
Capitulo 08|Confusión.
08.
Estaba completamente confundido.
Me siento como cuando tus padres te dicen "Tenemos que hablar" y tu comienzas a pensar en todo lo que has hecho para saber de que se trata...
Y joder, no hay peor sentimiento que este.
Yo no he hecho nada, no he hecho nada.
La ansiedad y el miedo de que me puedan hacer algo me comienza a consumir.
Subo rápidamente a mi habitación y despierto a Carlos.
—¿Que demonios te pasa?—Suelta molesto.
—Tengo un problema.—Seguramente mira mi cara de espanto porque enseguida se levanta.
—¿Que pasa Alex?—Frunce el ceño.
—Vamos a la cocina.
***
—¿Que significa esto?.—Toma y observa las fotografías.
—¡¿Que demonios voy a saber?!
—Parece que esos amiguitos tuyos, los populares tienen un problema algo grave...—No se porque, pero ahora me interesa ser más su amigo.
—Yo tengo la respuesta a eso, es que eres un idiota..—Lo miro con cara de pocos amigos.—Además, no son solo ellos.
—¿A que te refieres?.
—Sea lo que sea en lo que están involucrados "los populares" estamos metidos Dilan y yo.
O tal vez el único involucrado extra era yo.
—Tienes que mostrarle esto a la policía, Alex.
—Lo haré mañana, así mis padres no lo notan si es una broma y no los hago preocuparse por nada.
—¿Crees que es una broma?—Carlos me mira.
—Digo que puede ser una posibilidad.—Le digo intentando convencerme más a mi que a él.
—Si irás mañana, guarda todo esto y subamos que será un día largo.
***
Luego de subir a mi habitación y esconder la caja, intenté conciliar el sueño, pero no pude cerrar un ojo hasta muy tarde.
—¡Carlos, Alex!. A levantarse.—Mi madre se escucha desde el otro lado de la puerta.
Carlos se levanta de golpe.—Ya vamos, señora Jensen.
—Cámbiate para que me acompañes a la comisaría.
—¿Lograste dormir?.
—No mucho.—Debo tener muchas ojeras.—Pero estoy bien, no te preocupes.
Parece querer decir algo pero en vez de eso entra al baño y cierra la puerta a sus espaldas.
Tomo mi móvil y entro al chat con Dilan.
Hola, buenos días.
Luego de un rato, me contestas.
Dilan: Buenos días Jensen,
¿Que tal?.
He estado mejor...
¿Te puedo preguntar algo?
Dilan: Claro, dime.
Mejor en persona,
¿Puedes venir a mi casa?
Dilan: ¿Ahora?
Si, mi padre está en el trabajo
y mi mamá saldrá con la mamá
de Carlos.
Dilan: ¿Carlos?
¿Él no está en otra ciudad?
Exacto, tengo mucho
que hablar.
Okey, en unos veinte
minutos estaré allá.
Tiro mi móvil en la cama y golpeó la puerta del baño.
—¿No piensas salir del jodido baño?.—le pregunto a Carlos.
—La belleza toma tiempo Alex.—Responde desde el otro lado.
—Entonces nunca saldrás.—río.
—Jódete.
***
Después de bajar a desayunar mi padre se fue al trabajo y la mamá de Carlos pasó buscando a la mía.
Así que nosotros nos quedamos en la sala escuchando música y usando el móvil.
Dilan te ha enviado un mensaje:
Ya estoy afuera Alex.
Me levanto del sofá y abro la puerta, veo a Dilan bajando de su coche.
—Aquí estoy, ya me puedes contar.
—Pasa.
Ambos vamos hasta la sala.
—Dilan te presento a Carlos, Carlos él es Dilan.
—Un gusto conocerte.—Carlos se levanta para darle la mano a Dilan.
—El gusto es mío.—Sonríe y se estrechan las manos.—Alex me ha hablado de ti, pero no sabía que estabas en la ciudad.
—Recién me he mudado.
—Bueno, buena presentación.—Los interrumpo.—Dilan, ¿Tu también recibiste una invitación?.
—¿Al funeral de Mariano?—Asiento.—Espera, ¿Tu recibiste una?.
—Si, anoche. ¿Por?
—No, nada, solo que no pensé que su familia ya te conociera.
—¿Que?—frunzo el ceño.—¿A que te refieres?.
—Si tienes una invitación a la mansión de los Jones es porque los padres de Mariano te conocen, seguro les habló de ti en algún momento.—Explica.
"Vi tu apellido en unos documentos en la oficina de mi padre". Recuerdo las palabras de Mariano.
—¿Y eso es algo malo?.
—No, para nada.—Asegura Dilan, aunque creo que no está siendo muy sincero.—¿Y si vamos por un café?, yo invito.
—Yo iré.—Acepta Carlos inmediatamente.
Quiero reprocharlo con la mirada pero Dilan se daría cuenta.
—Bueno, está bien.—Acepto finalmente.—Carlos, ¿Me ayudas a buscar algo arriba?.
—Está bien.—Dice confundido.
—Los espero aquí.—suelta Dilan.
Subimos las escaleras y cuando me aseguro que Dilan ya no nos puede oír, lo golpeo en el hombro.
—Se supone que vamos a la comisaría a resolver lo del paquete de anoche, no por un café. ¿Que te pasa?.
—Solo estoy siendo cortés, Alex.
—¿No tiene nada que ver con que te invite a jugar en el equipo de Beisbol del instituto?.—Lo miro serio.
—¿Como crees?, claro que no.—Miente.
—Como digas.—Pongo los ojos en blanco.—Vé a charlar con él, meteré el paquete en un bolso.
***
Bajo las escaleras y me encuentro a Dilan y a Carlos charlando y riendo como si fueran amigos de toda la vida.
Sé perfectamente que Carlos puede ser extremadamente sociable y simpático cuando le conviene.
—Ya vámonos.—les digo.
—¿Y ese bolso?—Inquiere Dilan.
—Es algo que necesito llevar a un lugar luego de la
Cafetería.
—Creo que ya te he informado varias veces que no soy tu chofer, Jensen.—Bromea Dilan.
—Creo que ya te he informado varias veces que no me importa.—Le respondo.
—Idiota.—me saca el dedo medio.
***
Después de subirnos todos al coche, durante todo el camino Carlos se le ha pegado a Dilan como un parásito. No han dejado de hablar en ningún momento.
—Tengo una teoría.—les interrumpo y ambos me miran fijamente.
—¿Sobre que?—Pregunta Dilan.
—Ustedes dos o son demasiado sociables y les agradan a todo el mundo si se lo proponen o solo comparten el mismo grado de idiotez.—Tomo un sorbo de mi café.
—Parece que alguien está irritado el día de hoy.
—Supongo que envidia nuestra conexión, Dilan.
—Me voy por lo del grado de idiotez.—Los miro con mala cara pero ambos solo sonríen.
—Tu dijiste que me tenías que preguntar algo.—Me recuerda Dilan.
—Oh, cierto...—Miro a Carlos y luego lo miro a él.
—¿Por qué ya no eres amigo de Valeria y su grupo?.
—¿Eh?—la pregunta lo toma por sorpresa.
—Lo que escuchaste, quiero saber por que ya no eres amigo de Valeria, Daniela, Monty, Noah y el resto...
Dilan se toma su tiempo, calmado, toma un sorbo de su café y habla.
—Eres mi amigo y te tengo bastante confianza Alex, pero ese no es tu problema.
—Se está convirtiendo en mi problema.—Digo intentando mantener calmado.
—¿A que te refieres?.
—Me llegó un paquete...—Decido contarle.—Tenía fotos de todos, de Valeria y sus amigos, de ti, una mía y una de Mariano marcada con una equis roja.
> Además y como si no fuese lo suficientemente raro también tenía una nota que decía...
—Uno menos, quizás sigas tú.—Termina la frase.
Este día no puede ser más confuso.
—¿Como lo sabes?—Lo miro serio.—¡¿La has enviado tú?!.
—¡Claro que no!—Suelta ofendido.—A mi también me llegó un paquete igual.
—¿Eh?—murmura Carlos.
Dilan mira a todos lados como si alguien nos vigilara y saca su móvil.
—Me llegó anoche, también.—dice mostrando la foto del paquete.
Es exactamente igual con las mismas fotos y todo.
Un escalofrío recorre mi cuerpo.
—¿Quien demonios está detrás de todo esto?—Pienso en voz alta.
—Tenemos que ir a la comisaría inmediatamente.—Habla Carlos.
—¿Policía?, claro que no.—suelta Dilan.
—Tenemos que mostrarle esto a los oficiales.—Digo yo.—Ellos sabrán que hacer.
–Jensen, la policía no hará nada.
—¿Por que estas tan seguro de ello?
—Mariano fue asesinado., eso es más que obvio. Pero la policía no ha dado ninguna información al respecto, ¿Sabes porque?.
Niego con la cabeza y el continua.
—No tienen ni la más mínima idea de lo que está pasando.—Asegura—y si le mostramos esto, lo más probable es que los confunda más de lo que ya están.
—¿Y que quieres que haga?z
—Alex, ni siquiera yo sé que hacer.—Parece sincero.
—Dilan, esto no es una serie de televisión donde juegas a ser detective, estamos en la vida real. Esto son amenazas reales, existe un peligro real.—dice Carlos.
—Investigar...—Pienso.
No, no parece buena idea.
O ¿Si?
—Alex.—me llama Dilan.—¿Irás?.
—¿Ir a donde?.
—¿Leíste la tarjeta?—me regaña.
—Anoche no pude siquiera dormir.—Confieso.
—Hoy es la Ceremonia de gala.
—¿Ceremonia de gala?—repito.—Es un funeral, no una jodida entrega de premios.
—No sabes los ridícula que es la gente con dinero.
Me parece irónico que él lo mencione. Pero no digo nada al respecto.
—Alex no tiene trajes, solo el uniforme del colegio.—ríe Carlos.
—Aunque odie admitirlo, el idiota tiene razón.
No me gustan mucho los trajes completos, solo uso camisas en algunas ocasiones pero el chaleco y el resto lo veo innecesario.
—Tengo una idea.—A Dilan le brillan los ojos.
—¿Que!—Soltamos Carlos y yo al unísono.
—Vamos a comprarte ropa elegante.—dice.
Mi cara debe ser un mural.
—Perdón. ¿Que has dicho?.
—Vamos a un par de tiendas a comprarte un traje, yo pago, así aprovecho y compro algo yo también.
Nota mental: Dilan es un idiota, pero un idiota con dinero.
—Una cosa es que acepte que invites un café, pero creo que lo del traje es algo totalmente diferente.
—Vamos.—Insiste.—No es nada.
—Pues yo también quiero un traje, nunca se sabe cuando lo puedes necesitar.—Menciona.—Y tengo dinero en mi cuenta.
—Pues está decidido.—Dilan se levanta.—Voy a pagar, ya vuelvo.
—Alex, ¿Por que sigues mintiéndole a las personas sobre tu vida?—Me regaña Carlos cuando Dilan está lo suficiente lejos.—No tiene nada de malo que la gente sepa que tienes dinero.
—¡No me gusta mencionar el tema y ya!—Me defiendo.
—Sabes perfectamente que no es un tema que puedas omitir, tienes que ser sincero con él y el resto de las personas que te consideran su amigo.
—Sabes lo que pasó con Caroline...
—Es un tema del pasado Alex, estás en otro lugar, esta gente es diferente. Ellos también tienen dinero.
—Ese es un problema, en algún momento se puede convertir en una guerra de poder.
—Parece que estás muy paranoico.
—Solo trato de—
—¿Nos vamos?—Llega Dilan.
—Vamos.—Nos levantamos de la mesa y salimos de la cafetería.
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-Erick D.
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