───capítulo V.
-------- ≪ °❀° ≫ --------
-------- ≪ °❀° ≫ --------
┄┄┄『 . • ㅤㅤ❝ ✿ ❞ㅤㅤ • . 』┄┄┄
┄┄┄『 . • ㅤㅤ❝ ✿ ❞ㅤㅤ • . 』┄┄┄
Gabrielle.
El cascanueces cerró de la manera más fenomenal. A pesar de aquel percance, la gente tuvo mucho agrado de mi actuación, y fue bonito ver que logré hacerlo sin que los nervios me ganaran.
Alyssa afortunadamente se encontraba en una buena recuperación. Todo lo que había mencionado de acuerdo al accidente, lo mencionó el personal que le vió. Sigue con su carácter patético, pero está bien.
Ahora, nos encontrábamos en un gran receso. Habían sido meses de mucho trabajo, ya era hora de empezar a descansar. Debemos prepararnos para el recibimiento de la obra de verano.
Cada uno nos encontrábamos organizando nuestro equipaje para irnos a nuestras casas durante esta semana de receso. O mejor dicho: semana santa. Algunos teníamos nuestras tradiciones para la semana, como otros la tomarían como un gran descanso.
En mi caso, estaría siguiendo las tradiciones que me fueron inculcadas por mi madre, y que fueron decisión propia de seguirlas.
No había duda de que mi día esperado era la vigilia de pascua, en mi calle la celebramos de manera hermosa. Con procesiones, cantos, lecturas de la biblia, rosario, y cosas de acuerdo a la tradición.
Aprovecharía para visitar la tumba de mamá, e ir a misa.
—¿Estarás siguiendo al pie de la letra las tradiciones religiosas, no?— me habría preguntado Alexandra, mientras subíamos mis maletas en su coche.
Asentí, ella me conoce muy bien en ese aspecto.
—Iré a visitar a mi madre, debo ir a cambiar las flores de la lápida.— expliqué. Sentí un dolor amargo en el pecho— De todas formas sabes dónde es mi casa y puedes pasar cuando quieras.
Ambas subimos en el coche, después de habernos despedido de la mayoría de gente.
Nos fuimos conversando de bastantes cosas, la ópera no era nuestro tema de conversación. Siempre nos ha gustado dejar ese tema de lado a la hora de pasar un tiempo juntas.
Alexandra me estaba contando que pensaba dejar la ópera temporalmente, ya que se quiere dedicar a estudiar. ¿Ustedes qué creen que le respondí? ¡Me alegré por ella! Soy partidaria de seguir los propósitos que nos pide nuestra mente y nuestro corazón. Era algo que me recalcaba mi mamá, y gracias a esa crianza me motivé al cien por estudiar.
—Posiblemente me vaya a Reino Unido, o en última instancia a mi tierra natal.
—¿Polonia?
La pelirroja asintió.
—Quiero relacionarme con la botánica, o con la ciencia.— me dijo— Nunca había pensado en eso, hasta ahora.
La rodeé con mi brazo libre.
—Nunca es tarde para estudiar, mi querida amiga. Aprovecha esa oportunidad que te da la vida.— dije— Me siento muy feliz por ti. Imagínate, terminaríamos siendo colegas de la ciencia.
Ella emitió una bella carcajada.
—Me estaría yendo el año entrante, o al menos lo estoy planeando. Papá no está muy convencido de la idea, mamá más o menos, pero mi abuela está feliz por mí decisión.
Alexandra es la menor de cinco hermanos varones. Ha sido la más consentida por ser la única mujer, y creo entender un poco el sentimiento de sus padres, pero espero que pronto le den esa confianza que tanto necesita. Después de todo, es una niña muy inteligente.
Llegué a mi destino, no sin antes recordarle a Alexa que podía pasar a visitarme en la semana, las puertas de mi casa estarían abiertas para ella.
Nos despedimos como de costumbre, el chico del coche me ayudó con mis maletas hasta mi casa.
Vi el coche partir antes de entrarme.
Mi casa, además de solitaria, se encontraba llena de polvo. Era bastante notorio mi ausencia en estas últimas semanas.
Empecé a prepararme, dejé mi cabello atado en una coleta alta. Me cambié de ropa, y empecé.
Separé la ropa que debía fregar en un balde lleno de jabón. La dejaría en remojo antes de lavarla como tal.
Desde mi perspectiva, ya era hora de acomodar de otra forma mi alcoba,debía sacar ciertos arreglos que ya no me gustaban.
Empecé a organizar con calma. Acomodé mi cama al lado en la mitad de la habitación, dejé mi pequeña cómoda frente a mi cama, ubiqué las mesitas de noche a los costados de la misma. Dejé el espejo al lado de la ventana.
Empecé a barrer, a acomodar ciertos cajones que tengo bajo mi cama. Me aseguré que hubieran cosas en buen estado, de lo contrario me veía en la obligación de sacarlas.
Fue entonces cuando de uno de los cofres salió un sobre.
Me arrodillé en el piso para recogerla, me llamó la atención de que la carta tenía mi nombre escrito en letra cursiva. Reconocería la letra a ciegas.
Era de mi mamá.
Me senté sobre mi cama para poder leer mejor la carta. Preparé mi mente y mi corazón para lo que iba a leer, no sabía si era una carta que ya había leído, o es otra que olvidé leer en su momento.
La letra de mi madre siempre fue de mis favoritas, era muy delicada.
"Mi dulce niña:"
Mamá siempre solía usar apodos en su idioma natal para referirse a mí, siempre me parecieron hermosos y tiernos.
Gran parte de la carta estaba escrita en español.
"Me da tanta fortuna ver quién eres, ver en quién te estás convirtiendo. Me da tanta fortuna ver qué la luz de mis ojos es una niña buena, una niña luchadora y dedicada.
Mi corazón se encoge al ver que quizá no te podré seguir viendo crecer, la enfermedad que me acoge me tiene los días contados. Y mis súplicas hacia la virgen del Carmen han sido tantas, pero ya sabes mi niña, hay que aceptar la voluntad de Dios y de la vida.
Los médicos dicen que quizá debo resignarme, pero tú, tú eres esa motivación de seguir adelante. Porque por ti quiero vivir.
Y aunque quizá el tiempo no esté a mi favor, solo te pido que por favor, en dado caso que me pase algo, busques a Christine, tu hermana. Ella es la única familia biológica que tendrías aquí, de lo contrario, tu madrina. Ya sabes que ella no te dejará sola.
Prométeme que seguirás estudiando, que seguirás llenándote del gran conocimiento que siempre te ha gustado. Seguirás tus sueños. Y recuerda que no necesitas de un hombre para brillar. Tú siendo tú, lograrás muchas cosas.
Te ama con todo su corazón.
Jet' ame.
Mamá."
Esa fue una de las últimas cartas que ella me escribió... Limpié mis lágrimas con el dorso de mi mano.
Esta carta fue la que leí el día de su funeral, estaba tan devastada. Ella sabe que siempre la amaré, aunque no esté conmigo.
Me hubiera gustado conocer a mis abuelos, pero mamá me contó que en un principio no estuvieron de acuerdo con su embarazo, así que por eso decidió alejarse de ellos. Nunca me reveló mucho de su familia, pero se le veía que los extrañaba.
Seguí en mi oficio.
Así fue todo en el transcurso del día. En la noche ya me encontraba bajo mis cobijas, era bastante tarde y debía levantarme temprano para ir a la primera misa en norte dame. Afortunadamente me queda cerca la catedral.
Por consiguiente, iría al cementerio a ver conversar un poco con mamá. Debía pasar a la plaza para ver unas hermosas margaritas, ya que eran sus favoritas.
Y creo que visitaría a alguien más.
Me atrevería a visitar la tumba de mi padre. Recuerdo que está un poco más lejos de la de mi madre, pero en ciertas ocasiones ella me pedía que le acompañara.
Empecé a cerrar los ojos, ya era hora de descansar.
💐
Iba camino al cementerio, tal cual lo había dicho. Llevaba un canasto con muchísimas flores, y agua para arreglarlas.
Hacía mucho que no venía, era algo duro. Pero mi corazón se sentia en paz.
El camino hasta la tumba de mamá fue silencioso, con mi mirada le buscaba, no quería creer que me habría olvidado de dónde se encontraba. Mientras, mi mente me iba regalando recuerdos bellos de ella: su sonrisa, su carisma, su cariño, sus locuras.
Ella fue la mejor mamá del mundo, porque me dió todo para ser feliz.
—Llegué...— habría murmurado. Me encontraba frente a su lápida.
Anneliese E. De Queralt
1839-1877
Pasé mi mano sobre su nombre.
—Por fin vine, madre.— la voz me salía temblorosa— Te traje tus flores favoritas, hoy vas a quedar hermosa.
Empecé a conversar con ella.
Le conté sobre las cosas en el bar, le conté lo de la ópera. Ahora sabe que tengo nuevas amigas, que mi madrina está cuidándome tal y como ella prometió. Pero sobre todo supo lo mucho que la extraño todos los días.
Mamá nunca vio como prioridad para mí un matrimonio, y la entendí mucho tiempo después. Aunque sabía que ella me diría que no le tuviera miedo a enamorarme de nuevo, pues él amor siempre será hermoso.
—Me quiero cortar mi cabello, ¿sabes?— comenté— Desde que te fuiste no lo corto, y ya me pesa bastante.
Una ligera brisa golpeó mi cabello, empecé a reírme. Sabía que era ella. Prosegui con la conversación, habían muchos pendientes que hablar.
—Bueno, mi reina. Gracias por escucharme, te amo.
Me acerqué para dejar un beso en la lápida, se me partía el alma tener que irme, pero no podía quedarme todo el día allí.
Era hora de ver a mi padre.
Me adentré más en el cementerio, tengo un niño recuerdo de un tipo de capilla. Caminé con paciencia hasta allí, y la vi.
Gustave Daaé.
Mi apellido original, pero que nunca me he atrevido a usar por temas obvios. No venía aquí desde que tengo memoria, noté la carencia de visitas.
Debía entrar en la tumba de papá.
Había mucho polvo adentro.
—Padre.
Dejé el canasto en el suelo y empecé a retirar el exceso de polvo, flores muertas. Después de haber limpiado, empecé a acomodar las nuevas rosas.
Me sentía extraña al hacer esto. No tuve convivencia suficiente con él, ya que murió cuando tenía dos años.
—Siento que la que quizá vendrá mucho es mi hermana... aunque con esta soledad no creo que haya vuelto a venir.
Suspiré.
Habían ocasiones en las que pensaba como hubiese sido mi vida con él. ¿Habría sido un buen papá? ¿Me hubiera querido?
—Ya tengo veinticuatro años.— dije— Ahorita estoy en la ópera de Garnier, soy bailarina de ballet. Pero también estudié medicina y literatura. No fue fácil, ¿sabes?
Seguí acomodando los floreros.
—No he visto a mi hermana en años, es un poco egocéntrica, preferí no insistirle... Aunque siento que te hubiera gustado que hubiésemos tenido una buena relación de hermanas.
Me senté sobre la lápida.
—Soy de pocas palabras contigo, pero compréndeme un poco... Prometo venir más seguido, no me gustó ver tu tumba así.
Salí de allí.
Me sentía aliviada por haber hecho lo de hoy, mi corazón se sentía bien.
Con respecto a papá, me hubiera gustado compartir más con él, pero lastimosamente la vida no lo permitió. Salí del cementerio emprendiendo camino a mi casa, sin embargo, sentí una mirada sobre mí.
Y soy supersticiosa, así que no volteé la mirada, podría ser un ente.
Seguí mi rumbo normal, solo que me preocupó el sentir unos ojos encima mío.
A menos que hubiera sido... No creo.
N/A: dedicado a las preciosas que me aguantaron tanto mame de la película y que a la final terminaron igual que yo 🥰 ElaenaT xDBGirlWritterx
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro