Capítulo tres
Pov Arellys:
No podía dormir, extrañaba a mi familia porque desde que entré al campamento nunca dormí en otro lugar que no fuera ahí y ahora estoy en Neverland lejos de ellos.
Escuché un ruido afuera por lo que con mucho cuidado, tensé mi arco y salí despacio, miré hacia abajo pero no vi a nadie.
-¿A quién buscas?-salté en mi lugar, en una rama sobre mi, estaba Pan apoyado cómodamente.
-A ti no-dije bajando mi arma-¿Qué haces aquí?,debo matarte ¿lo olvidas?
-eso lo veremos-bajó con mucha agilidad hasta estar frente a mi-eres muy bonita-murmuró más para él que para mi.-es una lástima que tengas que asesinarme-se encogió de hombros.
-y si no fuera así, no estaría interesada en ti.-aseguré.
-¿Acaso hay un chico?-levantó la ceja izquierda.
-no te importa-dije a la defensiva.
-Lo hay-me miró unos segundos-Dylan, ¿No?
-¿Como...?-suspiré-¿Leíste mi mente?
-puede...-ladeó su cabeza a un lado, se veía tierno. ¿Pero que estoy diciendo?, no debo pensar esas cosas.-Es una lástima que debas estar aquí para cazarme, en lugar del campamento junto a él.
De un movimiento lo apunté con mi flecha.
-no vuelvas a meterte en mi mente-gruñí.
-no vas a hacerme nada con eso-dijo engreído.
-No te fíes, Pan.
Peter desapareció dejandome sola, otra vez. Como no tenía sueño decidí recorrer los alrededores, no me iba a alejar pues era de noche y no quería perderme.
Caminé un poco hasta llegar a un lago con varias rocas en medio, se veía muy tranquilo, la luna y las estrellas se reflejaban en el agua cristalina.
Por un momento pensé en Dylan, en como nos pasabamos tardes enteras en el lago del campamento jugando, estando con él las preocupaciones y los miedos se iban, Dylan era mi sostén desde que llegué cuando mi padre no pudo quedarse conmigo, por que no era un ser "mágico".
Una lágrima bajó por mi mejilla la cual limpié de inmediato, no podía mostrar debilidad, tenía que ser fuerte para pasar la misión.
Con una de mis manos sujete el collar que colgaba de mi cuello con un dije que representaba a Poseidón, su tridente. Me lo había regalado Dylan, pensé en que deseaba verlo y entonces el agua comenzó a moverse dejando una clara imagen del rubio, estaba en su cama con los brazos cruzados detrás de su cabeza y un semblante de tristeza en el rostro.
-¡Dylan!-chillé feliz, más él no parecia escucharme.-¿Por qué no me escuchas?-pregunté triste.
-Probablemente por que deseaste verlo pero no que te vea a ti y se puedan hablar.-cerré mis ojos con molestia, Pan había aparecido otra vez.
-¿Por qué me espías?-giré para verlo.
-No te espiaba, vine a bañarme-dijo iniciando a desabrochar su cinturón,miré la imagen de Dylan una última vez, antes de irme.
Cazé una ardilla y recogí algo de fruta antes de regresar a mi cabaña para prepararme la comida, iba distraída cuando escuché un ruido proveniente de unos árboles a mi derecha, levanté mi arco y lo tensé apuntando con la flecha hacia donde provenía el ruido. De entre la maleza salió un lobo
con el pelaje castaño y ojos de un azul hipnótico, se me hacían muy conocidos por lo que guarde mi arma y me acerqué a él lentamente con una mano enfrente para que no pensará que era una amenaza. Acarcié su cabeza, mientras me conectaba con él telepáticamente.
-¿Quién eres?-pregunté.
-Soy Edward, tu primo.-No lo podía creer, Ed había desaparecido del campamento hace unos cuantos años, lo buscamos pero creímos que había muerto.
-¿Estuviste aquí, todo el tiempo?
-si-miró detrás de él, sus orejas se pararon en señal de alerta.-alguien viene, deberíamos irnos a otro lado.
-¡Vamos!
Llegamos a mi cabaña y lo primero que Ed hizo, fue sentarse sobre un pequeño cojín que tenía en el piso.
-¿Pan te hizo esto?-pregunté sentándome en mi cama.
-por desgracia-apoyó su cabeza sobre sus patas delanteras.
-ese idiota me va a escuchar-le dije muy molesta. Me levanté tomando mi arco y carcaj en el proceso, iba a ir por Pan.
-¿Qué haces?-su cabeza se inclinó a un lado.
-iré por Pan, acabaré con él ahora mismo.
-¿Harás qué?-me giré encontrando a Pan, junto a la ventana-Hola Edward, el pelaje te queda bien.-se burló del lobo, el cual se habia parado poniéndose en posición de ataque, y por si eso no era poco también le gruñía.
-¿Cómo supiste que...?, ¿También te comunicas telepatícamente?
-si, soy un ser mágico-levantó una ceja engreído.
-¡Quiero que mi primo sea humano otra vez!-exclamé.
-lo devolveré-sonreí-pero con una condición... Ten una cita conmigo.-chau a la sonrisa, hola a mi cara de incredulidad.
-¿Es un chiste?-negó-¿Quieres tener una cita con la chica que va a matarte?
-Digamos que quiero conocerte.
-No lo hagas-dijo Edward.
-Tengo qué, sólo así volverás a ser humano.
-acepto-dije algo insegura.
-perfecto-me miró de pies a cabeza-necesitas un cambio de look-un humo verde me rodeo y para cuando se esparció me vi con un vestido blanco de tiras doradas al igual que el cuello, me llegaba hasta dos manos arriba de mis rodillas, en mis pies tenía unos zapatos dorados tipo sandalias y traía un brazalete ancho del mismo color.
Miré hacia el espejo que tenía colgado y noté que mi cabello estaba peinado en ondas con dos trenzas en forma de corona y en medio una diadema de laureles.
-¡Wow!-murmuré, no era para presumir pero me veía hermosa.
-¡Te ves hermosa!-exclamó el lobo en mi cabeza.
-gracias Eddy.
-Te ves como una auténtica Diosa-dijo Peter sin dejar de verme.
-No soy una Diosa-negué.
-¿Segura?-levantó la ceja.-Porque para mi lo eres.
-¿Estás coqueteando conmigo?-pregunté entre divertida y asombrada.
-No.-suspiró-¡Vamos!
-Espera-lo detuve-primero conviertelo en humano.-miré a mi primo.
-Primero la cita.
-No me moveré de aquí, hasta que sea un chico otra vez-me crucé de brazos.
-bien.-chasqueó los dedos, el humo verde lo rodeó y para cuando desapareció en lugar del lobo había un chico, alto de cabello rubio oscuro y ojos azules.
-¡Ed!-me tiré encima de él abrazándolo con todas mis fuerzas.
-No vayas-murmuró.
-Por más que quiera quedarme, tengo que hacerlo.
-¿Y Dylan? ¿Qué diría él?-preguntó.
-Él no diría nada, por que terminamos-dije triste.-Debo irme.
Peter tomó mi mano, tiró tomandome de la cintura y nos elevamos saliendo por la ventana.
Tengo que decirlo, volar es increíble podía ver todo Neverland desde la colina del hombre muerto hasta la selva negra.
Bajamos en la playa, donde se podía ver a lo lejos la isla calavera y el famoso barco del Capitán Garfio.
El agua iba y venía con pequeñas olas que se rompían suavemente al llegar a la orilla, el sonido que producía era tan relajante que no pude evitar cerrar mis ojos para disfrutarlo más.
-¿Te gusta?-me habló al oído, provocando que diera un pequeño salto de sorpresa y lo mirará de mal modo.
-si, hasta que me hablaste.
-No seas gruñoña, al menos por lo que queda del día.-pidió.
-Mira quién habló.-me burlé.
-hagamos un trato, yo no seré gruñón, si tú tampoco.-estiró su mano abierta en mi dirección, lo pensé unos minutos para luego estrecharla.
-¡Acepto!-sonreí.
-que bonita sonrisa tienes-me elogió el rubio, no pude evitar sonrojarme. Esperen... ¿Qué?, ¿Yo sonrojarme? ¿Por él?, esto no esta bien.
-Gracias -dije mirando el horizonte.
Minutos después Peter me preguntó si quería comer y acepté sin saber que él, había preparado un picnic para los dos en el lago de anoche.
Al terminar de comer, el agua comenzó a moverse cerca de una roca de en medio del lago y salió una mujer con cola de pez, una sirena que nadó hacia nosotros.
-¡Hola!-dijo alegre.
-Sea, ¿Qué haces aquí?-preguntó Peter.
-No vine por ti-se giró a verme-Dylan te manda un mensaje.
-¿Dylan?-pregunté tontamente.-Dime que te dijo.
-Arellys, él te extraña y cree que haber terminado contigo fue un error, me dijo que te ama.-para este momento las lágrimas de emoción, comenzaron a salir de mis ojos.
-Dile que yo igual, pero no creo que podamos regresar.-bajé mi cabeza avergonzada.
-se lo diré-suspiró-por cierto, el tridente es más importante de lo que crees.-y con eso se hundió en el mar.
-¿Estás bien?-preguntó Peter.
-yo... me ha encantado la cita, pero debo irme.
Salí corriendo hacia mi cabaña, con dificultad subí y al entrar me encontré a Eddy quién se asustó al escucharme llegar pero su rostro y postura cambiaron al verme.
-¿Qué pasó?, ¿Pan te hizo algo?-preguntó abrazandome.
-No, él no hizo nada.
-¿Entonces?
-Es Dylan-murmuré-una sirena me trajo un mensaje de su parte.
-No entiendo porque lloras-admitió separándome un poco de él para verme.
-me ama, Dylan me ama-expliqué-pero terminamos y ahora me arrepiento aunque sé que no podemos volver, no al menos hasta que termine mi misión.
-Temes enamorarte de Pan, por eso terminaron ¿Verdad?
-si-miré mis pies avergonzada.-No sabes lo que deseo verlo, tenerlo junto a mi y poder abrazarlo.
-Cuanto antes termines con Pan, antes podrás ver a tu chico-intentó animarme.
-Tienes razón.
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