The Dumbest Break-up Ever.
La ruptura más tonta jamás vivida.
Bill rodaba los ojos hacía su hermano, quien reía con su novio cada vez que veía al rubio.
Era miércoles en la mañana, y tanto el rubio como el de cabello negro caminaban hacia sus casilleros antes de la primera clase del día. Will había abandonado a Bill apenas había visto a su novio con tal de contarle lo que había pasado.
—Bueno, ¿ya me vas a contar por qué Will se ríe de ti? —preguntó Xólotl un poco más alejado de la parejita.
—No.
—Ándale —le suplico su amigo—, por mi cumpleaños.
—Tu cumpleaños es en un mes.
—Pero mi fiesta de cumpleaños es esta semana —le dijo con confianza—, es mi mes de cumpleaños, me lo debes... además, ¿vas a permitir que Gleeful lo sepa y yo no? Eso lo hace más cercano a ti.
Bill rodó los ojos, su amigo era realmente un idiota, pero accedió finalmente, después de todo sabía que se iba a terminar enterando tarde o temprano.
—Me mordieron la axila mientras dormía —le contó y su hermano soltó otra carcajada al escucharlo, puesto que estaba solo unos cuantos pasos detrás de él, tomando la mano de su novio, quien también rió ligeramente.
—¿¡QUIÉN!? ¿Dipper? —exclamó con confusión su amigo.
—¡NO! —le contestó a la defensiva—. claramente fue Wayne, ¿por qué sería Dipper? —le preguntó confundido—, ¿estás bien?
—Eso te pasa por burlarte de cuando le paso a Mason—le dijo Will antes de reir de eso con su novio, y luego se distrajeron con otra cosa.
—No sé —le dijo aprovechando que no lo podían escuchar—, una vez te mordió el...
—¡Cállate! —le interrumpió de golpe—, ya te dije que fue un sueño.
Bill lo miró de mala manera sonrojándose por completo, esperando que nadie más hubiera escuchado eso y afortunadamente así fue.
—A veces como desearía dejar de contarte las cosas —soltó con frustración.
Xólotl le sonrió con inocencia antes de que en su visión apareciera la mujer de sus ojos.
Los Pines se encontraban a unos metros adelante que ellos y parecía que Dipper le estaba explicando algo muy importante a su hermana, cosa que a Xólotl no le importo en absoluto puesto que se adelantó con velocidad e interrumpiendo la conversación que tenían le robo un beso a su novia.
La chica se sonrojó fuertemente pero correspondió con rapidez el beso, olvidando por completo qué estaba haciendo y al separarse la castaña se quedó completamente atontada por la presencia de su pareja.
—¡Mabel! —le regañó su hermano mientras rodaba los ojos con frustración.
—Lo siento Dipper, ¿qué decías? —le preguntó Mabel con una sonrisa tonta.
Su hermano la vio con una ceja levantada y evidentemente irritado.
—¿Sabes qué? Olvídalo —le dijo cruzándose de brazos—, no era importante de todas formas.
—¡Vamos Dipper, no seas así! —exclamó la castaña haciendo un puchero—, no te enojes.
El mencionado desvió la mirada y su rostro se iluminó cuando vio al rubio aparecer por el pasillo con su hermano al lado de Gleeful.
Bill le sonrió cuando lo vio y sin dudarlo se acercó plantándole un beso para saludarlo.
—Buenos días, Bill —soltó el menor con una sonrisa una vez que se separaron.
—Buenos días, Dipper —respondió pasando su brazo por los hombros del castaño—, ¿de qué hablabas? ¿De mí?
El menor rodó los ojos nuevamente sólo que esa vez con una sonrisa en sus labios.
—Sueñas —le dijo juguetón—, en realidad estaba hablando de cómo te voy a destrozar en nuestro debate de hoy.
—Eso suena a qué estabas hablando de mí.
—No-o —el castaño lo negó—, estaba hablando de pura destrucción al equipo contrario, en el que coincidentemente estás tú, no es lo mismo.
—Niégalo todo lo que quieras, pero todos aquí sabemos que en realidad sólo estabas buscando una excusa para hablarle a tu hermana de mí, cómo a tu papá por ejemplo.
—Oh, cállate —le contestó sonrojándose por completo.
—Vámonos mi amor, tu hermano y Bill ya empezaron con sus cosas de nuevo —bromeó Xólotl y la mencionada soltó una pequeña risa.
—Yo pienso que son lindos —soltó Will metiéndose por primera vez en la conversación y Dipper se sonrojó al escuchar lo que el hermano de su pareja decía—, pero siempre tienes que arruinar las cosas lindas, Xólotl.
El mencionado lo miró con sorpresa y Bill soltó una carcajada.
—Eso es por lo del viaje —aclaró el rubio, sobre su hermano—, nunca te va perdonar por eso.
—Es el precio de la comedia —dijo Xólotl encogiéndose de hombros.
—Más bien de la idiotez —comentó Dipper por lo bajo.
—Yo igual pienso que son lindos —añadió la castaña—, deberías dejarlos ser.
Esa vez fue el turno de Bill de sonrojarse por lo que había dicho la hermana de su pareja y Xólotl rodó los ojos, era injusto, a él nunca lo dejaban ser.
[...]
Era la tan anhelada clase de ética y como de costumbre los únicos que seguían "debatiendo" era la más reciente y peculiar pareja de la escuela, pero en esa clase, eran la telenovela favorita para algunos pocos que sí le prestaban atención a los "debates" e incluso el maestro ya ni siquiera prestaba atención cuando esos dos empezaban, lo cual les permitía sacar uno que otro argumento cuestionable a la mesa.
—Okay, usando tú argumento yo no te podría haber perdonado porque cómo podría estar seguro de que no eres el mismo imbécil —le soltó el mayor con intensidad.
"¡Traición! ¡Bill lo estaba traicionando!" Fue lo único que pudo atinar a pensar el castaño.
—¡No te lo puedo creer! —le soltó Dipper completamente ofendido antes de concentrarse de nuevo—. Mira Bill... te amo y aunque no puedo creer que hayas usado ese argumento contra mí, ese no es el punto del debate, el punto aquí es que siempre hay que hacer justicia.
—Dipper yo igual te amo, pero estás siendo un imbécil sin corazón —le respondió el rubio, mientras que las pocas personas que aún prestaban atención soltaban un "uhhh"—, no es mi culpa que me hayas orillado a usar ese argumento.
—¡No soy un imbécil sin corazón! —soltó el menor—, ¡aparte ese ni siquiera es un argumento válido!
—Bueno, aquí está mi argumento Dipper —le anticipó con una sonrisa de superioridad dispuesto a sacarle la carta que había estado esperando usar desde que empezaron a salir—, siempre te la pasas hablando de la justicia y de cómo la justicia es lo más importante, pero bien que en Detroit: Become Human usaste los boletos robados para huir con Kara y Alice.
El mencionado jadeó con sorpresa, ¿desde cuándo había estado esperando para usar ese argumento en su contra?
—¡Eso no cuenta y tampoco es un argumento válido! ¡Aparte de que el sistema de justicia de Detroit: Become Human no funciona y era completamente injusto para los androids! Era eso o se morían.
—Entonces estás diciendo que cuando el sistema de justicia puede estar corrompido, la moralidad puede tener excepciones en casos específicos, porque la ética tiene áreas grises y no todo es bueno o malo, como es en el caso de Kara y Alice porque aunque no lo admitas, lo que hiciste aunque es justificable sigue sin ser correcto, ni justo para los otros pasajeros —comenzó sabiendo que el argumento a continuación sería el definitivo—, por lo tanto en el debate de las gráficas yo tenía razón porque los huérfanos comieron con ese dinero robado, cae en el área gris, baby.
El más bajo lo miró con incredulidad por unos segundos, quedándose sin palabras por primera vez en un debate, así que simplemente tuvo que recurrir al mejor argumento que se le podía ocurrir en esos momentos.
—¿Tú quieres tener razón o novio? —soltó Dipper con frustración—. Porque las dos cosas no sé pueden.
Fue el turno de Bill de verlo con incredulidad, sin saber si había escuchado correctamente,
Una chica regreso al salón de su ida al baño y se sentó en su silla, mirando la cara de incredulidad de su amiga.
—¿De que me perdí? —le susurró.
—Dipper le dio un ultimátum —le explicó en el mismo tono bajo de voz, y empezó a actualizarla.
Cuando el rubio finalmente terminó de procesar lo dicho quiso reír, Dipper realmente le sorprendía día con día... le encantaba, pero no le daría la victoria tan fácilmente, así que decidió molestarlo un poco.
—¿Estás diciendo que tengo razón? —le preguntó con sorna—, ¿tanto te destruyeron mis argumentos que tienes que recurrir a esto?
—La razón a la una.
—No estás hablando en serio, Dipper.
El rubio sonrió mientras miraba fijamente al menor.
—La razón a las dos —le dijo con toda la seriedad que pudo, lo cual era difícil, porque el castaño realmente quería reír—, no me hagas llegar a tres, Bill.
—Que tan bajo has caído Pines —le respondió el rubio.
—Ultima oportunidad, razón o novio Cipher, ¿respuesta final? —preguntó con determinación.
El rubio le sostuvo la mirada hasta que finalmente el timbre rompió la burbuja.
[...]
La clase de biología del rubio había terminado y llevaba un rato hablando con Mabel en lo que esperaban a los demás, para ser más específicos de la fiesta que daría Xólotl este sábado por su cumpleaños.
—¿Entonces sí crees que sea un buen regalo? —preguntó preocupada—, ¿o es mucho?
—Yo creo que está bien —respondió Bill.
—¡Pero "bien" no es suficiente, Bill! —comentó con cierta desesperación—. Tiene que ser perfecto porque es para Xólotl y él es perfecto... aparte este será el regalo que definirá qué me dará él tanto en San Valentín como en mi cumpleaños, o ¿qué tal si le doy algo que no es lo suficientemente bueno y me deja?
—Mabel, mírame —le dijo el rubio riendo ante eso—, cualquier regalo que le des a Xólotl será más que perfecto para él, estoy seguro de que tu sola presencia sería más que suficiente para iluminar su día.
La castaña lo miró y sintió que finalmente el aire empezaba a regresar a sus pulmones.
—Y honestamente, creo que es un excelente regalo, no es sencillo, pero tampoco es tan exagerado, creo que es muy bueno para el punto en el que están de su relación y el tipo de personas que son.
—Gracias, Bill —le sonrió completamente agradecida—. Lo que me recuerda, tienes que ayudarme a convencer a Dipper de venir, sin él mi mamá solo me dará permiso para un rato.
—¿No quiere ir? —el rubio preguntó desanimado y la chica quiso recordarle lo mucho que Dipper detestaba a Xólotl—, olvídalo, tiene sentido que no quiera ir.
—¿Puedes pedirle que venga por mí? —le preguntó con un puchero—, es imposible que te diga que no a ti.
—Tampoco a ti —le respondió el rubio.
—Te sorprendería, pero llevo toda la semana intentando convencerlo y sigue sin confirmarme —comentó Mabel antes de ver a lo lejos a su objetivo—. Por eso creo que si tú le insistes un poco Dipper no podría decirte que no.
—No lo sé Mabel, le acabo de decir que prefiero tener la razón y creo que se molesto —le explicó riendo ligeramente—, una parte de mí cree que sí me termino de verdad.
—¿De que estás hablando? —le preguntó asustada, pero Bill seguía riendo.
—De una tontería que paso en clase de ética.
—Luego me explicas, porque justo viene para acá —avisó Mabel—, confío en ti.
El castaño miró a ambos chicos a lo lejos donde su hermana le hacía un par de señas con desesperación para que se acercará y el menor se encaminó para llegar hasta donde estaban.
—¿Qué pasa, Mabel? —le preguntó notando su desesperación.
—Bill quiere preguntarte algo —soltó la castaña nerviosa.
—¿Quiere preguntarme que vuelva con él? —dijo con burla—, porque ya sabe que se necesita.
Bill soltó una carcajada ante la actitud infantil de su novio.
—Jamás.
—Entonces supongo que la conversación acabó —dijo el castaño cruzándose de brazos, manteniendo su postura.
—¡Bill! —le regañó Mabel.
El mencionado la miró antes de irse corriendo hasta Xólotl que estaba a un par de metros de donde estaban, pero sólo negó suavemente.
—¿Vendrás a la fiesta de Xólotl? —le preguntó y Dipper lo miró con cierta molestia, pero no necesariamente hacía el rubio.
—¿Tengo qué? —inquirió de la misma manera.
Mabel miró con intriga al rubio a lo lejos y Dipper lo notó, por lo que la castaña se alejó de ahí con su novio.
—¿Mabel en serio te pidió que lo hicieras? —le cuestionó.
—Puede ser... —comentó Bill—, pero entiéndela, tu mamá no la va a dejar quedarse mucho tiempo y es la fiesta de su novio, además de que se ponen muy divertidas, porque su familia tiene tradiciones medio raras, y sabes que están locos el uno por el otro... y honestamente me haría muy feliz a mi también si vas, ¿sabías? Aparte de que mantendré a Xólotl al margen para que no te moleste... tanto.
—Debiste pensar en eso antes de escoger la razón —le dijo aún ofendido por su respuesta.
—¡P-pero Dipper! —le reclamó el rubio—, eso no es justo, son cosas distintas.
—La justicia tiene áreas grises, ¿no?
Bill soltó una carcajada ante eso, de verdad que Dipper lo volvía loco, sólo él podría salir con algo así.
—Además —exclamó el mayor—, creí que ya habíamos quedado en que lo que pasa en ética se queda en ética.
—Pero nada —contestó el castaño—, lo siento mucho, pero eres tú quien tomó la decisión.
Bill hizo un puchero y su pareja le sacó la lengua como respuesta antes de darle la espalda y dirigirse hacía la salida, pero el rubio no planeaba rendirse, así que pasó sus brazos por los hombros del menor y lo acercó más a él en busca de una respuesta afirmativa.
—¿Por favor? —le pidió al oído—, juro que nos la pasaremos bien.
Dipper se sonrojó por la repentina acción del rubio y aunque secretamente le encantaba por fuera tenía que mantenerse firme.
—Um —balbuceó un poco—, necesito pensarlo... convénceme.
Bill entonces le susurró un par de cosas al oído de las que el menor sólo pudo reír nerviosamente.
—Ándale, Dipper —le susurró entre divertida y provocativamente—, será como nuestra primera cita.
El castaño no pudo más y rio.
—¡Está bien! —le soltó separándose un poco, riéndose un poco—, pero hago esto por Mabel, no por ti, quiero que eso quede claro.
—Seguro que sí, clarísimo —contestó divertido antes de avisarle a la castaña que se acercará para que finalmente se dirigieran hacia el comedor.
—¿Te he dicho que eres el mejor hermano del mundo? —le agradeció la chica emocionada—, gracias.
El menor intentó responderle a eso cuando el novio de la chica lo interrumpió con un pequeño y corto beso en la mejilla, haciéndola sonrojar y distraerse, Dipper rodó los ojos pero olvidó un poco su molestia cuando el mayor lo tomó de la mano y la entrelazo con la de él.
Dipper quiso decirle algo a su hermana, pero el novio de ella no lo permitió.
El castaño estaba bastante cansado de que Xólotl interrumpiera sus conversaciones con Mabel y provocando que perdiera el hilo de la conversación, estaba bien cuando no era tan seguido, pero últimamente sentía que no podía hablar con su hermana en la escuela sin que esto sucediera, así que como cualquiera haría, había esperado el momento adecuado para llevar a cabo su pequeña venganza, sólo para que supiera cómo se sentía y lo molesto que solía ser, y para su magnífica suerte tenía a la persona perfecta para hacerlo, puesto que Bill perdía la concentración muy fácilmente, en especial cuando había más de un estímulo a su alrededor.
Dipper había esperado por el momento perfecto para hacerlo y sabía que pronto llegaría, después de todo había empezado a preparar la situación sutilmente, distrayendo poco a poco al mayor, empezó un día jugando de manera "desinteresada" con el cabello del rubio mientras este hablaba con Xólotl y Mabel, luego otro día continúo haciendo un par de caricias un poco más obvias y juguetonas provocando que Bill le correspondiera aquellos roces y coqueteos y cada que Xólotl parecía decirle algo emocionante aprovechaba para susurrarle un par de cosas al mayor, y poco a poco podía notar como el de nombre azteca empezaba a cansarse de la situación, pero por alguna razón no parecía querer decir nada.
Así que después de tantear por un par de días decidió que era momento del paso final.
—¡POR CIERTO BILL NO VAS A CREER QUÉ PASÓ! —empezó el mayor con entusiasmo y Dipper sonrió dispuesto a darle un beso a su pareja "de la nada" tal y como siempre hacía Xólotl.
Bill correspondió sin pensar aquel beso con el menor con rapidez, algo sorprendido pero agradecido por la caricia del menor, quien soltó una pequeña risa tonta al separarse del rubio, en especial al notar la molestia del otro chico.
Y después de tanto tiempo finalmente explotó.
—¿Por qué siempre interrumpes mis conversaciones con Bill? —le preguntó algo irritado.
Dipper rodó los ojos al escuchar su queja, pero por dentro sonrió orgulloso de que su plan saliera a la perfección.
—¿Mmm? —preguntó el menor haciéndose el tonto—, no sé de qué me hablas.
Y claro que Xólotl notó su falsa inocencia burlona al escuchar su respuesta.
—No te hagas, Pines —le dijo con seriedad, mientras llegaban a su usual mesa en la cafetería—, algo te traes entre manos.
—¿Acaso no puedo disfrutar de la compañía de mi pareja, sin importar que el momento no sea el adecuado?
—No.
Tanto Bill como Mabel rieron ante eso, mientras se sentaban en sus respectivos lugares.
—No parece importarte cuando eres tú el que interrumpe mi conversación con Mabel —le soltó con saña.
—¡Ajá! Así que sólo te estás vengando —exclamó el chico—, no puedo creer que solo estás besando a Bill por venganza.
—¿Me estás besando por venganza?
—Claro que no, ¿en serio le vas a creer a Xólotl antes que a mí?
—Eres bastante vengativo, ¿sabes? —le dijo sonriendo ante la idea—, hace unos momentos te estabas vengando por lo que paso en ética.
—¡Eso fue diferente! —replicó mirándolo con firmeza—, además se supone que deberías estar en mi lado, aun estás en periodo de prueba antes de que volvamos.
—¿Terminaron? —le preguntó confundido Xólotl.
—¿No lo sabías? —soltó Vanessa sentándose junto a ellos—, está en la boca de todo el mundo.
Ambos la miraron confundidos.
—¿Qué? —soltó encogiéndose de hombros—, los chismes vuelan rápido.
—Sigo sin entender —comentó Mabel sorprendida—, ¿eso es lo que paso en ética? ¿Terminaron?
—No terminamos —contestó Bill.
—Bueno, sí preferiste tener la razón a tener novio —masculló el castaño al tiempo que tomaba de su jugo.
Vanessa soltó una carcajada.
—De verdad Dipper, no creí que tuvieras eso en ti, pero 10 de 10 —le dijo la rubia—, hoy ganaste mi respeto.
—Gracias —le contestó el castaño.
—Pero, no terminamos de verdad, ¿verdad? —le preguntó el rubio con un puchero.
Dipper sintió su corazón derretirse ante eso.
—Obviamente no —aclaró como si fuera lo más obvio—, te acabo de besar.
—Que bueno, porque ya había apuntado la fecha de nuestro aniversario en mi calendario y se sincronizo con todos mis correos y se me olvidaría cambiarla.
El castaño rió y le dio un rápido beso en la mejilla ante eso, realmente le encantaba su novio.
—Volviendo al tema —continuó Dipper—. ¿De verdad prefieres creerle a Xólotl? ¿No prefieres creer que no puedo evitar coquetearte y besarte cuando estoy cerca de ti?
—Tienes razón, me gusta más lo segundo —contestó Bill, mientras empezaba a jugar con la mano del castaño.
Dipper le sacó la lengua a Xólotl antes de besar nuevamente a su pareja.
—Veo que no seguiste mi consejo —una nueva voz se añadió con la conversación llamando la atención del castaño que se separó rápidamente, sonrojándose bastante.
El rubio lo miró confundido con las mejillas igual de rojas, ¿de qué hablaba Ford ahora?
—¡Xólotl sale con Mabel! ¡Con Xólotl! —le soltó Dipper frustrado, sin poderse creer que siguiera con el tema—. ¿Por qué a ellos no les dices nada?
—Porque ninguno de ellos refleja su relación en sus exámenes —le respondió y el castaño se sonrojó aún más, quedándose sin palabras.
Tenía un buen punto.
—¿Qué haces aquí tío, no deberías estar en el comedor de maestros? —le preguntó la castaña con dulzura.
—Su madre me pidió que les compre esto —dijo dándole la bolsa a Mabel—, dijo que se le olvido mandarles su ración de fruta de hoy.
—Oh, muchas gracias —contestaron los Pines al unísono, sorprendiéndose mutuamente.
A veces se les olvidaba que aun les pasaban esa clase de cosas.
Mabel soltó una pequeña risa tratando de no decir nada mientras su tío se alejaba.
—Supéralo Pines, su sexto sentido y dedo le dice que Bill no es bueno para su sobrino —Xólotl dijo burlándose de la situación.
Dipper rodó los ojos decidiendo ignorarlo, puesto tenía cosas más importantes que aclarar.
—Lo siento —se disculpó Dipper viendo al rubio—, por todo eso de que Ford te odia.
—No es tu culpa —le respondió Bill con una sonrisa—, bueno, al menos eso creo... la verdad es que no entendí casi nada de lo que dijo, excepto que... ¿te aconsejó que me dejarás?
Dipper bajo la mirada avergonzado, en parte sí era su culpa.
—No... exactamente, es complicado —trató de explicar de manera nerviosa y Bill sonrió—, te explico luego.
Se acercó levantando la barbilla del castaño para hacer que lo viera, plantándole un corto beso en los labios.
—No te preocupes por eso —empezó el rubio—, si el verdadero problema son mis exámenes estoy más que seguro que pronto empezará a notar lo excelente que es mi nuevo tutor, ¿no crees?
Dipper le sonrió tiernamente.
—Tienes razón.
—Entonces tortolitos —dijo Xólotl—, ¿están listos para la fiesta del sábado?
El castaño realmente no lo estaba, pero al menos Bill estaría ahí, y si su novio estaba ahí, ¿que tan mala podría ser?
¡Wenas!
¿Cómo están? ¿Les gustó el capítulo?
¿Ustedes preferirían tener la razón o culito? ¿Bill tomo la decisión correcta? ¿Qué creen que pasará en la fiesta de Xólotl? ¿Están listos para ella? ¿Ford finalmente dejara de odiar a Bill cuando vea que mejoro en Matemáticas? ¿Xólotl conocerá a los Pines?
De verdad lamentamos muchísimo la muy extensa pausa en los fics, Karla estaba como loca con la universidad y yo, bueno, tuve una recaída en mi depresión y no tenía ganas ni de existir, lo único que me mantuvo viva fueron los juegos de MiHoyo y aunque eso no es excusa de verdad queremos pedirles perdón desde lo más profundo de nuestros corazones, ni siquiera me había dado cuenta de que llevabamos tanto tiempo sin actualizar hasta que me puse a hacer las cuentas.
Y aunque tal vez no sea el mejor, espero que hayan disfrutado el capítulo hecho con mucho amor, me costó bastante hacerlo. ¡Pero esperen el siguiente, que será genial!
Les queremos muchísimo por esperarnos y quedarse aquí con nosotras.
Atte. Taña y Karlita.
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