CHAPTER ONE
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Sus delgados dedos se movían de una forma elegante sobre el teclado de su ordenador. Handong estaba demasiado concentrada en terminar rápido su trabajo, aquel capítulo le estaba llevando bastantes días y eso la comenzaba a molestar. El cansancio era evidente en sus ojos, pero ella se rehusaba a descansar antes de acabarlo. Sus manos ya le estaban empezando a doler de tantas horas escribiendo, sabía que eso era malo, pero aun así no se movió y se concentró en darle los toques finales a su obra tan rápido como pudo.

Treinta minutos después su trabajo estaba terminado y finalmente les dio un merecido descanso a sus manos. Estiró sus brazos sobre su cabeza, soltando un bostezo inconscientemente, antes de levantarse.

Por fin el capítulo estaba listo y podría enviárselo a su editora unos días antes de su fecha límite. Podría tranquilamente haberse tomado unos descansos, pero Handong estaba demasiado inspirada como para desaprovecharlo.

Era su primer libro oficial, que había sido aceptado por una editorial, esta era su oportunidad de demostrar su talento e intentar establecerse como escritora, por ello estaba haciendo todo lo posible por no arruinarlo. Incluso si eso significaba tener que soportar un terrible dolor de cabeza.

Handong había pasado ya mucho tiempo trabajando como editora y asistente en varias empresas y editoriales. Pero esta era su primera oportunidad de tener un proyecto propio y estable. No podía evitar la emoción cada vez que le entregaba un capítulo nuevo a su editora, Lee Yubin, o como le gustaba que la llamaran, Dami. Era una muy buena amiga, aunque muy exigente con el trabajo. Dami la ayudaba a mantenerse en pie y no aflojar con su trabajo. Ella fue la que en primer lugar la animó a entregar la idea principal a sus superiores, de no ser por ella quizás seguiría escribiendo para sí misma. Por eso Handong estará eternamente agradecida con ella.

La editorial le dio la oportunidad de publicar pequeñas historias que tenía escritas desde hace varios meses, antes de publicar lo que sería su primera saga completa. Gracias a eso Handong se hizo conocida y hasta ya tenía un pequeño club de fans. La castaña se sentía feliz y asustada cada vez que publicaba contenido nuevo. La respuesta por parte de sus lectores siempre fue abrumadora, cada comentario encendía sus ganas de seguir escribiendo, tantas opiniones que le abrían la mente para crear otras historias, giros de tramas, personajes, que llegó un punto en el que Dami tuvo que hacerla pisar tierra y decirle que no se fuera por las ramas.

Además del apoyo de Dami, ella tenía también a alguien muy especial a su lado, que siempre estaba ahí para ella y era su máxima fuente de inspiración. Esa persona no estaría nada contenta de saber que Handong había estado trabajando todo el día sin parar y que hasta se había saltado el almuerzo. Handong podía imaginar la cara de disgusto de Yoohyeon al saber que había tomado medicina para su migraña. A la otra niña no le gustaba nada que su novia tomara medicamentos tan seguido, a la larga eso era malo para su salud.

Handong se masajeó la mano derecha por un momento, el dolor era algo a lo que nunca se acostumbraría, aunque no era nada nuevo.

La castaña metió la mano en el bolsillo de su chaqueta y salió de la habitación. Si tan solo tuviera un ungüento y una venda en casa, para que su novia no se diera cuenta de su lesión, todo estaría bien.

Lamentablemente Yoohyeon se dio cuenta, cuando Handong accidentalmente dejó caer un vaso de plástico.

—Creo que el ungüento está por aquí, ven para curarte eso — Dijo la mujer desde su habitación. Su voz sonaba fuerte y clara como si estuviera de pie junto a ella.

Handong suspiro caminando hacia la habitación que Yoohyeon y ella compartían.

La niña más baja sabía que recibiría un reproche por parte de su novia. Trabajar en exceso se estaba convirtiendo en un hecho frecuente desde que comenzó con su proyecto. Antes de eso, siempre era al revés, Handong sería la que regañaría a su novia y la convencería de tomar un descanso.

Tal vez Yoohyeon no solo se preocupaba por su salud, sino que también disfrutaba de ser ella la que regañaba. La pequeña sonrisa en su rostro cuando entró en la habitación se lo confirmó.

Handong le dio una cálida sonrisa, tratando de no mostrarse avergonzada por su intento fallido de pasar desapercibida. Ella siempre se emocionaba cada vez que Yoohyeon llegaba a casa temprano. Se sentarían en el sofá y pasarían la noche mirando sus películas favoritas y hablando sobre sus días. Pero hoy hubiera deseado que Yoohyeon tardara un poco más en llegar.

La más alta estaba sentada en la cama con su computadora en el regazo. Al ver entrar a su novia tomó el medicamento y dejó a un lado su ordenador.

—Hola amor ¿Cómo es posible que te veas tan hermosa después de todo un día de trabajo?— Comenzó Handong sentándose al lado de su novia en la cama —¿Cómo te fue hoy? ¿Pedimos una pizza? Podríamos hacer un maratón— Dijo con un tono alegre que no logró engañar a su novia. Pero realmente su sonrisa era sincera, después de todo ver a Yoohyeon, aunque estuviera apunto de regañarla, siempre la hacía feliz. Al final de cuentas ella era la única persona que podía hacerla sentir mejor solo con su presencia.

Handong se inclinó, usando su mano izquierda acarició la suave mejilla de Yoohyeon, para luego besarla suavemente. Como siempre la cálida y dulce sensación habitual se hizo presente.

Yoohyeon no la empujó, pero se separó más rápido de lo normal. Su mirada se posó en la mano derecha de Handong, la cual aún intentaba esconder de su vista. Yoohyeon suspiró agarrando el brazo de Handong.

—¿No podías usar tu muñequera, aunque sea por esta vez?— Se quejó sonando un poco más áspera de lo que esperaba. Yoohyeon sabía cuánto dolor estaba soportando su novia y ver a Handong herida era como estar sufriendo ella misma el dolor. —Ya lo sé, es incómoda, te da calor y te hace escribir más lento, pero eso te ayudará a que no te duelan las manos. Eso evitaría llenarte de ungüento después de cada capítulo. Dami te da suficiente tiempo, debes tomártelo con calma ¿Si?

Esa no era la primera vez que se lo decía, por lo general funcionaba un par de días antes de que la más baja comenzara a actuar de manera imprudente otra vez. Handong haría todo lo posible para que sus capítulos fueran entregados con suficiente tiempo para poder corregir cualquier error, incluso si eso significaba lastimarse. Yoohyeon amaba lo apasionada que era su novia por su trabajo, pero odiaba cómo afectaba esto en su salud.

Yoohyeon besó la mano herida de la castaña, ella siempre lo hacía cada que su novia se lastimaba, siempre fue así desde la secundaria.

—Por favor Dongie, no quiero tener que ocultar tu computadora de nuevo— Advirtió Yoohyeon con tono dulce y decidido al mismo tiempo.

Ella sonrió cuando Handong asintió lentamente, parecía más una niña que una escritora.

Yoohyeon se concentró en aplicar el ungüento en la mano de su novia suavemente. Handong realmente parecía una niña pequeña, lloriqueando e intentando huir por el dolor.

—¡Yooh! Ten cuidado, necesito esta mano para trabajar y pagar la universidad de nuestros hijos.

Yoohyeon puso los ojos en blanco aún concentrada en masajear la mano de su novia.

—Es por eso que me estoy asegurando de que la tengas para cuando vayan a la universidad— Dijo terminando sus masajes.

—Sé que estás haciendo esto por nosotras y nuestro futuro, pero para mí nada es más importante que tú y tu salud— Dijo enfrentándose a la castaña, encontrando los ojos marrones que podría reconocer en cualquier lugar. Podía ver que Handong estaba buscando una respuesta sutil como de costumbre, pero había una pizca de culpabilidad en sus ojos.

Yoohyeon se inclinó, dándole un beso.

—No podremos tener hijos si trabajas hasta morir— Dijo en tono juguetón.

Handong la abrazó cálidamente, haciendo que Yoohyeon se fundiera completamente en el abrazo. Su aroma suave y fresco siempre tuvo un efecto sobre ella. No había nada mejor que estar en los brazos de Handong después de un día estresante en el trabajo.

—Deberíamos irnos de vacaciones, ¡Te prometo que lo haremos!— Dijo Handong cerca de su oído, con un tono lleno de emoción y determinación.

—Está bien, ¡en el verano nos vamos!— Dijo Yoohyeon estando de acuerdo con la idea —Pero ahora que terminé de cuidar a mi bebé grande, me gustaría algo para comer, qué te parece ¡Pizza! ¡Pero tú pagas!