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CAPITULO 20

Advertencia: el siguiente capitulo tiene contenido sexual.

Me quede estática con la mirada en dirección a la puerta para comenzar a caminar de manera silenciosa y pararme frente a esta, me sobresalte cuando un par de segundos más tarde la mujer al otro lado de esta dio un par de golpes en la madera.

-¿Paul? – volvió a llamar la femenina voz desde el otro lado de la puerta, sentí como si acido quemara en la boca de mi estómago, con una actitud poco propia de mi tome el pomo de la puerta para girarlo y jalarla hacia mi de forma decidida, en cuanto me asome en el umbral me percate de quien era ¿Cómo habría olvidado su apariencia de todas formas?, yo recordaba a la perfección la mujer morena de cabello negro y corto y cuerpo voluptuoso la cual yo había pensado que era la novia de Paul y la cual me había encontrado junto a él en una situación un tanto comprometedora.

-¿tu de nuevo? – me pregunto ella al verme, lanzándome una mirada de desprecio.

-digo lo mismo. – dije parándome derecha y levantando la cabeza de forma altiva. - ¿Qué quieres? – le pregunto luego de dos segundos de dirigirnos miradas de desprecio ¿Cuándo había empezado yo a ser tan ridícula?

-¿esta Paul en casa? – me pregunto empinándose para ver al interior de la casa por encima de mi hombro.

-si, pero esta durmiendo ¿para que lo buscas? – le pregunte apoyándome en el marco de la puerta para obstaculizarle la mirada.

-¿te importa? ¿acaso eres su novia? – me pregunto con un deje de desprecio en la voz, yo la mire un poco confusa pues su pregunta había logrado desestabilizarme un poco al no saber cómo responder.

-¿Paul te pidió que vinieras? – le pregunte, ella me miro con una sonrisa maliciosa. – te hice una pregunta... - le solté alzando la voz irritada por la estúpida expresión con la que me estaba mirando. Bueno ¿pero que me estaba pasando? ¿los celos enfermizos y posesivos son contagiosos? Oh Dios, ¿acaso era como la rabia en los perros?

-mira pelirroja, ten cuidado de como me hablas. – me dijo ella cambiando de postura para ponerse a la defensiva. - ¿acaso no sabes cómo es Paul Lahote? Debe estar entretenido con su nuevo juguete, pero ese capricho no le va a durar mucho. - ¿capricho? Yo no era un capricho y estaba segura de eso, sin embargo, mi sangre había comenzado a hervir y no le permitiría que me hablara como quisiera.

-yo podre ser el nuevo capricho, pero no ando buscándolo para mendigarle atención. – le dije, note como su expresión segura se descomponía para mirarme con odio, ella alzo su mano en mi dirección y yo alce mi brazo para bloquear su golpe con mi antebrazo, agradecí el hecho de tener buenos reflejos. Para ese punto yo ya estaba furiosa por lo cual en cuestión de segundos me abalance sobre la chica, los brazos de quien estaba segura era Paul me detuvieron antes de que yo tan siquiera la tocara para arrastrarme hasta el interior de la casa, vi a la mujer entrar detrás de nosotros tratando de alcanzarme para golpearme, Paul me soltó obligándome a quedarme detrás de su cuerpo para el girarse y plantarle cara a la mujer que trataba de alcanzarme.

-esa perra intento golpearme. Quítate de mi camino que voy a matarla. – le dijo ella para empujarlo, aunque claro su empujón no logro que Paul se moviera ni un centímetro.

-¿matarla? – pregunto Paul dando un paso hacia ella, pude ver como la mujer se encogía ante su mirada. – no te atrevas a tocarla Nunca ¿te queda claro? – le pregunto el con sus ojos clavados en ella. – ¿QUE SI TE QUEDO CLARO? ¡LUCIA! – le grito Paul logrando que ella se estremeciera, ella asintió lentamente. – ahora desaparece, no quiero verte nunca más. Creí que te había quedado claro la última vez que hablamos. – le dijo, Lucia me lanzo una última mirada con odio para luego mirar a Paul con una expresión de miedo y por último salir de la casa.

-¿Por qué te metiste? Aggggg, yo iba a... - le dije a Paul elevando el tono de mi voz y pasándome las manos por el cabello para revolverlo desesperada. - ¿no estabas durmiendo? – le pregunte mirándolo severa.

-ustedes estaban hablando demasiado ¿Cómo iba a dormir con tanto murmullo? – me pregunto acercándose a mí, palidecí tan solo de imaginar que Paul había escuchado nuestra estúpida disputa. - ¿Qué fue eso? – me pregunto disminuyendo cada vez mas el espacio entre nosotros. - ¿eso fue acaso una escena de celos? – me pregunto dirigiendo su mirada a mis labios, mis piernas habían comenzado a temblar. Intente dar par un paso hacia atrás, pero en cuanto lo intente Paul paso una mano por mi cintura atrayéndome a él y chocando mi cuerpo con el suyo. – dime sirena ¿esos fueron celos?

La mirada de Paul y su cercanía amenazaban con hacerme perder la razón yo intentaba a toda costa tratar de evitar su mirada y zafarme de su agarre.

-deja de restregarte en mi o no respondo. – me dijo causando que yo frenara mis movimientos al instante. – demasiado tarde – me soltó con una mirada lujuriosa, Paul me dedico una sonrisa burlona para luego alzarme obligándome a rodear su cintura con mis piernas para luego camino en dirección al sofá de la sala para recostarme en este con el sobre mí, para este punto yo ya no era capaz de musitar palabra; anhelaba tanto tenerlo cerca que me debatía entre mantener mi orgullo intacto o disfrutar nuestra cercanía, todo se fue al carajo cuando Paul inclino su cabeza para que su rostro quedara a centímetros del mío, la mirada que el me dedicaba era juguetona yo estaba petrificada a causa de todas la sensaciones que me estaban abrumando en ese momento, el beso que estaba esperando se postergo cuando este se arrastro para bajar hasta mi cuello y repartir allí delicados besos, sentí como inclusive besaba mi clavícula y pechos por encima de mi camiseta Paul regresaba a mi rostro dejando besos en el camino cuando llego a la punta de mi mentón me mordió con delicadeza, logrando un jadeo de mi parte. Abrí mis ojos para ver como sonreía ante mi reacción, para luego mirar mis labio con un deseo evidente para entonces besarme, me beso de manera delicada y me encontré respondiendo a su beso, parecía darse el tiempo de saborear mis labios permitiéndome hacer lo mismo con los de él, mordió mi labio inferior logrando que yo soltara de nuevo un jadeo momento que aprovecho para introducir su lengua en mi boca al tiempo que bajaba su mano derecha por mi cuerpo para tomar mi pierna y aferrarla más a él cerrando aún más nuestra proximidad, por mi parte yo paseaba mis manos de manera desesperada por sus brazos, torso y espalda. Me encontré bajando mi mano por su torso para alcanzar el botón de sus pantalones he intentar desabrocharlo, Paul se alejo un poco de mi ante mi acción, yo lo mire con confusión. – tu solo dilo. – me dijo con un tono demandante.

-¿decir qué? – le pegunte con desesperación.

-que eres mía. – me dijo mordiendo su labio.

-no voy a decir eso. – le dije respirando profundo y mirándolo de mala gana.

-¿ah no? – me dijo acercando su intimidad a la mía en donde su miembro parecía estar apretado en su pantalón, el roce me estremeció. - ¿segura? – me pregunto de nuevo simulando una envestida yo cerré los ojos con fuerza al no poder soportar el deseo.

-esta bien! ¡Si lo soy!

-grítalo.

-SOY TUYA, LAHOTE. – le grite, Paul sonrió ampliamente, para luego volver a besarme de manera salvaje, sin ser completamente consiente de cómo había pasado un par de minutos más tarde Paul y yo ya nos había deshecho de la ropa que nos había estorbado tanto minutos antes, yo me sentía completamente lista para que Paul me hiciera suya, para que entrara en mí. En un ágil movimiento Paul introdujo su mano entre los cojines, vi como sacaba un preservativo del interior de estos. Bueno, pero ¿Qué hacia un condón escondido en el sofá? Lo mire con desconfianza, mirada que Paul ignoro para besarme de nuevo  luego apresurarse a sacar el preservativo de su envoltorio y ponérselo, Paul clavo sus ojos en los míos en el momento que se introducía en mí, para luego besarme y comenzar a dar embestidas contra mí en cuestión de segundos la sala de su casa se lleno de jadeos y gemidos de placer.

De alguna extraña manera terminamos sobre el suelo del lugar yo descansaba plácidamente sobre el pecho de Paul mientras este subía y bajaba a causa de su respiración mientras yo luchaba por recuperar el aliento, Paul me abrazaba con su brazo derecho mientras su mano izquierda dibujaba círculos sobre mi espalda desnuda, todo estaba en silencio y en paz.

-aquí no está la llave. Él está en casa. – escuche la voz de Brady al otro lado de la puerta, este probablemente acababa de rebuscar entre las materas para buscar la llave que Paul usualmente guardaba allí.

-¿en serio idiota? – le dijo Embry. – ¿acaso no escuchas las respiraciones dentro de la casa?

-si lo hago, solo no me quiero meter con Paul. – le respondió Brady, para ese entonces yo me había bajado del pecho de Paul y me había cubierto con mi camiseta blanca. Paul y yo estábamos sentados sobre el piso mirándonos con el ceño fruncido escuchando la conversación que se estaba dando afuera.

-uhhh el olor en el ambiente también da indicios de algo. – dijo Quil esta vez. - ¿Cómo estas saritah? ¿te trataron con cuidado? – pregunto desde afuera todos al otro lado de la puerta comenzaron a reírse, yo mire a Paul con evidente vergüenza, Paul en cambio se veía molesto.

-tienen cinco segundos para desaparecer. – les grito Paul.

-a ver uno... - había comenzado a decir Embry al momento que Paul alcanzaba mi zapato y lo lanzaba para golpear la puerta, tras el estruendo que causo el zapato contra la madera escuche a los tres chicos salir corriendo del porche, Paul se giro a mi para mirarme con una expresión de disculpa.

-ya se fueron, preciosa. – me dijo quitándome la camiseta para acercar mi cuerpo desnudo al de él, de nuevo. Este depósito un tierno beso sobre mis labios. – te amo - me dijo obligándome a abrir mis ojos con sorpresa.

-también te amo. – le respondí con una sonrisa, y era increíble, pero estaba completamente segura de que lo amaba, Paul era el hombre grosero y molesto que había conocido en verano lo cual hasta este día no era mucho tiempo, pero yo lo amaba y estaba segura de que no seria capaz de decirle esas palabras a ningún otro hombre, porque Paul a pesar de todo me miraba como si fuera su universo y el también lo era para mí.

-ah! ¿Qué hacia un condón escondido en el sofá? – le pregunte un minuto mas tarde sacando la cabeza de su pecho.

-solo soy prevenido. – me respondió como si nada yo solo lo mire entrecerrando los ojos, preguntándome en que otros lugares dela casa tendría más preservativos escondidos. 

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no  tengo comentarios sobre esto, así que juzguen por ustedes mismos. jajjaja

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