Pan comido
Caminando alegre a la parada del autobús, JiMin recuerda bien las palabras de su madre antes de salir de casa a recoger a TaeHyung, que a diferencia de él, todos los días salía a trabajar.
Necesitamos una gota de la sangre de TaeHyung, pero cuando más feliz esté, o lo que haremos no tendrá remedio alguno y los hará inmortales.
Hacer reír a TaeHyung no era algo muy difícil, sin embargo, últimamente el mayor de los dos no encontraba algo de su agrado que le hiciera reír con gran entusiasmo, aunque fuera por unos segundos.
ㅡ¿Cómo lo podré hacer reír? ㅡSe pregunta seriamente el rubio, viendo el autobús de las 21:15, aproximarse a la parada de autobús a unos cinco metros de dónde él todavía iba caminando.
Aproximándose con calma pero sabiduría, JiMin esboza una gran sonrisa cuando ve a TaeHyung dentro del autobús, listo para bajar, aunque sin darse suficiente cuenta de la gran sonrisa que hay posada sobre su rostro, y el acompañante detrás de él.
ㅡ¡Eres un mentiroso! ㅡexclama risueño TaeHyung hacía la persona detrás de él que al igual que él, tiene una gran sonrisa adornando su rostro.
ㅡEstoy siendo sincero en verdad, TaeHyung. Te busque mucho tiempo luego de que salimos de la universidad y jamás te encontré, todas tus redes sociales se habían ido y con ello mis planes de hablarte.
Viendo su reflejo en los preciosos ojos del pelinegro frente a él, TaeHyung termina por sonrojarse por primera vez en mucho tiempo.
ㅡYa no busques más en ese caso ㅡinforma el menor de los dos, para rápidamente buscar entre sus cosas su tarjeta de presentación que contiene su número personalㅡ. Ten, aquí me puedes contactar en cualquier hora del día de Lunes a Domingo y de Domingo a Lunes ㅡríe.
Recibiendo con gran felicidad la tarjeta de presentación de las manos de TaeHyung, Kim SeokJin lentamente va rompiendo la poca distancia puesta entre ellos para así depositar un corto beso en la mejilla del joven frente a él, que claramente gusta de él.
ㅡTe llamaré al llegar a casa ㅡavisa, dejando a TaeHyung con una gran sonrisa y unas ganas inmensas de volver a tomar el autobús equivocado, porque eso le había dado más felicidad de la que no había tenido ya, además de unas ilusiones inmensas de volver a ser lo que era en la universidadㅡ. Hasta pronto, Tae.
ㅡHasta pronto, Jin.
Acercándose JiMin con suma cautela a dónde TaeHyung se encuentra todavía parado con una sonrisa nunca antes vista, el pelirrubio toma una de las manos del pelinegro, y notando cómo este sigue con su atención en el hombre de abrigo negro y fino que también le mira por momentos, JiMin aprovecha y pica uno de los dedos de TaeHyung, viendo inmediatamente a la sangre salir y el plan de su madre y él, acercarse cada vez más a ellos.
ㅡFue pan comido.
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