sería mi doctor...
¿Entonces quién es el que está aquí con nosotros?.

El doctor toma un plumón negro para dibujar una línea al rededor de la cabeza del paciente. Después uno de los enfermeros le habré la boca al señor viejo y la mantiene abierta mientras otro enfermero sostiene una charola color plata.

No sabía que sucedía y mi preocupación crecía cada vez más desde que escuché mi nombre en el alta voz, pero pensaba que talvez fue un error por parte de la recepcionista. No fue así pues el que se equivocaba era yo y mi miedo se volvió real.

El doctor inspeccionaba los dientes del señor viejo apretando con unas pinzas cada diente como si estuviera eligiendo alguno.

De un momento a otro finalmente escogió una muela y usando las pinzas comenzó a arrancarle el diente. El paciente no se podía mover en absoluto ni gritar, pero si podía sentir dolor.

El diente era jalado poco a poco con un tirón tras otro por parte del doctor e incluso picaba alrededor de la encía con una pequeña aguja para aflojar el diente.

Después de un gran tirón arrancó el diente completo y lo puso en la charola mientras de la boca del señor viejo salía sangre a cántaros.

Los demás pacientes gritaron al ver esto, pero yo me quedé tan impactado que no pude gritar.

Nuevamente, el doctor examinó la boca eligiendo otro diente y está vez escogió el canino de la parte superior.

Tiro nuevamente y está vez lo sacó fácilmente debido a que ya estaba flojo, pero la cosa cambió cuando eligió uno de los molares pues está estaba muy adherida.

Usando la guja rasgo el tejido de la encía y nuevamente dio tirones bruscos tratando de sacar el molar hasta que lo consiguió.

Él continuó esta vez yendo por las muelas del juicio que fueron las más difíciles de sacar y era tanta la desesperación del doctor por sacarlas que le pidió a los enfermeros abrirle la mandíbula para poder sacárselo con facilidad.

Ellos insertaron sus manos y utilizando toda su fuerza abrían la mandíbula jalando con fuerza hasta que finalmente lo logran.

El señor viejo parecía no morir a pesar de todo esto y su rostro expresaba un Dolor incalculable al igual que lágrimas brotaban de sus ojos. La sangre salpicó por todos lados, pero esto ni le importaba a los enfermeros ni al doctor cuyos rostros eran inexpresivos.

Los pacientes gritaban cada vez más fuerte, pero tampoco podían moverse y ante tanto alboroto el doctor ordenó a los enfermeros "silenciar a los pacientes".

Los enfermeros se separaron y llevando una tijera en mano se acercaron a los pacientes paso a paso. Una vez frente a ellos les abrieron la boca y con unas pinzas les extendieron la lengua para cortarlas lentamente con las tijeras.

Me quedé callado y eso evitó que me cortaran de igual forma la lengua, pero por más que tratara no podía moverme para escapar.

Una vez que el doctor arrancó las muelas del señor viejo, sacó una pequeña sierra eléctrica de su maletín y con ella comenzó a cortar la cabeza recorriendo las líneas que marcó con el plumón anteriormente.

El doctor corto la parte superior del cráneo y Continuó cortando alrededor de la cabeza hasta que finalmente fue capaz de retirar la parte superior como la tapa de un vaso.

Inserto y Revolvió con su mano el cerebro del señor viejo, arrancó ciertas partes del cerebro que arrojaba a la charola.

Después de un rato le pidió a uno de los enfermeros sacar el cuerpo que aún seguía con vida a pesar de todo esto y se dirigió con el hombre obeso.

Usando el escalpelo le abrió el abdomen y comenzó a retirar diferentes órganos como:
Estómago, riñón, vaso y lo más impactante fue el corazón pues el obeso seguía vivo.

Espuma le salía por la boca al hombre obeso mientras giraba su cabeza a los lados como muestra del terrible dolor que nadie quiere sentir. Todo esto solo era una tortura.

Los órganos los termino por arrojar a la charola e incluso le retiro el ojo izquierdo insertando sus dedos para arrancarlo de raíz.

-El resto del cuerpo únicamente es carne y grasa en exceso... No sirve... Saquen el cuerpo de aquí y lleven los restos a la sala subterránea de inmediato-Ordenó el doctor observando con cara de asco el cuerpo corpulento de aquel hombre.

Continuó esta vez con la mujer embarazada quien nada más podía llorar y gritar, pero las palabras no se le entendían debido a que le habían cortado la lengua. Solamente podía pensar que suplicaba por su vida.

Algo raro pasaba y es que algo dentro de la enorme panza de la mujer se movía incluso levantando la piel de vez en cuando dejando ver la maraca de sus pequeñas manos.

El doctor siguió el proceso normal para el parto de una mujer embarazada, pero lo único diferente es que el bebé parecía salir por su propia cuenta fuera del útero desgarrado desde adentro la carne.

La mujer sacudía la cabeza sin parar ante el dolor y los gritos no cesaban hasta que el enfermero le rompió el cuello para que dejara de mover la cabeza.

Cuando el bebé finalmente sale cubierto de sangre, pude apreciar que la piel de este era de un color tan rojo como la sangre misma y tenía unas pequeñas garras con algunos trozos de carne en ella.

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Dentro de poco vendrán hacía a mí y no sé que cosas me harán, pero es obvio que estaré muerto o eso pensaba hasta que uno de los enfermeros que llevaba una máscara de calabaza puesta se acercó a mí y al verme me indico con el dedo que guardará silenció.

Me cargo en brazos y me sacó del quirófano mientras los demás seguían examinando en cuerpo de la mujer.

Una vez fuera Ahora podía moverme y el enfermero medio una pequeña nota que me decía:

"Dirígete a la sala 04 y quédate ahí pase lo que pase"

Después de darme eso El enfermero regresó, Salí corriendo de ahí por los pasillos y pude ser testigo como en varias salas de operación hacían lo mismo con diferentes pacientes.

Les quitaban los miembros del cuerpo u órganos de una manera aún más horrible e incluso algunos doctores comían la carne mientras lo hacían.

A Otras personas les cosían partes de otras personas hasta tener la forma de algún muñeco de carne y hueso salido de una película de terror, peor por suerte nadie me había notado.

Evite usar los elevadores en caso de que algún doctor u enfermero estuviera dentro y baje las escaleras hasta llegar al primer piso.

En lugar de dirigirme a la sala 04 decidí en su lugar buscar a mi familia quienes por suerte estaban sentados en la sala de espera.

-¡TENEMOS QUE SALIR DE AQUÍ!-grite a todo pulmón, pero parecían no poder escucharme por más que les gritaba.

Ellos parecían seguir esperando a que la operación terminará, pero no entendía la razón por la cual no podían escucharme así que me acerque para tocarle el hombro a mi madre.

Lo que sucedió después me impacto pues solamente la traspase como si fuera un fantasma y no podían verme.

-¿Qué sucede aquí?-pensaba asustado y desesperado.

Más tarde sentí que alguien tocó mi hombro y al voltear pude ver que se trataba del doctor, quién al quitarse la mascarilla se pudo apreciar que esta persona tenía colmillos en lugar de dientes totalmente llenos de sangre.

-¿A dónde vas? Tu operación es la siguiente querido paciente.

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En ese entonces no entendí, pero ahora entiendo el porqué el enfermero me indicó que fuera a la sala 04, ya que después de 2 horas el que se supone sería mi doctor le dio una noticia a mi familia.

-Su hijo murió y no fue por su enfermedad... Lo sentimos mucho, pero no logramos encontrar la causa.

Si hubiera ido a la sala 04 ese día no estaría muerto y mucho menos ayudando ahora a este doctor a mutilar a estas personas contra mi voluntad pues me convirtió en un enfermero más.