Inspirado en...
Kim TaeHyung podía decir que todas y cada una de sus creaciones artísticas, siempre estaban inspiradas en alguien o algo, que fuera real, y es que ilustraciones sin inspiración no eran verdaderamente creaciones ㅡal menos desde su punto de vistaㅡ, por lo que el pelinegro siempre procuraba crear con total inspiración, en la oscuridad y tenebrosidad de las noches más frías, que al igual que todo a su alrededor, se encargaba de formar.
TaeHyung siempre había sido, por mucho, amante de lo tenebroso, ello era un género que le encantaba leer y ver, sobre todo cuando todas y cada una de las luces de su casa se apagaban, asegurándose a su vez también de desconectar todo aparato electrónico que no fuera de primera necesidad, cómo el refrigerador, y el televisor, obviamente.
El pelinegro recordaba fervientemente, que desde que era un adolescente soñaba con ver algo que realmente fuera tenebroso, pues su nivel de escepticismo superaba por mucho todos aquellos vídeos que había visto online de personas que supuestamente habían sido testigos de sucesos paranormales o tenebrosos.
Tae nunca antes había experimentado una sensación de escalofríos puros, ni siquiera cuando Jeon JungKook ㅡel misterioso empresario que lo había apoyado con dineroㅡ, le quitó el dominio de su empresa, que con sumo trabajo había creado en tan sólo un año y medio y que hasta donde todo mundo sabía, era un éxito nacional.
O al menos así lo fue cuando TaeHyung dirigía dicho lugar, puesto que cuando el control le fue arrebatado todo aquello acabó. JiMin decía que era karma seguro pues Jeon había actuado por ambición.
Me quitaron lo que más amaba por ser un tonto y firmar cosas que por emoción no me di a la tarea de leer detenidamente...
Esas habían sido las palabras que TaeHyung había llorado en el hombro de JiMin, y las mismas que para JiMin no tenían sentido alguno, porque sonaban a un hombre derrotado y el TaeHyung que él conocía para nada era así.
JiMin y su madre habían sido un apoyo increíble para TaeHyung, que aunque por momentos se dejaba caer, tenía que seguir adelante por sí mismo, por renacer y crear un nuevo imperio. Aunque claro que con un poco de ayuda que él no imaginaria que tendría, pues JiMin y su madre, lo amaban demasiado como para dejarlo solo.
La madre de JiMin había sido conocida durante mucho tiempo, como una Bruja de magia negra, una que aunque la mayoría le tenía miedo, le pedían favores de aquello en lo que ella se empleaba, pues casi todos tenían un oscuro deseo, dentro de sí.
JiMin y su madre habían acordado ayudar a TaeHyung de una forma en que él nunca les hubiera pedido, pero que sin duda les terminaría por agradecer pues conocían bien al chico, casi hombre, que era amante de lo real y tenebroso, sin imaginar que no sólo traería asombro a su vida nuevamente, sino también un romance oscuro.
ㅡHaremos el conjuro está noche Minnie. Exactamente cuando TaeHyung se duerma.
Informa sigilosamente la madre de JiMin, a lo que él asiente rápidamente y con una sonrisa realmente extensa, pues además de ser un coqueto y lindo joven de veintiséis años, JiMin está aprendiendo a ser exactamente lo que su madre hace, porque el don está dentro de él también.
ㅡÚnicamente asegúrate de traer una gota de su sangre.
ㅡDescuida mamá. Tengo una idea de cómo obtener esa gota de sangre. TaeHyungie volverá a ser feliz.
Con una sonrisa amplia, JiMin voltea a ver a su madre, que al igual que él, está segura de que el TaeHyung de antes volverá, porque todo aquello estaría nada más que, inspirado en... él.
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