Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 4

Después de ese encuentro, paso una semana sin mucho ajetreo, el duo comenzó a conocerse, a menos seguían demostrando afecto entre ellos, para el tritón comenzaba a ser un tanto difícil una de esas fue, cuando Kaveh salió al mar, después de que pasó una noche en esa tina, le gustaba la presencia de ese humano, más porque le contaba historias de Sumeru.

Para el rubio era algo fascinante, pero su mirada escarlata estaban tan atento a los movimientos del hombre, las pocas facciones y sin embargo sentía como su corazon latía tan rápido con tan solo un roce de esas manos.

Para esa noche regreso de nuevo a su pequeño hogar, cuando entro a la tina, miro a Al-Haitham bajar por las escaleras de madera, con el traía una linterna que ayudaba a iluminar un poco el lugar, Kaveh le demostró una sonrisa, sin embargo sentía un suave ardor en su aleta y es que la poca agua de la tina no era suficiente para humedecer e hidratar su aleta.

Cosa que hizo comenzará a tener heridas, como algunos pequeños cortes por resequedad.

- Hayi~ ¿irte bien, día?

Su pregunta fue tranquila con una sonrisa, mientras intentaba ocultar muy bien su aleta en el agua. El mayor se acercó, dejo la linterna en un cajón un poco más pequeño y se limito a ver al tritón.

- Bien, pero comienzo a preocuparme por ti.

- ¿Por mi? Pero estoy bien, no sucederme nada.

- Eso no es muy bueno, me temo que sería mejor que estés en el océano, que pienses un poco mejor las cosas y puedas quedarte en el agua dónde es más seguro.

Kaveh quedó en silencio, sus orbes escarlatas miraron al más alto, quien demostraba un toque de miedo, incluso sus manos llegaron hasta la mejilla de ese hombre, comenzó a recordar, que las sirenas con piernas eran más anheladas comparado con aquellos que no tenían, tembló un poco y sus orbes comenzaron a brillar, su mente comenzó a jugar con él.

- ¿Vas a abandonarme?

Pregunto, su mente ya estaba haciendo imaginacion de quedarse solo, siendo ignorado por ese hombre, despues de todo había hecho todo para atrerlo, había hecho los requisitos de cortejo de su raza, ya habían tenido esos encuentros íntimos.

- No me gustaría, pero tengo que ver por tu salud, así que tengo que dejarte.

- Ha-Hayi, e-estoy bien, no es necesario eso...

Le dijo, intentando ocultar su dolor, ya que finalmente tenía a alguien, alguien que no fuera sus padres, alguien que no fuera como él, que era una persona terrestre.

Por parte del erudito, este solo se limito a verle, realmente no pensó que todo lo que hacia estaba causando un mal en ese tritón, claro, siempre pensó en el bienestar pero no sabía que un tritón sería tan delicado, agradecía un poco la información de Tighnari, quien había sido él en investigar le a fondo, enviando algunos títulos de libros y consejos, sin responderle al rubio llevo sus manos hacia el agua de la tina, logrando levantar la aleta, poniendo nervioso al rubio quien parecía un tanto ansioso, su mano la llevo a recorrer aquella húmeda aleta, pudiendo sentir aquellos extraños cortes, todo eso era por la resequedad, por la falta de agua. Y es que durante las noches el tritón estaba ahí, en esa fría y pequeño sótano, la tina era grande, pero no lo suficiente.

- ¡No es lo que piensas...!

Intento decir, estaba exaltado, incluso intento alejar la atención de ese hombre de la aleta, buscando que le diera atención en sus ojos, sin embargo el cuidador del faro solo se limito a seguir, hasta que lo soltó, lo dejo de nuevo en el agua y miro al rubio.

- Desearía poder darte más atención, pero, no puedo estar en agua junto contigo y tú no puedes estar mucho tiempo fuera del agua.

- Yo, yo... No, no, no, puedo cambiar... Conseguir el poder... Valor, poder cambiarlas...

Más aquello no fue todo, Kaveh se llenó de lágrimas, mientras sus manos iban a parar a los brazos del más alto, suplicando que dejara la idea de dejarlo, no quería quedarse solo.

Al-Haitham lo miro, el dolor que sentía el tritón era notorio y lo podía sentir el hombre, así que se limito a dar un suspiro se acercó de manera cuidadosa y tomo las mejillas del tritón para darle un beso en la frente.

Kaveh comenzó a sentir como su respiración se iba, como sus sentidos se apagaban, todo lo que estaba pasando, no podía, creerlo.

Sus lágrimas cayeron por sus mejillas, era evidente que era la despedida, se aferró a Al-Haitham, no iba a dejarlo, después de todo, el había hecho que su corazon, sus gustos por la vida terrestres fueran aún mayor.

— No puedes dejarme, no quiero que me dejes...

Dijo apenas, su voz se podía notar dolorosa, el más alto sabía por lo que estaba pasando, a menos tenía indicios de ataques de ansiedad, más porque el tritón se aferraba a la ropa de este.

— ¡No puedes dejarme!

— No lo hago por gusto, lo hago por tu bien, no puedo hacerte sufrir ya te he dicho.

— ¡Mientes!

Sus reclamos fueron incrementando, haciendo que Al-Haitham, le mire con cierta preocupación. Para Al-Haitham fue la primera vez que vio al tritón así, nervioso, asustado y sobre todo preocupado, incluso verlo llorar, era algo que no podía soportar. Se atrevió a abrazarlo, Kaveh siguió derramando lágrimas, realmente estaba asustado, no quería que ese hombre se fuera y lo dejara.

— Kaveh, por favor, debes entender...

— Hayi... ¿Ya no ama... ya no amarme...?

Kaveh se atrevió alzar la vista, alejo un poco su rostro del pecho del contrario, Kaveh no sabía que los humanos fueran así de crueles, los humanos no eran capaces de amar eternamente, a menos eso lo había comprobado en unas cuantas veces a lo largo de su vida cuando muchas parejas terminaban enfrente de la bahía, siendo testigo de como hombres y mujeres recibían la noticia o veían los engaños de sus parejas.

— Hayi... yo no molestar... no molestar...

Solo dijo, rindiendose a qué no habría nada más con ese sujeto, se separó, su corazón comenzó a doler, era claro que todo podría ser un mal entendido.

Al-Haitham había estado en silencio, sus manos dejaron de sentir al tritón y es que el tritón ya se dirigía por aquella salida, el contrario no había hecho nada en absoluto y solo lo miro irse, sabía que no iba a ser fácil, sabía que Kaveh estaba sufriendo y que posiblemente no podría, agradecía mucho a Tighnari toda información, pero él deseaba tanto que ese tritón lo acompañará.

Sin embargo no fue lo suficiente valiente, sabía que le resultaría difícil transportarlo si seguía siendo un tritón, por eso era la mejor opción dejarlo libre.

Finalmente la respuesta a su trabajo había dado frutos, pero ahora no quería irse, el no pertenecía a la bahía, el era de la ciudad, el puerto Ormos solo era un simple hogar temporal.

Después de una noche que espero al tritón de regreso, este no apareció, incluso pensó que se encontraría en su refugio, sin embargo eso fue poco, otra noche después fue afuera, está ve dejando un pequeño regalo, que supiera que aún seguía con él, que aún había sentimientos a pesar de lo mal que lo había tratado, a menos eso piensa el más alto.

Kaveh por su parte, se dió cuenta de todo eso, incluso la segunda noche en dónde miro a Al-Haitham detrás del faro, dejando algunas cosas en la orilla en dónde usualmente tenían sus citas, parecía demasiado deprimido, era claro que nada estaba bien, Kaveh se odiaba por no tener piernas y caminar como un humano, se odiaba rotundamente por no ser alguien poderoso.

Así que una vez que el más alto se fue, nado hasta la zona de la orilla, buscando aquel regalo, eran algunas perlas que el mismo había entregado como cortejo, haciéndole sentir preocupación.

Y esa mañana solo lo vio partir, quería despedirse, saludarlo, pero no tuvo el valor, su corazón comenzó a quebrarse y en un dos por tres termino llorar.

___

Del otro lado del faro, alguien miro con asombro, incluso demostrando una sonrisa siniestra, era claro que eso era algo que pocas veces se veía en Sumeru, así que de manera cuidadosa se fue acercando, incluso cuando ese tritón se oculto, logrando ver la brillante aleta que sobresalio por excasos segundos.

Tal parecía que aquel dueño del faro sabía algo, sabía que algo se ocultaba ahí abajo y que muy pronto iba a saberlo con más calma.

___

Los días posteriores, Kaveh se encontraba un poco triste, incluso quería seguir a Al-Haitham, sin embargo no sabía cómo salir de océano las veces que hacia salir era cuando entraba al muelle a altas hora de la noche, pero debido al excases de agua le era imposible seguir más allá, cosa que le lleno de enojo y regresaba a la playa.

Finalmente se fue su pequeño sitio, en dónde solía pasar mucho tiempo, era claro que sentía miradas extras cuando salía a la superficie y en esos momentos no era la excepción, no le tomaba tanta importancia debido que creía que algún borracho podía estar cerca, cosa que fácilmente se arreglaba regresando al agua.

Dos semanas más tarde, un hombre nuevo llegó al faro, este era desconocido y Kaveh mantuvo la distancia de ese edificio, dejo de salir del agua y comenzo a centrarse en el, últimamente comenzaba a dormir un poco más y cuando salía era para buscar algo de alimento.

Durante las noches salían pasear estirar su aleta y eso hacia en una zona alejada de la bahía, saliendo del agua y arrastrándose por la tierra. Y ese di en particular, sucedió.

Los deseos de Kaveh por encontrar de nueva cuenta a Al-Haitham o que esté regresará jamás ceso, incluso se hicieron más presente, cosa que esa noche que piso, tierra y deseando que ese cuidador del faro que hace ya cuatro semanas partió, lo espero y se abrazo hizo que sus emociones surgia un pequeño cosquilleo. Confundido por aquello solo se recostó era tan extraño, de por sí su cuerpo se sentía diferente a lo usual, más cansancio, sueño, y hambre era claro que su tristeza estaba haciendo de las suyas.

Su aleta se movió frenenticamente, cuando ese cosquilleo cambio a un dolor intenso, haciendo gemir, no entendía que estaba sucediendo y simplemente suplicaba, que alguien lo escuchara.

Para cuándo abrió sus ojos el sol estaba avanzando por el horizonte, pero eso no fue quien lo despertó a final de cuenta, estaba siendo llevado por alguien más, un hombre cabellos celestes, pudo notar esos orbes carmis, quien estaba dirigidos hacia enfrente, su melena era brillante y su atuendo consistía en una camisa azul celeste, Kaveh se había asustado, pero pronto se dió cuenta que no tenía aleta, sino dos piernas y que su cuerpo estaba cubierto por un abrigo que posiblemente sea de aquel sujeto que lo lleva en brazos.

Kaveh sintió un poco de pánico, pero la sonrisa de aquel sujeto le hizo sentir un poco más tranquilo, sus orbes carmis demostraban un toque de calma que incluso Kaveh no sabía distiguir a simple vista.

— ¿Tú?

— No temas no te haré daño, te encuentre inconsciente hace unos momentos, te llevaré a un sitio seguro.

— Sumeru, ciudad... buscar...

Sus palabras fueron torpes por unos momentos, pero ese hombre solo afirmó y con una frase le hizo calmar, ese sujeto lo llevaría hasta su pequeño hogar a menos en dónde se encontraba hospedado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro