Never Fade;
Never Fade;; Katelyn Tarver
Thomas:
>> I know you never asked for this or ever would, and you carried all the weight alone you tought you should. Just know i'm not going anywhere...<<
No habían pasado ni dos horas que Thomas había despertado de la transformación cuando contó todo lo que había visto y salió corriendo hacia el bosque tratando de estar solo. No lo culpabas, realmente resultó muy difícil saber que él junto a Teresa habían estado involucrados en la creación del laberinto, así como en la elección de cuantos de ustedes formarían parte de aquel experimento.
Quisiste darle su espacio para que pudiera pensar bien las cosas, pero luego de que Thomas se perdiera la merienda y la cena decidiste buscarle entre la espesura del bosque y el frío tenebroso de la noche. Cogiste una pequeña antorcha iluminando tu camino hasta el pequeño lago donde casi siempre Thomas huía para poder relajarse ajeno a todo lo que pasaba en el área. Rodeaste la orilla hasta cruzar por el tambaleante puente de piedras y le encontraste del otro lado sentado contra un árbol.
Te sentaste a su lado dejando la antorcha clavada en el follaje mientras intentabas descifrar la expresión de su rostro. Tenía los ojos fijos en el césped y las manos temblándole sobre el regazo. Soltaste un suspiro cogiendo sus dedos para entrelazarlos con los suyos.
—Thomas...
—Todo esto es mi culpa—susurró apretando ligeramente tu mano—Los alejé de sus familias, arruiné sus vidas...
—Quizá sería más fácil creer en tus palabras si nuestros recuerdos no hubiesen sido borrados—mencionaste acariciando su dorso con tu pulgar—Pero no podemos culparte por algo que ninguno de nosotros recuerda
—Yo sí, lo recuerdo y fue horrible
—Seguramente lo fue
—Y aun con eso no entiendo cómo puedes seguir aquí conmigo—dijo mirándote fijamente. Su ceño se frunció como si estuviese esperando algún otro tipo de reacción—Deberías estar odiándome. Como Gally. Y como todos los demás
—No podría hacerlo, sé que nunca pediste esto, ¿Quién lo haría? Y cargaste con ese peso tú solo porque pensaste que debías hacerlo. Lo único que quiero es que sepas que no me iré a ningún lado— Sonreíste observando la expresión incrédula de su rostro. Besaste su barbilla, animándolo—Necesitas todo el apoyo posible, ¿verdad? ¿Para enmendar lo que hiciste?
Thomas asintió
—Sí
—Bien—le tendiste la mano para que se pusiera de pie y él lo hizo en un segundo. Apretó tu mano como si de pronto tuviese un motivo para seguir luchando—Entonces cuenta conmigo
Newt:
>> I know that you are so afraid i feel it too <<
Faltaba poco para que los penitentes salieran del laberinto hacia el área como cada noche desde que las puertas no cerraron y los habitantes estaban preparándose para no sufrir pérdidas tan grandes como en las noches anteriores. Newt estaba dando las ultimas indicaciones cuando se giró hacia a ti pidiéndote hacerte cargo de la seguridad de los más pequeños, se encerrarían en la habitación más grande de la finca esperando a que los penitentes se fueran por la mañana y por si las dudas, te entregó una espada que él mismo había fabricado.
—Espero que no tengas la necesidad de usarla, pero si la tienes sólo intenta recordar nuestros entrenamientos
—Está bien—cogiste el arma con manos temblorosas bajo la mirada atenta de Newt. Guardaste la espada con cuidado en tu cinturón echándole un ultimo vistazo al área donde los guardianes les daban las ultimas indicaciones a los habitantes que quedaban. Esa noche los penitentes se llevarían a otro de ustedes y no podías evitar pensar quien sería. Te despediste de Newt besando su mejilla—Cuídate
—Lo haré—Diste media vuelta para dirigirte hacia la finca cuando te detuvo por el brazo apretándolo suavemente. Su mirada se suavizó y la tensión de su cuerpo desapareció en un abrazo de despedida. Hundió su nariz en tu cuello y susurró: —Sé que tienes mucho miedo, yo también lo siento, pero no debemos dejar que sea más fuerte que nosotros. Esto va a tener que terminar en algún momento y nuestra prioridad debe ser cuidar los unos de los otros.
—Por supuesto, ¿Volveré a verte en la mañana?
—Eso espero—mencionó deshaciendo el abrazo dejándote con un nudo terrible en el estómago. Él te sonrió, pero el gesto no pudo llegar a sus ojos apagados—No mueras
—Tú tampoco
Gally:
>> When you're with me you don't have to play pretend <<
Habías terminado antes que nadie tus tareas del día por lo que decidiste ir a la zona de los constructores donde tu novio intentaba terminar una nueva mesa para el comedor que había empezado hacía ya un par de semanas.
Le saludaste con un beso en la mejilla haciéndole sonreír sin dejar de trabajar en esa madera que estaba dándole problemas, así que no le distrajiste más y te fuiste a sentar debajo de las ramas de un inmenso árbol cerca de donde Gally estaba. Le veías de vez en cuando mientras tratabas de formar un pequeño tótem con un pedazo de madera que le habías robado previamente, cuando notaste que el constructor hacía un mal movimiento soltando un fuerte golpe en su mano con el martillo.
Gally soltó un pequeño "Ay" por el dolor, pero cuando recordó lo cerca que estabas de él sacudió la mano e hizo como si nada hubiese pasado. Soltaste una carcajada imaginando cuanto tiempo podía aguantar de esa manera hasta aceptar lo mucho que le dolía.
Él siguió trabajando aun si sus dedos se habían puesto morados y la palma le ardía bajo el sol. Sacudiste la cabeza dejando el tótem de lado.
—No tienes que fingir cuando estás conmigo, Gal, te duele
—No es verdad
—Tú mano parece una ciruela
—Es su color natural
—Ven acá, tonto—Él se acercó sosteniendo su mano herida con la otra y una mueca de derrota en la cara. Sonreíste, mirando su herida—Conmigo puedes llorar todo lo que quieras, no te juzgaré ni nada
—No quiero llorar—le miraste mal. Sus ojos lagrimearon—Bueno, tal vez un poquito
—Oh, cariño
Minho:
>> I wish i could give you an answer, say the right words and it'd make you feel better... <<
Eran los primeros meses del embarazo y tu día se resumía en visitas al baño para devolver lo poco que ingerías por las mañanas. Minho dejó de ir al laberinto para atender cualquier cosa que necesitaras como sostener tu cabello mientras vomitabas o contener tu rabia porque Thomas se comía tus galletas favoritas.
Newt se dirigió esa tarde al cuarto de baño encontrándolos a ambos en una pintoresca situación: tú con la cabeza metida en el retrete conteniendo las arcadas mientras Minho tomaba tu cabello en el aire y sobaba tu espalda. Newt se apoyó en el marco de la puerta, sonriente.
—Vivan los novios—Minho lo miró mal, pero eso no le detuvo a Newt para no reírse con ganas—Que asco. Siento pena por el chico que tendrá que limpiar eso
—Tu lo harás si no te callas—le amenazó Minho acariciando tu espalda con más ímpetu—Dios, cariño, desearía poder darte una respuesta, decir las palabras correctas y hacerte sentir mejor, pero justo ahora lo único en lo que puedo pensar es en que esto es mi culpa
—Tuya y de tu pene entrometido
—¡Newt!
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