Capítulo dieciocho
Pov Arellys:
Ni bien llegué al campamento de sangre mestiza, fui a reportarme con Quirón y Dionisio
Estaba realmente destruida, molesta conmigo mismo y hasta avergonzada, porque he roto una de las más importantes reglas de un cazador y no estaba muy segura de que perdonarán tan fácil.
-he venido a reportarme-dije con la mirada gacha.
-estoy verdaderamente enfadado-dijo el Dios del vino levantándose de su asiento y apoyando las manos contra el escritorio, podía sentir su mirada clavándose en mi con furia y lo más triste es que no podia culparlo.-tenías solo una regla que cumplir ¡Y la rompiste!-gritó-dime cuál es.
-Jamás dejar que los sentimientos interfieran con la misión-recité con desgano.
-eras una de las mejores, me atrevo a decir que la mejor de todos los héroes cazadores y nos fallaste si, pero lo peor es que te has fallado a ti.
-Dionisio cálmate-Quirón camino hacia nosotros despacio-Arellys será mejor que regreses a tu rutina, luego vemos lo de la misión ¿Sí?
-claro.
Salí y me dirigí rápidamente a mi habitación, dejé mis cosas y decidí recorrer el campamento, estaba devastada porque lo que dijo Dionisio fue lo más doloroso que pude escuchar pero era la verdad, ellos sabían lo mucho que había trabajado por esta misión y me fallé a mi misma al dejar que Pan me enamorará.
Llegué hasta el lago dónde solemos venir con Dylan y ahí me quedé llorando porque era la única forma de desahogarme sin que nadie se enterará.
-¿Arell?-me volteé encontrandome a Ryan, mi sátiro protector.-¿Qué tienes?-se acercó lentamente a mi.
-fallé Ry-murmuré limpiándome las lágrimas inútilmente-no pasé la misión.
-¿Por qué? ¿Qué fue lo que logró derrotar a la gran cazadora?-tomó asiento a mi lado.
-no es un que es más bien, un quién-suspiré-su nombre es Peter Pan.
-espera, ¿Me estás diciendo que el niño volador de los cuentos logró vencerte?
-en primera no es como en los cuentos, créeme-miré hacia el horizonte-y en segunda no me venció me... me enamoró rompiendo así la regla más importante para una cazadora.
-lo siento-me abrazó por los hombros-pero vas a superarlo así es como sucede, algunas veces fallamos pero aprendemos de nuestros errores ¿O no?
-si, tienes razón-observé que en su cabeza resaltaban dos protuberancia nuevas-¿No tienes nada que contarme?
-oh... ¿Lo dices por esto?-bajó su cabeza señalandola-me los gané, por fin tendré astas.
-¡Felicidades!-sonreí muy feliz por mi amigo.
-oye porque no vamos a practicar arquería, eso siempre te anima-se levantó y me tendió una mano que acepté pues era una buena idea.
Fuimos a mi cabaña por el arco y flechas y nos fuimos al campo de arquería. Estuve una rato practicando la verdad es que esto me despejaba.
-¡Prima!-dejé de apuntar a la liana y me voltee.
-hola Ed-sonreí como pude.
-¿Cómo estás?
-¿Cómo crees?
-¿Te parece si vamos a hablar a tu cabaña?-propusó luego de mirar hacia los lados, había muchos oídos curiosos.
-si, será lo mejor.
Cuando llegamos nos sentamos en la cama.
-cuéntame-dijo Ed acomodado frente a mí.
-bueno, para empezar al llegar a casa de mi padre me abrió Dylan-tiré la primer bomba.
-espera un segundo-levantó su mano abierta parandome-¿No se supone que Dylan no debería recordarte?
-bueno Pan cambió de decisión, que se yo-me encogí de hombros-lo más raro es que no recuerda nada de lo que pasó en Neverland ni siquiera sabe quién es Peter.
-extraño-dijo pensativo-demasiado diría yo, prosigue.
-bueno es misma noche apareció un chico por mi ventana y se quedó conmigo toda la noche, nunca supe quién era hasta hace una semana cuando lo adiviné -suspiré -Era Peter Pan la noche que lo confronte fue la última vez que lo vi,me dijo que debía alejarse de mi porque no me daría nada bueno y me dijo que me amaba-las lágrimas se me juntaron en los ojos empañandolos por completo.
-¿Él lo dijo así? ¿Te amo?-preguntó atónito.
-si-rompí en llanto-y ahora ya no sé que haré, estoy pérdida en mi propia vida.
-tranquila-dijo mientras me abrazaba-todo va a estar bien, sabrás como salir de esto porque eres una persona muy inteligente y capaz.
-Gracias Ed.
Pov Peter:
"Las cicatrices de tu amor me dejan sin aliento, no puedo evitar el sentimiento" Rolling in the Deep, Adele.
Estaba destrozado, lo único que quería hacer era encerrarme y no salir nunca más. Fui un idiota por decir eso, ¿Por qué la aleje de mí? Yo la necesito para vivir, sin ella me siento inútil, vuelvo a ser Malcolm y no me agrada.
Sin decir nada llegué al campamento, por mi cara todos notaron que las cosas no estaban bien por lo que por su salud, ni me miraron, sólo Félix por lo que él supo que debía dirigir el campamento porque yo no estaba de humor.
Me encerré en mi cabaña sientiendome miserable, me sentía vacío sin nada porque vivir, ya no sentía que la inmortalidad valiera la pena.
Mi vista se clavó en una esquina donde casi tragado por la oscuridad, se encontraba un barril de ron el cual confiscamos de un barco pirata, no iba a usarlo solo lo tenía como un especie de trofeo pero creo que hoy le daría un buen uso, tomé la petaca que le robé a Garfio y la llené de esa bebida caramelo e inmediatamente la llevé a mis labios sintiendo como el alcohol abrazaba mi garganta dejando un rastro de ardor pero no me molestaba al contrario me satisfacia, casi que me traía recuerdos.
Hacia añares que no tomaba porque me traía malos recuerdos, no quería retroceder y volverme el hombre que era pero ahora ya no importaba quería dejar se pensar en ella, y es lo que hacia al llegar a mis venas me transportaba a un mundo sin preocupaciones o Dioses griegos ni misiones estúpidas, y ni hablar de las profecías.
Ya estaba totalmente ebrio porque una vez que empecé no pude parar, al terminar la petaca la volvía a llenar una y otra vez, sin parar.
En eso la puerta es tocada, no quería que me molestaran, creo que hoy moriría un niño perdido.
-¡Lárgate!-dije sientiendo como mi lengua se trababa un poco y hasta las letras se me patinaban, era gracioso no pude evitar reír.
-¿Pan?-la cabeza de Félix se hizo presente a través de la puerta-¿Estás ebrio?
-¿Tú que crees, idio-idiota?-pregunté caminando torpemente hacia él, el cuerpo me pesaba un poco y hasta sentía que no tenía mucho control en él.
-diablos, estas ahogado en alcohol-se metió por completo cerrando detrás de si- ¿Por qué lo hiciste?
-te contaré una historia-me moví a tropezones hasta llegar al barril y vaciar las últimas gotas de ron en la petaca, le di un trago y regresé con Félix.-existía un hombre, un pobre diablo que prácticamente renunció a su hijo por avaricia, poder y juventud. A él no le importaba lo que pensaban los demás de él, tampoco le importana un comino el amor ya que él se había resignado a amar y entonces cuando menos se lo espero apareció una chica ella tenía las características de una Diosa, era hermosa y espléndida pero tenía la descarez de una persona mortal, a ella no le importaba el peligro era muy obstinada y tenía sólo una misión pero él idiota del hombre ahora niño-me señalé-arruinó todo y ahora es probable que me odie, digo que lo odie.
-Pan...
-no quiero tu lástima-tiré la petaca por ahí-ahora largo que quiero dormir.
-¿Estarás bien?-preguntó antes de irse.
-por supuesto.
-entonces me voy.
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