52. FELIZ CUMPLEAÑOS!!
Emily Roux
Hoy era el día.
Hoy es el cumpleaños de mi chico y estaba mucho más que contenta por eso.
Su padre me había ayudado mucho con el regalo que pensaba darle y joder, esperaba que le encantará, porque nos había costado un gran fortuna.
Le costó a su padre, a ti no.
Me incluí porque su padre me dijo que su dinero también es mío, así que por eso hablo en plural.
Era su cumpleaños número veintidós y como era el primer cumpleaños que pasaba junto a mi, quería que fuera grande, estupendo e inolvidable.
Gracias a Dios mis padres habían logrado llegar, el cumpleaños y la sorpresa para Emiliano no estaría completa si ellos no estaban aqui.
La bandeja en mis manos pierde el equilibrio al darme cuenta de que ya he terminado de subir las escaleras y sigo subiendo el pie como tonta.
Entro a la habitación y Emiliano está felizmente haciéndole muecas a Adib, quien no para de reírse al ver las estupideces con las que sale su padre.
- Buenos días - saludo haciendo que tanto Emiliano como Adib, giren la cabeza al oir mi voz.
- Vaya, vaya, vaya, MUY buenos días - dice Emiliano al ver la pijama que traigo.
Un pequeño top color negro es el que me cubre la parte del busto, con encaje debajo de donde reposan mis senos, un short del mismo color lo acompaña, y encima de todo llevo una bata color gris.
- Espero y te guste - digo dándole la bandeja.
- Me encanta - dice - es muy sexy.
- El desayuno Imbécil - suelto robándole profundas carcajadas, pero estas son cambiadas por un ceño fruncido y una línea recta en su boca - Que sucede?.
- Saliste así por la mansión? - Pregunta rápidamente.
- He... Si? - respondo dudosa.
- ¿Quien te ha visto? - Suelta molesto.
- Emm para que?
- Sacarle los ojos, nadie tiene permitido mirarte así - Se cruza de brazos dejando la bandeja a un lado.
- No seas idiota - digo - Por eso me he puesto la bata.
Pone los ojos en blanco y toma nuevamente la bandeja, posicionandola en sus piernas.
Pienso rodear la cama para acostarme al lado de Adib, pero Jovi me gana, quitándome mi puesto.
- Jovi, abajo - le digo tratando de que se aparte de Adib, pero mi petición es ignorada.
- Ya vez, que se siente que el perro te ignore? - pregunta Emiliano, llevándose un pedazo de pan a la boca.
Jovi se acuesta justo al lado de la cabeza de Adib, mirándome directamente, agitando su cola rápidamente.
Emiliano termina su desayuno rápidamente, se levanta llevando a Adib a la cuna que el ha mandado a poner cerca de nuestra cama, baja una de sus paredes, dejándole acceso a Jovi por su quiere entrar con el y revisando que Adib quede en una posición segura.
Vuelve a sentarse en la cama y en el proceso me lleva consigo sentandome en sus piernas.
- Báñate y vístete - le digo mientras el besa mi mandíbula y cuello - Tenemos cosas que hacer hoy.
- Espero que ninguna de esas sea una fiesta, Emily - dice serio, mirándome a los ojos - Sabes que las detesto.
- Lo se - digo besando ahora yo su cuello, ya que sus toques me han encendido - Solo vístete, vale?
Dicho esto me aparto de su regazo para no tener que lidiar con su amiguito, pero es demasiado tarde, su erección dura y notable se muestra por debajo de la tela de su pantalón de dormir.
- Necesito ayuda - dice el mirándome y señalando con un dedo a su entre pierna.
- Emiliano, vamos tarde - digo.
- Me importa un carajo - me hace saber - Yonathan!
Yonathan entra rápidamente a la habitación mirando a todos lados.
- Que pasa Emiliano - dice cruzandose de brazos - No se supone que ya debería estar listo?
Yonathan me mira y luego lo mira a él.
- Llévate a Adib un rato - suelta Emiliano antes de que yo pudiera decir una sola palabra.
- Ningún llévate a Adib - sentencio - Te vas a parar de esta cama, te vas a bañar y alistar, ese problemita tuyo, el agua fría te lo puede solucionar.
Las carcajadas de Yonathan hacen que Emiliano se levante rápidamente y camine con la misma velocidad a su punto.
- Largo - lo saca de la habitación y cierra de un portazo, gira sobre sus talones y me mira dudoso, pero todo nervio y duda se desvanece de un momento a otro.
Se acerca a mi a pasos firme, estampa sus labios con los míos, comienza a besar apresuradamente, mientras que sus manos van explorando mi cuerpo.
Las aparto de inmediato, haciendo que se queje de frustración.
- Ya te dije - lo señalo furiosa - ve a bañarte Emiliano, no me hagas enojar más.
Levanta sus manos en señal de rendición y camina hasta el baño, cerrando la puerta más fuerte de lo normal.
Adib comienza a quejarse así que lo tomo y me dirijo a su habitación, caminando directamente al baño, escucho los pasos de alguien detrás de mi y no tengo que pensar mucho a la hora de adivinar de quién se trata, pues el olor a vainilla de mi madre es algo que podría reconocer en cualquier parte.
- Vas a bañarlo? - Pregunta quedándose de pie justo detrás de mi.
- Si, debo hacerlo rápido para poder alistarme yo - le digo alistando cada cosa que necesito mientras cargo Adib con uno de mis brazos.
- Si quieres ve y alístate, pequeña - me sonríe - Yo bañaré a esta preciosura.
Le sonrio al gesto, pues en este momento necesito la mayor ayuda posible.
Al dejarlo con mi madre salgo corriendo a la oficina del mayor de los Bonventre, quien está sentando en su escritorio con papeles regados por todas partes.
- Sr. Bonventre - lo llamo, captando su atención.
- Oh por favor pequeña, hay suficiente confianza, puedes llamarme Magnus - dice amablemente.
La oferta es algo tentadora, ya que jamás había escuchado el nombre del padre de Emiliano, pero sabía que jamás me acostumbraría a llamarlo por su nombre.
- Magnus... El regalo quedó dónde dije que lo pusieran? - pregunto.
- Claro que sí y también ya han puesto los otros dos - dice sonriente.
- Muy bien, muchas gracias.
Salgo y me dirijo nuevamente a la habitación, Emiliano ya está vistiendose, lo cual es grandioso pues siempre tarda más que incluso una mujer.
Tomo una ducha rápida, al salir ya tengo previsto lo que debo ponerme, así que es solo tomarlo y ponermelo.
Al terminar salgo en busca de mi bebé, quien me espera ya listo y perfumado.
- Gracias mamá - le beso la mejilla - me ayudas muchísimo.
- Si es por pasar más tiempo con este diablillo, que así sea - Me da un beso en la mejilla y vuelve a mirar - Voy a lugar con Damon, tardarán?
- No - Respondo con una pequeña sonrisa - El está casi listo, así que nos vemos allí.
Mi madre asiente y baja las escaleras en busca de mi padre, pues como ya dije, lo que tengo planeado no estaría completo si ellos no hubieran venido.
Cómo si mis palabras tuvieran poder, Emiliano sale de nuestra habitación listo, con su ropa negra y sus zapatos negros, supuse que se pondría algo así, así que hice exactamente lo mismo, mi pantalón negro y mi camiseta con una chaqueta de cuero que se pega muy bien a mi cuerpo y unos botines color negro.
- Ya podemos irnos - habla.
- Gracias a Dios - Digo bajando las escaleras - oh... Emiliano he olvidado la cangurera para cargar a Adib, podrías traerla?
Se devuelve sin refutar, mientras yo continuo bajando las escaleras lo más lento posible, no quiero tropezar o algo por el estilo con estás botas.
Emiliano aparece minutos después con cara de pocos amigos.
- ¿Que pasa?
- Se supone que la habitación de Adib es la más ordenada, me puedes explicar porque coño la cangurera estaba debajo de la colcha de su cuna? - bufa mientras va poniendo la cangurera en sus hombros.
- Que voy a saber yo, yo no soy la que limpia ni ordena la habitación - respondo en su mismo tono.
Al terminar de ponerla, toma a Adib metiendo sus piernas por cada hoyo en los lados de la parte baja de la cangurera y su cuerpo queda ajustado en el pecho de Emiliano.
- Bien - avisa - Vamos.
Salimos de la mansión y está apunto de subirse a su coche cuando lo detengo de un brazo y lo giro para que me mire desde su altura.
- Vamos en la camioneta de Yonathan - le informo.
- Pe...
- Sin peros, vamos - camina detrás de mi, refunfuñando, al llegar a la puerta la abre para mí.
Subo y me acomodo, al estar bien sentada, el se retira la cangurera de Adib, largandome al pequeño.
El trayecto es lento y torturador.
- Emiliano, Volteate - ordenado, sacando la venda de color negro de mi pequeño bolso.
- Enserio? - pregunta con una sonrisa burlona en si rostro.
- Si.
Le vendo los ojos y espero a que el trayecto continúe, mientras que espero a que lleguemos, voy amamantando a Adib, quien no ha parado de patalear.
- Como has calmado al pequeño? - pregunta Emiliano, pues era el que estaba recibiendo las pataditas - Emily lo estás amamantando?
- Pues obvio, como más lo iba a calmar - Respondo con obviedad.
- Dame a mi - sonríe maliciosamente.
- Iuhhhhh - escucho a Liam decir.
Le doy un fuerte golpe en la parte trasera de Emiliano, pues esos comentarios no me gustan y menos frente a sus amigos.
Soba su cabeza mientras yo solo miro al pequeño de ojos azules que tengo en mis brazos.
La camioneta se detiene y levanto mi mirada, mis padres ya se encuentran en sus posiciones esperándonos pacientemente.
Bajo con ayuda de Yonathan, mientras que Emiliano lo hace de Liam y este deja que se pegue con la puerta de la camioneta al salir.
- Imbécil, ubicame! - le bufa Emiliano.
- No seas amargado Emiliano -?- le digo, sacando mi seno de la boca de Adib y entregandoselo a Yonathan - Mucho cuidado con Adib, si no te estrangulo.
- Estrangulamos - me corrige Emiliano.
Al tener las manos libres, me acerco nuevamente a Emiliano, tomándolo de la mano.
Camino con el hasta quedar en la parte delantera de sus regalos.
- Estás listo? - pregunto posicionandome detrás de él para poder soltar el nudo de la venda.
- No lo se, das miedo con tus sorpresas - dice - La última fue un embarazo.
- Pero es lo mejor que nos ha pasado - le doy una mirada fugaz a Adib, quien está contento en los brazos de Yonathan.
- Es cierto - asiente - bien, estoy listo.
Al recibir luz verde, deshago el nudo de la venda y dejo sus ojos al descubierto.
- Hostia....
Sus ojos se abren como platos al ver el Mustang color blanco examinandolo como si fuera de mentiras.
- Paseo? - le digo dándole leves palmaditas a él asiento de la preciosa Kawasaki Z1000 negra, que reluce con la luz de sol.
- FELIZ CUMPLEAÑOS!! - Grito mirándolo y saltando a la vez.
- Joder... - se apresura hasta mi punto tomándome de la cintura y levantándome del suelo mientras damos vueltas - Eres increíble, peque.
Le sonrio desde la altura y justo cuando vuelve a depositarme en el suelo, estampa sus labios con los míos, el sabor de su boca mezclada con la mía es lo mejor que puede haber.
- Y los otros dos? - pregunta Emiliano.
Mis padres caminan hasta los otros dos coches, quedando justo al lado de la puerta de pilotos.
- Carrera? - pregunta mamá y los ojos de papá brillan al escuchar tales palabras.
Emiliano sonríe de lado y se camina hasta la puerta del piloto del Mustang.
Yo tomo el casco que me ofrece Liam, colocándomelo y subiéndome a la moto nueva de Emiliano.
- Pero.. ¿Que haces? - pregunta Emiliano al ver mi intención.
- Te sorprenderás al verme conducir - Sonrió Atraves del casco - Yonathan es un buen maestro.
Emiliano dudoso sube al coche, mientras que yo enciendo la moto y el maravilloso ronroneo al ser encendida, hace que la piel se me ponga de gallina.
Acelero y freno quedando justo al lado de Emiliano.
- Estan listos para perder? - pregunta Emiliano a mis padres.
- Cariño, está es nuestra zona - responde mamá.
- Dudo mucho que seamos nosotros los perdedores - continúa papá.
Jake se pone enfrente de todos nosotros y al darnos luz verde, cada uno acelera, como si nuestras vidas dependieran de ello.
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Emiliano se encontraba ya arrecostado en la cama, Adib ya estaba dormido y yo me encontraba en el baño, alistando la otra sorpresa que tenía preparada para Emiliano.
Me mire por última vez en el espejo, la lencería que mi madre había comprado era bastante sexy, Consistía en unas bragas de encaje, que llevaban un cinturón y ligueros del mismo material, al igual que el brassier y para rematar era de color negro.
Vas a matar a ese hombre.
Tome la bata de color negro seda para ponermela encima, pues no quería que viera todo una vez saliera del baño.
Las cicatrices seguían ahí.
Las inseguridades, también pero Emiliano había hecho que me sintiera orgullosa de mi cuerpo.
Aquellas marcas eran un recordatorio de lo que había sufrido y lo fuerte que había sido al superarlo.
Salgo del baño, cerrando la puerta tras de mi, Emiliano está tan absorto en su teléfono que no ve el momento en el que salgo.
- Emiliano...
Mi voz delicada hace que su mirada se dirija rápidamente a mi posición, la luz verde que se activa en mi cabeza hace que lleve mis manos hasta el nudo de mi bata, la abro y la dejo caer a mis pies, quedando completamente a su vista.
Sus ojos me recorren una y otra vez, como si lo que estuviera viendo fuera no más un simple sueño.
- Joder... - su gruñido hace que algo en mi se encienda.
Se pone pie y camina a paso torturante hasta donde me encuentro, haciendo que cada vez me arrepienta más de la desición de haber dejado que viera esas cicatrices nuevamente.
Esas cicatrices no te hacen débil, recuérdalo, ella te demuestran lo fuerte que eres.
Cuando está justo frente a mi me mira desde su altura, recorriendo con su dedo, mis senos por encima del delicado encaje.
- Me vas a matar.
Te lo dije, punto para mí.
Cállate, necesito estar concentrada.
Baja hasta mis labios, regalandome un beso, suave y delicado, lo cual me da aviso previo de que el sexo será salvaje.
- Está noche podrás hacer lo que quieras - susurro en su oído mientras el besa mi cuello - Soy parte de tu regalo de cumpleaños.
Se separa de mi sonriéndome pícaramente.
Me levanta obligandome a enrollar mis piernas en su cintura, me besa desenfrenadamente, mientras que su fuertes manos se mantienen en mi trasero.
Cae conmigo en la cama y al separarse queda embobado con la lencería, la cual no dura mucho ya que con ambas manos rasga el sostén dejando mis pechos al aire.
Lame y chupa sin importarle mucho que de ellos salgan el alimento de mi bebé.
Su erección creciente la ciento en mi pierna, haciendo que mi cuerpo automáticamente se arquee dándole la señal.
Rasga también mis bragas, dejándome únicamente los ligueros que están a medio muslo.
Quita su pantalón y sus bóxers al paso y acerca su enorme erección a mi entre pierna.
Su punta rosa mi entrada, robandome gemidos, comienza a moverse fuera de mi entrada, rosando parte sensibles por fuera.
Estoy disfrutando de la fricción cuando depronto entra sin previo aviso de una sola estocada, arrebatandome un pequeño grito.
Me mira desde arriba, sus ojos llenos de deseo, lujuria, sus pupilas dilatadas y sus labios entre abiertos.
Una de sus manos va directamente hacia mi cuello, apretando mientras de una y otra y otra entra en estocadas fuertes y pertinentes.
Mentiría si dijera que no lo hicimos más de dos veces, unas el teniendo el control, otras teniéndolo siendo completamente mío.
Orgasmos, gemidos y gruñidos fueron nuestros acompañantes durante toda la noche.
Con tales cosas así que cada vez sintiera algo más por el, algo que no era querer, si no algo que amar.
Lo amo y en algún momento se lo haría saber.
******
Hola!!!
Que tal el capitulo de hoy?
Espero y os haya gustado muchísimo.
No tengo mucho por decirles así que nos vemos en la siguiente actualización.
No olvidéis votar y comentar.
Os quiero mucho
Cuidaos!!!
Con cariño....
Mayra ♥️
Mustang y Kawasaki
(Regalos de Emily para Emiliano)
Y el otro regalo de Emiliano de parte de Emily 😏
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