XVII. Popularidad, caballerosidad y superheroes.
+ capitulo dedicado a BosiVazquez9 +
—En verdad, estoy muy disgustado con Zayn Malik, —Dijo Louis, sacando la jarra de la cafetera—. Es que, ¡por Jesucristo! ¿No son ilegales ese tipo de lugares? Necesito ir a confesión.
— ¿En las Vegas hay iglesias? —preguntó Harry, recordando las reiteradas veces que asistían a Misa en la capilla de su internado. Todos los domingos, sin falta.
—Al menos una tiene que haber, —dijo Louis.
— ¿Hay pescado en la heladera? —Cuestionó Niall—. Necesito comida para Perro.
—Haré una lista con cosas que hay que hacer en las Vegas, —Harry se levantó de la alta silla que tenia la isla de la cocina—. Iré a buscar marcadores de colores.
—Creo que hay unas latas de atún en la nevera, —señaló Louis hacia Niall—. Déjame acariciarlo un ratito.
Niall agarró el animalito del sueño y se lo dio a Louis—. Creo que yo soy tu verdadero padre, aunque ya casi no tenga pelo blanco. Tienes los ojos azules como yo.
—Oye, yo también tengo los ojos azules.
—Silencio.
— ¡He vuelto! —exclamó Harry con una bolsa llena de sharpies, unas hojas en blanco y un paquete de post-it azules. Se sentó en su silla de nuevo, mientras Niall preparaba el atún para Perro y Louis tomaba café sin azúcar. Porque se le olvidó comprar azúcar en el mercado—. ¡Empecemos!
Harry destapó su sharpie color verde y escribió en la parte superior de una de las hojas: «Actividades que hay que hacer para aumentar nuestra extraordinariedad» «escrito por Harry» «carita feliz».
— ¿Extraordinariedad es una palabra? —preguntó Niall.
— ¡Tenemos que imponer modas! —Exclamó Harry, lanzando su marcador—. No me interrumpas.
— ¿Disculpa?
—Disculpado.
—Quiero agregar algo a la lista, —habló Louis—. No acercarnos más a Zayn Malik.
—Oye, mi lista es de cosas buenas, para chicos buenos, —dijo Harry—. Como andar en motocicleta.
«1–. Andar en motocicleta» escribió Harry, con otro marcador, ahora naranja.
—Buenos días, —una voz se oyó desde la entrada del pasillo, y era Liam.
—Dos, arreglar el despertador de Liam, —escribió Harry.
— ¿Qué despertador? —Preguntó Liam—. ¡Hola, Perro!
Liam arrebató el gato de las manos de Louis y lo acarició. El gato parecía cansado de tanta caricia. Gruñó.
—Tres, aprender a bailar Salsa, —Harry repitió el proceso.
—Yo quiero aprender a bailar, —dijo Niall, imitando pobremente unos pasos que vio en una propaganda en la televisión.
—Yo también, —exclamó Liam, empezando a moverse en la cocina para preparar un plato de cereal con leche—. Qué asco, leche completa.
—Es más deliciosa que la descremada, —Louis rodó sus ojos—. Igual, estas medio panzón, deberías hacer ejercicios.
—Harry querer músculo, —dijo el mencionado—. Cuatro, ir al gimnasio.
— ¡Aprender deportes! —dijo Niall—. En la universidad hay equipos de baloncesto, tenis, natación y futbol.
Liam asintió—. Los chicos malos de los libros siempre juegan fútbol.
—Cinco, practicar deportes. —Harry asintió—. Al salir, luego de dos edificios hay una cafetería, ¿por qué no salimos un rato?
—Podemos invitar a Hillary, —sugirió Liam. Todos asintieron en acuerdo.
—Voy a ducharme, —dijo Niall, partiendo a su habitación, seguido de Liam, que decidió hacer lo mismo.
—Louis, —habló el ruloso.
— ¿Sí? —replicó.
— ¿Sabes que si te molestas con Zayn, luego no podrás ver más a Zoe?
Louis tragó saliva, asintió y recargó el peso de su cara en su puño, cerrando los ojos al mismo tiempo, de una forma un tanto dramatica—. Pásame el cuchillo, para suicidarme de una vez por todas.
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Los muchachos se ducharon, y empujaron a un triste Louis por la vía peatonal fuera del edificio. Todavía no podía creer por qué no había pensado en aquello. Se sentía culpable sin tener derecho alguno.
Tonto Malik.
Llamaron a Hillary, y encantada confirmó su asistencia, diciéndoles al mismo tiempo que estaba con una amiga y no quería dejarla sola, así que también iría con ella para acompañarlos y comer algo en la cafetería.
—Ahora me siento culpable por decirte eso, —dijo Harry, achicando sus ojos por la irritante luz del sol a las dos de la tarde—. De verdad no sé para qué tienen licencias, si solo hemos sacado el auto como dos o tres veces.
—Caminar es bueno para la salud, —afirmó Liam.
—Habla el chico que se levanta a las doce del medio día, —rió Niall.
Harry se adelantó para abrir la puerta para todos, observando al mismo tiempo el local, dándose cuenta de que Hillary no había llegado aún.
—Ahí hay una mesa vacía, —señaló Louis, una de las mesas que estaban en el centro del lugar.
La mayoría de las personas que estaban ahí eran adolescentes, de todo tipo. De hecho, había una chica con el cabello verde.
—Quizás estos sean nuestros compañeros de Universidad, recuerden que Hillary dijo que, mayormente, por acá vivían muchos universitarios, —susurró Niall.
—Se ven bien, —se encogió de hombros Louis.
Una mesera guapa se acercó a la mesa de los chicos, con una dulce sonrisa que transmitía calidez en sus labios—. ¡Buenas tardes y bienvenidos! Acá está el menú, ¿desean algo para tomar?
—Tu voz parece de locutora de radio, —dijo Liam. Ella arqueó una ceja y rió.
—Yo quiero un juguito de moras y arándanos, —dijo Harry, observando el menú. Un coro de «yo también» resonó en la mesa—. Esto te demuestra el buen gusto que poseo.
Louis negó y Niall le dio un golpecito en la cabeza.
—Bueno, cuatro juguitos de moras y arándanos. ¿Algo más?
—Una sonrisa tuya estaría bien, —exclamó Harry y Niall le dio un golpe más fuerte en la cabeza.
—Respeta a la damisela, ojos de secreción nasal.
— ¡Auch! Solamente estaba practicando el coqueteo, —se defendió—. Lo siento si me preocupo por mi futuro.
—Los hay mucho peores, créanme, —carcajeó ella y se fue, dejando los menús en la mesa.
Todos eligieron un menú respectivamente y empezaron a revisarlo para ver que ofrecían. Era sorprendente la cantidad de gente que entraba y salía de ese lugar. Ya hasta Niall tenía un tic nervioso por el sonido de la campanilla puesta en la parte superior de la puerta principal.
—Estos rollos de canela se ven bien, —Liam rompió el silencio, hablando sobre una bolas de canela con chocolate por encima de ellas, o al menos así lucían en la fotografía.
—Todo acá se ve bueno, —confirmó Harry—. Hasta el título, que lindos dibujos.
Niall hizo una mueca—. ¿Desde cuándo las hamburguesas tienen ojos? —cuestionó, observando los dibujos animados del menú.
—Pueden tener ojos, —Louis asintió con su cabeza—. Por ejemplo, si la hamburguesa es de pescado, puede que se vaya en la mezcla un ojo.
—Recuérdame nunca pedir una hamburguesa de pescado, —Niall hizo una mueca de asco, mientras que Louis reía.
Liam terminó por pedir rollos de canela, Harry unos churros con dulce de leche, y Louis junto a Niall galletas con leche tibia. Con sus respectivos juguitos de Mora y arándano. Al rato, la mesera les trajo toda su comida y se retiró a atender otras mesas que la solicitaban.
Esta vez, Harry se ahorró comentarios y su cabeza lo agradeció.
— ¡¿Cómo se atrevieron a pedir churros y galletas sin mí?! —La voz escandalosa y feliz de Hillary los sobresaltó, al punto de que Louis casi escupe su leche.
Liam asintió—. También pedimos rollos de canela, —habló, con su boca repleta de masa, y sus labios llenos de canela.
Todos sonrieron con su llegada y Liam junto a Louis que estaban de espaldas voltearon, y Louis casi cae al suelo.
Esta vez sí se ahogó con la leche tibia.
—Vaya, hola, —Zoe amplió su sonrisa y le alcanzó a Louis una servilleta. Bruscamente le limpio el rostro, haciéndolo reír—. Listo.
—Que romántico, —dijo Liam.
—En una forma tan retorcida, —terminó el ruloso—. ¿No han leído Shakespeare? Romeo, Romeo.
—...Dos de las estrellas más hermosas del cielo tenían que ausentarse y han rogado a sus ojos que brillen en su puesto hasta que vuelvan... —Louis citó perfectamente una de los párrafos del famoso libro de William, observando a la muchacha con cara de bobo. Zoe sonrió y sus mejillas se enrojecieron un poco—. Menos Shakespeare, más realidad. Siéntate acá, yo buscaré otra silla.
—Pero--
Louis la silenció y se fue a robar una silla de otra mesa desocupada—. ¡Yo tampoco tengo silla! —refunfuñó Hillary.
—Harry está practicando sobre cómo ser caballero, dile a él, —Liam señaló a su amigo, todavía con la boca llena de canela.
Hillary lo miró—. Ahorita mismo estoy siendo caballero y coqueto con estos churros.
—Ven, Hillary —habló Niall—. Yo busco otra silla.
—Te mereces el cielo, rubio, —le dio un beso tronado y se sentó en la silla que este le dejó. Hablemos sobre cómo Niall se estaba acostumbrando sobre los incómodos impulsos de Hillary.
Los dos muchachos llegaron con las sillas y se sentaron, uniéndose a los chicos y las chicas que no perdieron el tiempo en llamar a un mesero y pedir sus platos.
Louis le ofreció una galleta a Zoe, y aceptándola, fue a remojarla en la leche, pero Louis lo impidió.
— ¡No! ¿Qué cosas haces? —chilló, haciendo que la chica también lo hiciera.
— ¡Así se comen las galletas!
— ¡Qué asco! Se pondrán húmedas y blandas, ew —Louis hizo una mueca y Niall rió—. Es como si remojases el arroz en salsa, o que la sopa tenga esos pequeños espaguetis.
— ¡Eso es un acto normal! —ella exclamó. Todos estaban entretenidos observando detenidamente la conversación, a la vez de que devoraban lo que estaba en sus platos y también de los otros.
Louis negó de nuevo y se estremeció—. Esto es lo normal, —afirmó, cogiendo una galleta del plato y la metió en su boca. Masticó y tragó, y luego tomó un trago de leche que estaba en una jarra transparente—. Louis, el chico normal.
—Louis, el chico aburrido. Eras más divertido borracho, —exclamó la muchacha.
Hillary y Liam agitaron y movieron sus dedos en modo de burla.
Harry abrió sus ojos, al mismo tiempo que tapaba su boca y Niall se robó un rollo de canela de Liam.
Todos muy sorprendidos.
— ¡Niall, cámbiame la silla! —Louis se levantó la suya e ignorando la risa de Niall, se sentó, quedando al frente de su antiguo puesto.
— ¿Firman el divorcio ya? —preguntó Harry.
Zoe agarró una de las galletas de Niall y al rubio no le importó que remojara un poco su galleta. Louis lo observó y con sus labios le dijo «traidor».
Niall se encogió de hombros y el mesero (ahora chico) les trajo el pedido a las chicas.
Todos empezaron a entablar una conversación sobre su muy cercana vida universitaria que tanto los chicos como Zoe empezarían a vivir en un poco más de un mes.
Liam y Zoe posiblemente estudien juntos ya que literatura y letras es su opción. Luego está Sherlock y Watson, (Louis y Niall) que estudiarán Leyes, inclinándose en la criminología para defender a los inocentes, dejando a un solito Harry en la facultad de Medicina.
—Los de Medicina son algo pretenciosos, —carcajeó Hillary—, solo porque tienen batas y salvan vidas ya se creen Superman. Aunque, admito que es la facultad con los chicos más guapos de toda la universidad.
Harry guiñó el ojo—. Perfectamente calculado.
Todos siguieron su charla sobre el futuro, hasta que varios chicos de repente observan su mesa con la suficiente curiosidad como para ser descubiertos a los minutos.
—Oye, como que tenemos tres ojos o qué, —exclamó Hillary, devolviendo las miradas.
Uno de los chicos se levantó y señaló a Niall. —Hillary, él es el ironman.
Hillary se atragantó con su bebida y observó detenidamente a Niall. Había tenido una leve sospecha que fuese él, aunque pensándolo bien, el día de la fiesta apareció con Zayn, lo que explica que obviamente estaba en su casa.
—Oh mi dios, ¡Niall! —Hillary chilló, tapándose su boca con su mano—. Tu vídeo en la fiesta de Zayn se volvió viral.
Niall tembló—. ¿Q-qué vídeo? ¿Qué fiesta? ¡Yo un a estuve en una fiesta de--
Hillary asintió—. La vez de la borrachera, Zayn te trajo al apartamento porque estabas en su casa aún en la mañana.
— ¿Niall está en problemas? —preguntó Harry.
—Todo depende, —ella asintió, apoyando su rostro en su mano—. Es el chico más popular entre la comunidad de la universidad.
Harry casi escupe sus churros y Niall se sujetó de la mesa para no caer al suelo. Cuando en toda su vida había tratado de ser popular. Nunca.
— ¿Y ahora que hice? —el mencionado lloriqueó.
Hillary suspiró—. ¡Max! Trae el vídeo, por favor.
El muchacho que antes le había hablado, se acercó a la mesa con su smartphone, moviendo sus dedos, buscando seguramente el vídeo entre los archivos—. Aquí, —giró el dispositivo móvil, haciendo que todos los chicos se acercaran levemente desde sus asientos.
Le dio play al vídeo, dejando que los chicos observarán como Niall estaba sentado en una silla, alrededor de mucha gente y bullicio. Tenía una extraña sonrisa en el rostro, dejando ver su claro estado de ebriedad que tenía en su cuerpo.
Niall quiso morir ahí.
Luego, una chica con un short y camisa un poco más cortos de lo normal apareció en la pantalla y el bullicio aumentó aún más, aplaudiendo a la chica.
—Cameron es la mujer más puta del universo, —chilló Hillary, observando de nuevo el vídeo.
Se podía ver cómo Niall abría sus ojos, mientras que ella giraba hacia él... Quitándose todo lo que poseía. Lo más gracioso del caso fue, que Niall no le pudo quitar los ojos de su rostro, teniendo miedo de mirar hacia abajo.
Pasaban los segundos y el bullicio aumentaba, y se veía como las personas reían y observaban la indiferencia del muchacho frente al cuerpo más «caliente» de la universidad.
— ¡Oigan, esa es la chica demente del Michael Jordan! —Louis chilló, obviamente recordando a la perfección su rostro. Algo muy fácil.
El vídeo concluyó cuando ella, indignada empuja al chico de la cámara, al mismo tiempo que se aleja.
—Eres el único hombre en el universo que puede hacer eso. Mis respetos, —le dio un golpe en el hombro y se retiró hasta donde estaban sus amigos.
—No es tan malo como parece, —dijo Liam y Niall se tapó completamente su rostro con sus manos.
— ¿Por qué no mejor nos vamos? —chilló contra sus manos. En minutos, Louis pagó la cuenta y todos se encaminaron hacia la salida.
Pero antes de salir, el anterior muchacho conocido como Max gritó frente a todos los adolescentes que estaban en la cafetería—. ¡Adiós, Ironman!
Todos empezaron a gritar como locos, reconociendo al muchacho y Niall casi sale corriendo del lugar, sin saber cómo sentirse.
Harry lo alcanzó, lo abrazó con un brazo y sonrió—. Al menos eres un súper héroe en las Vegas.
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