Suspiró y se agachó a dejar un ramo de flores sobre la tumba de su difunta mejor amiga. Ya había pasado un mes desde la gran tragedia, pero aún no podía acostumbrarse a estar sin ella; ¿Cómo podría alguien no extrañar a una persona tan especial con la cual pasó tantos momentos? Era imposible. 

Una mano se posó sobre su hombro y ésta volteó a ver a Adrien para regalarle una corta sonrisa, después se levantó y entrelazó fuertemente su mano con la de su novio, Luka.  

—Al menos ahora sabemos que ya no sufrirá más. —comentó Adrien, con la voz algo entrecortada. 

—Ya no tiene que huir de nada. —agregó Luka.

La rubia asintió, pero enseguida tapo su rostro y comenzó a llorar.

—Sé que esto es lo que ella quería, pero... ¿Pero por qué? Si hubiese estado más atenta, si hubiese hecho más cosas por ella...

—No amor, no te culpes. Tú hiciste todo lo que estuvo en tus manos, es sólo que uno no siempre puede salvar a alguien más si esa persona no quiere. —trató de consolar a su novia el de cabello teñido de azul.

—Él tiene razón. —apoyó el Agreste.

Todos se quedaron en silencio durante un rato más, al menos hasta que Adrien habló.

—No estoy seguro de si me puedas escuchar o no, pero quería decirte que comenzaron a investigar a mi primo y, en efecto, él y mis tíos fueron los culpables de todo lo que te ocurrió. Mejor dicho, de todo lo que les ocurrió a ti, a tu familia y a las otras cinco jóvenes que pasaron por lo mismo que tú; Alya, Mirel, Aremi, Lila y Sabrina.

—Así es. Félix ya está en prisión y no volverá a dañar a nadie, Netty. —aseguró Chloé. 

 —Es que... No entiendo cómo demonios fueron capaces de tanto. Se las arreglaron para mantener ocultos tantos cuerpos y no ser sospechosos durante bastante tiempo —se quejó Adrien, apretándose las sienes—. Me quiero disculpar contigo por ellos, Marinette. En serio, muy en serio, perdón. 

—Totalmente de acuerdo, Adrien. Perdóname porque es tu familia, pero eran unos psicópatas de lo peor e hicieron de todo para salirse con la suya, pero al final ya no pudieron.

—No te disculpes, Luka, en realidad... En realidad ya ni siquiera quiero considerarlos familia. Ya no. 

— ¿Saben? —preguntó Chloé— Tal vez Marinette no pudo con sus demonios internos ni tuvo un final tan bueno, pero fue bastante valiente y nos tuvo a nosotros, que, si bien no arreglamos todo en ella, la hicimos feliz por algún rato y creo que eso es lo más importante, ¿no?

—En efecto. 

—Siempre te tendremos en nuestra mente y en nuestros corazones Marinette. —aseguraron al unísono los tres amigos, para luego abrazar todos juntos la lápida de la chica azabache. 

Hay ocasiones en las que las cosas no resultan como uno quisiera, pero dentro de lo posible, lo importante es levantarse, seguir adelante y apoyarse en sus seres queridos. No siempre habrá finales felices -como en este caso-, no obstante, esa no es la regla sino la excepción. Por eso, ayuda a quienes lo necesitan o permite que te ayuden, el tiempo dará las respuestas de cómo hay que vencer a ese monstruo dentro de nuestras cabezas. 

Fin.