Capítulo 1 (Primer encuentro)
Se dice que la risa es la mejor medicina para cualquier mal, pudiéndose decir que aquel establecimiento era perfecto, pintoresco con temática de manzanas, juegos y animatronicos por todos lados, era un buen hospital para la alegría de cualquiera.
Solo que uno no estaba del todo contento...
El imp de cuernos largos resuello por décima vez en todo el día. Vaya que fue una mierda el día de hoy. Volvió a dar otra bocanada de aire con desanimo, limpiándose por completo su desgastado maquillaje colorido de payaso, junto con una mediana cantidad de juego de tomate que quedo escurriéndose en su rostro al ser victima nuevamente de los interminables abucheos de los que constantemente se tenía que retirar por no poder aguantar por mucho tiempo ese maltrato público.
—¡Blitzø! — lo llamo una de las pocas personas que de verdad la consideraba familia.
—Mils — le correspondió el saludo, después de respirar hondo, y disfrazar su decaído animo con una máscara de una convincente sonrisa de su parte para evitar preguntas.
—Me dicen por ahí que no te fue muy bien hoy — dijo la diablilla de baja estatura a su amigo con un par de cuchillos en su mano.
El imp masculino frunce el ceño, volteando su mirada a otro lado. No quería hablar de eso a decir verdad. Pero no era un secreto para nadie su fama de ser un mal comediante y un pésimo artista. No se consideraba tan malo, solo es que la gente es demasiado pendeja como para no saber valorar el verdadero arte de la risa y lo teatral en la música.
—Tks, no me importa — bufo, haciéndose el desinteresado, terminando de una vez por todas en abotonarse su camisa vino-tinto que tenía a la mitad sin acabar, así para proseguir con su gabardina oscura y su accesorito de cuello tan amado —Me pagan de igual forma.
—Seee...hablando de eso. Te tengo malas noticias — cambio su semblante alegre a uno más serio la joven imp. Blitzø arquea una ceja, entre dudoso y angustiado. Parecía que sus desgracias no acababan —El jefe dice que no nos dará la parte acordada el día de hoy, por algo llamado "no me han depositado lo suficiente esta semana" — remedo a forma de bula la mujer.
—¡Ahg! ¡Ese infeliz pito corto robotico! — exclamo con enojo —¡Le daré una buena patada en todo su metálico culo para ver si se le quita lo tacaño! — grito todavía más alterado —¡Tengo una hija que alimentar! — su enojo paso hacer tristeza.
Loona, su vida, su amor, su todo. Era completamente lo que le quedaba por lo que valía incluso dar la vida por ella.
—Blitzø...¿Sabes que es solo un perro verdad? — le hablo con algo de sarcasmo al ver la reacción exagerada del hombre por preocuparse mucho por un animal.
—¡¿Y?! — dijo algo insultado —¡Es MI bebe, así que más te vale no volverte a dirigirte a mi nena con esa indiferencia! — le advirtió serio, pero a la vez entre risas. Sus discusiones podían hacer que pelearan y rieran a la vez.
Es una buena amiga. Su mejor amiga.
Ambos salen del camerino de Blitzø, dignándose a ya no cobrar por la semana al saber la avaricia de su jefe, debían de hacer otra cosa antes de que tengan que llegar a extremos.
Frenaron al escuchar en relámpago, tal parecía que se aproxima una gran tormenta, cayendo a los segundos una lluvia de lo más ruidosa.
Vaya que el día no era para ninguno de los dos.
Blitzø saca su teléfono celular, revisando su bandeja de notificaciones sin dejar de caminar a lado de su compañera, esperando a que semejante clima se detuviera al estar ls dos atrapados dentro de la carpa de circo junto con un par más de los trabajadores. En cuanto a Millie, dio una mirada rápida a la entrada de la carpa, asombrándose por lo que acababa de entrar al mismo lugar que ellos.
—Pon atención~ — susurró Millie a Blitzø, haciendo que este posará sus ojos en ella, mirándola con extrañeza —Un príncipe ante nosotros — terminó de avisar. Haciendo que ambos clavaran más sus miradas a la figura ante ellos.
En efecto, era un príncipe. Se acomodaba el borde de sus largas botas, dejando ver su emplumado pecho esponjoso al incorporarse en su postura habitual, con su ropa y plumaje húmedos por la imprevista lluvia. Les pareció a ambos que se movía en cámara lenta, sacudiendo su cabeza de un lado a otro con el propósito de ceca mejor las plumas de su cabeza, semejándose a su cabello, teniendo una mirada algo perdida como vehemente. Ambos imps no le quitaban la mirada de encima, detallándolo con sumo asombro, abriendo más las cuencas de sus ojos y bocas sin poder superar su hipnótica presencia. Tractiva como ardiente, sin dejar lo refinado y elegante de su vestir.
Algo fuerte golpeo el pecho del demonio macho. Sintiéndose incomodo como extasiado a la vez. Trago saliva de golpe, sentía que su boca se hacía agua con un par de segundos.
El demonio con apariencia de búho se adentra más hacia el lugar de diversión y trabajo, mirando con detenimiento todo el lugar. Millie no lo pensó dos veces y, solo se dirigió al aparente príncipe de larga estatura.
—Oye, pss...Millie~ — susurro el imp llamándola, pero la diablilla solo hizo caso omiso a sus llamados. El imp masculino no le quedo de otra que solo quedarse donde estaba, viendo que era lo que su compañera y amiga se traía entre manos.
—Dígame...¿Con quién puedo hablar para preguntar la estabilidad y seguridad de este parque? — pregunto cortésmente el demonio real. Sonriendo con cortesía.
—Oh, pues, nuestro jefe esta algo ocupado ahora, pero con mucho gusto puede hablar con mi amigo que esta por allá — hablo señalando a Blitzø, quien estaba demás decir que su gesto al verse involucrado en la conversación fue una simple mueca de pánico, provocando que la única macha blanca que tenía en su cara se enrojeciera casi como el resto de su cuerpo.
—Ya veo — alego mirando al demonio que menciono —Gracias — dijo alejándose de la fémina demonio para aproximarse al chico imp de cuernos largos.
Blitzø quería matar a su amiga en ese preciso instante, duplico más sus ganas al ver como ella se despedía con su mano, incluyendo una mueca de burla pero, a su vez con positividad. Caminando a otra parte. Dejando a su suerte al diablillo con el demonio Goetia. El mencionado traga grueso, alzando su vista a lo que casi parecía ser un poster de luz andante; un porte muy alto, elegante, refinado, atractivo...ok, se estaba saliendo de lo importante. No sabía que era lo que le dijo Millie, tan solo le quedo apretar su cola con fuerza y cruzar los dedos de que no le hiciera algo, pues a pesar de su exterior aparentemente amigable, fogoso y sensual, podría despedazarlo si quisiera en un abrir y cerrar de ojos. ¡Es un Goetia por Lucifer!
—¿Puede ayudarme? — pregunto el demonio de plumas azules al bajito que tenía al frente. Este sin poder decir otra cosas tan solo asiente algo ido como impactado.
Tose un poco con la intención de aclarar su garganta, mira al su alrededor, le señalo un par de sillar un una mesa en donde podían estar más cómodos, teniendo encima de la misma múltiples útiles de oficina y estudio, eso junto con la esperanza de que un trabajador cualquier pasara y le diera mejores explicaciones a él que su propia persona, pero nadie se veía a la vista, o al menos no mejor capacitado para hacerlo. Juega por un momentos con sus pies, así poniendo sus manos en su espalda, para de una vez por todas mirar atentamente al demonio de la realeza, sonriendo en el proceso, dejando deslumbrar sus colmillos amarillentos de filosos, abriendo más la boca para proseguir con lo que el cliente deseara. Cambio repentinamente de pose, reposicionando sus manos al frente suyo, juntas, como cualquier ejecutivo importante.
—¿Qué tipo de información específica busca? — hablo fingiendo muy bien su calma, muriéndose de los nervios en su interior. Siempre fue muy bueno fingiendo y ocultando sus verdaderas intenciones. Como sus llantos, decepciones, orgasmos, etcétera.
—Pues, no estoy muy seguro...vera, soy pésimo con cosas como esta — declaro esbozando una emplea sonrisa; sonrisa que fue inevitable que Blitzø se la devolviera —Es un broche muy interesante, señor...— hablo esperando información de su nombre. Cambiando abruptamente de tema hacia su accesorio de cuello.
—Buckso, Blitzø (La O es muda) Buckso — hablo presentándose.
—Stolas Goetia, es un placer — dijo extendiendo su mano de garras delgadas y finas, tan oscura como la noche. Blitzø no hizo esperar y acepto su saludo de inmediato.
—El placer es todo mío — elogio con una sonrisa larga en su cara de demonio.
—¿Puedo? — pregunto señalando un pañuelo de color rojo en una de sus mangas.
—Puede ¿Qué? — le cuestiono perdido.
—Quiero limpiarme — dijo mostrando las plumas de su cuello: húmedas y un poco oscuras, pero que gracias a las escasas gotas brillaban como en un cielo estrellado.
Blitzø jadeo, sobresaltándose un poco.
—¡Oh! Por supuesto— dijo con algo de pena, le tomo casi cinco segundos poder sacar el pañuelo que por desgracia del imp estaba conectado con una gran cantidad de otros de estos de todos los colores. Era parte de un espectáculo al fin y al cabo.
Cuando pudo al fin desprender el que quería se lo entrego caballerosamente. Stolas le agradece, secándose su pecho y cuello, esto no pasó desapercibido en Blitzø, teniendo que tragar el enorme nudo que tenía en su garganta y cruzar las piernas para evitar que cierto "amiguito" se diera cuenta de lo emocionado que estaba, al final ambos volvieron al tema.
—Como le decía de su broche...me recuerda a una de esas..¿Cómo se llama?— miro a un lado pensativo —accesorios que suelen usar los piratas — termino la oración.
—Oh, sí...supongo que se podría decir que me robo muchos tesoros~ — sonrió el diablillo. Tomando su accesorio con su mano, tratando de mirarla}o con detenimiento.
Apenas paso un segundo cuando vio otra mano (mejor dicho garra) acercarse a su cuello, tirando del mismo broche, jalando a su vez la cara del pequeño imp hacia el delicado y perfecto rostro del búho, provocando que Blitzø le pasara un infernal escalofrío en su espina dorsal, se petrifico ante la cierta cercanía entre el príncipe y su persona, abriendo los ojos con asombro.
Mierda~ incluso estando más de cerca era jodidamente hermoso...
—Me pregunto si sería todo un ladrón profesional~ — hablo casi en un suspiro, estremeciendo al joven artista. Asintiendo con algo de pena.
—Tal vez~ — respondió casi sin aliento, sin apartar su mirada. Sintiendo una enorme tención en el ambiente, una tan fogosa que todo el infierno se quemaría al instante.
—¿Usted puede robar otras cosas además de tesoros...señor Buckso? — la vos tan relajante e innegablemente sensual del Goetia estremeció cada vello del imp. Aclarando que todavía seguían en la misma posición, sin apartarse ni un solo segundo. Stolas le propina una mirada tan candente, sin saber Blitzø si era intencional o sin querer, sea como sea...eso mandaba señales estupefactas a su órgano reproductivo que ya se estaba calentando por tanta intensidad por parte del demonio azul.
—Yo...— no era capaz de alzar la cara, la pena con la vergüenza estaba hecho de que sentía de que algún momento estaba por estallar, eran motivos suficientes como para decidir no hacerlo —H-Haa...yo — no pudo evitar sonrojarse, eso era una señal de alerta, tomando su broche con delicadeza para quitárselo de las manos del otro, queriéndose alejar para retomar su posición anterior y posarse igual de recto como era su costumbre, jugando bromeando con su broche calavera como el simpático payaso que acostumbraba ser —Tiene brillante colores...es un broche de energía. Se supone que te sientas...poderoso — dicho eso hizo presión en su brazo, ganándose mas seguridad por su parte.
—¿Y funciona? — pregunto el ave con chispas en sus ojos, cruzando sus piernas con una elegancia sobrenatural, definitivamente el imp tuvo que moverse con cuidado para disimular su algo notable erección.
El de cuernos largos sonríe incómodo. Incomodo consigo mismo, esto no era nada profesional si estaba hablando con un futuro cliente.
—Ahora...¿Que me dice sobre querer investigar el parque? —dijo intentando sacarle punta a un marcador (pensando que era un lápiz) con la intención de apuntar las preferencias del demonio azul, provocando que se dañara el artículo de tinta por semejante estupidez cometida abajo los efectos de los nervios. Él viendo su desastre se desase del lápiz de tinta, sonriendo nuevamente con algo de nervios —Puedo explicarle la rutina que tenemos preparados para eventos, experiencias y entrevista con los demás acróbatas — hablaba algo rápido por culpa de su ímpetu, en eso Stolas le da una rápida mirada a un costado suyo, tan disimuladamente que Blitzø no lo nota, así volviendo a mirar a este en su parloteo — incluso podría darle un tour en mi propio camerino si lo desea — hablo entre coqueto y broma. Provocando que ambos rieran por lo dicho del imp.
Lo que desconocía el demonio rojo es que detrás de toda esa atención y coqueteos se escondía un verdadero motivo más profundo, todo resumido ante una pequeña cámara de espionaje que tenía un su bolso de mano, enfocando los rincones más oscuros pero, seguros de donde podría guardas las cosas más valiosas de aquel parte de diversiones y circo a la vez.
Los propietarios de dicha investigación observaban detenidamente el filme, satisfechos por lo que veían. Contemplando con emoción desde la pantalla de un televisor algo llevadero, teniendo de fondo un alboroto por parte de sus trabajadores que gradualmente lo molestaban, pero gracias a la enorme cantidad de evidencia que tenía por parte de su amado no le estaba prestando demasiada atención.
—Eso es, cariño.~ Ahora un poco a la derecha — ordeno desde el comunicador oculto que traiga consigo el Goetia —Hermoso — felicito con cariño en su hablar, deslumbrando por completos sus colmillos afilados. Ronroneo a gusto con el resultado que estaba teniendo, pero ya se estaba hartando de sus empleados que no paraban de retumbar toda la sala —¡Oigan. Bajen el maldito volumen! — ordeno golpeando la mesa con su puño, lleno de una expresión descontenta.
Sus subordinados de mala gana se detuvieron con lo suyo, solo estaba en una partida de hockey de mesa, soltando uno de ellos un "Trataremos" con mala cara ambos al separarse de su entretenimiento.
—¿Y qué opinas? — pregunto el Ovelord a su acompañante.
—La disposición está mal — comento con laxitud. Eso era una ventaja para ellos —pero, las cámaras escondidas serán un problema — hablo con algo de queja.
—Pero ¿Podrás con el trabajo? — dijo siendo más una interrogación. Señalando aquella pantalla de mala calidad con su cigarrillo en la mano.
—¡Hey! Estas hablando con el Doctor — presumió con arrogancia. Conocía de lo que sus poderes son capaces de hacer y esto sería pan comido —Tengo una sola pregunta — añadió aires de incertidumbre.
—¿Cuál es? — insistió Valentino de pie. Teniendo ahora en su otra mano un vaso de su mejor licor a medio beber.
—¿Que opina Belcebú de todo esto? — pregunto el cabeza de pantalla con cierto pique en su hablar, frunciendo su seño con desconfianza.
—Nada — conste corto, alzando las cejas en demostración de confianza y seguridad —Este no es su territorio.
—No te engañes, viejo amigo — respondió Vox levantándose de su silla con preocupación en sus ojos —Todo es su territorio. Le perteneces, también este club y, le pertenece toda la ciudad de este lado del pentagrama — contesto certero en su voz.
Val gruñe. Odiaba que le recordaran que existía demonios de alto rango que él. Era tan denigrante para sus propios estándares.
—Las cosas cambian — opino, tomando en su mano una fotografía del ser de quien discutían.
—Si te metes con Belcebú acabaras en el maldito doble infierno — ladro el Ovelord de traje negro con franjas azules eléctricas. Visualizando como su compañero se sentaba de nueva cuenta en su silla reclinable.
El demonio de lentes de corazón suspira pensativo, detallando la foto ante él, dejando mostrar a un demonio con cabeza de cabra, cuernos y alas negras.
—El será el que acabe en el doble infierno — respondió con odio. Dejando caer la punta de su cigarro caliente en cada orbita visual de personaje en la foto, dejando un par de agujeros en los mismos —y yo me hare cargo de llevarlo gratuitamente — adjunto con una sonrisa presuntuosa en su rostro. Se compartieron un par de miradas antes de que volviera hablar —pero necesitamos efectivo —se inclinó hacia estrás en su silla para proceder a explicar su estrategia —Primero robamos el banco, luego le tocara a Belcebú, y después amigo mío, todo habrá terminado — aseguro con irrebatible —y la ciudad...será nuestra — acertó. Posando la foto que traía con él en burla, causando un par de carcajadas entre los dos Overlords, brindando con sus vasos de Whiski en sus garras.
Al fin. Primer capítulo listo xd.
Me intente a pegar lo más posible a los diálogos originales en español, pero por motivos de la trama y la idea en si tuve que modificar muchas cosas. Como la corbata de Ipkiss que es el broche de Blitzø y básicamente toda la conversación entre este último y Stolas y Millie, pero vamos de pasito a pasito :D
Gracias por leer, y nos veremos en el cap 2. Chao, chao.
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