The Party.
La fiesta.
A pesar de qué Britney Spears sonaba por las bocinas Dipper no se sentía con ganas de bailar o cantar como normalmente haría.
No tenía idea de porque había accedido a ir a la fiesta de Gleeful... o bueno, sí la tenía, pero ahora le parecía una idea demasiado estúpida.
¿De verdad tenía la tonta esperanza de que Will obligará ir a Bill y de esa forma... poder hablar con él? ¿Cuán ridículo y patético debía ser?
Y más en esos momentos, donde se sentía demasiado ansioso y de mala manera...
¿Por qué se sentía tan ansioso?
Fácil. Porque Bill sí había ido, pero eso no había cambiado absolutamente nada. Y eso lo frustraba y agobiaba demasiado, especialmente porque sabía que el rubio también quería hablar con él. O al menos eso es lo que había entendido cuándo habló con él en los sueños, ¿había cambiado algo de repente?
Bueno, Bill sí cambiaba mucho de las noches a las mañanas, ¿pero había sido lo suficiente para que volviera a esa actitud de ignorar su existencia?
Cuando Britney dejó de sonar simplemente se alejó del lugar, podría simplemente irse a casa, pero no quería arruinarle la fiesta a Mabel quien estaba divirtiéndose a lo grande con su nuevo novio, así que al final optó por esconderse.
Madura decisión.
Sin pensarlo mucho se dirigió hasta donde estaba Gleeful acompañando a Will para regañar a Xólotl por quitar a Britney de las bocinas.
—Es la fiesta de MI novio, Xólotl —dijo Will con firmeza—, así que yo escojo la música que quiero, y yo quiero escuchar a mi poderosísima Britney Spears.
Y por más que quería meterse Dipper y decir que Will tenía toda la razón, que definitivamente debían seguir reproduciendo canciones de Britney Spears toda la noche porque era una diosa, simplemente no pudo así que sólo se acercó en silencio al otro castaño.
—¿Puedo encerrarme en tú habitación? —soltó con desesperación en un susurro—, creo que estoy empezando a tener un pequeño ataque de pánico, pero no quiero arruinarle la noche a Mabel al irnos de aquí y sí la llegó a tener prefiero tenerla donde nadie me vea tenerla.
Mason lo miró con cierta duda, pero sabía que lo mejor sería darle lo que quería.
—Con una condición Pines —le advirtió con severidad—, Victoria está ahí, así que, si se sale o se altera, te mato.
Dipper accedió como pudo dispuesto a subir las escaleras para encerrarse ahí.
—¡Y NO REVISES NADA! —le gritó con aún más severidad—. Lo digo en serio Pines.
El castaño le hizo una seña demostrándole que había entendido mientras se alejaba aún más y empezaba a subir las escaleras. Cuando llegó a la habitación abrió con sumo cuidado la puerta, procurando que la gata de Gleeful no saliera de la habitación.
Y sin dudarlo se lanzó a la cama de Mason queriendo llorar, pero no lo haría... al menos no todavía.
La gata del castaño subió a la cama y Dipper la vio con curiosidad, un extraño maullido salió de su garganta, uno muy autoritario, como exigiendo algo, había visto cómo le hacía lo mismo a Mason millones de veces como para no saber qué es lo que quería.
Sin poder evitarlo, empezó a acariciarla causando un ronroneo muy cariñoso de su parte.
La gatita estaba exigiendo mimos, algo muy propio de la mascota de Gleeful.
Dipper no se los negaría.
De alguna manera, acariciar a la gatita le tranquilizaba, no lo suficiente para que toda la ansiedad acumulada en su ser se calmara ya que aún sentía un nudo en su pecho, ¿por qué simplemente no podían hablarle? ¿por qué Bill actuaba así? ¿Por qué estando despierto parecía una persona completamente diferente?
Sin quererlo había dejado de acariciar a la gatita al perderse y agobiarse en sus pensamientos, por lo que el maullido autoritario se repitió.
—¡Perdón! —se disculpó el chico, era una gatita muy mimada, ¿por qué eso no lo sorprendía?—, es sólo qué...
Dipper se cortó, ¿le contaría sus penas a un gato?
Por supuesto que sí.
—Verás, Bill es el hermano de Will, lo conoces, ¿no? Claro que lo conoces, supongo que es como tu segundo papá o algo así, tal vez debería preguntarle a Gleeful —rió para su mismo mientras la gatita seguía ronroneando—, el punto es que tu pseudo tío me gusta mucho, demasiado... llevamos años saliendo aunque él no lo sabe o bueno, técnicamente no recuerda, yo tampoco lo sabía hasta hace poco y suena raro, pero verás todo empezó cuando cumplí 13 años...
[...]
—Entonces después de todo eso simplemente me dejó de hablar —le contó, aunque la gatita ya estaba demasiado dormida para oírlo, aunque sus ronroneos se mantenían constantes—, ¿puedes creerlo? Yo no... creí que después de todo lo que pasamos se daría cuenta de todo esto, y más porque anoche cuando estábamos hablando estábamos bromeando y técnicamente le di permiso como Pino de salir conmigo como Dipper, creí que eso funcionaría, pero... pero ahora estoy aquí, sintiéndome horrible mientras él está abajo, seguramente pasándosela genial... Lo odio, bueno, no. No lo odio, sino todo lo contrario, pero para el colmo esta semana estuvo lloviendo, lo cual de por si me pone mal y últimamente sólo me pone peor... ¡porque me recuerda a él! Estás semanas fueron un verdadero infierno.
La gatita se giró dándole su pancita.
—A ti solo te importan los mimos, ¿verdad? —dijo al tiempo que comenzaba a acariciarla ahí.
Un par de golpes en la puerta se escucharon, el castaño gritó: "adelante" esperando que fuera Gleeful, probablemente estaría revisando que todo estuviera en orden con su gatita.
Pero cuando miró a la persona que entró a la habitación se llevó una agridulce sorpresa, puesto que ahí, frente a sus ojos estaba aquella cabellera rubia junto a unos ojos miel que parecían sacados de sus mismos sueños... cosa que era de verdad, de cierto modo.
Bill estaba viéndolo expectante y ahí estaba él, tirado en la cama con un gato encima.
Victoria se levantó como pudo y se fue a oler al mayor, dándole la oportunidad de Dipper de levantarse como pudo, quien desvió la vista de la puerta, evitando mirar al rubio.
—¿Estás bien? —le preguntó el rubio y el menor asintió aún sin querer verlo—. Creí que ya habrías bajado a la fiesta, Will está poniendo a Britney Spears.
Dipper sentía que el aire le faltaba y cuando notó a Bill tratar de acariciar a Victoria trato de acomodar su cabello revuelto aprovechando su distracción, luego se acomodó dándole la espalda.
¿No diría nada más? ¿Estaba esperando que le contestará? ¿Le hablaría así sin más?
—No... es que —soltó con una voz temblorosa, por lo qué trato de aclararse la garganta, soltando una pequeña risa nerviosa—, no sé... me pone algo... nervioso, además hay mucha gente abajo... y honestamente ni siquiera sé porque vine sabiendo lo mal que me ponen las fiestas.
—¿Aunque esté sonando Britney Spears? —le preguntó con genuina curiosidad acercándose poco a poco.
—No... al menos no hoy —el menor se encogió de hombros esperando que Bill captara lo que decía—, no me siento nada bien hoy, ni lo he hecho las últimas semanas, si soy completamente honesto.
El rubio no dijo nada al respecto, pero sí sintió un golpe de culpa en su interior, sabía que él tenía algo que ver con eso... o al menos eso se imaginaba.
Bill finalmente llegó hasta el castaño y bajó a Victoria al suelo aunque ella se acercó a ellos para seguir siendo acariciada, realmente era una niña mimada.
Dipper se puso aún más nervioso cuando notó al chico tan cerca, incluso peor que eso... empezaba a sentirse ansioso y realmente no quería ir por ese rumbo, lentamente comenzó a jugar con los pellejitos que estaban alrededor de sus uñas, escondiendo su mano del rubio, quien simplemente se sentó a su lado, tomando su debida distancia con Victoria en medio de ambos.
Bill sabía lo que tenía que hacer y lo que tenía que decir... pero simplemente no podía, así que simplemente decidió hacer otras cosas hasta estar listo para hablar con el castaño.
—Adopté un gato —le comentó, sintiendo un nudo en su garganta—, se llama Wayne porque es negro excepto en su boquita, ahí es blanco, ya sabes... cómo Batman.
¿Era en serio? Dipper no podía creer lo que escuchaba, ¿lo ignoraba por semanas después de besarlo y luego venía a hablarle de su gato como si nada? ¿Ni siquiera se iba a disculpar por no sé IGNORARLO? Si no quería nada, podía entenderlo, pero ¿ni siquiera disculparse? Debía estar bromeando.
—Mmhm —soltó como pudo el castaño sin ser capaz de verlo, mientras sentía la ansiedad crecer aún más en su pecho.
Tal vez no merecía una disculpa, después de todo él se lo había buscado...
—Ronronea chistoso, porque se detiene cada que respira y... también ronca un poquito, no me ayuda mucho para dormir, pero sus ronroneos sí y siempre trae sucia su nariz, pensé que estaba enfermo o algo pero resulta que sólo tiene tierra por revolcarse en el jardín.
Bill no podría perdonarlo por ser un idiota con él antes de saber que era el chico de sus sueños... tal vez realmente no tenía una oportunidad con él como Dipper.
Vaya sorpresa.
Finalmente pudo verlo, ahí estaba Bill contándole de su gato mientras acariciaba a la gata de Gleeful, tenía una mirada apenada y triste mientras lo hacía, su rostro estaba ligeramente descuidado, como si se estuviera recuperando algo y aún así a Dipper le parecía la persona más hermosa que sus ojos habían visto.
Un nudo se formó en el estómago, por un momento sintió que iba a vomitar y sentía su corazón palpitar más rápido... y no en el buen sentido.
Decidió que si el rubio no tocaba el tema del beso, tal vez ni siquiera merecía una disculpa... Al menos Bill le estaba hablando de nuevo, y suponía que podría vivir con eso, prefería hablarle aunque sea un poquito a qué simplemente el mayor ignorará su existencia.
—Escuché que los gatos son especiales con su comida... —empezó como pudo sintiendo la voz algo temblorosa—, ¿Wayne es así?
Bill sonrió un poquito al escuchar que el castaño le seguía la conversación, pero notó que lo dijo con la voz entrecortada.
—Bueno... un poco —le comentó viéndolo directamente por primera vez con una pequeña sonrisa acompañándolo, intentando armarse de valor—, suele pedirle comida a cualquiera que se le cruce en el camino y bueno, a veces sólo quiere que uno lo vea comer, hay días en los que sólo me despierta para darle de comer.
Mientras veía a la gata de Gleeful siendo mimada por Bill no pudo recordar algo que había pasado esa semana y no pudo evitar sonreír.
—La otra mañana esta pequeña le mordió la mejilla a Gleeful para despertarlo —comentó intentando no reír, intentando controlar su ansiedad.
Bill no pudo evitarlo y soltó una pequeña risa haciendo sonreír al castaño.
—¿Cómo es posible que no supiera eso? —soltó entre pequeñas risas.
—Es que Gleeful nos ha dicho que no te podemos decir nada se su gata —mintió con un poco de malicia.
—¿Es en serio? Que pesado —dijo el rubio casi al instante haciendo al menor finalmente sonreír.
—No, pero quería ver tu reacción, ocurrió creo que ayer en la mañana —contestó el menor con diversión—, supongo que Will no ha tenido tiempo de contarte... pero entonces, ¿no llora como Victoria?
—Para nada, sólo si tiene mucha hambre se pone a llorar hasta despertarte —dijo con diversión—, si no le haces caso incluso empieza a tocarte con su patita para que lo veas.
—Me encantaría conocerlo... —murmuró el castaño algo desanimado, después de todo lo que había pasado nunca tocaría la casa de Bill otra vez.
El peso de la situación volvió a alterarlo, realmente había arruinado todo con el rubio al besarlo.
Si alguna vez había tenido oportunidad de que lo quisiera despierto lo había arruinado al ir tan rápido con él.
Dipper se odiaba.
—Es un poco temeroso a los extraños, no es como ésta pequeña que quiere mimos de cualquiera... pero aun así estoy seguro de que te adoraría —le comentó el rubio, pero el castaño estaba empezando a sentir un dolor en el pecho y no le prestó mucha atención a eso.
La "pequeña" gatita se bajó de la cama del castaño dirigiéndose hasta su cama que parecía una pequeña mansión para gatos... Bill debería conseguirle uno así a Wayne.
—¿Qué te hace creer eso? —preguntó con curiosidad.
—Mmm —el mayor pareció pensarse algo antes de responder—, fácil, porque eres asombroso.
Dipper sólo apartó la mirada, queriendo llorar.
¿Creía que podía venir, soltarle eso y luego pretender que nada estaba pasando?
—Eres un pésimo mentiroso —le mencionó sin ganas.
—No entiendo —respondió el rubio.
—Si fuera tan asombroso no me hubieras dejado de hablar, ¿no? —soltó con dolor, tenía un nudo en su garganta y sintió las lágrimas asomarse por sus ojos, pero simplemente se contuvo—, ¿acaso hice algo mal?
Bill se quedó sin palabras en ese momento y simplemente bajó la mirada intentando pensar qué decir ante eso, miró al piso sin saber que pensar, un nudo se formó en la garganta del mayor, sintiéndose como un idiota por hacer sentir mal al castaño.
Tras un largo silencio Dipper notó que no contestaría, así que simplemente continúo.
—Ugh, mejor olvídalo, sígueme contando de tu gato —le soltó tragándose las ganas de llorar—, ni siquiera valgo lo suficiente como para tener una explicación, ¿verdad?
—Dipper...
—No... es que ni siquiera lo puedo dejar pasar —soltó agobiándose mucho sintiendo cómo le empezaba a faltar el aire, dentro de nada sería un mar de lágrimas—. No lo entiendo, todo estaba bien y de repente simplemente ignoraste mi existencia... ¿Qué hice mal? ¿Puse mucha presión en ti? ¿Te diste cuenta que realmente soy el nerd que odiabas? Me la pasé muy mal, ¿sabes?
Era todo, Dipper estaba ahí llorando y contrabajo podía mantener su respiración controlada, sentía que le estaba dando un ataque de pánico y lo peor es que lo estaba teniendo enfrente de la persona que le gustaba... al carajo su dignidad.
—Dipper, por favor, respira —Bill se acercó al menor con demasiada preocupación cortando la distancia que los separaba.
—¡Estoy respirando! —exclamó cómo pudo mientras se empezaba a lastimar un poco las manos con sus uñas—, sé que no nos llevábamos bien, pero ¿ni siquiera pudiste decirme que no querías nada conmigo? Simplemente me ignoraste como si ni siquiera valiera la pena el decirme que no querías nada. ¡Y lo peor de todo es que pensaba, ¿qué tal si nunca volvemos hablar y Bill se queda con mis cómics de Spiderman?! ¡Mis cómics de Spiderman! ¡No podía leerlos para calmarme! ¡¿y luego qué tal si sí los tenía y los llenaba de lágrimas por qué me recordaban a ti?!
—¡Dipper! —exclamó alterado de igual manera intentando que el castaño dejará de lastimarse más—, ¡mírame!
Mientras escuchaba al menor seguir desvariando con sus pensamientos fatalistas finalmente había logrado sostenerle las manos para que pudiera dejar de herirse.
—Voy a sostener tus manos para que dejes de hacerte daño, ¿sí? —le habló con el tono más tranquilizante que pudo hacer en esos momentos, aunque por dentro la desesperación lo estaba consumiendo.
Los ojos llorosos del castaño lo estaban viendo directamente y Bill sentía que podía ver su alma a través de la mirada, haciendo que quisiera morirse en esos momentos, él era el causante de todo eso.
—¿Te arrepentiste de besarme? ¿Tan mal beso? ¿Te di asco? Podría entenderlo, yo me doy asco en estos momentos, ¿qué clase de adolescente tiene un ataque de pánico por cosas así? —murmuró como pudo, antes de continuar con más y más balbuceos.
Bill negó con la cabeza para sí mismo antes de tomar al castaño del rostro para besarlo.
El rubio estaba besándolo otra vez, quería sentirlo más cerca, quería hacer que dejará de sentirse culpable por culpa de sus problemas... él de verdad quería corresponder sus sentimientos, quería quedarse con el menor por más tiempo del que podía, quería que Dipper dejará de lamentarse por su completa estupidez.
A pesar de sorprenderse por el contacto, el castaño nuevamente no pudo resistirse a corresponder el beso de Bill con bastante desesperación. No quería separarse, no quería tener que enfrentarse a las consecuencias de sus acciones, él sólo quería quedarse besando al mayor para siempre, quería que ese beso desesperado durará toda la vida.
No obstante, el castaño comenzó a relajarse, de cierto modo sentir al rubio le daba una paz que pocas veces sentía. A pesar de todavía tener algunas lágrimas en las mejillas y algo de dolor en el pecho, sentir a Bill de esa manera lo hacía sentir más tranquilo.
Cuando ambos se separaron, Dipper tomó rápidamente al mayor del brazo para impedir que se alejará.
—¿Dejarás de hablarme otra vez? —le preguntó de golpe—, ¿está vez lo hice mejor?
—Detente con eso, ¿sí? —el mayor soltó con dulzura, limpiando una lágrima de su mejilla mientras sentía un mar de emociones en esos momentos—, quiero explicarte las cosas, pero primero necesito que te tranquilices, ¿de acuerdo?
—¡Ya me calmé! —exclamó con ligera desesperación tratando de regularizar sus respiraciones—, ahora explícame, claro... si quieres, podría entender si no quisieras seguir con todo esto porque aunque me gustas mucho tal vez no sea mutuo y como nos acabamos de besar me dejes de hablar otra vez, pero quiero que sepas que me gustas y mucho...
Bill sonrió ante eso, el castaño era adorable. Dipper se dio cuenta de que estaba desvariando otra vez, así que soltó una pequeña risa nerviosa.
—Ya me calmé... ahora sí —afirmó el castaño tratando de probar eso a sí mismo—, pero... ¿sólo quieres hablar por lo que acaba de pasar? ¿Te puse mucha presión con mi ataque de pánico, verdad?
Bill negó con la cabeza.
—¿Crees que Gleeful me dejaría entrar a su cuarto sino? —explicó el rubio—, ese era el plan, hablar y resolver las cosas contigo, pero soy un cobarde.
—¿El plan? —preguntó sintiendo una extraña tranquilidad en su pecho—, ¿entonces sí querías hablar de todo eso conmigo?
—Por supuesto que sí... vine con toda la intención de hablar de eso contigo... sólo vine a esta fiesta para eso, pero me costó bastante fuerza de voluntad y un poco de tequila para armarme de valor, sin embargo, no sabía cómo sacar el tema y quería calmar un poco el ambiente antes de empezar —confesó el mayor encogiéndose de hombros—, ahora veo que fue una idea muy estúpida y que debí hablarte claro desde el principio.
—¿Entonces? —preguntó Dipper y el mayor desvío la mirada ligeramente, ¿cómo diría lo que quería?
—Para empezar... lamento actuar cómo un imbécil estás semanas —comentó avergonzado—, estaba demasiado aterrado por todo... realmente todo esto es muy nuevo para mí y no lo sé, me acobarde, sé que eso no es una excusa para haber sido un idiota e ignorarte por dos semanas, pero quería explicarte el porqué de mi estúpida actitud, estuve encerrado en mi casa muy abrumado por el hecho de que me gustabas... y mucho... y está era la primera vez que alguien me gustaba así desde...
Bill se cortó antes de seguir.
—Desde hace mucho tiempo —afirmó como pudo viendo directamente a los ojos a Dipper—, y realmente no sabía cómo lidiar con mis sentimientos porque lo haces, me gustas mucho más de lo que creí y tengo que hacerme a la idea de eso, de eso y de qué mis acciones no sólo me afectan a mí, así que te prometo que no volveré a permitir que mis tonterías te hagan daño, ¿de acuerdo? Es una promesa, cómo la de la noche del cometa, ¿recuerdas?
El castaño asintió con la cabeza como pudo, mientras hacía un pequeño puchero.
—Esta vez no me dejarás de hablar, ¿verdad? —preguntó con la voz entrecortada y Bill negó con su cabeza.
—No, nunca más te haré eso, te lo prometo —respondió con una sonrisa—, me gustas demasiado cómo para poder ignorarte nuevamente, estas dos semanas fueron una tortura y sobre todo lo que dijiste, besas genial... de hecho ahora muero por besarte nuevamente.
Dipper se sonrojó fuertemente ante eso.
—¿Te dije que bebí algo de tequila para tener valor? —el castaño asintió—, creo que también me hace más honesto, porque creo que no te diría lo mucho que me muero por besarte sobrio, no sé de dónde sacaste la tonta idea de que era distinto.
—¿Quizás del hecho de que me dejaste de hablar? —murmuró con las mejillas rojas.
Bill desvío la mirada antes de continuar.
—Sí, bueno... tienes un buen punto —respondió avergonzado.
—¿Entonces estamos bien? —preguntó el castaño y Bill asintió como pudo—, ¿puedo decir una tontería? La llevo pensando todo este tiempo.
El rubio lo miró con curiosidad y Dipper tomó aire para lo que iba a decir.
—¿Miraste atrás esa noche? —soltó finalmente.
La mirada de Bill se volvió una de incredulidad antes de soltar una carcajada.
—Eres simplemente genial, Pines —le dijo tomándolo de la mejilla nuevamente—, ahora voy a besarte de nuevo o moriré —el castaño sonrió ante eso mientras el rubio juntaba sus labios nuevamente.
Bill no paraba de pensar que está vez no iba a permitir que nada ni nadie lo apartará de todo lo le hacía sentir el castaño... realmente era algo tan único, pero familiar.
Era una sensación tan maravillosa, que no dejaría ir.
El rubio sonrió mientras besaba a Dipper.
De verdad le gustaba mucho aquel chico.
¡Nyaaaa!
¡Hola! ¿Cómo están? ¿Les gustó el capítulo?
Honestamente lamento mucho la demora que tomó actualizar éste capítulo, queríamos actualizar ambos y luego el de BS se extendió y bueno, fue tardado pero espero que les guste.
He tenido un día muy duro, así k díganme k les gustó mi capítulo ochillo.
Extrañaba a mis nenes, me hacen sentir mejor y espero que a alguien le haga sentir mejor también, sé que a lo mejor todo ésto de la cuarentena pueda estar feo, así que esperamos poder actualizar más para que se entretengan, aunque no soy capaz de prometer nada.
¿Qué creen que pasará ahora? ¿No les parece qué empezaron a "salir" muy pronto para ser un fanfic nuestro? Jijiji.
Anyways, espero que les guste mi cagada.
Les queremos.
Atte. Fiesta 1 y Fiesta 2.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro