Capítulo veintisiete
Pov Arellys:
Me quedé viendo a Dylan sin saber que decir, es como si mi cabeza hubiese entrado en Standby y estuviera maquinando una mentira creíble para el chico frente a mi
-no me voy a casar-suspiré intentando aparentar tranquilidad-este anillo era de mi madre, mi padre me lo dio.
-claro-no estaba muy convencido pero no dijo más nada y eso me tranquilizó un poco.
-¿Has venido por algo en particular?
-quería pedirte que fueras conmigo al baile de fin de año ¿Aceptas?
-¡Por supuesto! ¿Cuándo es?
-mañana-se acercó y se sentó a mi lado en la cama-¿Estás bien?
-claro que estoy bien-acaricié su mejilla.
-me alegra escuchar eso-sonrió.
-no se que me podré-dije algo nerviosa.
-un vestido ¿Quizá?-se hizo el chistoso.
-no me refería a eso-reí.
-ya extrañaba tu risa-me abrazó a lo que correspondí con gusto.
-Dylan tengo que decirte algo-iba a hacerlo, le contaría la verdad.
-¿Qué?
Estaba por abrir la boca cuando la puerta de mi cabaña se abrió estrepitosamente dejando a la vista a Ed.
-¡Arell!
-¿Qué pasa Ed?-gracias al cielo que apareció.
-tengo que hablar contigo de...-su vista se clavó en mi mesita de luz y sabía por qué.
-yo me voy-Dylan dejó un rápido beso en mi frente y me dejó dicho que pasaría por mi a las ocho de la noche del día siguiente, para luego irse.
-¿Quién te dio eso?-señaló la caja.
-¿Hablas de esto?-levanté mi mano con el anillo que no tuve tiempo de quitarme.
-¡No puede ser!-exclamó pegando un grito-es la maldita estrella de Neverland-se tapó la boca de la impresión.
-¿De qué hablas?-de repente la curiosidad se adueñó de mi.
-significa que si aceptas a Pan en Santo matrimonio quedarás atada a él de por vida, es como un amuleto de amor verdadero-explicó atropelladamente-solo funciona si ambas personas, el que lo posea y el que lo dio se aman.
-¿Enserio?-me pareció de lo más tierno y no podía dejar de mirarme la mano con adoración.
-si-murmuró atónito-él te ama, en verdad te ama.
-eso creo-me mordí el labio inferior con una sonrisa.
-de todas formas ¿Cómo te lo pidió?
-no sé, él no me lo dijo en persona-levanté mis hombros restándole importancia-más bien desperté y en mi mesa de luz estaba la cajita y esto-me estiré y tomé el papelito para dárselo a mi primo.
-pasó algo más-su mirada había ido a parar a las fotos.
-pues... fue muy raro porque quiso que pasará mi cumpleaños con él anoche y... estuvimos hablando pero desperté en mi cama como si nunca me hubiese ido.
-si pasó créeme pero no es lo que piensas-suspiró abatido-se metió en tu cabeza.
-no, estuve en Neverland, es como en la obra los niños podían ir cuando dormían o algo así-moví mi mano con desdén.
-eso también podía ser-miró por la ventana distraídamente-como sea, ¿Irás al baile?
-si, Dylan me acaba de invitar.
-¡Oh cierto! Los interrumpí-se burló a medias.
-y gracias a Zeus, porque sino le hubiera dicho toda la verdad acerca de Peter.
-quizás eso sea lo correcto, aunque no quieras.-reflexionó.
-por supuesto que es lo correcto pero no quiero perderlo-me senté en la cama con fastidio.
-mira sé que no quieres, yo lo respeto pero piensa en Dylan en lo que él sentirá al saber, que lo has estado engañando con Peter.-intentó ayudarme-va a creer que jugaste con él y lo que vendrá será peor.
-yo no pretendía engañarlo, se suponía que ya no me recordaría y cuando supe que no...-miré hacia otro lado avergonzada-no quise dejarlo ir, sentí que fue luz para mi oscuridad.
-pero es tiempo de que lo dejes ir-apoyó una mano en mi hombro en consuelo.
-lo haré-dije con firme decisión-pero luego del baile.
-como quieras, mientras lo hagas...
-tienes mi palabra-sonreí a medias.
-¿Qué le dirás a Peter?-cambió de tema.
-no lo sé-me encogí de hombros-tengo que elegir entre la eternidad y la transitoriedad.
-¿Y?-levantó las cejas con curiosidad.
-creo que elijo... ¡No sé!-tiré de mi pelo con molestia-debo pensarlo con claridad.
-si, será mejor que me vaya-besó mi cabeza-nos vemos.
Año nuevo lo pasé con mi padre quién me ayudó con el asunto del vestido, entregándome uno que le pertenecía a mi madre, era largo de color blanco con detalles en dorado de un solo hombro del que colgaba una fina tela.
La noche del primero de enero me lo puse y no podía creer lo que mis ojos veían, realmente me veía como un Diosa.
-¿Arell?-escuché a Dylan tras la puerta de mi cabaña luego de tocar.
-¡Ya salgo!-suspiré y abrí para encontrarme con el ojiazul frente a mi de traje.
-¡Wow!-me observó de pies a cabeza-estas preciosa-sonrió y tomó mi mano atrayendome a él para luego dejar un delicado beso en mi mejilla.
-tu no te quedas atrás, estás hecho un príncipe.
-¿Vamos?
Cerré mi puerta y nos dirigimos hacia el recinto donde se haría la fiesta, pude ver a varios de mis compañeros y amigos vestidos formalmente.
Había una que otra mirada envidiosa, pues muchas de las chicas morían por ser yo, y no es por presumir ya que las he escuchado muchas veces sobre lo que darían por estar en mis zapatos y tener a Dylan a mis pies, cosa que negaba porque ambos nos enamoramos fielmente o así era hasta que conocí a Peter.
-¿Estás bien?-el rubio llamó mi atención.
-por supuesto-sonreí de forma tímida-presiento que si las miradas matarán yo ya estaría tres metros bajo tierra-bromeé.
-¿Por qué dices eso?-preguntó confundido.
-¿Qué acaso no las ves?-negó-todas las chicas mueren por ser yo, ¡Se babean por ti!
-¿Enserio?-miró a su alrededor.
-¿Me estas tomando el pelo?-si era una broma no me estaba gustando, se estaba haciendo el tonto ¿O Qué?
-no, es que solo tengo ojos para ti-paré de golpe sin poder evitarlo,esa frase ya la había escuchado antes... Peter me lo dijo aquella vez que Wendy lo besó, esto se estaba saliendo de control no quería que me amara de esa forma, no sabiendo que mi corazón ya tiene dueño y no es él.
-Dylan no-negué-no puedes... no merezco que me ames de esa forma.
-Arell ya es tarde-acarició mi mejilla con su pulgar-ya he caído por ti.
-vamos al baile-tiré de él hasta el salón, no quería pensar más en el tema, hoy quería pasarla bien porque tal vez esta sería la última vez que Dylan me quiera.
La música electrónica inundaba el pequeño lugar en donde se estaba realizando la fiesta, muchos de nuestros compañeros estaban bailando en la pista, mientras otros hablaban animadamente formando pequeños grupos y bebiendo ponche.
-¿A quién invitó Cole?-le pregunté a mi cita mientras me servía ponche y bebía un poco.
-no se, no me dijo-se encogió de hombros moviéndose un poco al ritmo de la música.
-ojalá cambiarán la mús...-en eso se hizo un profundo silencio pero que fue roto, por las primeras notas de una de mis canciones lentas favoritas, "Una vez en diciembre"
-¿Me concede este baile?-estiró una mano, bajando ligeramente la cabeza como un príncipe.
-claro que sí-tomé su mano y puse la restante en su hombro comenzando a movernos por toda la pista, mientras la cantaba a la par.
Cuando la canción terminó mi vista por alguna razón, fue a parar a la puerta donde se encontraba Peter ¿Era él o lo imaginaba?
-¡Arell!-moví la mano sin querer y de esta salió volando el anillo que me dio Peter y no me saqué.-¿Estás bien? Te quedaste tildada.
-sí sí-me agaché y al tomar el anillo noté un grabado en la parte de adentro
"Nada valgo sin tu amor", fue conectar la mirada con la de Peter un segundo para saber lo que quería, me puse el anillo y corrí hacia él , pero al ver que estaba yendo en su dirección se fue.
Corrí afuera sujetando mi vestido para no tropezar, crucé el bosque pero el había desaparecido.
-Arellys Wesson-dijo un voz profunda a mis espaldas, sabía quién era pero no que hacia aquí-tanto tiempo.
-Rumpelstinskin-dije con parsimonia-¿Qué quieres?
La sonrisa que me dio en respuesta me dio a entender que nada bueno se traía consigo mismo.
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