━━━Capítulo 03
❝Y él fue la locura en
mi vida❞

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Warning: mención de situaciones sexuales entre personas del mismo sexo, leve maltrato. Todo entre personas mayores de 18 años

El chico de cabellos negros fue dejado sobre el escritorio del profesor, en el salón vacío de música.

—¿Aquí?—preguntó con un toque de picardía antes de ser besado con deseo y lujuria pura.

Tomó la corbata del joven contrario y este se coló entre las piernas del azabache.

SeunJin sonrió entre el beso sintiendo como su pantalón y ropa interior era bajada hasta sus tobillos. Antes de empezar a ser masturbado y luego preparado por los largos dedos del contrario.

—Sí, aquí te voy a follar—susurró el contrario contra los labios del chico, que llevó su mano al pantalón del más alto para empezar a soltar el cinturón, y luego desabotonar y bajar la bragueta.

Sacó sus dedos de la entrada del pelinegro antes de empezar a besarlo. En medio de dicha acción penetró con fuerza al contrario que se separó gimiendo en alto, antes de que dos dedos se colasen en su boca, amortiguando sus gemidos en cierta forma.

—Si eres una puta después de todo—y SeunJin solamente chupó los dedos en sus labios—, y pensar que el director te estima tanto.

Sacó sus dedos de la húmeda cavidad antes de empezar a mover sus caderas en embestidas rápidas y fuertes que hacían al contrario sollozar.

El cuello de SeunJin fue llenado de marcas de pertenencia, mientras tiraba su cabeza hacía atrás enfrentándose a todo el placer recorriendo su cuerpo al ser follado con fuerza.

—¿Esto era lo que querías, Kim?—gruñó el chico que lo mantenía presionado contra el escritorio mientras lo follaba con fuerza.

—¡Sí!—soltó en un fuerte grito.

—Solo eres una pequeña perra—dijo el contrario jalando el cabello de SeunJin que puso sus ojos blancos ante el placer.

—Pero soy...¡ah!...la perra con la que engañas a tu novia, Innie—exclamó con burla antes de su pecho ser apoyado con rudeza sobre la madera del escritorio.

Yang JeongIn sostuvo a Kim SeunJin por el cuello, cortándole levemente el aire. Ese chico era más apretado que la "inocente" de su novia.

—Ella no es como tú—dijo presionando con más fuerza el delgado cuello.

—¡Innie!—lloriqueó con más fuerza al su próstata ser estimulada.

JeongIn bajó la vista viendo como su pene se perdía en el redondo culo de SeunJin, que se aferraba al escritorio mientras pedía que lo follase con más fuerza.

Y en ese momento Yang JeongIn despertó.

Su camiseta de dormir estaba pegada a su piel debido al sudor, y estaba dolorosamente excitado, notó su pantalón y a leguas se veía la erección y alguna leve mancha por el pre-semen.

Maldito Kim SeunJin.

Ya habían pasado diez años, nueve desde los que no pensaba en ese extraño chico que se coló en su vida.

Se sentó en la cama y se quitó la camiseta antes de hechar su cabello hacía atrás.

No sabía que pensar, en sí follarse al chico o saber, ¿qué hacía en la escuela de su hermano menor? ¿Acaso atormentaria a JungWon por todas las veces en que él lo lastimó? Mierda, espera que no.

Tenía que hablar con ese chico, y era urgente.

Yang JungWon no dejaba de mirar a SeunJin. El chico seguía usando su mascarilla, y está vez unos lentes negros. Era demasiado raro.

Aunque más raro era a su hermano mayor buscándolo todos los días y, haciendo preguntas nada normales, sobre SeunJin. Eso estaba molestándole mucho, e incluso le daba miedo de cierta forma.

En un momento en que estaban libre y solo faltaba una hora de clases para salir, el pelinegro de la mascarilla se levantó y salió del lugar dejando a los demás algo confundidos.

Kim SeunJin notó los pasillos vacíos, pero no necesitaba tanta inteligencia para saber que estaba siendo seguido.

Justo cuando pasaba por frente de un salón vacío, fue jalado con fuerza dentro de este. Su espalda golpeó la pared y le sacó el aire levemente. Sus lentes cayeron al suelo, justo cuando la luz era encendida y él debía parpadear para acostumbrarse al repentino cambio en su visión.

—¿Qué haces aquí, Kim SeunJin?—el de la mascarilla miró frente a él, al emisor y sonrió al ver esos conocidos ojos de zorro.

—¿Quién eres?—y su cabeza golpeó la pared cuando fue sujetado por el cuello, en un movimiento rápido del mayor.

—Deja tu farsa, SeunJin.

—¿Me vas a tratar así de mal, JeongIn-hyung?—preguntó dejando de sonreír.

JeongIn apretó un poco más su agarre en el cuello del pelinegro, antes de sin ningún toque de amabilidad quitarle la mascarilla que usaba. Esos pequeños labios que conocía a la perfección, en los que tantas noches mordió y disfrutó.

—Lo preguntaré otra vez, ¿qué haces aquí?

—Es una pregunta algo tonta, Hyung, vine a estudiar.

—Mientes, sé que SeunYi está herida, muy malherida—y en los ojos del contrario se notó un destello de ira. Era cierto—. Entonces viniste por ella, ¿verdad?

—No es algo que te importe, Yang JeongIn.

—¿Acaso matarás a todos esos chicos por un capricho? ¿No puedes dar una segunda oportunidad?

Y el pelinegro río antes de soltarse del agarre del Yang para empezar a reír.

—¿Oportunidad? No, debes saber que yo no doy segundas oportunidades, y el único ser que las brinda está en el hospital. SeunYi brinda tantas oportunidades que eso me molesta. Yo por eso prefiero no brindar nada más que mi ira.

—SeunJin, son simples niños.

—Lo que pase con los humanos, no importa su edad, no es de mi incumbencia—exclamó acomodando su ropa—; aunque tienes una forma de salvar a tu hermanito, Innie.

—¿Cuál?—preguntó velozmente.

—Llévatelo de esta escuela o en dos días asistirás a un funeral.

—No lo harías.

—Jamás he dicho que yo lo haría—y JeongIn contuvo el enojo que sentía en esos momentos. Deseó matar a SeunJin, aunque eso era obvio que no pasaría.

Le dió una mirada al joven antes de salir del salón, prometiendo en voz baja que se llevaría a JungWon.

Pobre. Pobre JungWon.

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