The Paradise.
El paraíso.
Dipper estaba bastante nervioso y no tenía ni la menor idea de cómo explicarle la situación al rubio.
Sentía que lo estaba engañando de cierto modo... ¿acaso Bill creería que le mintió? ¿Y si le cancelaba la cita? No podía cancelarle si ya estaba ahí, ¿verdad? Aunque tal vez eso no era muy honesto de su parte; tal vez Bill sólo había aceptado porque le gustaba el planetario y lo obligaría a pasar tiempo con él, tal vez debería quitarle la presión y simplemente cancelarle.
O tal vez sólo estaba exagerando.
El castaño conducía ansioso hacia la casa del rubio, Mabel estaba a su lado, contándole el plan que tenía con su novio intentando ayudarle a idear que haría con Bill.
Al menos eso fue hasta que la chica se distrajo con su celular, el menor prefirió no decirle nada al respecto hasta que escuchó un pequeño grito de parte de su hermana.
—¿Qué te pasa? —le preguntó algo asustado.
—¡Ay! ¡Es que! —la chica no podía ni hablar claramente de la emoción, estaba inclusive hasta algo sonrojada—, Xoly me mandó un mensaje bien lindo, perdón.
—¿Ah sí? —le preguntó divertido, le daba algo de ternura verla así—, ¿qué te puso para que te pusieras así?
—No te voy a decir porque estoy segura de que te vas a burlar —dijo ligeramente molesta.
—Cla-
—Y ni intentes negarlo, te conozco demasiado para saber que lo vas a hacer —interrumpió la chica, viendo su celular con una sonrisa, soltando otro ruido de emoción—, bueno, ¿sabes qué? No me importa si te burlas, me dijo: No puedo esperar a verte, ¡de seguro te ves más bonita de lo que recuerdo!
Dipper hizo una pequeña mueca, pero no le dijo nada.
—Si te vas a burlar mínimo ten el valor de decírmelo a la cara —le reclamó Mabel.
—No me voy a burlar —respondió el chico riéndose ligeramente.
—¿Y por qué hiciste esa mueca? —le preguntó indignada.
—Por nada —continuó entre risitas.
—¡Dipper! —le regañó dándole un golpe en el hombro—, dímelo a la cara.
—No golpees al conductor —le contestó el castaño, aun riendo ligeramente—, podrías provocar un accidente.
—¡No intentes darme una lección de seguridad para escapar de esto! —le dijo la chica con severidad—, dímelo ahora Mason Pines o le diré a mamá sobre hoy, no me importa si me castiga también, le diré que fue tu idea y sabes que me va a creer porque no hay manera de que yo te hubiera podido convencer a ti.
Dipper soltó una carcajada, Mabel tenía un punto.
—Pero no te puedes molestar si te lo digo —contestó finalmente imponiendo una condición para estar seguro de que no podría irse contra él.
—Mmm —balbuceó la chica—, me parece razonable con el fin de saber si eres un imbécil o no.
—Bueno... sólo se me hizo algo... demasiado cursi, pero no pensé que tuviera nada de malo, ¿de acuerdo? —respondió el castaño sonriendo—, no sentí que fuera para tanto.
—¿Me estás llamando exagerada? —preguntó la chica, exagerando la situación.
—Nunca dije eso, pero sí, un poco sí —Dipper rió nuevamente, pero antes de que su hermana pudiera responder algo más habló—; recuerda que dijiste que no te ibas a enojar.
—No estoy enojada, estoy ofendida —dijo con una molestia fingida, pero tratando de ocultarlo—, aparte, ¿exagerada? ¿Yo? Tú eres el que lavó y plancho su ropa, se bañó, peinó, se perfumo y todo para ¿qué? ¿Su tercera cita?
—Cuarta de hecho, pero ninguno de los dos quiere contar en la que estaban ustedes dos, así que oficialmente es tercera —corrigió el menor algo avergonzado.
—Hasta han hablado de sus citas, que cursis.
Dipper soltó un suspiro de irritación.
—No me llames exagerada entonces —le respondió aún algo ofendida—, aparte no es como si no quisieras que Bill te mandará esa clase de mensajes.
—Eso no lo sabes.
—Bueno entonces, ¿quieres que Bill diga cosas así de lindas o no? —Dipper se sonrojó ligeramente.
Bill ya le decía cosas bonitas, en sus sueños...
—Déjame en paz Mabel, ya vamos a llegar —contestó un poco avergonzado por la idea.
—Hipócrita —susurró la mencionada rodando los ojos.
—¿Perdón?
—¿Ya pensaste qué le dirás a Bill sobre el cambio de planes? —evadió la castaña con una sonrisa inocente.
—Todavía no —murmuró entrando en pánico otra vez.
—Más te vale que pienses rápido porque ya llegamos —añadió Mabel orgullosa de que dejarán el tema atrás.
—Lo sé —dijo estacionando el automóvil.
Dipper no estaba ni siquiera un poco preparado para ver a Bill, mucho menos para decirle sobre el cambio de planes, sentía las manos sudadas en el volante y se las limpió rápidamente en el pantalón.
Sin embargo, bajo del vehículo con su hermana al lado, tratando de lucir lo más relajado posible, Xólotl tenía puestos unos lentes de sol, lo cual le llamó la atención al castaño, ¿quién usaba lentes de sol en invierno? Literalmente todo estaba completamente nublado desde hacía una semana y probablemente llovería o nevaría en el transcurso del mes, ¿qué le pasaba? Dipper decidió dejar el tema de lado y notó como el chico ignoró instantáneamente a Bill al ver a la castaña.
Sin decir nada su hermana se acercó a su novio plantándole un beso en los labios, seguido de eso, Xólotl se quitó los lentes de sol y le sonrió coquetamente.
—Ningún tipo de lentes de sol podría prepararme para tan deslumbrante belleza —le dijo a Mabel haciéndola sonrojar.
Sin poder evitarlo y por reflejó Dipper rodó los ojos con incomodidad, ahora entendía porque tenía los lentes; hasta que dirigió su mirada al rubio que estaba evidentemente molesto por la actitud de su amigo y la molestia se disipó por completo.
Bill suspiró ignorando el hecho de que su amigo lo dejó con la palabra en la boca y, en cambio, dirigió su mirada al castaño con una sonrisa.
—Te ves muy bien —le comentó el mayor sonriendo.
Al escuchar aquello Dipper enrojeció por completo, su esfuerzo por su imagen había válido por completo la pena simplemente por aquel cumplido por parte de Bill.
—Gracias —murmuró el castaño completamente nervioso.
—Hipócrita —dijo Xólotl burlándose de la actitud de su amigo—, entonces ¿soy un exagerado por hacerle cumplidos a mi novia, pero tú no a tu crush?
Ambos se sonrojaron al escuchar eso.
—¿Verdad qué sí? —dijo la castaña sin darle oportunidad a Bill de contestar—. Ambos son unos hipócritas.
—Te odio —dijeron Dipper y Bill al mismo tiempo, cada uno dirigiéndose a su respectivo amigo o hermana en caso del castaño.
—¡Nos vemos! —continuó Xólotl, ignorando por completo el ultimo comentario de su amigo—. ¡Recuerden que está prohibido comer en la sala, así que no se besen mucho! —soltó Xólotl dispuesto a incomodarlos y sonrojarlos aún más—, ahora si nos disculpan, tenemos una increíble cita que atender.
Sin decir nada más, la pareja se subió al vehículo del de nombre azteca, dejándolos completamente solos, incómodos y avergonzados.
—Imbécil —susurró Bill cuando vio a su amigo irse para luego negar con la cabeza.
Dipper lo miró con curiosidad al escuchar aquello.
—¿Pasó algo? —cuestionó el menor.
Bill lo miró y sonrió, Xólotl no lo había molestado lo suficiente como para arruinar su cita con Dipper.
—No es nada, sólo tengo que cambiar de amigos —le comentó con una sonrisa amable al castaño, Dipper rió ante eso—. Como sea, ¿nos vamos?
—Sobre eso... um —Dipper se paralizó por un segundo—, este... hay un ligero cambio de planes.
—Oh... —murmuró el rubio algo decepcionado, pero luego sonrió tranquilizandose—, al menos sé que no me vas a cancelar porque estás aquí, pero, ¿qué pasó?
—Sí, verás, hubo un accidente en el planetario... —el castaño explicó todo lo que había pasado, como una sala estaba siendo remodelada y un incauto visitante había roto las reglas de seguridad provocando un accidente menor, algunos miembros del planetario habían resultado heridos... entre ellos el presentador del show que irían a ver. Bill había reaccionado mejor de lo que había esperado. —Entonces, no sabía qué hacer con nuestra cita, porque tampoco quería cancelarla.
—Supongo que nada más nos queda pensar que haremos en vez de ir al planetario —dijo el rubio con una sonrisa y Dipper se sintió aliviado.
Al principio ninguno de los dos estaba muy seguro de que sugerir, ambos seguían en la puerta de la casa del rubio, entre alguna que otra broma coqueta y una sugerencia seria. Hasta que finalmente después de varios minutos de deliberación habían acordado finalmente ver una película en la sala del rubio.
—Me agrada la idea, ¿qué película quieres ver? —le preguntó con una sonrisa al castaño.
—Bueno... Sé que eres bastante quisquilloso con lo que te gusta ver, así que escoge tú —le dijo el menor con una sonrisa—, ¿qué me recomiendas ver?
—Acertada decisión, Pines —murmuró Bill pensativo—, no lo sé, tengo ganas de ver varias películas, algunas de ellas ya le había dicho a Will que lo esperaba, así que supongo que esas no... también me gustaría ver Megamente... pero dudo que quieras verla y tampoco quisiera que veamos algo que sólo me gusta a mí.
—¿Megamente? —preguntó Dipper con curiosidad.
—Ya sabes, tipo azul con cabezota y barba de chivo... —dijo mientras ponía dos dedos debajo de su barbilla e imitaba el sonido de una oveja, el castaño rodó los ojos.
—Sí sé qué película es, Bill —aclaró el más bajo intentando lucir ofendido mientras reía—, es sólo que nunca la he visto.
—¿Disculpa? —preguntó sorprendido—, ¿cómo qué nunca la has visto?
—Bueno... nunca la he visto —contestó encogiéndose de hombros—, no sé por qué, supongo que no he tenido la oportunidad.
—En ese caso, definitivamente tenemos que verla ahora —dijo Bill con un poco de emoción—, es de mis películas favoritas y me parece una falta de respeto que no la hayas visto todavía, ¿si sabes que se va a cumplir una década desde su estreno?
Dipper soltó una pequeña risa.
—No lo sabía, pero gracias —dijo divertido por la reacción del chico—, tampoco sabía que era de tus favoritas.
—Hay días en los que me atrevería a decir que es mi favorita.
—Wow, de saberlo la hubiera visto antes.
—¿Antes? —preguntó Bill sorprendido—, ¿por qué la verías antes?
Al instante el castaño se quedó sin palabras al escuchar la pregunta, ¿cómo le explicaba que de saber qué era esa su película favorita la hubiera visto hace años para poder hablar de eso con la persona de sus sueños?
—Bueno... yo... —empezó a balbucear sin saber qué decir.
—Es broma —respondió Bill divertido aliviando por un segundo al castaño—, sé que la verías para impresionarme con tus datos de nerd.
—¿Perdón? —cuestionó el menor sonrojado.
—Sí, ¿no es acaso lo mismo que hiciste para el concierto? —inquirió con picardía.
Dipper frunció el ceño notando lo que el rubio estaba tratando de hacer, como si no lo conociera.
—¿Tanto crees que me gustas cómo para hacer eso por ti? —preguntó con diversión, si Bill creía que haría eso por él, estaba en toda la razón. Pero jamás le dejaría saber eso—. Por dios, no te sientas tan importante.
—Se vale soñar —contestó con una sonrisa inocente encogiéndose de hombros.
—Pues sigue soñando entonces —respondió correspondiendo aquella sonrisa.
Bill negó con la cabeza.
—De todas maneras, eso no responde por qué verías la película antes.
—La vería porque si algo te gusta, con lo difícil que es que algo que te guste, debe ser muy buena —le contestó orgulloso de haberse logrado salir con la suya.
—Suena razonable... ¿entonces si quieres verla? —le preguntó con ojitos casi suplicantes a Dipper, incluso si el castaño no quisiera verla, no podría decirle que no a esa mirada.
—Por supuesto —le sonrió sintiendo el aire abandonar sus pulmones.
—Pon la película entonces —le dijo el rubio entregándole el control remoto al castaño—, mientras tanto iré por la comida, estoy seguro de que Will dejó algo de comida por ahí.
En un momento Bill ya se había ido de la sala y Dipper finalmente sintió el aire regresar a él, definitivamente ese chico lo dejaba sin aliento.
[...]
Ambos estaban sentados en el suelo de la sala de la casa de Bill, habían movido los muebles y traído un montón de almohadas y una manta con la tonta excusa de que sería mejor verla así. Pero era más que obvio que eso era una vil mentira para poder estar sentados más cerca sin que fuera raro.
Sin embargo, el plan les había funcionado, ambos compartían la manta del rubio estando lo más cerca posible del otro explotando aún más la excusa del frío. Bill tenía su cabeza reposada en el hombro de Dipper mientras el chico temblaba por dentro por el contacto, con sus manos entrelazadas por debajo de la manta.
La película acababa de finalizar y a pesar de que ninguno quería separarse de la posición en la que se encontraban, el mayor se separó ligeramente para poder hablar de lo mucho que amaba la película.
—¿Y? —le preguntó expectante—. ¿Te gustó?
Dipper se quedó en silencio por un segundo, mirándolo con la expresión más seria que pudo, hasta que notó como el rubio comenzaba a lucir preocupado y rió ligeramente.
—Me encantó.
Bill soltó un suspiro de alivio, mientras lo empujaba ligeramente del hombro.
—No hagas eso, me asustaste.
—Lo siento, pero fue demasiado tentador —Dipper rió un poco más—, pero sí, la verdad es que sí me gustó mucho.
—Es que es increíble Dipper, es graciosa, tiene un gran soundtrack y me encanta, además, ¿viste cómo Metroman desaparece por 1 fotograma durante el discurso? —comentó emocionado—, ¡es una obra de arte!
Dipper soltó una pequeña risa.
—Lo sé, me lo mostraste justo ahora —le respondió con ternura.
—¡Oh! ¡Amo mucho la película! —exclamó con emoción.
El castaño sólo lo observó con una sonrisa mientras lo veía emocionarse una y otra vez cada que recordaba algo de la película, a pesar de todo, el mayor no había apartado el agarré de sus manos y se había dedicado a hacer sus ademanes con una sola mano para no soltar la de Dipper.
—Probablemente ya lo habías hecho... pero no he podido evitar pensar en eso—empezó el castaño después de un rato, jugando nerviosamente con la mano de Bill por debajo de la manta.
—¿Qué cosa? —cuestionó con genuina curiosidad.
—¿Alguna vez has pensado en la posibilidad de lo qué hubiera pasado si el rayo le hubiera dado a Roxanne en vez de a Hal? —comentó el castaño distraído—, ¿has pensado que hubiera pasado en ese caso?
—Oh por... —Bill se detuvo unos momentos y sin quererlo soltó la mano del más bajo por la emoción.
Dipper se arrepintió por un momento de haberle preguntado aquello, pero antes de que pudiera quejarse los brazos del rubio lo tenían sujeto del rostro mirándolo directamente.
—Eres un genio, Pines —le dijo y se separó ligeramente, el menor se quedó perplejo—, te adoro, jamás había pensado en eso, ¿cómo crees que se hubieran enamorado entonces?
—Bueno... no lo sé —comentó el menor sonrojado por las palabras del chico—, igualmente hubieran pasado tiempo juntos y se hubieran dado cuenta lo que sentían desde un principio.
—¿Un principio?
—Sí, ¿qué no es obvio qué Roxanne y Megamente se estaban coqueteando desde la escena de la araña? —respondió Dipper y al no tener respuesta del rubio continuó con su explicación—, desde mi perspectiva Roxanne siempre estuvo enamorada de él, pero no quería aceptar el hecho de que le gustaba el malo, así que cuándo encontró a la primera persona que se parecía a Megamente se enamoró.
Dipper sintió que tal vez no había usado las palabras correctas al notar la expresión seria del rubio... Sin embargo, Bill estaba sin palabras por el análisis del menor, quién nunca paraba de sorprenderlo, con cada palabra que decía Dipper, el mayor sentía que no podía gustarle más aquel castaño.
—Aunque es raro, Metroman tuvo que morir para que se dieran cuenta de lo que sentían —murmuró el más bajo un poco nervioso por el silencio del mayor—, ¿no crees?
Dipper miró con una ligera desesperación al rubio esperando una respuesta de su parte, pero ahí estaba Bill viéndolo fijamente.
—¿Y quién se tiene que morir para que nosotros nos demos cuenta? —preguntó finalmente con una sonrisa.
—Alguien del planetario —contestó Dipper completamente nervioso, ¿realmente le había preguntado eso?
—Pero nadie se murió en el accidente, ¿o sí? —cuestionó el rubio ligeramente preocupado por si había hecho una pregunta incómoda.
—Tampoco Metroman murió —dijo el menor con un ligero tono coqueto.
—Touché —respondió Bill, acercándose un poco más al menor.
Ambos se quedaron en silencio por unos momentos, algo perdidos en sus propios pensamientos.
—Yo sí saldría con Megamente —soltó Dipper de la nada y luego de escuchar lo que dijo se sonrojó.
El mayor soltó una pequeña risa al escuchar aquello.
—¿A qué vino eso? —inquirió divertido.
—No lo sé, sólo vino a mí mente —contestó avergonzado.
—¿Saldrías con él, aunque sea de un popular color primario? —cuestionó Bill con diversión.
—Sí, aunque sea azul, Bill —respondió rodando los ojos con una sonrisa—, es mi tipo.
—¿Y cuál es tu tipo? —preguntó con curiosidad y un toque de sorna—, ¿cabezones? ¿O con barba de chivo? Porque el segundo aun lo puedo conseguir.
Dipper se sonrojó, pero decidió ignorar la insinuación y continúo.
—No tonto, supongo que me gustan los que son... ¿listos, con apariencia de chicos malo, pero que realmente son dulces por dentro? —contestó dudoso, realmente jamás se había puesto a pensar en eso—, no me importa realmente la apariencia, aunque salir con alguien azul sería raro.
El menor empezó a divagar ligeramente hasta que Bill detuvo su línea del pensamiento con una sola pregunta.
—¿Entonces piensas que soy listo, con apariencia de chico malo, pero realmente dulce por dentro? —cuestionó coquetamente.
Dipper se sonrojó y el rubio se acercó aún más al rostro del menor únicamente para ponerlo más nervioso.
—Nunca dije que tú me gustaras —respondió con una sonrisa.
—¿Entonces no te gusto? —el mayor hizo un pequeño puchero al terminar su pregunta.
Dipper lo miró fijamente por unos segundos y le sonrió.
—Tampoco he dicho que no lo haces —murmuró divertido.
—¿Entonces sí te gusto? —preguntó Bill a centímetros del menor—, deja de jugar con mi ego, Pines.
El castaño miró los ojos del rubio y sintió su corazón palpitar con fuerza, eran realmente hermosos. Bill lo miraba de vuelta, pero su vista no se quedó ahí lentamente bajó a los labios del menor y Dipper sabía que el rubio quería besarlo, así qué, ¿por qué no lo hacía? ¿Qué lo detenía? ¿Qué quería probar? Era realmente malvado y listo, porque sabía que estaba consiguiendo lo que quería.
Y sin dudarlo un segundo más, el castaño rompió la distancia entre los dos, dándole al mayor lo que quería, uniendo sus labios en un beso, cansado de que el más alto estuviera jugando con sus emociones.
Bill no había puesto ninguna resistencia al contacto y por el contrario había correspondido cada caricia por parte del menor e inclusive había empezado un par más, acariciaba con cariño la mano del castaño y con la otra mano le sostenía la mejilla, acercándolo más a él, mientras sus labios disfrutaban del hermoso beso que le regalaba el chico.
Dipper no podía creerse lo que estaba pasando en esos momentos, todo ese tiempo en el que había besado a Bill en los sueños, no lo habían preparado para el mar de sentimientos que estaba sintiendo en ese momento al sentir sus labios así en la vida real, era tan diferente y al mismo tiempo tan similar, era como sentir lo que había sentido todas las noches multiplicado por mil.
Lentamente se separaron ligeramente y se miraron por unos segundos, ambos sonrieron sonrojados antes de volver a besarse por un par de segundos más.
El castaño pudo notar la pequeña sonrisa por parte del más alto una vez que se separaron y una vez que pudo pensar con claridad habló.
—¿Eso tranquiliza a tu ego? —soltó algo nervioso.
Bill quiso soltarse a reír por la actitud infantil del menor, pero sólo sonrió con más fuerza y respondió.
—Mi ego y yo estamos muy boquiabiertados —soltó con diversión haciéndole referencia a la película que acababan de ver—, pero sí, lograste tranquilizarlo.
Dipper soltó una pequeña risa dejando escapar un poco del mar de emociones que estaban dominando su cuerpo.
—Eres un tonto —le dijo y el mayor sonrió un poco más.
—Pero así te gusto —añadió orgulloso el rubio.
—Mmm, aún te falta lo azul, pero vas por buen camino —Bill rió ante eso y le tomó la mejilla para besarlo otra vez.
Dipper sentía que iba a explotar de tantas emociones manifestándose en su estómago.
—¿Quién hubiera dicho que besabas tan bien, Pines? —dijo con picardía una vez que se separaron —, de saberlo, hubiera pasado menos días discutiendo y más haciendo esto.
El menor quedó completamente rojo ante la pregunta, pero se sentía demasiado satisfecho como para darle importancia.
Dipper lo besó una vez más, tomándolo de cabello para acercarlo más a él. Por un momento pensó que tal vez estaba yendo muy rápido, pero cuando sintió a Bill sonreír a medio beso, su corazón palpitó con más fuerza y lo sujeto con un poco más de fuerza contra él.
¿Era así cómo se sentía el paraíso?
¿Holo?
¿Cómo están? ¿Felices? ¿Enojados? Lo que sea que estén sientiendo ahora multipliquénlo por... ¡seis!
¿Les gustó el capítulo? ¿Sabían que canoticamente mi papá es Music Man? ¿Qué creen que pase ahora? Dejen sus teorías.
Ahora... ¿por qué nos tardamos tanto en actualizar?
Primero que nada, una disculpa enorme por la demora, pasaron muchísimas cosas en el transcurso de la última actualización y ésta, para empezar, primero tuve que reescribir el capítulo que originalmente iba aquí, el planetario, asies originalmente sí iban al planetario, pero por cosas de la trama ya no quedaba en está parte de la historia, más adelante entenderán por qué, pero luego de que lo reescribiera nos dimos cuenta de eso, entonces nos la pasamos fácilmente 2 semanas planeando que hacer en lugar de eso, eventualmente conseguímos planear éste capítulo.
Pero por razones personales, yo simplemente era incapaz de escribirlo, estaba en uno de mis peores bajones emocionales y gracias a eso, estaba por un bloqueó enorme, como jamás había tenido, hasta que hace como un mes finalmente logré salir del bloqueó y escribí este capítulo (gracias a mí emoción por conocer a una de las mejores amigas de mi vida), pero como sabrán no todo depende de mí.
Karla también tuvo sus propios problemas durante todo ésto, entre la escuela, el trabajo y sus problemas personales no tenía absolutamente nada de tiempo para editar el capítulo y vaya que lo necesitaba una buena edición porque después de tanto tiempo yo estaba algo... ¿atrofiada? No sabría cómo explicarlo.
Por razones místicas y mágicas, ayer finalmente tuvimos la inspiración para hacerlo y hoy finalmente se terminó de editar.
Tal vez no es lo mejor del mundo (aunque al final del día Karla y yo terminamos amando el capítulo) pero en serio espero que les haya gustado.
Espero que puedan perdonarnos por la extensa tardía.
Capítulo dedicado después de quien sabe cuanto tiempo a una lindura que no sé porque no me odia si tardo tanto en contestarle, pero le agradezco su paciencia.
Tenemos algunas dedicaciones pendientes y pronto las estaré completando, igualmente si quieren una no duden en pedirla.
De verdad los amamos y agradecemos su paciencia, y en un rato habrá de Blue Shakespeare.
Atte. GirlsWithTheBlueSoul.💖
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