The Afterparty.
La postfiesta.
The Mindscape.
Ese era el nombre que Bill le había dado al lugar donde siempre se encontraba con Pino.
Ese lugar que el rubio conocía y desconocía al mismo nivel.
Sabía que ahí vería a Pino, sabía que ahí era consciente de todo, sabía que podía controlar todo lo que pasaba a su alrededor, sabía que era parte de su sueños.
Pero no sabía como funcionaba, no sabía cómo se decidía que olvidaba y que recordaba, no sabía porqué veía a Pino y únicamente a él; y no sabía como se decía cuándo podría ver a Pino y cuando no.
Porque eso era algo que había olvidado puesto que hacía un tiempo que no le pasaba, pero era cierto... Había frías temporadas en la que la puerta se bloqueaba y aunque lo intentara pasaban semanas o meses sin verse con Pino.
Lo que sí recordaba era lo horrible que se sintió la primera vez que pasó, como el miedo lo invadió, creyendo lo peor... miedo que se disipó cuando la puerta volvió a abrirse y el castaño estaba ahí, viéndolo con la misma cálida sonrisa con la que siempre lo había recibido.
Esas temporadas habían causado bastantes lagunas mentales en la cabeza de Bill, a tal punto en el que incluso lo hacían cuestionarse la existencia del lugar o más importante aún: lo hacían dudar de la existencia de la persona.
Así que uno pensaría que era una fortuna que eso no hubiera pasado en un buen tiempo, pero honestamente el rubio hubiera preferido mil veces que ese fuera el caso aquella vez.
Después de todo, era la primera vez que vería a Pino después de su primer beso con Dipper.
Ese lugar siempre le había creado demasiada confusión, pero esa vez lo aterraba.
Tras un par de semanas ignorando aquella puerta brillante finalmente se había armado de valor para encarar aquella situación con la persona de sus sueños.
El no sabía con qué cara le diría que estaba sintiendo algo por alguien más.
Y no sólo eso, sino que también quería algo totalmente serio con esa persona.
¿Lo odiaría? ¿Se molestaría con él?
Bill no sabía.
Sólo sabía que tenía que hablar con Pino esa noche sí quería resolver las cosas con Dipper.
Y eso lo destruía.
Así que después de la tonta realización que ocurre cada noche acerca de la persona de sus sueños y el castaño que veía en la escuela, se quedó con Dipper "Pino" Pines conversando acerca de las nulas soluciones que podían darle a esa situación.
Bill se encontraba acostado en las piernas del castaño mientras el chico trataba de calmarlo jugando con su cabello.
El chico insistía en que no estaba molesto con él por no haber entrado a hablar antes, pero el rubio sabía que era mentira, una muy mala mentira.
—Estaba soñando algo cool —murmuró el menor tratando de cambiar el tema.
—¿El sueño del dragón otra vez? —le preguntó con una pequeña y débil sonrisa.
—Me conoces tan bien —contestó correspondiendo aquella sonrisa.
"Al menos había cambiado de tema exitosamente", pensó Dipper.
—Ojalá eso fuera cierto —soltó desanimado.
—Bill... sabes que es cierto —le respondió algo agobiado.
—Sí lo hiciera ya me hubiera dado cuenta de quién eres, ¿no crees? —preguntó alterado, levantándose de golpe—, antes lo entendía porque no hablábamos, ¿pero ahora? Es simplemente ridículo, ¿cómo es que te diste cuenta tan rápido y yo no?
El chico se cubrió el rostro con sus manos, bastante abrumado y Dipper se odio por hacer tremendo comentario habiendo finalmente calmado al mayor.
—Soy el peor —murmuró sintiendo un nudo en su pecho antes de quitar sus manos—, ¿sabes? Mi plan está noche era decirte que me gustaba alguien más y que quiero algo serio con esa persona, pero una vez adentro "mágicamente" recordé mi penosa verdad.
—¿Quieres algo serio conmigo? —cuestionó con cierta ilusión y ternura, hasta que el rubio lo miró severamente—, perdón, no pude evitarlo.
—Pensé que si te decía eso sería capaz de arreglar toda está mierda despierto y estar contigo —soltó algo molesto consigo mismo—, pero ahora no sé qué demonios hacer para que estando despierto pueda asumir que estás bien con la idea de que salga contigo despierto, ¿entiendes?
El castaño bajó la mirada con bastante culpabilidad.
—Pero está bien que salgas conmigo, es decir... soy yo —murmuró débilmente, fingiendo demencia y cuando Bill lo miró algo cansado se arrepintió.
—Es que no entiendes, mientras que estando despierto no sepa que "Pino" está bien con que salga contigo, cosa que no va a pasar porque obviamente en la mañana no voy a recordar absolutamente nada —aclaró ciertamente irritado—, no te voy a hablar porque me siento demasiado culpable contigo y tú estarás sintiéndote mal porque te estoy ignorando, no sé si de casualidad recuerdas lo horrible que es despertar sin lograr recordar nada acerca de la otra persona, pero déjame recordarte que es lo peor... Hay días en los que ni siquiera recuerdo que te digo Pino.
Al terminar de hablar se arrepintió del tono en el que había dicho lo último.
—Perdona, no quise hablarte así —Bill suspiró intentando calmarse—, sólo estoy muy estresado por todo esto, es decir, todo sería más fácil si recordará... no entiendo porqué no puedo darme cuenta cómo tú.
—Está bien —balbuceó con un nudo en su garganta—, lo entiendo... pero yo tampoco sé qué hacer.
Tras largos minutos de silencio, el mayor se sintió aún peor.
¿Por qué simplemente no podía darse cuenta? ¿Qué estaba mal con él? ¿Por qué no podía recordarlo? ¿Por qué? Le frustraba muchísimo, porque estaba en uno de esos periodos en los que casi no recordaba nada... cuando había habido días en los que recordaba detalles específicos como su ropa, el color de sus ojos e incluso su marca de nacimiento... pero no era una de esas épocas.
—¡Ya sé! —exclamó el castaño con emoción.
—¿Ya sabes cómo resolver mi estupidez? —preguntó con desánimo.
—Bill —regañó el menor, pero el chico no se disculpó por su comentario.
Dipper frunció un poco los labios antes de continuar, tragando con fuerza.
—Como decía —empezó con algo de duda—, sé que sonará tonto, pero, ¿y si te doy permiso?
—¿Permiso? —inquirió confundido.
—¿Qué tal si yo como Pino te doy permiso para que salgas conmigo despierto? —murmuró avergonzado—, ¿y esperar lo mejor para que recuerdes eso?
—Um... —murmuró el mayor algo dudoso—, podría funcionar, pero no podría prometerte nada, Pino, si no lo recuerdo, ¿te molestaría?
—Claro que no —mintió a medias, obviamente no le molestaría, pero sí que le dolería, sin embargo, era buena idea intentarlo—. Si no lo recuerdas podemos intentar otra cosa.
—Supongo que podría funcionar.
—Igualmente la fiesta de Gleeful es en un par de días, tenemos estos días para pensar en otras cosas por si no funciona, ¿sí? —le dijo Dipper tratando de tranquilizarlo.
—Está bien entonces —dijo el rubio—, dame permiso para serte infiel contigo mismo.
—¡Bill! —regañó nuevamente pero al igual que antes el chico lo ignoró—, cómo sea, igual lo voy a hacer, pero gracias por hacerlo raro.
—No hay de qué —soltó con una sonrisa.
Dipper negó con la cabeza pero simplemente decidió ignorarlo.
Esa era su única opción hasta el momento, no había nada que perder.
[...]
"Hasta que podamos estar juntos en la vida real, puedes salir con Dipper".
Bill no podía creer que Pino le hubiera dicho eso.
Y mucho menos que pudiera recordarlo, pero era un gran avance, al menos sabía que tenía su aprobación para salir con Dipper.
Sin embargo un pequeño rastro de culpa seguía en él, ya que no podía recordar el cómo se lo había dicho ¿había estaba molesto? ¿Serio? ¿Triste? ¿Rendido? ¿Realmente le había dicho eso o era sólo lo que su cabeza quería recordar?
Sin dudarlo un segundo más, el mayor había terminado su cuarto vaso de demasiado tequila con un poco gaseosa, con el sólo pensamiento de que su vida era simplemente asombrosa.
Oh sí, "almas gemelas".
El sueño de muchos que hayan visto películas románticas que hablaban del tema... y bueno, Bill estaba viviendo el sueño de esos muchos, literalmente hablando.
Aunque a veces el rubio las denominaría pesadillas, específicamente desde que le empezó a gustar Dipper para ser exactos.
¿Cómo podía querer a alguien que no era su alma gemela?
¿Acaso eso no era trampa? ¿O una clase de error en el sistema?
El rubio quería vomitar y no era por el alcohol en su cuerpo.
Odiaba a Will y no por obligarlo a ir aquella fiesta, sino porque había obligado a su pareja a poner únicamente Britney Spears esa noche. Y no es que la chica no le gustará, sino que constantemente le recordaba que a cierto castaño le gustaba aquella chica.
¿Por qué le costaba tanto hablarle al menor? ¿Qué estaba mal con él?
¡El punto de esa fiesta era que hablarán! Pero no, ahí estaba Bill, bebiendo de su vaso con bastante frustración.
Cómo fuera, Bill quería irse rápido de ahí, así que fue en busca de un baño, pero al darse cuenta de que estaba ocupado por La Bestia y Tom prefirió abstenerse de usarlo.
Fue en ese momento cuándo su hermano y su pareja se acercaron a él con bastante molestia.
Algo había pasado con Dipper y era su culpa.
—¿Qué está mal contigo, Bill? —le cuestionó su hermano con evidente molestia—, ¿no qué querías hablar con Dipper?
—Quiero hablar con él —corrigió con un nudo en su garganta.
—¿Y se puede saber por qué no lo has hecho? —preguntó con severidad.
—Porque soy imbécil —respondió como si nada.
—Dios te odio —respondió Will—, ni se te ocurra ponerte en ese plan, vas a subir y hablar con él porque no organizamos está fiesta para nada.
—¿Subir? Creí que no podíamos subir —murmuró con confusión—, aparte no es como si en serio te pesará muchísimo hacer una fiesta, William.
—No pueden —aclaró Gleeful—, pero gracias a tu chistecito Dipper se fue a esconder en mi cuarto.
—Oh... —respondió con culpabilidad—, no lo hice a propósito, ¿sabes?
—Eso no importa, ve a hablar con él —insistió Will.
—¿Me dejarás entrar a tu habitación? —preguntó el rubio con nerviosismo—, aparte, ¿tiene que ser ahora?
—Es únicamente porqué no tengo otra opción —contestó con molestia—, y sí, tiene que ser ahora.
—De acuerdo... ya entendí —respondió con molestia antes de terminar su bebida de golpe—, ¿tu cuarto cuál es?
—La segunda puerta a la derecha —dijo Will de inmediato y su hermano lo miró mal—, tú concéntrate en lo tuyo.
—Ten cuidado al entrar, mi princesa es medio escapista —habló con severidad el castaño.
—Como sea, ya me voy —respondió mientras su hermano le sacaba la lengua.
—¡Si Victoria se escapa de mi cuarto estás muerto, Cipher! ¡Y no revises nada! —gritó por segunda vez en la noche—, si le pasa algo a Victoria me importará muy poco que sea tu hermano —le dijo al chico junto a él.
—No sé de qué te preocupas, en primero Bill no le hará nada malo a ningún gato, los ama y más desde que tenemos uno —le contestó pasando su mano a su pecho de su novio mientras este lo rodeaba por la cintura—, honestamente me preocupa más lo otro, tienes todo bien guardado, ¿verdad?
—Por supuesto que sí —le contestó acercándolo.
—Entonces no hay nada de qué preocuparnos —respondió el chico juntando sus labios con el más alto.
El castaño sonrió a medio beso.
[...]
Ambos chicos estaban muertos.
—¿Victoria? ¿Princesa? ¿Lindura? —le empezó a llamar el menor en tonos altamente cariñosos que había escuchado del menor de los Gleeful antes.
Y mientras Dipper buscaba en el baño del cuarto, la desesperación empezaba a agobiarlos a ambos, era imposible que todavía no la encontrarán, ¡habían buscado por todos lados! Incluyendo los juguetes caros de la gatita, por debajo y a los alrededores de los muebles y el clóset del castaño que se encontraba entre abierto, claro que buscaron con el sumo cuidado de no encontrar algo desagradable, pero no habían encontrado nada.
—Si no la encontramos pronto Gleeful nos va a matar —soltó el castaño ligeramente preocupado—, me va a matar a mí por venir aquí en primer lugar.
—¡Pero es imposible que haya salido de la habitación! —exclamó el mayor arrastrándose por debajo de la cama como último recurso—, estaba aquí mientras hablábamos, tú la viste, la estaba acariciando hace nada.
—¿Qué tal si te dejaste la puerta medio abierta? —preguntó Dipper parando de buscar por un seguro—, ¿seguro qué la cerraste bien?
—Estoy seguro de que lo hice, a mí también me advirtió acerca de ella y sus tendencias escapistas —soltó con un poco de desesperación—, ¡espera!
—¿Qué? ¿La encontraste? —inquirió con ilusión el más bajo hincándose para ayudar a Bill salir de debajo de la cama.
—No... pero encontré una caja —respondió mientras la arrastraba hacia afuera—, pero no veo bien, no sé si está adentro, está pesada.
—Sácala de ahí, a los gatos les gustan las cajas, ¿no? —preguntó el castaño—. A lo mejor está ahí dentro.
Bill se arrastró con trabajo con la caja en sus manos, siendo arrastrada también por él.
Dipper lo ayudó hasta que finalmente sacaron la caja de debajo de la cama, en ese mismo momento el castaño soltó una fuerte carcajada disfrutando del rostro incrédulo del mayor al ver el contenido de la caja.
Vaya.
No había una gatita ahí, pero sí varios objetos curiosos, cómo un par de esposas y uno que otro collar que obviamente no eran para un gato, eso sin mencionar las otras cosas.
—No debí haber buscado —dijo parándose con rapidez y negando varias veces con la cabeza intentando borrar la imagen de su cabeza—. No voy a poder ver a Will a los ojos por una semana mínimo, Gleeful me dijo que no buscará por algo, definitivamente está es la decisión más estúpida que he tomado en mi vida.
Dipper volvió a reír con más fuerza.
—Después de todo sí estaba escondiendo algo —se burló como pudo el castaño.
—Shh —dijo Bill desvariando un poco—, no quiero saber más, es decir, lo sospechaba, claro que conozco a mi hermano, pero comprobarlo con mis propios ojos es traumante, si no encontramos a Victoria estamos doblemente muertos.
—Espera... hay algo más aquí —comentó el castaño.
—Sino es la gatita, no quiero saber que es —contestó tapándose los ojos.
—Obviamente no es Victoria, Bill —rodó los ojos con diversión el menor—, es aún mejor, son notitas de amor.
—¿Qué? —cuestionó apartando sus manos del rostro viendo con intriga los papeles en las manos de Dipper.
—"Who is William? What is he" —el menor empezó a balbucear un poco más con todo de burla—, blablabla.
Enseguida el rubio se unió a la lectura con el chico.
—Espera, está parte es buena —dijo Dipper con diversión—; "For beauty lives with kindness", dios esto es demasiado.
Ambos soltaron una pequeña risa traviesa al terminar de leer el primer poema.
—Me siento horrible por leerlo, pero esto es oro —comentó Dipper.
—Es lo justo por traumarme de por vida —soltó Bill y el menor soltó otra carcajada.
—Aunque lo curioso es que creo que ni siquiera escribió él el poema —añadió el castaño guardando el poema y escondiendo la caja otra vez—, me suena familiar.
—Bueno, aunque creo que dedicárselo suena bastante bonito —respondió el chico.
—¿A poco te gustan los poemas? —preguntó con curiosidad él más bajo.
El rubio se encogió de hombros con una sonrisa.
—No suelo entenderlos, son demasiados complicados para mí, con palabras que parecen inventadas —contestó el rubio—, pero la idea es bonita.
Dipper sonrió ante eso.
—Aunque, si te soy sincero me sorprende muchísimo que vengan de parte del robot humano, no creí que fuera del tipo que hace notitas de amor... lo otro no me sorprende pero esto sí —confesó el rubio.
—Tienes que estar bromeando —respondió el menor.
—¿Por qué habría de?
—Porque Mason está demasiado atontado por tu hermano, créeme.
—¿De verdad? —preguntó el rubio con sorpresa—, no creí que quisiera así a Will.
—¿Cómo no? —replicó el castaño con escepticismo—, ¿acaso los has visto? Gleeful se muere por tu hermano... y viceversa.
—Me cuesta algo difícil de creer —añadió el rubio—, sé que le gusta, digo por algo llevan tanto tiempo saliendo, pero, ¿poemas? Eso es más... no sé... ¿romántico?
—Por dios Bill, son bien cursis... a veces incluso empalagosos, digo, se dan de comer en la boca en el almuerzo —contestó Dipper.
—Will le da de comer a Gleeful —dijo Bill como si eso le quitará valor—. De Will me lo creo, digo, lo veo, ¿pero de Gleeful?
—De casualidad, ¿eres ciego? —se burló el castaño riendo—, porque es la única forma razonable de que en serio no te des cuenta de lo muy tontos que son por el otro, si Will quiere algo Mason es capaz de ir hasta la cima de la torre más alta para conseguírselo.
—Eso es mentira —contestó el mayor con cierta diversión.
—¿Quieres apostar? —preguntó con el mismo tono él más bajo—, podemos comprobarlo ahora mismo.
—¿Qué quieres perder, Pines? —comentó con sorna y una sonrisa de oreja a oreja.
—Oh, el perdedor será otro —respondió con demasiado orgullo.
—Si tan seguro estás, ¿no te molestaría que el perdedor pague el almuerzo mañana? —inquirió con extrema ternura el rubio.
—Mañana no tenemos clases, Bill —respondió Dipper como si fuera lo más obvio del mundo—, son vacaciones de navidad.
—Nunca dije que el almuerzo de la escuela —añadió y cuándo el menor se sonrojó, Bill sonrió de oreja a oreja.
—Me parece genial —contestó con emoción mientras se levantaba con rapidez caminando hacía la puerta dispuesto a humillar al más alto.
—Espera, todavía tenemos que encontrar a Victoria —le detuvo el chico.
—Ah cierto... —dijo el castaño regresando a la realidad—, y debemos poner la caja en su lugar.
—Cierto.
Y fue así cómo después de que se encargaran de regresar la caja a su lugar y una ardua búsqueda que les tomó fácil unos 15 minutos, querían golpearse a sí mismos.
Resulta que la pequeña princesa de Mason estuvo todo ese tiempo en un cajón en específico del clóset del chico, perfectamente dormida en el fondo que parecía una mini-cama para la gata... Al parecer Gleeful sabía del escondite y por eso había dejado la puerta entreabierta.
Cuando ambos bajaron de nuevo a la fiesta, tenían el plan perfecto para continuar con su pequeña apuesta.
—¡Nerd! —gritó el castaño con burla para llamar la atención del anfitrión de la fiesta cosa que consiguió—, ¡ja! Volteaste.
—Sólo porque me preocupa que algo le haya pasado a mi niña —le respondió frunciendo el ceño—, ¿Victoria está bien? ¿Verdad?
—No le pasó nada, está durmiendo como la niña mimada que es —respondió el chico rodando los ojos.
—Como debe ser —dijo el de ojos azules—, supongo que si estás aquí y no llorando arriba es porque resolviste las cosas con Bill.
Dipper rodó los ojos sonrojándose un poco con vergüenza.
—¿Les fue bien? ¿Le preguntaste por qué fue un imbécil contigo y te ignoró? —preguntó con genuina curiosidad.
—Bastante y sí, pero no es por eso por lo que te llamé —le dijo con el rostro aún algo rojo—, mientras estaba con Bill y Will, tu noviecito me dijo que estaba buscando agua mineral, parece que se acabó, me preguntó si no tienes más guardada o algo así.
—No, creo que ya no hay —respondió con seriedad—, pero, ¿por qué no vino a preguntarme él?
—No lo sé, probablemente esté interrogando a Bill acerca de lo mismo que me interrogaste a mí —respondió con una sonrisa.
—Ya veo —dijo deteniéndose por un segundo tratando de recordar si tenía—, ahora vuelvo.
—¿A dónde vas? —cuestionó divertido.
—A la tienda, no tardo —soltó y la sonrisa en el rostro de Dipper incrementó—, vigila que nadie se acerque a Victoria mientras no estoy.
Una sonrisa enorme creció en su rostro y se acercó al rubio con aire de superioridad viendo con orgullo al dueño de la casa ponerse su abrigo dispuesto a salir de la casa.
—¿Ves? —inquirió con una sonrisa.
—Todavía no cantes victoria, Pines —le respondió—, no sabemos si fue a la tienda por eso.
—Es obvio que fue a la tienda por eso.
—No lo sabemos, me temo que tendremos que esperar a que vuelva —le soltó con una sonrisa, notando la impaciencia del menor.
[...]
Después de un par de minutos el castaño se acercó a dónde estaban entregándole a Will una botella bastante grande de agua mineral.
Para cuándo esto ocurrió bastantes personas ya habían abandonado la fiesta para irse a sus casas o para irse a otra fiesta, la gran mayoría en taxis o al menos eso es lo que quería creer el castaño.
—Aquí tienes, mi cielo —le dijo Gleeful.
Will lo miró con cierta duda y le sonrió.
—Oh, gracias —contestó antes de darle un corto beso en los labios.
—Si me disculpan, iré a verificar que mi hermana no esté vomitando o haciendo algo estúpido —les dijo antes de alejarse tirando lo que parecía ser un recibo de compra.
Bill estaba completamente incrédulo ante eso, había ido a la tienda a comprarle el agua mineral a su hermano sin que éste se lo pidiera directamente.
—¿Pueden creerlo? —soltó Will con los ojos llenos de ilusión—, sabe lo que quiero desde antes de que se lo pida.
—Es realmente bello —dijo Dipper.
—Will, ¿nos disculpas un momento? —preguntó el rubio con una sonrisa enorme en su rostro.
—Seguro —le respondió con amabilidad.
Y cuando ambos chicos estuvieron solos Dipper no pudo más.
—¡JÁ! —exclamó restregándole su victoria al mayor—, ¡TE DIJE!
—No puedo creerlo —soltó saliendo de su sorpresa.
—Empieza hacerlo, porque mañana tendrás que pagar nuestro almuerzo —regodeó el menor.
—Lo iba a pagar de todos modos.
—No es cierto, si hubiera perdido lo hubiera pagado, pero como el hubiera no existe tendrás que pagar... porque soy un ganador.
—Eso no tuvo sentido.
—Me vale, sigo siendo el ganador y como diría ABBA, el ganador se lo lleva todo.
Bill negó con diversión, el castaño era adorable.
—Me alegra saber que Gleeful quiere tanto a Will y no lo digo por el agua, guardar las notitas y tan siquiera escribirlas es lindo de su parte, al menos así sé que no está saliendo con un imbécil... espero —soltó el rubio—, es sólo que sigue sorprendiéndome dejar de ver a Gleeful como un ser sin emociones... o vida.
—No seas un imbécil tú, Bill —le dijo el chico—, Gleeful lo quiere mucho, creo que incluso lo invitará a pasar la navidad con él.
—Espera, ¿en serio? —soltó sorprendido.
—Estoy casi seguro de que sí —comentó el castaño—, no le digas aún a Will.
—No lo haré —murmuró un poco aturdido por la noticia—, desgraciadamente no odio a Gleeful lo suficiente como para matarle la sorpresa.
—¿Todo bien? —le preguntó Dipper notando el cambio de actitud del mayor.
—Um... sí —mintió con una pequeña sonrisa—, creo que sólo necesito sentarme, tal vez todo ese tequila me está afectando de más, ¿vienes?
Sin dudarlo un segundo más el menor acompañó a Bill a la ahora tranquila sala de estar y lo sentó en el sofá.
Y cuándo se sentó al lado de él, lo tomó de la mano y aunque nunca había visto a Bill afectado por el alcohol, sabía que había ciertas formas en las que podía ayudarlo.
—¿Estás bien? —le preguntó nuevamente una vez que estuvieron sentados, pero el rubio se mantenía viendo hacía abajo, bastante perdido en sus pensamientos.
Por eso mismo, hubo un pequeño silencio por un rato.
—Es que no sé... —murmuró algo titubeante.
—¿Qué es lo que no sabes? —le preguntó con un tono calmado y dulce.
Bill lo miró a los ojos por unos segundos, cómo si temiera de lo que diría a continuación.
—¿Será demasiado egoísta de mi parte si le pido a Will que no vaya? —soltó contrabajo—, no es que no quiera se la pase genial con Gleeful, es sólo que no quiero pasar navidad solo.
Y fue ahí cuando Dipper entendió lo que pasaba.
Supo qué efectivamente el alcohol en su sistema lo estaba afectando, pero no de la forma en la que él creía.
—Podrías pasar la navidad conmigo —le susurró sonrojándose hasta las orejas.
Y la mirada que Bill le regaló fue suficiente para robarse todo el oxígeno que tenía en los pulmones.
—Eso sería muy lindo —le contestó acercándolo a él—, ¿pero tú familia estaría de acuerdo?
—Honestamente mi madre mataría por conocer a la persona por la que siempre olvido contestarle —le respondió bastante aliviado de haberlo tranquilizado tan rápido—, estoy seguro de que me dirá que sí.
—Bueno... pues a mí me encantaría conocerla a ella —le dijo con una sonrisa muy cálida que derritió el corazón del castaño—, suena muy linda cuando no está regañándote por ser irresponsable con ella.
—¡No es mi culpa! —se excusó el más bajo con nerviosismo—, me cuesta mucho recordar cosas como la hora o que debo mandarle mensajes a mi mamá cuando estoy contigo, me distraes muy fácilmente.
Bill soltó una pequeña risa ante esa respuesta, no podía con el chico y la ternura que desbordaba cuando daba aquellas excusas.
—Tomaré eso como un "no puedo pensar en otra cosa que no seas tú cuando estamos juntos" —le respondió burlón logrando que el castaño rodará los ojos con diversión—, ¿o acaso estoy mintiendo?
—No pienso negar o admitir aquellas declaraciones —contestó con color en sus mejillas—, dejaré a tu criterio lo que quieras creer.
—Mmm... Mucha formalidad en esa respuesta suena bastante sospechoso a mí parecer —soltó el mayor—, pero no me preocupa porque estoy bastante seguro de que es así.
El rubio sonrió antes de tomar de la barbilla al castaño y juntar sus labios con los del menor en un suave y delicado beso.
Por el cuál, Dipper no pudo evitar sonreír de igual manera, él simplemente era débil ante el rubio.
Y aunque aún debía pensar en cómo exactamente le diría a su familia que tendrían un acompañante extra, nada de eso le preocupaba cuando Bill compartía esos momentos a su lado.
Su estómago se revolvía ante la idea, pero de cierta manera, le encantaba.
Y simplemente no podía esperar para pasar la navidad con él.
¡Wenas!
¿Cómo están? ¿A poco no se esperaban una actualización a las 6am?
¿Les gustó el capítulo? ¿Algún momento que les gustará del capítulo? ¿Qué creen que pasará en el próximo? ¿Creen que Bill podrá ver a su hermanito de la misma manera que antes? ¿Victoria es una niña consentida? ¿Ustedes sabían lo mucho que Gleeful quiere a Will o están igual de sorprendidos que Bill?¿Acaso nuestros pendejos tendrán una bonita navidad o un desastre monumental en su lugar?
Tanto Karla como yo hemos tenido días complicados y a decir verdad, algo duros, pero de verdad no tienen idea de lo bonito que sentimos al actualizar.
Ustedes creen que no, pero saber que al menos a una persona le gusta o le hace sonreír algo que hacemos es simplemente demasiado para nosotras. No tienen idea de lo mucho que significa para nosotras que haya gente que lea nuestras tonterías y las disfrute.
Así que de verdad esperamos que disfruten éstos capítulos, los traemos con mucho cariño.
Btw, después de editar BS y este fic juntos, si termino bastante confundida de tantos Masons y Dippers.
Anyways, les queremos.
Atte. Dipper y Mason.
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