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33. Me duele

Emily Roux.

Habían pasado ya dos días desde que estaba internada, mi cuerpo me dolía, no podía moverme, estaba conectada a tantas cosas que no podía ni enumerarlas.

- Como te sientes pequeña - la voz grave del mayor de los Bonventre sonó ronca a mi lado.

- Me duele - fue lo único que pude articular.

- Lo se, lo sé - Dijo acariciando suavemente mi cabello.

Pero sabía que me haría sentir mejor y lo necesitaba.

- Emiliano... - dije con la voz en hilo.

- Le digo que venga? - se levanta, cuando asiento sale directamente como si su vida dependiera de ello.

Emiliano entra agitado, su pecho subiendo y bajando de lo rápido que respira.

- Que tienes?¿Te duele algo?¿Te sientes mal?¿Quieres algo? - dice agitado.

- Si... Quiero algo - hablo con esfuerzo, pues mi cuerpo no me da para mucho.

- ¿Que quieres?, Dímelo y lo tendrás enseguida - Responde robandome una pequeña sonrisa.

- Acuéstate conmigo - Digo por fin.

- No, estás muy mal, no podrías soportar ni el primer orgasmo - aquella declaración hace que me ría un poco pues ante el esfuerzo mi cuerpo manda latigazos de dolor.

- Joder - maldigo en voz baja - no, aquí conmigo, en la camilla.

Al aclarar, sus mejillas se tornan rojizas, por la ¿Vergüenza?

- Te estás avergonzando? - le pregunto.

- No - dice serio.

- Si - le contradigo.

- No, ahora quedate quieta que voy a moverte para hacerme espacio.

Se acerca despacio y como si cuerpo fuera de cristal, me mueve lo más seguro y paciente posible, haciendo que una pequeña sonrisa se formara en mis labios.

- Te quiero - la palabra se deslizó de mis labios sin poder evitarlo y justo cuando terminó de depositarme me fijé que en sus ojos se habían abierto como platos.

- ¿Que me acabas de decir? - dijo mirándome fijamente.

- Que te quiero - digo con sinceridad sin ya poder ocultar el sentimiento - Mucho.

Se acomodó rápidamente, en la camilla y me dió un beso en los labios, tratando de mantener sus manos quietas, pues sabe que el más mínimo roce hará que me retuersa del dolor.

- Joder, necesito hacértelo - Demanda.

- No puedes - sus ojos me miran con cierto brillo.

Pasan las horas y habíamos hablado sobre que había pasado la última semana, cierta emoción me dió cuando el dijo que Amaris había golpeado a Charlotte y había dicho que era mi madre, eso fue lo que más alegría me dió.

Yo le conté como había pasado aquella última y torturosa semana, cada cosa que Lucia me había hecho y los estúpido juegos a los que prácticamente me obligaba a jugar.

- Esa tipa debe estar internada - dice acariciando suavemente mi cabello - Joder o mejor muerta.

- Con tal de que no se acerque ni a ti ni a mí, para mí está más que bien - digo.

Estaba apunto de darle un beso a Emiliano cuando la puerta se abre de par en par, dejando entrar a una alegre Amaris, dos pequeños sonrientes y un esposo aliviado.

Pero no solo eso se lleva mi atención, no.

Lo que más impacto, fue al ver aquella bola enorme de pelo negro y blanco, de ojos color azul cristal.

- ¡JOVI! - grito con la mayor felicidad del mundo - Ven aquí!

El perro no duda dos segundos en correr a mi dirección, saltando encima del estómago de Emiliano, quien se retuerce al momento en que mi pequeño le salta encima.

- Maldi...

- Cuidadito - lo amenazo señalandolo con el dedo acusador.

Comienza a olfatearme y como si supiera la gravedad de mis heridas, se acerca lentamente y comienza a lamer mis heridas.

Emiliano se sorprende al ver la acción y sus ojos se abre muchísimo más cuando ve que Jovi comienza a lamer mi vientre una y otra vez mientras mueve su cola.

- Bien, el perro ya sabe - dice el esposo de Amaris.

- El perro lo supo incluso antes que nosotros - responde Emiliano mientras de pone de pie, ya que Jovi prácticamente lo está corriendo de la camilla.

Se acuesta a mi lado dando a entender que no quiere a nadie más allí.

- Agh, ahora me quito mi puesto - Emiliano se cruza de brazos, como niño caprichoso - perro estúpido.

- Jamás creí ver esto - dice Liam burlándose.

- ¿Que? - preguntamos Emiliano, Amaris, Damon y yo al tiempo.

- Emiliano peleando con un perro - a Yonathan se le escapa un pequeña risita y Emiliano lo fulmina con la mirada.

Los hijos de Amaris se acercan con mucho cuidado, y al tratar de acariarme, Jovi se pone en modo alerta lanzando un mordisco en el cual casi agarra la mano de Sofía.

- Jovi! - lo regaño, haciendo que el baje sus orejas y se acueste en mi lado, tapando su cara para no ver quién me toca.

Al tener paso libre, Sofía casi se lanza sobre mi para abrazarme, haciendo que entre el abrazo me queje del dolor, pero eso a ella no parece importarle.

- Estas bien... - dice con la voz en un hilo - Estas bien....

Le levanto el rostro y este esta rojo, sus ojos grises adornados de lágrimas que los hacen ver de cristal, su nariz, frente mejillas, un poco rojizas.

- Porque no lo estaría - le digo mirándola a los ojos, para que vea que hablo con toda la sinceridad del mundo - Tengo al mejor novio del mundo y se que movería cielo y tierra por encontrarme y traerme con bien.

El me mira y le regalo una sonrisa quebrada.

- Niños podrían dejarnos solas un momento - pide Amaris, mirándome a los ojos.

Ambos asienten y salen del cuarto acompañados de su padre, pero Emiliano se queda de pie en la puerta.

- También te incluye Emiliano - habla ella y yo me río un poco al ver que este da un respingo y sale casi corriendo.

- Lo has amenazado? - le pregunto - parece que te tuviera miedo.

- Quizás - se encoge de hombros y se acerca cautelosamente a mi lugar.

Cuando llega hasta mi punto rompe a llorar, haciendo que me alerte y trate de sentarme lo cual es muy mala idea.

- No te muevas, Emily - dice entre sollozos.

Asiento y la veo llorar, mi única reacción es hacer que Jovi se baje de la camilla para darle paso libre a ella.

- acuéstate por favor - le ruego.

Cuando se acuesta me abraza y llora más fuerte, haciendo que mi corazón se encoja.

- Pensé que no te volvería a ver - confiesa.

Yo también.

Estuve tentada a decirle, pero preferí guardarmelo.

- Sabes que Emiliano no permitiría que eso pasara - le asegure - si lo vuelven a hacer, el volverá a encontrarme.

Su mirada se encuentra con la mía, la suya refleja miedo, mucho miedo.
Mientras que trato de que la mía refleje seguridad.

- Te quiero mucho Amaris - suelto.

Wow el segundo te quiero que dices, impresionante.

- Yo también te quiero - dice con sinceridad - Eres como una hija para mí, Emily.

Aquellas palabras hacen que mis ojos se llenen de lágrimas en menos de dos segundos, jamás había imagino que llegaría querer a alguien así, alguien que me demuestra su amor, su compañía y sobre todo su cariño, jamás pensé que llegaría a querer a alguien como si fuera mi madre.

Pero aquí estaba ella, con su cabello rubio, sus ojos miel y su amor a flote, demostrándome que las cosas pueden cambiar de parecer.

*******
Hola!!!

¿Me extrañaron?

Porque yo a ustedes si.

Que tal el capitulo de hoy?
A mí me a encantado.

Gracias al cielo Emiliano la encontró a tiempo antes de que las cosas pasarán a mayores.

Cómo saben estoy escribiendo una nueva historia el complemento esa estará también en proceso, trataré de escribir capítulos seguidos para ambas historias.

Sin más que decirles no vemos en la siguiente actualización.

Os quiero mucho

Cuidaos!!!!

Con cariño...

Mayra ♥️

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