19. Pelea.
Emily Roux
La cabeza me retumba y el sonido de una voz llamándome, no me ayuda mucho.
- Peque! - aquel grito hace que instintivamente me siente en la cama y me sujete la cabeza.
- Joder ya, me duele la cabeza - digo abriendo mis ojos para encontrarme con el café de los de Emiliano.
El se levanta de la cama y me mira a los ojos.
- Estás así por lo de tu padre? - habla nuevamente.
¿Mi padre?.
¿Que tiene que ver mi padre con esto?
No seas pendeja es obvio que Max no le ha dicho nada.
Bien, eso me gusta y esperemos que si sea así.
- Pues porque más iba a ser - miento - Mi padre aveces me dan ganas de matarlo.
Los ojos de Emiliano se abren de sorpresa y rápidamente se forma una sonrisa siniestra en su rostro.
- ¿Quieres que lo haga yo?, No tendría ningún problema en hacerlo - aquellas palabras me dejan en asombro.
- ¿Que? ¡No! - le digo rápidamente - Jamás asesinaría a mi padre.
- Pero si lo as dicho! - me señala.
- Es una forma de hablar! - le digo y el rueda los ojos.
- Bien - dice finalmente.
Depronto siento como mi estómago se revuelve y las ganas masivas de vomitar no se hacen esperar.
Me levanto rápidamente de la cama y corro hasta el baño, con dificultad levanto la tapa y expulso todo lo que mi estómago tiene.
- Joder, ¿Que tienes? - Levanto la cara para ver a Emiliano y su rostro lo dice todo, está preocupado.
- Quizás fue por el estrés de lo que sucedió - le digo.
Varias veces me a sucedido, pero hace mucho que había dejado de pasar.
- Estás segura?, Te encuentras pálida - se sienta a mi lado en el suelo.
Las ganas de vomitar vuelven, así que vuelvo a meter la cabeza en el vater expulsando todo lo que me queda.
- Dios peque, estás muy mal - dice mirándome - iré a preparar algo y por favor, no quiero más peleas entre tu y los chicos, ellos no podrán protegerte si te pones a golpearlos.
Me río por lo bajo y el se levanta dejándome allí para que pueda terminar.
Derrepente escucho unas pisadas constantes y eso es más que suficiente para saber que se trata de Jovi.
Cuando me ve se acerca batiendo la cola, pero se encuentra con las orejas abajo, comienza a olfatearme por todo el cuerpo, derrepente para en mi estómago, se queda allí un buen rato olfateando haciendo que mis nervios por qué algo de comida me hubiera caído mal.
Entonces comienza a agitar su cola rápidamente mientras olfatea mi vientre una y otra vez, haciendo que mi ceño se frunza ante la acción que él está haciendo.
Me levanto del piso, caminando hasta mi cama y allí me acuesto, Jovi sin esperar a que le diga que puede subir, salta quedando encima de la misma, se acuesta en medio de mis piernas dejando su cabeza en mi estómago mirándome fijamente.
La puerta se abre y Emiliano entra con un plato en el cual se encuentra un vaso.
Se acerca a grandes pasos, pues en su cara todavía se ve la preocupación latente.
- ¿Como te sientes? - dice largandome el vaso - cuidado está caliente.
- Pues después de vomitar todo lo que tenía en mi estómago, me siento bien - digo dándole un sorbo al agua que me a traído.
Me examina detenidamente y su expresión cambia al ver a Jovi.
- ¿Que hace Jovi encima de la cama? - me pregunta mirándolo.
- Déjalo, cuando te fuiste a preparar esto - levanto el vaso - que por cierto está delicioso, el llegó y se sentó a mi lado.
Su boca se abre en una O y sus ojos igual.
- Bien - dice - Emily, quería decirte que...
Se detiene buscando las palabras correctas.
- ¿Que pasa?.
- Se que es algo precipitado, pero porque no te pasas a mi habitación?.
Al escuchar tales palabras hace que suba el vaso más rápido y me queme.
- Joder - suelto, dejando el vaso en mi mesa - ¿Hablas enserio?
El me mira con una pequeña sonrisa en su rostro.
- Muy enserio - asiente.
Me levanto obligando a que Jovi se me quite de encima y me tiro a dónde está Emiliano, haciendo que ambos caigamos a la cama.
- Está bien.. - digo - pero necesito que cambies esa cama.
- Vale, mientras vamos voy al antro pueden hacerlo.
Mis ojos se abren como platos, pues no contaba con que iríamos hoy al antro.
- Emiliano, debemos volver temprano, ya no puedo faltar más a la facultad - le digo mientras acaricio el pelaje de Jovi.
- Y no lo harás y otra cosa, Jovi no se subirá a la cama.
Niego y el se levanta de la cama, dándome un pequeño beso en la frente.
- Eso no es justo - digo cruzandome de brazos.
- No, pero no quiero pelaje de perro en mi cama - Suelta.
- Nuestra - le corrijo levantando un dedo.
Su sonrisa se amplia más al escucharme decir tal cosa.
- Ya dije, no se subirá.
Me acerco lentamente a la oreja de Jovi y le digo.
- Tu tranquilo apenas tengamos esa cama nueva, la estrenaremos tu y yo - susurro haciendo que el mueva su cola.
- ¿Que le dijiste? - Emiliano frunce su ceño.
- Nada, ahora afuera, debo cambiarme - sus carcajadas hacen que ahora se yo la que frunce el ceño - ¿Que es tan gracioso?
- Te he visto suficiente tiempo sin ropa, como para que me salgas con esto.
- Te quiero afuera ¡Ahora! - mi grito hace que pegue un respingo y salga prácticamente corriendo de la habitación.
Me meto a la bañera, rezando para que el dolor que tengo y las ganas de vomitar se detengan, pues no quiero terminar vomitando el antro.
El agua fría ayudó mucho para mis dolores, pues al salir de la bañera me sentí como nueva, Jovi está acostado en mi cama viéndome fijamente, tan fijamente que me está causando un poco de miedo.
- Jovi deja de mirarme así - le digo señalandolo.
Comienzo a cambiarme y después un buen rato escogiendo, decido por un pequeño vestido color rojo pegado a mi cuerpo, unas convers color blanco, mis ojos proyecta un perfecto delineado y mis labios un provocativo color rojo cremoso.
Cuando estoy lista miro mi reloj de pared y increíblemente son las ocho.
Antes de buscar a Emiliano salgo en dirección a la cocina, pues me ha entrado unas ganas exageradas de comer Donuts, y por lo que se, las señoras del servicio compran muchas de esas.
Al llegar no me equivoco pues en la isla de la cocina se encuentran cinco cajas de Donuts a nuestra disposición.
- Buenas noches señorita - me saluda la mujer que me recibió el primer día - Desea algo?.
No le respondo pues ella sigue mi mirada y se ríe un poco al ver que estoy mirando fijamente las Donuts.
- Puede tomar las que le apetezca y si en alguna ocasión desea una en particular, no dude en decírmelo - me dice acercando una de las cajas.
- Muchas gracias y para la próxima podrían traer una caja de solo Donuts de mora? - le pido.
- Porsupuesto - me responde ella sonriente.
El olor exquisito de las Donuts hacen que mi vientre ruja fuertemente, haciendole gracia a las dos mujeres que se encuentran en la cocina.
Comienzo a comer y las pisadas de alguien acercándose hace que me voltee para encontrarme con Liam.
- Joder, yo buscándote por toda la mansión y tú aquí en la cocina - niega.
Le sonrio con inocencia y niega varias veces sonriendo conmigo.
- Vamos, Emiliano te espera - me da un leve empujón en la espalda.
Entones la vergüenza toma cada centímetro de mi cuerpo y hace que me detenga.
Volteo a ver Liam quien está con el ceño fruncido y me observa con sigilo.
- Lo siento - Murmuro, sus ojos se abren como platos y en su boca se forma una pequeña O.
- Lo sientes? - pregunta aún sorprendido.
- Si, no debí golpearte a ti ni a Yonathan, pero la ira carcomía cada parte de mi cuerpo - le digo - además no me mires así, yo siempre me disculpo cuando cometo errores.
Sus carcajadas ahora son el eco del pasillo por el que vamos.
- No te preocupes - me dice - puedo manejarlo.
Cuando seguimos caminando una pregunta pasa rápido por mi mente y se que si no la hago ahora se me olvidara luego.
- ¿Ustedes descansan? - la pregunta lo toma por sorpresa, pues su cara lo dice todo.
- Claro que sí - responde con indignación - Emiliano podrá ser grosero, pero inhumano no.
Sale una pequeña carcajada de mi boca, pues lo que acaba de decir es cierto.
- Y cuando lo hacen? - surge otra pregunta.
- cuando tú ya estás durmiendo, cada uno de nosotros es libre de irse a casa, pero mientras sales o estás despierta, debemos estar aquí.
- Y porque Emiliano no me pone guardas de la mansión, se que son muchos.
- El cree que estás mejor protegida con nosotros.
- y lo estoy?.
- Claro que sí.
Nuestros pasos son detenidos por la figura de un Yonathan enojado, sus pupilas están dilatadas, su ceño fruncido y sus manos cerradas en forma de puño.
- ¿Que cojones andaban haciendo para que se tarden tanto? - pregunta con voz cruda.
Su tono me hace fruncir el ceño.
- Bueno, con el quizás tampoco me arrepiento tanto - le digo a Liam refiriéndome a la golpiza que le di - Y para responder a tu pregunta, nada que te importe.
Sigo caminando y cuando estoy de pie en el salón principal la mirada de Emiliano no demora ni dos minutos en dirigirse hacia a mi.
O mejor dicho, a mi cuerpo.
Me sonrie de lado, elevando y bajando sus cejas de un modo muy poco particular en el.
- Ahora no, estoy bien arreglada como para que me lo dañes antes - digo sin ningún tipo de vergüenza pues ya sus amigos me escucharon gimiendo pues que más queda.
Sus ojos se abren ante el impacto y la seguridad con la que hablo, entonces escucho como alguien se aclara la garganta justo detrás de mi, giró sobre mis talones para encontrarme con los ojos del mayor de los Bonventre.
Valiste.
No veo, pero siento mi cara ponerse caliente y sudorosa, haciéndome saber que estoy poniéndome de un color escarlata bastante notorio.
- Vaya señorita Roux, jamás pensé escuchar tales cosas salir de esa inocente boca - puedo notar el sarcasmo en su voz.
Si supiera lo que está boca hace...
CÁLLATE.
- Lo siento señor Bonventre - digo con voz súper apenada.
Veo como se dirige a su hijo, sin decir más palabra el entiende el mensaje que su padre le da y saca su teléfono enviándole no se que cosa a su padre quien al obtener lo que quería sale de la habitación.
Emiliano camina hasta donde me encuentro y al momento que esta enfrente de mi, se agacha un poco juntando sus labios con los míos.
- Te ves preciosa - dice aún pegado a mis labios, comienza a enderezarse, haciendo que pase de puntillas a que el me levante por las caderas sosteniendo me en el aire para no separar sus labios de los míos.
- Siempre me veo así - respondo haciendo que mi comentario lo haga reír.
Caminamos en dirección al Audi pues no quiero volver a escuchar a Emiliano quejándose de que se siente inservible al no manejar.
- Y a que vamos esta noche? - pregunto mientras me suelta la mano para abrirme la puerta.
- Debo atender unos asuntos allí, así que no quiero que te quedas aquí sola - me responde.
- Asuntos? - la intriga a de sonar latente en mi voz, pues al preguntar lo único que obtengo es una pequeña risa de el.
- Si - suelta como única respuesta.
- Por lo menos podría invitar a Max? - Vuelvo a hablar - No quiero quedarme solo con Yonathan y Liam.
- Tu estarás mientras hablo con quiénes tengo que hablar, eres mi novia después de todo.
Aquello hace que el amor y cariño que le tengo, crezcan un poco más, pues no estoy acostumbrada a tanta atención.
Doy un leve asentimiento y fijo mi mirada a la carretera.
A los minutos la música se puede escuchar mientras nos vamos acercando, la gente como era de esperarse, voltea a mirar a nuestra dirección, pues han de saber quienes están apunto de salir de este coche.
Saco un pie del coche y eso es más que suficiente para que todo el mundo fijé su atención en mi, puedo ver a las mujeres murmurando y a los hombres prestando atención a cada uno de mis pasos.
Emiliano sale del asiento del piloto y todas la miradas de las mujeres van directamente hacia a él, unas incluso intentan acercarse, pero son detenidas por otras quienes les susurran algo a los oídos.
Emiliano toma mi mano y me conduce adentro, con los cuatro guardas que tenemos.
- Deberías dejar que tus amigos tengan una vida normal - suelto de repente.
- ¿Cómo? - me dice levantando una de sus cejas.
- Pues contratar guardas de tu padre o otros, pero deberías dejar que tus amigos sigan normal - lo miro.
- Yonathan y Liam son los que más rápido reaccionan, quizás deje a maury y Jake descansar, pero los dos primeros se quedan.
- Bien, déjalos conmigo entonces - suelto.
- A todos? - pregunta.
- Si, pero algo si quiero que hagas - levanto un dedo - quiero que cada vez que estemos en la mansión ellos vayan a su casa a descansar, hay suficientes guardas allí para protegerme
Está apunto de decir algo pero lo detengo diciendo.
- Y no te lo estoy pidiendo, te lo estoy ordenando.
Sus ojos se abren y en su boca se forma una sonrisa poco común en el.
- Está bien - dice mientras vuelve a caminar, entonces se agacha un poco y me susurra al oído - Me gusta que me ordenes.
Tal declaración hace que se me pongan los pelos de punta, pues jamás había escuchado ese tipo de cosas.
Cuando llegamos a la zona VIP me entretengo al ver que la estúpida de Lucia se encuentra aqui.
Ahora sí que menos Emiliano me va a dejar sola.
El al notar su presencia me toma de la mano y camina hasta una de las habitaciones que se encuentran en esta zona.
Cuando entramos miro a mi alrededor para quedar con la boca abierta, pues cuenta con sofás color negro, enormes cuadros y cosas finas.
- Joven Bonventre - saluda un hombre que hasta este momento me doy cuenta de que se encontraba sentado en una de las sillas que está frente a un escritorio.
- Señor Bernard - Emiliano responde un saludo.
- Señorita - me saluda.
- Señor - respondo con un asentimiento de cabeza.
Emiliano rodea el escritorio tomando asiento y larga una de sus manos, la tomo sin rodeos, me jala hasta su dirección haciendo que quede sentada en sus piernas.
Mi mejillas son tornan calientes, pues no había estado jamás sentada en las piernas de alguien y menos tan libremente.
- Quería saber cuál fue el motivo que provocó que usted acabara con la vida de mi hijo? - puedo sentir como Emiliano se tensa ante la declaración.
¿Asesinar? ¿A quien?
- Tan poco le importaba que vino a verme después de que paso tanto tiempo? - Contraataca el.
- No, sus guardas me han dicho que no había vuelto a visitar este lugar, así que por eso me tomé el atrevimiento de llamarlo - Vuelve hablar el hombre - puede decirme porque lo hizo.
- Tocó a mi novia sin su consentimiento - responde Emiliano - además de que la lastimo y me retó.
Entonces el pequeño recuerdo de aquel chico que me agarró con fuerza la primera vez que vine al antro llegó a mi mente.
No lo había sacado, lo había asesinado!.
Los ojos del señor sentado frente a nosotros detonan tristeza y se apagan mucho más al escuchar el porque está sin vida.
- Muy bien joven Bonventre, entiendo su motivo - se pone de pie - Ahora podré estar en paz, muchas gracias por su tiempo.
Veo al hombre salir y me tenso al ver más hombres saliendo de la obscuridad detrás de su jefe.
Al ver que terminan de salir de la habitación, me levanto bruscamente del regazo de Emiliano, me alejo lo suficiente para que no tenga oportunidad de agarrarme.
- Me has mentido! - le bufo.
- Lo siento Emily, pero no podía solo sacarlo del antro como si nada - se levantó tratando de acercarse.
- Un paso más y te aviento una silla - lo amenazo.
Sus pasos se detiene frenéticamente, pues ha de saber que soy muy capaz.
- Emiliano sabes que no tolero las mentiras - Digo cruzandome de brazos.
- Joder lo siento, pero no podía quedarme de brazos cruzados.
- Sabes que dejalo así.
Salgo de brazos cruzados con los chicos detrás de mi, puedo escuchar como Emiliano me llama una y otra vez pero no me detengo.
Cuando salgo del pasillo, lo primero que recibo es el frío de un líquido cayendo por mi cuerpo.
Miro mi atuendo y luego levanto mi mirada para encontrarme a Lucia con un vaso en una de sus manos.
No estoy de genio.
- Eres una zorra - me dice mientras se aleja poniéndose detrás de una mesa - Solo hiciste que Emiliano me terminara para que ¿Quieres su dinero?.
Acaba de retarme en el peor momento.
- Mi dinero lo puedo obtener yo - digo acercándome a la mesa - no necesito de nadie.
Emiliano observa con detenimiento el suceso, mientras que sus amigos están atentos a cada movimiento de Lucia.
- De igual forma eso no te quita lo zorra.
3.....2.....1....
Mi manos se agarran con fuerza a la mesa que tengo en frente y en mini segundos la levanto tirándola aun lado.
Lucia pega un salto al igual que la mayoría de las personas que se encontraban bailando.
Mientras yo doy pasos para acercarme a ella, ella los da para alejarse de mi.
- ¿Que? ¿Me retaste y ahora tienes miedo? - le digo.
- Nunca te tendría miedo - me dice tratando de sonar valiente.
- Demuéstralo entonces - la reto.
Se acerca y dejo que me dé un golpe, que es en vano, pues lo que hizo fue darme una estúpida e insignificante bofetada.
- Maldita estúpida - niego.
La tomó del cabello y la agacho a mi altura, ocasionando que reaccione igual, entre jalones y golpes no vemos nada más que no sea a la otra.
- Perra! - me grita.
- Y de las mejores - le respondo con una sonrisa mientras trata de agarrarme nuevamente del cabello.
Me siento encima de ella, propinandole varias bofetadas y en un punto doy un puñetazo, mientras ella me golpea la parte de atrás con sus piernas en un intento fallido de apartarme.
Siento las manos de alguien tomarme de la cintura, ya puedo imaginarme quien es.
Me aparto y mientras me quedo de pie mirando a Lucia, asegurándome que me está mirando a los ojos, entonces le sonrio de lado y levanto una de mis cejas.
Me agacho un poco mientras la veo en el piso y le digo.
- Tócame de nuevo y esta zorra te cortará las manos - y con eso salgo del lugar.
********
Hola!!!
Cómo están?
Espero y muy bien.
Que tal el capitulo?.
Se que algunas estaban esperando un enfrentamiento entre Emily y Lucia entonces, aquí lo tienen.
Ojalá y hayan disfrutado mucho de este capítulo.
No tengo mucho por decirles así que nos vemos en la siguiente actualización.
Y por cierto ¡FELIZ AÑO NUEVO! y disculpen un poco mi tardanza 😅.
Os quiero mucho.
Cuidaos!!!
Con cariño...
Mayra ♥️
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