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No debí dejarme convencer por el maldito traidor de mi hermano.
Entremos en contexto: después de ducharme y cambiarme con un camisa negra, un pantalón de vestir negro, un chaleco color negro. Todo muy dark, ja, para hacer mi papel de mafioso. Pero al parecer mi querido hermano no entendió mi disfraz y me dio una mascara horrorosa de Scary Movie que no iba a juego con mi traje de un sofisticado color negro pero resignado me la puse una vez llegamos a la bendita fiesta Taehyung desapareció, me abandono en una fiesta llena de niños hormonales.
No es que me considere alguien viejo pero tengo treinta años y esta fiesta esta llega de veinteañeros que escuchan músicas horrorosas, hablando de temas que sinceramente no me interesan y peleando por cosas como que insecto da mas miedo ¿la cucaracha o la araña? Obviamente que la cucaracha, esas cosas aparte de que son feas y dan miedo hasta vuelan las malditas.
Pero siempre esta el alcohol y ese el único lado positivo, Jimin se lucio con su bar, todo tipo de bebidas, grandes y de colores diferentes que jamás en mi vida había visto, si, por esto yo me quedo encantado.
- Hyung esa mascara es horrible - me dice Jimin cuando me ve a lo que yo solo sonrió con gracia aunque el no me pueda ver gracias a la bendita mascara que me hace sudar como chancho al horno.
- ¿Cómo supiste que era yo? - pregunto.
- Tae me dijo que tenias esa mascara y tu eres el único con esa cosa. Quítatela te traje otra. - me dice con una bonita sonrisa que achica sus ojos volviéndolas medias lunas.
Miro la nueva mascara y esa si que esta con hermosos destellos dorados y negro pero lo mejor de la mascara es que solo cubre los ojos y una parte del rostro dejando libre mi boca y el lado derecho de mi mejilla derecha, bonita. Con gusto me quito esta mierda y me pongo la nueva mascara.
- ¿Qué tal me veo?- le digo haciendo una pose a lo cual el rie.
- Muy sexy hyung, bueno te dejo con tus tragos que disfrutes la noche. - me dice mientras que palmea mi hombro .
- Gracias mochi tu también dile a Taehyung que te duro contra el muro.
Veo como sus mejillas se sonrojan y deja salir una risita nerviosa.
- Hyung no diga eso - dice en un susurro antes de marcharse.
Hay esos dos son tan idiotas, se nota a lejos que ambos se quieren y no precisamente como amigos, no, esos dos se desean de manera mas profunda y carnal pero ninguno se atreve a dar el primer paso, par de bobos.
- Señor aquí le traemos una de nuestras bebidas mas exoticas, el abismo.
Madre santísima, es negro, a mis treinta años de edad jamas en mi vida había conocido un licor de color negro y es que es un negro muy profundo. Su sabor es dulce y algo amargo al mismo tiempo, deja una mescla única.
- Te luciste Min - le digo al barman a lo cual el sonríe encantado - Tráeme otras tres - digo tomando otro sorbo del exótico licor.
- A sus ordenes - dice con una sonrisa cortes.
Que encantador muchacho.
Hecho un vistazo a mi alrededor y veo parejas bailar muy acarameladas y eso hace que el recuerdo de mi ex vuelva.
A mis treinta años estoy más solo que el actor de Soy Leyenda. Jesucristo ya ni siquiera maldigo con decencia la otra vez que me golpee el dedo chiquito con la esquina de la puerta en vez de decir un fuerte "Mierda", dije "Por la santa iglesia católica"
¡Ay Dios!, soy un abuelo.
Y no es de mucha ayuda estar rodeado de adolescentes hormonales, dios, puedo ver cómo algunas parejas no tienen ni pudor a hacer un espectáculo frente a todos.
Por eso la juventud de hoy está perdida, ¡hay, no! ¡los pensamientos de abuelo me persiguen!
Suelto un suspiro cansado y me dedico a beber mi copa para seguir lamentando mi miserable existencia aunque alguien tenía otros planes porque siento una mano tocar mi espalda llamando así mi atención.
Me giro y veo a un chico rubio, musculoso y con unos alucinantes ojos celeste que creo que son lentillas, sus rasgos son tan juveniles pero a la vez rudas no puedo contemplar todo su rostro a causa de la mascara que tapa la mitad de su cara. Lleva puesto un bonito suéter azulado y unos jeans rasgados. Es sin duda un chico muy apuesto, pero lo que me inquieta es la manera en como me mira.
Deseo, este niño me mira con tanto deseo que me siento algo intimidado.
- Ahora mismo se me está antojando algo dulce como tú - su voz es gruesa y a la vez dulce, supongo que es su voz de seducción. Y su labia es un tanto mediocre pero pasable
Todavía siento su mano en mi espalda, el calor de esta hace que mi cuerpo sienta hormigueos en esa parte. Soy muy consciente de que soy atractivo pero está es la primera vez en mi vida que un chico trata de ligar conmigo. Y sinceramente no sé como reaccionar.
- No soy gay, lo siento - digo de una manera respetuosa.
Puedo ver como el chico deja salir una pequeña carcajada, sus ojos brillan de diversión genuina.
- No necesito que lo seas cariño puedo manejar eso.
El muchacho se sienta en el taburete que está a mi lado para luego tomar el vaso de mis manos y beberla. Todo eso mirándome con esos ojos seductores.
¡Que descaro!, estos mocosos de hoy en día ya no tienen respeto por sus mayores.
- Oye, niño, vete no estoy interesado. - digo un tanto irritado.
Cuando deja la copa en la encimera puedo deslumbrar una gota del cóctel en sus labios, los cuales brillan de un bonito tono rojizo y rosa, en una esquina del labio inferior esta una pieza metálica. Dato curioso: siempre me dijeron que los chicos con piercings hacen grandes mamadas. Veo como se lame los labios, dejando a estos húmedos y más brillosos. Cuando me vuelvo a dirigir a sus ojos capto arrogancia, me a visto.
- Puedo hacer que te intereses- su mano derecha se acomoda en mi muslo- Prometo hacer un buen trabajo.
Son palabras simples, no deberían haber causado excitación en mi pero ahí me vez imaginando al bonito chico arrodillado mientras que se traga mi polla, ver como sus bonitos labios se estiran por mi circunferencia, que se ahogue. Quiero cogerlo y hacer que ruegue, que llore por...
Hay, por Dios, ¿Desde cuando soy gay? ¿Esta es la llamada crisis de mediana edad?
- No lo pienses mucho cariño solo déjate llevar.
No se exactamente en que momento el chico se acercó tanto a mi que ni cuenta me di que ya estaba parado entre mis piernas, su cercanía era altamente alarmante, me fastidia un poco que este niño me este intimidado con su sensualidad y seducción.
Un niño intentando seducirme y al parecer lo está logrando. Dios, si que soy fácil, con unas cuantas palabras y miraditas sexis ya conseguí mi tarjeta gay sin quererlo.
Bueno dos pueden jugar a esto, al parecer no soy tan hetero como pensaba pero siempre hay una primera vez y este es un muy bonito niño. Lo que pase esta noche se queda aquí.
- ¿Cómo te llamas? - pregunto mientras que rodeo mis manos por su cintura, sonrío al sentir como su cuerpo se estremece ante mi toque, me alegra no ser el único afectado - No tuviste la decencia de presentarte, mal educado.
Sus ojos brillan en lujuria, sus manos se acomodan en mis hombros y deja caer su peso apoyándose en uno de mis muslos.
- Mi nombre es Jungkook- se acerca a mí oído y me susurra- Puedes educarme bien papi.
Jesucristo, perdona todos mis pecados y líbrame de todo mal amen.
Que me llame papi un hombre no deberían causar que mi pene se vuelva dura y tampoco deberían darme ganas de empotrar a este mocoso y fallarlo hasta que se olvide de formular una palabra.
- Sin duda mereces ser castigado por ser tan desvergonzado. - le susurro, mi voz salió mas gruesa por culpa de la excitación que e empezado a sentir.- Mi nombre es Seokjin.
Veo como sonríe con diversión, mientras sus manos empiezan a vagar por mis hombros masajeándolos con delicadeza, provocando que mi piel se erice ante sus toques. Pego un respingo cuando una de sus manos agarra mi bulto sin ninguna vergüenza. Y me dice con una voz sumamente sensual.
- Soy un chico malo, merezco ser castigado solo no seas muy duro ¿si?. Seokjinnie.
No debería pero, joder lo deseo tanto.
♡♡♡
Apreciemos al Jin de esta historia
Con el antifaz.
Cabe a mencionar que este va a ser mi primer libro lleno de smut, no soy buena explicando cosas explícitas así que espero no decepcionar a nadie.
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