Capitulo 2
Kaveh paso todo su día buscando en el fondo de aquella bahía, cosas que le ayudarán en su día a día, le gustaba encontrarse con artefactos y poder utilizarlos, incluso uno de ellos había sido una pluma, quien acomodo en su cabello, quitó aquel esqueleto de pescado para acomodar dicha pluma, incluso miro en un viejo espejo roto que había ahí, solo para mirar a la superficie, podía ver los barcos pequeños que entraban ahí, algunos eran barcos enormes pero casi la mayoría eran barcos pesqueros o cosas así.
El día paso con normalidad el tritón salía a la superficie de vez en cuando, con la intención de poder ver todo lo que los humanos hacían, todo eso lo llevo al faro, en dónde logro ver al cuidador de ahí, en un inicio no parecía a verse dado cuenta de su presencia y eso era algo bueno, sus orbes rubi miraba con gran sorpresa lo que hacia, ya que estaba sentando encima de unas cajas y leyendo. El tritón mantuvo su vista en ese hombre, se veía tan bien, guapo, era como esas estatuas que una vez vio en Fontanie, aquellos que hacían poses y etc.
El tritón entro al agua comenzó nadar acercándose un poco más, viendo con más atención al hombre, pero cuando salió del agua, cuando saco su rostro, fue para ser visto por aquel hombre, esos orbes turquesa le miraban con seriedad y calma, incluso parecía que sus labios se habían encurvado.
El hombre hizo una seña, moviendo sus manos como si se tratara de un saludo, cosa que el tritón imitó un poco torpe, puesto era algo que no solía pasar en Fontanie.
Apesar que los tritones y sirenas eran conocido, ningún humano terrestre se les atrevía a acercarse, para ellos las sirenas y tritones eran seres poderosos y capaces de mucho, pero la realidad era otra, no tenían grandes poderes, a menos eso cree Kaveh, lo único que sabe que muy pocos seres del bajo mundo acuático han podido cambiar su cuerpo, debido que son capaces de conseguir su máximo poder.
Kaveh que seguía mirando hacia ese hombre se llenó de vergüenza, sus mejillas se fueron tiñendo de rosados incluso bajo su mano lentamente con la intención de poder ocultarse y así lo hizo la atención que recibió de parte del contrario hizo que su pequeño ego de elevara, sintiéndose emocionado y a la vez lleno de vida.
Las sirenas y tritones de Fontanie, vivían tan bien, incluso esos seres que salían del agua para pisar tierra, era debido a su gran poder, aunque no todos, había algunas actrices sirenas que seguían estando con aleta, al igual que tritones, incluso, hubo un tiempo en que las sirenas eran cazadas para su comercio, su carne era tan rica en muchos nutrientes, sin embargo uno de esos tritones implantó un orden, logrando hacer que fuera un castigo severo aquellos que sé atrevian a cazarlos.
Los pocos eruditos de aquella nación, comenzaron a salir de ahí, buscando más conocimiento, aunque muchos estipulan que la raza de sirenas, tienen un basto conocimiento y algunos de los eruditos pagaban tanto por secuestrado a sirenas.
Kaveh comenzó a juguetear, su miedo y vergüenza se desvaneció, cuando ese hombre continuo observándolo, mientras ese libro se mantenía abierto, era como si el tritón se sintiera seguro con él, demostrando un sentimiento de protección.
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La noche llego. Kaveh se estaba alistando su pequeña cueva era su rincón en dónde podía acomodar un poco su cabello, encontrando más broches por el fondo del lugar, acomodo con cuidado y cuando se sintió más bello, dejo su cueva, solo para asomarse, busco cuidadosamente de que nadie estuviera ahí, solo para nadar hasta la orilla y finalmente subir a la roca sobresaliente, comenzaría su canto cuando fue detenido, sus orbes rubi quedaron sorprendidos, cuando enfrente de él se encontraba aquel hombre, quien parecía verle con devoción, una pequeña sonrisa estaba dibujada en ese rostro, mientras sus brazos se mantenía cruzados.
Kaveh estaba tan avergonzado, sus manos que se apoyaban en la roca humedad temblaron levemente, bajo su vista rápidamente, aunque eso no fue suficiente, ya que cierto cuidador le hacía sentir esos extraños nervios, Kaveh había tomado la decisión, ese hombre debía estar con él, debía ser capaz de estar a su lado, bajo de la roca, se acercó con cuidado, su aleta rosaba con esas rocas que dejaban un espacio en la extensión de la isla del faro, pudiendo nadar un poco más hasta ese sujeto.
Su mente finalmente había decidió, usar a Al-Haitham para su temporada de calor, pero, ¿Llevarlo tan pronto a su escondite sería una buena idea?
Esos pensamientos surgieron, tras a ver escuchado una historia en Fontanie, el mismo tritón que había impuesto la ley de castigo a la cacería de sirenas, había sufrido de esa manera, un corazon roto que lo llevo a ser un hombre tan frío.
El tritón se la jugó, sufriría si ese hombre no se queda, Kaveh estiró sus brazos, tocando aquellas mejillas, su aleta le ayudaba a estar un poco a la altura, aunque no era suficiente, Al-Haitham era alto, aparte con unos cuantos centímetros más debido a la tierra era aun más alto, incluso el rostro del tritón llegó a los abdominal del hombre.
— ¿Que sucede?
La pregunta saco de su pensamientos, estaba tan sumido en ellos que no sabía cómo actuar o que hacer todavía. Su expresión se mantuvo en una suave, gentil y llena de emoción única.
— Mío, Hayi... Mío...
Dijo, solo para acercarse, implantando un beso, que apenas podía demostrar, era notoriamente satisfactorio, puesto Kaveh todavía jalo al más alto, la ropa que llevaba el cuidador del faro, parecía a esos atuendo que la gente del puerto usaba, camisa y un pequeño chaleco sin mangas, pantalones largos y sandalias.
Para Al-Haitham el beso fue de sorpresa, hizo que sus ojos se abriera y sus mejillas tomarán tonos rosados, era la primera vez que sentía unos labios así, incluso sus manos llevaron a la cintura del tritón, pudiendo sentir esa poca aleta, húmeda y con escamas.
Cuando el aire comenzó a afectar a ambos, Al-Haitham bajo, sintiendo el agua en sus tobillos sus manos jamás dejaron la cintura del tritón, Kaveh subió aún más sus manos por aquel cuello, incluso parecía querer algo más.
— Hayi~ necesitar...
Apenas susurra, mientras continuaba frotando sus dedos en la nuca, incluso se enrredaron un poco en el cabello platino del más alto. Al-Haitham mantuvo su distancia a menos eso quería, pero la costante necesidades de ese tritón hacía más difícil el momento, termino por caer al suelo, haciendo que ese tritón cayera encima. Está vez el rubio tomo ventaja, llevando sus manos por debajo de la ropa del contrario.
Sin embargo sus deseos y ambiciones por tomar aquel cuerpo humano se olvidaron, cuando ambas manos del cuidador del faro le detuvieron, sujetandolo desde las muñecas.
— Detente, estás haciendo las cosas muy difíciles.
— ¿Difíciles? ¿No cortejarme?
Esas palabras dejaron en blanco al de cabello platinado, puesto todo eso era otro tipo de simbolismo.
— ¿Perdón?
— Cortejar, ser mi pareja, hablar y decirme cosas lindas, tu aroma... mío...
Volvió a decir solo para besarle de nuevo, Al-Haitham intento alejarle, pero en cambio de hacerlo un aroma tan dulce que desconocía comenzó a salir, incluso le gustaba tanto, miro a Kaveh, solo para verlo sufrir en costantes jadeos.
— M-Mio... ~
Las palabras jadeantes del rubio eran notorios y Al-Haitham no sabía cómo reaccionar, incluso se sintió tan avergonzado, sin embargo, quiso ayudarle. Llevo al tritón la tierra, no sabía cómo actuar, los deseos mundanos que demostraba el tritón eran obvios y claros, cosa que le lleno de confusión y excitación.
— Ha-Hayi~
Sus constantes llamados hacían que Al-Haitham comenzará a excitarse, pero no sabía nada de una sirena o tritón, así que solo comenzó a rosar sus dedos por toda las zonas sensibles de un hombre. Cosa que Kaveh sintió una sensancion, un escalofríos que recorria su cuerpo, incluso su aleta comenzó a moverse de fascinación.
Para Kaveh esa sensancion era nueva, usalmente se le veía con la intención de procrear, tener descendencia, pero lo que hacia aquel cuidador en él era único, incluso su aparato salió de uno de sus orificios cosa que Al-Haitham se dió cuenta sus dedos tocaron, fueron torpes, pero fueron capaces de poder hacer jadear al tritón, incluso el mismo rubio que apenas pudo decir algo hablo.
— Aquí, aquí...
Decía, mientras su mano guío al contrario hasta su segundo orificio, que tenía cierto parentesco a la intimidad de una mujer, Kaveh se volvía loco con pequeños roces, cosas muy inusual en un sirenas y tritones.
Al-Haitham continuo recorrieron, esta vez sus labios se quedaron sobre uno de los pezones del tritón, chupando y mordiendo, haciendo que este gimiera, era claro que todo eso era nuevo, que todo lo que estaba haciendo era algo inusual en tritones.
— Mmmgh~ Ha-Hayi~
Sus llamados eran prácticamente ignorados, Al-Haitham se había concentrado tanto, había visto las expresiones de Kaveh, le parecían tan sumisas y ansiosas, que buscaba mas, el aroma que Kaveh desprendía era más intenso, eso no afectaba en nada al cuidador, pero el aroma era embriagador.
Sus caricias finalizaron en aquel miembro, quien así como las reacciones de un humano común, se corrió, el más alto miro su mano, viendo la transparencia del semen, incluso le parecía tan extraño y diferente, mantuvo su silencio con calma. Kaveh estaba agitado, su pecho subía y bajaba, cuando aquella necesidad de calentura bajo, el rubio de dió cuenta de aquello, se llenó de vergüenza e intento alejar su mirada del más alto.
Incluso empujó al cuidador a un lado, huyendo en el intento, pero había sido tan difícil, la fuerza de Al-Haitham le hizo detener y su cuerpo se tenso tanto.
— ¿Que fue lo que sucedió?
Kaveh estaba avergonzado, su ciclo de reproducción era notorio, tenía que procrear pero era difícil, siempre lo fue.
— ¿Kaveh?
El llamado hizo que el rubio le mirara, aún asi, pero no fue para quedarse. Sin más que decir se fue, dejando a un platinado más confundo de lo normal.
Kaveh llegó a su pequeño lugar, era claro que su cuerpo reaccionó de manera positiva a ese cuidador, se recargo en la húmeda pared de piedras sus ambos orificio dejaban a la vista su necesidad, uno aún erecto mientras el otro escurría aquel líquido, una clara seña de ser un tritón Omega, se sentía avergonzado, ahora entendía porque algunas sirenas no era tan llamativo, ni siquiera para las alfas, y que decir de los tritones, aquellos alfas no estaban interesados en tritones omegas. La especie de sirena eran muy especiales en ese aspecto de buscar pareja.
Comenzó a tocarse, como lo hizo aquel humano, sintiendo esa sensancion de placer, ese escalofrío que recorrió su cuerpo, aunque prefería más que aquel hombre lo hiciera, que aquel sujeto lo tocará y le llenara su interior.
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Los días posteriores, Kaveh no apareció, Al-Haitham quedó confundido y comenzó a buscar información, muchas veces enviando cartas a la academia, acerca de libros, pedir muchos libros de zoología o historias mitológicas, algunas cartas eran enviadaa para Tighnari, quien era experto en algunas cosas como ciclos de calores o cosas así.
Esos días fueron difíciles para el cuidador, aprender de una especie que no suele recidir ahí era difícil, las cartas que Tighnari envío días después, fueron de ayuda en cierta forma, más no sabía si funcionaban en las mismas especies. Así que solo le dió tiempo para esperar aquel tritón.
Dos semanas habían sucedido de esa noche, dos semanas sin saber nada del tritón, Al-Haitham pensó que el tritón se había marchado finalmente, pero no fue así y una mañana que salió del faro con al intención de ir al mercado, encontró unas cuantas conchas con perlas brillantes. Mismas que había usado una vez aquel tritón, se dió cuenta que tenían poco de ha ver sido colocadas, puesto estaban aún escurriendo agua, cosa que se agachó para tomarla, la marca de que alguien se había arrastrado era evidente, sabía que si la gente de ese puerto se enteraba de que había un tritón, comenzaría una caza.
La carne era muy buena, a menos eso había escuchado aquel cuidador, la carne del tritón o sirena era la mejor, con nutrientes y miles de quién sabe que cosa.
— Debistes esperar hasta en la noche, pueden descubrirte y sería peligroso.
Susurro, aún hincado sosteniendo aquellas pertenencias que guardo en su bolso, sabía que el tritón estaba debajo de aquel camino de madera que dividía el puerto con esa pequeña isla. Al-Haitham de fue y el tritón dejo ver sus orbes, estaba debajo de ese puente de madera, viendo la silueta de su futura pareja, de su "esposa" por así decirle, sin saber que él sería aquel que sufriría las consecuencias de actos poco morales.
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Así se ve la zona en dónde son los encuentro de ambos.
La zona en dónde se encontraba la orilla, esa que son como rocas, se supone que ahí ahí agua. Es como si fuera una pequeña mini laguna conectada al océano o algo así.
Para que más o menos se den una idea, la zona contine arbustos y árboles debido a la vegetación un escondite dónde ambos enamorados, pueden verse durante las noches.
^^
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