The Lovebirds.
Los enamorados.
—Nunca me habías dicho que le tenías miedo a los truenos —le comentó el rubio viendo al menor sonrojarse.
—No sé de qué me hablas —balbuceó nervioso.
—Sabes que no tienes que mentirme.
Dipper se mordió su labio inferior con una punzada de culpabilidad.
—Es que nunca salió el tema, ¿sabes? —le comentó después de un rato—, no es como si lloviera aquí.
—Podríamos provocarlo —dijo el rubio acercándose ligeramente al chico—, pero no, no llueve aquí, sin embargo, no es necesario que llueva aquí para que me dijeras, ¿sabes?
El castaño hizo una mueca.
—Es sólo que... pues... —Dipper dudó, no sabía cómo poner en palabras lo que iba a decir, pero era Bill, sabía que podía confiar en él—, no quería que pensarás en lo patético que es que un chico de nuestra edad le tenga miedo a los truenos, especialmente tomando en cuenta que eres el chico que me gusta, Bill.
—¿Por qué sería patético tenerle miedo a algo? —le preguntó con algo de diversión, sin embargo, la ternura era lo que más percibió el castaño en su voz—, es más, podrías usarlo de excusa perfecta para abrazar al chico que te gusta.
—¿Cómo lo estás haciendo ahora? — Dipper preguntó divertido.
—Tengo que aprovechar... incluso aunque no sepa que lo estoy aprovechando —dijo Bill, finalmente rodeándolo con sus brazos.
—Eres un tonto —dijo el castaño rodando lo ojos.
—¿Por qué ruedas los ojos? ¿Acaso no estás disfrutando dormir abrazados? —el rubio hizo un puchero.
—Claro que lo estoy disfrutando, Bill —le respondió plantándole un corto beso—, aunque gracias a esta siesta probablemente no pueda salvar a Kara y mi mamá me matará porque se supone que debía llamarla.
—Tienes que empezar a llamar a tu madre a tiempo, Pino —le dijo Bill con una sonrisa—, tengo suficiente con un familiar tuyo odiándome.
—¡Lo sé, lo sé! Es sólo que lo olvido cuando estoy contigo —le respondió sonrojado—, también Gleeful se enoja cuando no le contesto sus mensajes cuando estamos juntos.
Bill soltó una pequeña risa mientras acariciaba la espalda del menor.
—Y sobre lo de salvar a Kara... siempre vas a poder ir a mi casa a seguir jugando —añadió—, ¿en serio crees que puedes dejar el juego a la mitad? Necesito saber qué clase de final te sacas antes de continuar con nuestra relación.
Dipper hizo un puchero alzando el rostro para verlo.
—No me hagas eso, ¿sabes cuánta presión estás poniendo en mí? —le preguntó y el rubio rió más fuerte sin soltarlo—, ¿cómo voy a saber qué clase de final quieres que saque?
El mayor se encogió de hombros con una sonrisa.
—Hablando de presión... me distraje viéndote jugar y no leí casi nada, bueno, sí lo leí pero no lo entendí —comentó nervioso y Dipper se sonrojó—, ¿tendré que presentar un tipo examen en el que me preguntarás cuánto avancé o cómo va a proceder?
—Uh... pues si ese es el caso, podría dejártelos, ¿sabes?
—Wow, ¿en serio? ¿Para cuándo tendría que leérmelos en ese caso? Sé lo mucho que los cuidas, ¿en serio quieres dejármelos? —preguntó curioso.
—No es como me muera por dejártelos, pero confío en ti Bill, así como tú deberías confiar en mí lo suficiente para saber que me sacaré un muy buen final—le dijo con una sonrisa y el mencionado sonrió de igual manera—, eso y qué, si algo les pasa a mis cómics, terminamos.
Bill soltó una carcajada sólo para encontrarse el rostro serio del castaño.
—No estoy bromeando, Bill —le dijo con total seriedad—, esos cómics son mi vida.
—Demonios, ¿es en serio? —preguntó preocupado.
—No —Dipper soltó una pequeña risa—, pero estoy hablando en serio con que esos cómics son mi vida Bill, necesito que los cuides mucho.
—Los voy a cuidar más de lo que tu mamá a ti —le dijo con una sonrisa sonrojando al menor—, te lo juro, Pino.
Dipper le sonrió al rubio y lo abrazó con más fuerza, tenía su rostro enterrado en su pecho y podía oír el corazón del rubio... palpitaba con fuerza.
—Te quiero mucho Bill —le dijo pasando sus manos a su cintura—, no tienes ni idea de cuánto.
—Y yo a ti —el castaño alzo la mirada y Bill aprovechó para besarlo con cariño, luego el rubio soltó una risa nerviosa—, ¿quieres que nos besemos hasta que nos despertemos? Es que te quería besar desde hace rato pero no me atreví... y no quiero quedarme con las ganas.
Dipper rió tontamente.
—Sabes que la respuesta a eso es siempre sí.
[...]
Ambos chicos se dirigían a la cafetería y Bill estaba muerto de la vergüenza por lo que le había contado a su amigo.
—No puedo creer que soñarás que te estabas besuqueando con Pines —le burló y el rubio se sonrojó—, y ayer estabas insistiéndome que no te gustaba.
—Cuando desperté estaba muriéndome de la vergüenza, no sólo por lo que soñé sino porque... dios... estuvimos acurrucados como por 2 horas —dijo Bill con el rostro sonrojado.
—¿Y que tiene? ¿No ya estás acostumbrado a soñar cosas re-cursis con Pino?
—Pero esto es diferente, Pino y yo salimos, Dipper y yo no; además de que es muy raro, porque se sintió tan... real —dijo Bill casi con anhelo—, no sé cómo explicarlo, pero ninguno de mis sueños con Pino se siente así.
—Tal vez es porque Dipper es real y Pino no.
Bill lo miró con severidad.
—No tienes ni la menor idea de lo mucho que me arrepiento de decírtelo —le respondió molesto—, fue tan estúpido de mí parte pensar que te lo ibas a tomar en serio.
—Oh no, me lo estoy tomando muy en serio —le dijo con una sonrisa—, me estoy tomando muy en serio el hecho de que te mueres por el hermanito de Mabel.
—Es que no entiendes, es la segunda vez que sueño con alguien que no es Pino y las dos veces han sido con Dipper.
—Pero tiene sentido, digo, se supone que sólo pueden verse Pino y tú si están dormidos al mismo tiempo, ¿no? —Bill asintió lentamente—, así que tiene sentido que sueñes con la persona que te gusta cuando no está Pino.
—Ugh, tienes un buen punto, pero igual cállate, si Mabel o Dipper te escucha te mato, ¿ok? —le dijo molesto.
La preocupación de que Xólotl hiciera algún comentario estúpido aumento a que a medida que avanzaban, se acercaban más a la mesa de siempre, viendo a la castaña hablar con una rubia y a Dipper hablando con Mason.
—Una palabra más del tema y dejamos de ser amigos aquí y ahora, ¿ok? —le advirtió preocupado.
—Eres un dramático Cipher —le dijo Xólotl rodando los ojos—, soy cruel, pero no tanto, puedo ser benevolente cuando quiero.
—¿De acuerdo? —preguntó de nueva cuenta ignorando sus tonterías.
—Está bien, no diré nada hasta que estemos solos y te pueda molestar, ¿te parece? —inquirió divertido.
—Puedo aceptar eso —le respondió soltando un suspiro.
En ese momento la castaña llegó a la mesa.
—¿Cómo estás, mi cielo? —preguntó Xólotl llegando al lado de la castaña plantándole un corto beso.
Bill logró ver a Dipper que parecía discutir algo con el novio de su hermano, algo que no lograba entender, que al parecer tampoco le importaba mucho a Will ya que éste se encontraba bastante entretenido con sus audífonos mientras veía algo en su celular.
El rubio sonrió de manera inconsciente viendo al chico que se veía bastante concentrado en su conversación, al menos hasta que escuchó a Will tararear la canción de "I'm a Slave 4 U". Sin dudarlo el menor tomó uno de los audífonos del chico para escuchar la canción.
Sin pasar ni un segundo el menor se quitó el audífono.
—¡Ugh! Es la versión de Glee —murmuró rodando los ojos—, como sea, me voy a comer.
—Pero no hemos terminado está conversación —le dijo Mason.
—La podemos seguir luego, me estoy muriendo de hambre —le contestó antes de ver al rubio y sonreírle—, adiós, Bill.
—Oh sí, adiós —le respondió el mencionado notando como se le había quedado viendo y sonrojándose ligeramente finalmente sentándose junto a su amigo.
Sin decir más el chico había salido en dirección a una mesa más apartada, sentándose junto a un castaño y una pelirroja.
Bill no pudo evitar seguirlo con la mirada, completamente perdido en sus pensamientos.
—Oye Mabel, ¿qué tipo de música le gusta a tu hermano? —soltó de la nada sin despegar su vista del castaño, sin darse cuenta de que estaba interrumpiendo su plática con Xólotl.
Su amigo lo vio con diversión.
—Uh... creo que principalmente ABBA y Britney Spears... también una banda rara llamada The bad first impressions aunque hace un tiempo que no los escucha, ¿por qué? —le respondió la castaña confundida.
—Por nada —contestó para nuevamente perderse en sus pensamientos.
Xólotl no pudo soltar una pequeña de la risa junto a Mabel.
—¿Ya viste lo idiota que está por tu hermano?
—Creo que son dos —respondió la chica y ambos notaron como el castaño no despegaba la mirada del rubio quien ahora hablaba con su hermano.
Xólotl rió ante eso.
—¿Cuándo creen que se dignen a empezar a salir? —preguntó una chica rubia metiéndose a la conversación.
—Yo le cálculo un par de semanas —dijo Mabel con una sonrisa.
—Yo digo que un par de días —soltó Xólotl bromeando—, digo, esos dos se traen demasiadas ganas como para seguir aguantando.
—Supongo que ya lo veremos.
[...]
Dipper se alejó de la mesa de Bill para dirigirse a donde usualmente se sentaba, que era donde Wirt y Beatrice estaban sentados.
—¿Hoy les toca ahí a los tortolos? —preguntó el castaño que estaba sentado.
—Mira quien lo dijo —respondió Dipper señalando con la mirada las manos tomadas de ambos chicos, provocando que el chico se sonrojara—. Y sí, al parecer sí, hoy les toca ahí.
—Pero, ¿lograste hablar con Mason sobre lo del domingo? —preguntó Beatrice ignorando el sonrojo de su novio.
—Sí, nos faltaron algunos detalles, pero está de acuerdo con el plan, también Will —dijo Dipper—, de hecho Will accedió rápido, el problema fue convencer a Gleeful.
—Qué raro —murmuro Wirt rodando los ojos.
—Por cierto, ¿cómo te fue ayer en tu cita? —le preguntó la pelirroja.
El castaño se sonrojó fuertemente.
—Supongo que bien —contestó de manera tímida—, digo estuvimos casi toda la tarde juntos.
—¿Toda la tarde? —dijo Wirt—, ayer estuvo lloviendo muy fuerte... ¿cómo le hiciste con lo de los truenos?
—Me hice al valiente... —dijo algo orgulloso—, pero obviamente Bill no me creyó.
—¿Te dijo algo?
—Sólo me abrazó hasta que pasó la lluvia... y nos quedamos dormidos mientras lo hacía —comentó tontamente.
—Qué lindo —dijo la pelirroja por impulso.
—Y olvidé avisarle a mi mamá, así que nos despertamos por la llamada de mi madre enojada —soltó con una sonrisa nerviosa.
—Eres un idiota —dijeron los dos al mismo tiempo.
—Ya deberías de haber aprendido, digo, conoces a tu mamá, ya sabes cómo se pone cuando no le avisas —le regañó Wirt—, incluso cuando vas a mi casa se enoja.
—Lo sé, lo sé —soltó avergonzado—, no sé lo que me pasa.
—Bill te atonta más de lo normal, eso es lo que te pasa —soltó la chica rodando los ojos.
—Supongo que sí —contestó el castaño mirando a la mesa donde se encontraba el rubio, sonriendo tontamente.
[...]
Las clases estaban por terminar, sólo faltaba la última del día, que en el caso de Dipper era francés, la cual afortunadamente compartía con Bill. Sabía que si no llegaba con él probablemente terminaría sentándose con Mason como siempre, pero si todo salía de acuerdo a su plan, creía que podrían hacer una excepción esa vez.
Cuando notó que Bill estaba acercándose, se escondió detrás de un casillero y espero a que llegará casi hasta donde estaba para salir de su escondite y chocar con él, justo al último momento.
Tal vez era un loco por intentarlo, pero era un tonto que lo había conseguido.
—¡Oh, Bill! —dijo orgulloso de que su plan hubiera funcionado—, perdona, no te vi.
—No te preocupes Dipper, ¿estás bien? —le preguntó ligeramente preocupado.
—Sí, sólo estoy un poco distraído —comentó con una sonrisa—, nada nuevo.
—Ya que nos encontramos, ¿quieres que vayamos juntos a la clase? —le preguntó correspondiendo esa sonrisa.
—Me encantaría.
Con eso ambos chicos se encaminaron hasta la clase con una sonrisa en sus rostros, al llegar notaron a Mason y a Will coqueteándose, probablemente aprovechando que el maestro no había llegado.
—¿Quieren sentarse juntos hoy? —preguntó Will una vez que los notó ahí—, Mason y yo queremos ser compañeros aprovechando que ya se llevan bien —les sonrió ampliamente.
—Seguro —soltó Dipper tratando de que su emoción no se notará en la voz—, no hay problema.
—Suena bien por mí —comentó de igual manera el rubio, tratando de disimular su sonrisa.
Will le guiñó disimuladamente el ojo a Bill y este sonrió finalmente de manera tonta, después de todo, su plan había funcionado.
El maestro no se tomó ni un segundo en empezar la clase apenas llegó, marcándoles varios ejercicios de golpe.
Dipper tomó el anillo que colgaba de su cuello por instinto, no entendía porque se sentía así de nervioso, pero al menos tenía su anillo para intentar calmar ese sentimiento.
—Lindo anillo —le dijo Bill con una sonrisa y el chico se sonrojó sorprendido.
—¿Qué? ¿Está cosa vieja? —soltó nervioso y el rubio rió ligeramente.
—Sí, es bonito —comentó con una sonrisa.
—Gracias —murmuró tímidamente antes de decidir que ese era su momento para sacarle conversación al mayor acerca del tema—, ¿sabes? Me gusta mucho el señor de los anillos.
—Puedo notarlo —soltó algo nervioso sin pensar mucho lo que decía—, desde aquí puedo ver las letras, lo cual no debería ser, sino mal recuerdo se supone que sólo aparecen con el fuego...
—Oh sí, eso... —empezó el menor dudoso antes de ser interrumpido por el rubio.
—A menos de que haya algo muy ardiente por acá —añadió coquetamente.
Dipper se sonrojó fuertemente, no sé esperaba esa respuesta de ninguna manera, el sólo esperaba un poco de plática acerca del Señor de los Anillos.
—Tal vez —sin poder evitarlo respondió con una sonrisa—, normalmente no aparecen, debe ser por tu presencia.
Bill se sonrojó y rió con algo de ternura. Dipper sonrió viendo las mejillas coloradas del chico, sin poder creerse que él había provocado eso.
—Por cierto —dijo el castaño regresando a la realidad—, quería hablarte sobre lo del planetario.
—Espero que no sea para cancelarlo —comentó haciendo un puchero.
—¡Para nada! —soltó rápidamente—, es por lo de mi mamá.
—Cierto, ¿sigue molesta? —preguntó preocupado.
—Eh... algo —comentó desviando la mirada—, ¡pero! Tengo una solución a eso, sólo que es complicada, verás, pensaba pasar por ti al medio día.
—¿Vas a pasar por mí? —soltó sorprendido.
—Por supuesto, ¿quién fue quien invito a quién? Es lo correcto —respondió rápidamente y Bill soltó una pequeña risa.
—Me parece bien —contestó divertido.
—Aunque... tal vez deberías decirle a Xólotl que este en tu casa a las 12 —añadió con una sonrisa apenada.
—¿Para qué? —inquirió confundido.
—Para que se quede con Mabel... ya sabes, la regla del auto —explicó con una sonrisa.
—Ah cierto —respondió el rubio entendiendo por donde iba la cosa—, tiene sentido.
—Le dijimos a mamá que saldremos los 4, pero planeaba que Mabel se vaya con Xólotl y nosotros al planetario y cuanto te deje en casa, recojo a Mabel y mi mamá nunca tendrá que enterarse —añadió rápidamente.
Bill volvió a reír.
—Suena bien por mí —dijo el rubio con una sonrisa—, yo me encargo de lo de Xólotl, seguro buscará algo que hacer.
—Genial —soltó Dipper emocionado.
—Entonces es una cita —dijo Bill.
—La cuarta cita —confirmo el chico con una sonrisa.
Bill se la devolvió.
Ninguno podía esperar a que llegará el sábado.
¡Hola!
¿Cómo están? ¿Les gustó el capítulo? ¿Notaron lo que tenían que notar o todavía no?
¿Listos para leer su cita en el planetario? ¿Qué creen que pasará ahí?
Disculpen la tardanza tuve un boqueo enorme con este cap y al final Karla tuvo que terminar de escribirlo, les kiero.
Nos comunicamos con los ganadores de los spoilers, en Mindscape ganaron: BetaLuminose y Heavenbeing.
Btw, en nuestro juego de rol, estamos en los años 20s y Vanessa se quiere ligar a otra morra porque ps, la roleo yo y lesbiana siempre. El pedo es que la morra no tiene orientación sexual canon e hicimos una petición para que el master/guardian le de chance a Vanessa siempre que se rolee, el punto es que les queríamos pedir que firmarán la petición, está en nuestro tablero, de antemano muchas grax.
Como curiosidad, Karla rolea a Peter Gaddy quien recientemente se caso con su pareja bajo el nombre de un culto, William Gaddy.
Les queremos mucho.
Atte: Vanessa y Gaddy.
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